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monumento
A comienzos del siglo XIII, doña Berenguela, reina de Castilla y León, mandó erigir este templo en el que alternan con armonía elementos arquitectónicos del gótico y del románico. Alfonso X el Sabio alabó en sus Cantigas la imagen labrada en piedra de la Virgen del Manzano, que se puede contemplar en esta colegiata. Además, en su interior conserva numerosos tesoros artísticos, como los lienzos del artista Antón Raphael Mengs.
museo
Osuna fue una importante ciudad desde su fundación, en tiempos de los tartesos. Su duque fue el primer pretendiente de Isabel la Católica y la ciudad alcanzó un gran desarrollo durante los siglos XV y XVI. Durante esta época se construyó la Colegiata, un imponente conjunto arquitectónico que constituye el mayor atractivo de la ciudad, llena de grandes monumentos. La colegiata es de estilo renacentista. En su interior se conserva el Panteón de los Duques, que es una iglesia subterránea de dimensiones reducidas donde se han enterrado todos los Duques de Osuna, excepto el último. Uno de los Duques de Osuna fue protector de Zurbarán y sus discípulos, por lo que algunos cuadros de este grupo de artistas pueden ser visitado en el interior de la Colegiata.
obra
En la fachada del brazo meridional del transepto de la Colegiata de Saint-Pierre-de-la-Tour en Aulnay-de-Saintogne podemos observar el característico tratamiento de muros aplicando recursos ornamentales de líneas arquitectónicas y prolija decoración escultórica, formas muy difundidas por la Charente.
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<p>La Colegiata de San Gimigniano, pequeña ciudad de origen medieval, está en la plaza de la catedral. Su joya más importante es la capilla de Santa Fina, nativa de San Gimigniano por lo que los habitantes le profesan una gran devoción desde hace siglos. La catedral es románica, decorada con frescos de importantes artistas toscanos (sieneses y florentinos), como el Juicio Final de Taddeo de Bartolo, el San Sebastián de Benozzo Gozzoli, la Anunciación de Jacopo della Querzia o los frescos de Barna de Siena... Todas ellas son obras del Trecento y el Quattrocento.Adosada a la nave de la derecha está la capilla de la santa, construida en 1468. La santa murió a los quince años, tras cinco años de enfermedad que pasó tumbada en una tabla. La capilla es típicamente renacentista, construida por Domenico da Maiano. El retablo es de su hermano, Benedetto. Pero lo más importante son los frescos con la vida de Santa Fina, realizados por Ghirlandaio. Uno de los más famosos es el Funeral de Santa Fina, en el que puede verse al fondo las torres de su ciudad, San Gimigniano.</p>
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Para albergar los restos de San Isidoro, procedentes de Sevilla, el rey Fernando I y su esposa, Doña Sancha, emprenden la construcción de esta joya del románico castellano. El conjunto comprende una iglesia, los restos del antiguo palacio de los reyes leoneses y el panteón real, donde los monarcas están enterrados. Pero la auténtica joya se encuentra en el interior. Las bóvedas del panteón real fueron decoradas con espectaculares pinturas al fresco. Éstas representan pasajes del Apocalipsis y del Nuevo Testamento, plasmadas con un vivo colorido. La belleza de las pinturas es tal que ha hecho a muchos afirmar que nos encontramos ante la "Capilla Sixtina" del Románico.
obra
La cabecera de la nueva iglesia isidoriana presentaba la típica disposición románica de tres ábsides semicirculares pero en el siglo XVI el central se reformó por una capilla más amplia. En esta imagen vemos uno de los primitivos con dos vanos, uno ciego y otro con ventana y una columna adosada. Canecillos y taqueado jaqués en la parte superior rematan el conjunto.
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A los pies de la iglesia de San Ildefonso se construyó un recinto destinado a Panteón Real. Se unía con la iglesia antigua mediante una puerta, hoy cegada. Por la parte del Panteón se dispuso, en el lugar del vano, un altar dedicado a santa Catalina y se adornó el fondo con pinturas góticas en las que se narra la vida de la santa. Posteriormente se abrió una segunda entrada que hoy facilita la comunicación de Panteón e iglesia.
obra
En las pinturas del Panteón Real de San Isidoro se observan pasajes ilustrativos del Apocalipsis y del Nuevo Testamento, así como representaciones de santos y personajes bíblicos. Junto a estas escenas sagradas se dispusieron otros temas como el Zodíaco, un mensario, motivos vegetales y geométricos. El programa pictórico efigia los misterios de la Infancia, Pasión y Glorificación de Cristo, tal y como los presentaba la misa mozárabe en la fracción del pan.