En 1911 Paul Klee conoció a Kandinsky, que sería su amigo toda la vida, a Marc, Jawlensky, Münter y Werefkin, y, aunque todavía no participó en la primera exposición de El Jinete Azul, sí se sintió animado por ellos en sus búsquedas. Muy interesado por Cézanne y el cubismo, viajó por segunda vez a París en 1912 y conoció a Picasso, Le Fauconnier y Delaunay, cuyo ensayo "Sobre la luz" tradujo al año siguiente; a partir de entonces las posibilidades del color entraron en su reflexión plástica. Ese mismo año expuso ya con El Jinete Azul. Pero el momento decisivo para él fue el viaje al norte de Africa en abril de 1914, con Macke y Moilliet.
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obra
Ciudad fundada en 1540 con el nombre de la Plata, rebautizada en 1826 con el nombre del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. En 1988 fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Ciudad blanca e indígena desde su origen, fue convertida en Capital de Audiencia y luego en la Capital de la República, hasta ser sustituida por La Paz. La Plata, también conocida con el nombre de Charcas, fue siempre una ciudad abierta en sus límites, en la que las calles tenían como fondo sólo el medio geográfico circundante. Su primitiva estructura se mantuvo durante toda la etapa colonial. La traza en forma de cuadrícula -formada por un conjunto de calles y manzanas trazadas regularmente- que estructura la ciudad está jerarquizada por la presencia de la plaza mayor, centro simbólico de la ciudad.
obra
En este plano, obra probable de Dionisio Alcedo Herrera, se aprecian las varias plazas que había en esta ciudad ante los más importantes conjuntos religiosos. Había sido fundada en 1534 con un trazado en cuadrícula a pesar de la pendiente y lo difícil del terreno. Unos versos del siglo XVIII decían que "es su situación tan mala/que por una y otra cuesta/la una mitad se recuesta,/la otra mitad se resbala" y, sin embargo, imágenes como ésta la presentan como un espacio urbano extraordinariamente ordenado.
obra
Se erigieron en Francia dos ciudades de nueva planta que señalan una muestra del ideal francés en el urbanismo barroco. La primera de éstas fue la de Richelieu, en el actual departamento de Indre-et-Loire. En aquel lugar, el cardenal Richelieu había encomendado en 1625 a Jacques Lemercier la construcción de un palacio, pero pronto quiso algo más, y a los seis años encargó al mismo arquitecto la construcción de una ciudad que llevaría su nombre y que debería ser diseñada según un estricto sistema racional. Comenzadas las obras en 1633, se planificó con un sistema de parrilla rectangular en el que un eje principal conecta dos plazas situadas en los centros de los lados cortos. Pero este esquema no se reduce solamente al desarrollo de una simple cuadrícula, sino que en él hay también una concepción barroca y estética al haberse diseñado cuidadosamente los ejes secundarios, con sus plazas y la búsqueda de bellas perspectivas. Por otra parte, los edificios de la población se construyeron siguiendo un esquema uniforme y dentro de la tradición a base de ladrillo con cadenas de piedra, todo lo cual ha hecho decir a Chueca Goitia que Descartes "hubiera mirado con complacencia aquella ciudad". Reforzando además los aspectos barrocos de la población, el palacio del cardenal se dejó ligeramente independiente del conjunto, dándole así un carácter eminentemente emblemático. Pero aquella ciudad fue levantada exclusivamente por el orgullo del cardenal Richelieu, sin que se hiciera un estudio previo de su viabilidad, por lo que, carente de recursos, jamás ha tenido importancia demográfica. Por otra parte, Pierre Lavedan ha visto en la ciudad de Richelieu una prefiguración de la de Versalles, la otra ciudad barroca francesa de nueva planta, dado que el nacimiento de ambas estuvo ligado a la existencia de un palacio.
monumento
Sam´al fue la capital del pequeño estado luvio-arameo; situada junto al Karasu, es el mejor ejemplo conocido del urbanismo luvio-arameo. Los orígenes de su construcción se situan en el siglo XI. De 37 hectáreas de superficie, destaca sobre todo el doble amurallamiento de 2,20 km. de desarrollo, tres puertas fortificadas de doble terraza y un gran numero de torres. En el centro se observa la colina con la ciudadela y el palacio real, creando un colosal conjunto fortificado.
contexto
Junto con la integración de las ciudades griegas, los reyes helenísticos llevaron a cabo gran cantidad de fundaciones a través del sinecismo de comunidades previas, para que la producción campesina se canalizara a través de la chora politiké, donde se unificaba y se organizaba, como en el caso sirio, o por medio de colonias, donde se asentaban normalmente los soldados mercenarios licenciados. Ciudades que tomaban el nombre del rey fundador, para poner así de relieve incluso en el nombre dentro de qué sistema habían de encuadrarse. Son Alejandrías, Seleucias, Antioquías, Casandreas, ocupadas por clerucos, encargados igualmente de su defensa, gobernadas a través de un epistates y, a veces, con guarniciones, aunque poseían magistrados y organismos colegiados, equivalentes al consejo, recibían normalmente prostágmata, órdenes de los reyes, que constituyen, en su forma epigráfica, una de las más importantes fuentes para conocer la vida política del mundo helenístico. Internamente, las ciudades tienden a organizarse de modo oligárquico, aunque pretendía identificarse como democracia el hecho de que, en ocasiones, la ciudad gozara de cierta autonomía en el orden interno. La libertad vista por los estoicos, corriente de pensamiento predominante en la época, venía a traducirse simplemente como un modo elegante de aceptar las circunstancias impuestas. De hecho, las nuevas estructuras sociales se traducían, en el plano urbano, en que sólo permanecen en la ciudad los que disfrutan de la politeia, circunstancia que tiende a identificarse con las clases poderosas, al tiempo que todos los demás quedan excluidos, convertidos en masas de campesinos, tendentes a la dependencia. Como residuo permanece una masa urbana, peligrosa, que las oligarquías quieren controlar con la presencia de los poderes regios. Entre las ciudades griegas, algunas se conocen mejor y esta circunstancia suele coincidir con el hecho de que presenten algún tipo de peculiaridad. Es naturalmente el caso de Atenas. Las tensiones entre el demos y la oligarquía se interfieren en la intervención de los reyes. La imposición de un censo, como en el caso de Antípatro, sirve para delimitar los derechos del demos, mientras que Poliperconte lo apoya, permitiendo la entrada a multitud de demóticos que estaban apartados de la politeia. Los reyes se hacen populares gracias al nuevo desarrollo de la conquista, capaz de poner en cultivo nuevas tierras y de acelerar el intercambio con la apertura de nuevas vías para los tráficos de mercancías. Esparta representa un caso igualmente específico, aunque diferente. Las transformaciones posteriores a la guerra del Peloponeso acabaron con el rígido sistema hoplítico y propiciaron la concentración de propiedades, lo que permitió el desarrollo de la riqueza, pero también el aumento de la conflictividad. Los mismos reyes son los promotores de reformas que se decían tendentes a recuperar el sistema representado por las leyes de Licurgo. Agis IV y Cleómenes III intentaron, paralelamente, controlar el Peloponeso y entraron así en conflicto con la Liga Aquea, lo que sirvió a su vez para provocar la intervención de los reyes. La ciudad entra en una dinámica mimética en relación con los reinos, pues trata de evitar los conflictos promoviendo la conquista o el evergetismo de las grandes fortunas amasadas sobre las nuevas formas de explotación favorecidas por el sistema impuesto a partir de la intervención macedónica. Entre otros casos igualmente específicos dentro del conjunto del mundo helenístico, también destaca Rodas, ciudad controlada por una gran aristocracia reforzada por el poder naval, promotora de un lujo verdaderamente paradigmático. La acumulación de riquezas permite el desarrollo del evergetismo, forma de redistribución de los productos del trabajo esclavo, especialmente renovado en la isla. Ello permite la concordia social entre los libres, en circunstancias internacionales que les permitían aprovecharse de las discordias para ganarse el apoyo a cambio de adhesiones circunstanciales, sobre todo en las relaciones con los Ptolomeos. Es interesante comprobar el interés de los reyes egipcios por aparecer como sus liberadores, en competencia con Antígono.
obra
Las instrucciones de Meidner para pintar la ciudad precisan los temas y la forma de pintarlos, basándose en tres principios: la luz en jirones que surgen bruscamente entre las cabezas de la gente, los coches o los edificios, y que pone en movimiento todas las cosas; el centro de la composición situado un poco más debajo de la mitad del cuadro y la línea recta como elemento figurador de todo.