La figura del duque de Alba se encuentra entre las más importantes de la historia del siglo XVI español. Su labor como militar implicado en los conflictos más destacados de su tiempo se compagina con la de cortesano, estableciendo a su alrededor un importante grupo de poder que recibirá la denominación de partido albista, enfrentado a los ebolistas de Ruy Gómez y Antonio Pérez. Don Fernando fue educado en las armas por su abuelo, Fadrique Álvarez de Toledo, ilustre militar que había participado en numerosas campañas con los Reyes Católicos y Carlos I. En 1522 don Fernando, con quince años, contrae matrimonio con María Enríquez, miembro de una de las más prestigiosas familias castellanas, lo que nos muestra la importancia de la política matrimonial en la alta nobleza. De este enlace nacerán dos hijos: Fadrique y Diego. Pronto el de Alba decidió participar en la guerra, abandonando su hogar para ponerse a las órdenes del condestable de Castilla y rendir Fuenterrabía (1524). Esta hazaña le valió su entrada en el ejército imperial, con el que participara en la toma de Argel (1535) y en la famosa batalla de Mühlberg (1547), donde el emperador vencerá a los protestantes. Con el nuevo monarca, Felipe II, don Fernando tendrá un destacado papel tanto militar como político, defendiendo los postulados más rígidos e intransigentes con los que afianzar el papel de España en Europa. Participará en las guerras de Italia y en Flandes, donde su papel será destacado como sofocador de la revuelta, lo que motivará el encendido odio de la población hacia su persona. Como gobernador de los Países Bajos promovió la creación del Tribunal de los Tumultos e impulsó nuevos tributos, lo que convirtieron su gobierno en tremendamente impopular, propiciando su caída en 1573. De regreso a España fue apresado por el rey, ya que don Fernando apoyaba el matrimonio de su hijo Fadrique frente al rechazo del monarca. Debemos considerar que los enlaces matrimoniales de la nobleza debían contar con el beneplácito real. Pero rápidamente el de Alba participará en un episodio militar: la conquista de Portugal, tras ser Felipe II nombrado rey del país vecino en las cortes de Thomar (1580). Su heroico papel motivará su nombramiento como condestable de Portugal y miembro de la Orden del Toisón de Oro. Poco tiempo tuvo de disfrutar de ambos honores, ya que don Fernando falleció en Lisboa en 1582, a los 75 años.
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acepcion
Persona encargada por el juez de cumplir la última voluntad del difunto, custodiando sus bienes y dándoles el destino que corresponde según la herencia.
contexto
El solar que ocupa Albacete cuenta con restos prerromanos y romanos, si bien las primeras noticias se remontan al siglo IX. En esta centuria fundan los árabes Al-Basit, que viene a significar "el llano", por las características topográficas del lugar. En el año 1241 se produce la conquista cristiana de Al-Basit, que pasa a depender del concejo de Alarcón, en Cuenca. Poco después, en 1269, la conquista de Chimchilla en el año 1269 hizo que Albacete pasara a depender de esta localidad, siendo más adelante entregada al infante don Manuel y al marqués de Villena. Este último procedió a repoblarla, otorgándola el título de villa y desligándola de Chinchilla. A finales del siglo XV, Albacete y el territorio adyacente es escenario de cruentas luchas entre las tropas de Isabel de Castilla y de Juana la Beltraneja, apoyada ésta por el marqués de Villena. La victoria de Isabel hizo que Albacete, así como todas las posesiones del marquesado, pasaran a depender de la Corona. El siglo XVI es una etapa de esplendor para Albacete, pues su población se acerca a los 5.000 habitantes. Durante la guerra de las Comunidades, Albacete vive una corta etapa de rebeldía, aunque después negocia con Adriano de Utrech el respeto de sus privilegios y apoya a Carlos I. Éste, en 1526, entrega como regalo de bodas el señorío de Albacete a su esposa, Isabel de Portugal. Durante la Guerra de Sucesión Albacete toma partido por Felipe, en detrimento de su oponente, el archiduque Carlos. En recompensa, Felipe V confirma, en 1710, el privilegio de celebrar feria, lo que beneficia económicamente a la villa. Con motivo de la invasión francesa, Albacete se rebeló en mayo de 1808, luchando a favor de Fernando VII. Unos meses más tarde, en julio, la villa es saqueada por los franceses. La división administrativa de Javier de Burgos otorgó a Albacete la capitalidad, en 1833, de la provincia del mismo nombre. Un año más tarde establece en ella la Real Audiencia Territorial, que integra a las provincias de Murcia, Ciudad Real, Cuenca y la misma Albacete. Finalmente en 1862 Isabel II le concede el rango de ciudad. En la segunda mitad del siglo XIX llega el ferrocarril y se instalan el alumbrado público y el suministro de agua potable. En el año 1900 Albacete tiene 21.512 habitantes. Su rico patrimonio artístico le permitir exhibir una gran catedral, dedicada a san Juan Bautista y comenzada a construir en 1515 siguiendo un proyecto de Diego de Siloé. También son construcciones notables la iglesia de la Purísima Concepción, el Antiguo Monasterio de la Encarnación, la Posada del Rosario, la Antigua Casa de los Picos o el Palacio de la Diputación Provincial. Importante es el impacto del modernismo en Albacete, con edificios como el del Banco Español de Crédito, la Caja de Valencia, el Banco de España, el Colegio Notarial; la Plaza de Toros; la Casa de los Flórez; la de Cabot; o la de Legorburo.
lugar
<p><br>Albacete, ubicada al sur de la región de Castilla–La Mancha, destaca como la capital y la urbe más poblada de su provincia. La ciudad se distingue por su carácter moderno, animado y bullicioso, ofreciendo amplios espacios para los transeúntes, con numerosas calles peatonales y abundantes parques y jardines. Además, Albacete figura entre las ciudades europeas con menos contaminación, siendo también una de las más accesibles gracias a su topografía llana y la ausencia de barreras arquitectónicas.</p>
Personaje
Pintor
<p>Vicente Albán fue un reconocido pintor ecuatoriano nacido el 22 de enero de 1922 en Cuenca, Ecuador, y fallecido el 18 de enero de 2004 en Quito, Ecuador. Es considerado uno de los exponentes más destacados del arte contemporáneo en su país y un pionero en la promoción de la cultura y las artes visuales en Ecuador. Albán estudió arte en la Escuela de Bellas Artes de Quito, donde recibió una formación sólida en técnicas tradicionales de pintura y dibujo. Posteriormente, continuó su formación en Europa, donde se familiarizó con las corrientes artísticas vanguardistas de la época, como el surrealismo y el expresionismo abstracto, que influirían en su trabajo posterior. La obra de Vicente Albán se caracteriza por una exploración audaz de la forma y el color, así como por una expresión emotiva y poética. Su estilo es variado y experimental, abarcando desde la abstracción hasta la figuración, y a menudo incorpora elementos de la cultura indígena ecuatoriana y de la naturaleza. Albán también fue un defensor apasionado del arte y la cultura en Ecuador. Fue uno de los fundadores de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, una institución dedicada a promover las artes y las humanidades en el país, y desempeñó un papel importante en la creación de políticas culturales y la promoción de los derechos de los artistas. A lo largo de su carrera, Vicente Albán recibió numerosos reconocimientos y premios por su contribución al arte ecuatoriano, incluida la Orden Nacional al Mérito en el grado de Gran Oficial, otorgada por el gobierno de Ecuador en reconocimiento a su destacada labor en el campo de las artes visuales. El legado de Vicente Albán perdura en la historia del arte ecuatoriano como uno de los grandes maestros del siglo XX. Su obra sigue siendo objeto de estudio y admiración, y su influencia se puede sentir en la generación de artistas que vinieron después de él.</p>
obra
Los tipos populares serán frecuentes en la producción romana de Fortuny - al igual que en Rosales o Puebla - ya que estas obras se vendían bastante bien, obteniendo así los artistas un sobresueldo. Además era una manera de estudiar del natural ya que los modelos se colocaban con sus vestimentas típicas en las escaleras de la plaza de España para posar por un módico precio. Fortuny nos presenta a una joven de perfil ataviada con su traje regional, ante un fondo de mar y montañas con el que crea una espectacular sensación de profundidad y atmósfera. El soberbio dibujo que acompaña a la producción del pintor catalán protagoniza una vez más una acuarela - al igual que en el Caballero florentino o el Veneciano - destacando todos los detalles con una pincelada minuciosa a pesar de la dificultad de la técnica.
lugar
<p><br>Albania cuenta con una geografía montañosa. Alrededor de tres cuartos de su territorio están compuestos por montañas y colinas con elevaciones de más de 200 metros sobre el nivel del mar; el resto consiste en llanuras costeras y aluviales. Los Alpes del Norte de Albania, una extensión de los Alpes Dinaricos, cubren la parte norte del país. Con elevaciones que alcanzan los 2,700 metros, esta es la zona más escarpada del país. Está densamente cubierta de bosques y escasamente poblada.</p>