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Personaje Pintor
Jan Brueghel de Velours recoge como pocos el espíritu y el ambiente de Flandes a través de sus pinturas. Hijo de Pieter Brueghel el Viejo, nace en Bruselas en 1568. Dio sus primeros pasos artísticos junto a su abuela María Bessemers, famosa miniaturista, pasando después al taller de Pieter Goetkint. Consciente Jan de que su verdadero aprendizaje aun estaba por llegar, se trasladó a Italia, gozando de la protección del cardenal Borromeo y apreciando con devoción las obras de Miguel Angel, Rafael y Leonardo.Al regresar a Flandes se instala en Amberes, formando un importante taller en el que participarán artistas como Rubens o Sebastian Vrancx, colaborando en múltiples series como los Cinco Sentidos o Ataque a un convoy, ambas en el Museo del Prado. Su meticuloso dibujo y su claro colorido se aprecian claramente en sus paisajes y floreros, con los que cosechará tanto éxito que se imitarán con gran profusión, siendo en la actualidad muy difícil separar lo realizado por el maestro de lo que hicieron sus imitadores. Brueghel de Velours - de terciopelo, por su delicadeza - falleció en Amberes en 1625.
Personaje Pintor
Pieter Brueghel, el Viejo, es uno de los más grandes pintores flamencos del siglo XVI. Su genio se ha equiparado frecuentemente al de El Bosco, con quien comparte cierto tratamiento fantástico en determinadas escenas como El Triunfo de la Muerte que pende en el Museo del Prado. Prácticamente desconocido en su etapa de formación, los únicos datos sobre su vida y su carrera nos los ofrece una biografía de 1609, que le presenta como un ignorante dedicado a la pintura cómica. Sin embargo, parece suficientemente demostrado que fue un hombre de cierta cultura, puesto que conoció a estudiosos y científicos de su país. Además, viajó por Italia para aprender la forma de pintar de los renacentistas, permaneciendo incluso una temporada en el taller de un maestro siciliano. Su viaje le valió además una importante colección de dibujos excelentes sobre el paisaje de los Alpes, que hubo de atravesar durante su viaje. Tal vez esto resultara más importante para su carrera que el aprendizaje con los italianos, puesto que a su regreso desarrolló una serie de paisajes muy difundidos en Europa mediante el grabado. En esta misma técnica, realizó ciertos temas moralizantes, normalmente ilustraciones a refranes típicos, algo que también había hecho El Bosco (por ejemplo en La Piedra de la Locura). Su afición por los temas populares ha hecho que se le conozca como Brueghel el Campesino.
contexto
Las escenas de taberna, rnercado, cocina, etc., punto de partida de la pintura de género, como ya comentáramos, son evidentemente opciones naturalistas; frente a éstas, la alternativa, también naturalista, de Pieter Brueghel el Viejo (1525/30-1569) supone la plasmación de profundas reflexiones sobre el binomio naturaleza (paisaje)-hombre, en el especial medio flamenco, las tendencias de cuya plástica aúna sabiamente, y teniendo como trasfondo ideológico los presupuestos del Humanismo nórdico. De todo ello quedan excluidos las opciones y elementos clasicistas o italianistas, desarrollando una coherente producción que supone el contrapunto más significativo al Manierismo italiano. Su obra, resultado de un proceso intelectual y de carácter culto, pese a las apariencias, puede ser considerada como un personal manierismo, pero es, más que nada, lo opuesto justamente a una visión clasicista de la realidad. Brueghel plantea como marco y ambiente de sus composiciones un paisaje real y de amplio despliegue, siguiendo la línea de Patinir. En algunas obras, el sentido de la animalidad y miniaturización de las figuras, señalados en El Bosco, es casi literal, como en El triunfo de la Muerte del Prado, o en su plasmación del tradicional tema nórdico Dulle Criet del museo de Amberes (la enorme boca abierta de un rostro hace las veces de una gruta en torno a la que pululan toda suerte de animales-personajes, que son una cita casi textual de El Bosco). Manteniendo la miniaturización citada y con el despliegue paisajístico dicho, que llegará a convertirse en algo consustancial a su obra, lo fundamental de la producción de Brueghel insiste en presentarnos, siempre en clave real, toda una serie de escenas popular-campesinas donde lo grotesco se convierte en elemento clave (sus campesinos bailan, ríen, comen, duermen, etc., siempre grotescamente), en un personal proceso de asimilación y selección hecho sobre la caricaturización que señalábamos, con un profundo sentido crítico e irónico, en las coordenadas aludidas de "el mundo al revés" de los "Adagios" y del "Elogio" de Erasmo. De este modo, sin el menor atisbo de idealismo y como una auténtica sátira plástica, desarrolla su obra en la que, en general, el tema se disuelve en la infinitud de sus paisajes, tanto si son mitológicos (Caída de Icaro) como religiosos (Subida al monte Calvario) o histórico-legendarios (La Torre de Babel, aquí también la mole arquitectónica es tratada como paisaje real). Pero donde quizá mejor se plasme el carácter radicalmente crítico de su grotesca visión de la realidad es en las composiciones que inciden sobre un peculiar mundo rústico y campesino, que ya hoy asociamos al artista (Juego de niños, Danza de campesinos, Boda de campesinos), a veces con alusión a las faenas agrícolas (ciclo de Las estaciones del año), en otras ocasiones, con implicaciones moral-populares (El combate del Carnaval y la Cuaresma, La parábola de los ciegos, El país de la cucaña), o como ilustraciones plásticas de refranes y proverbios populares -con la importancia que éstos tienen en el mundo flamenco- como expresión y conocimiento de la realidad- en su serie Los proverbios flamencos. Un cierto sentido abstractizante puede pautarse, por ejemplo, en su Cacería invernal (1565) del Kunsthistorisches Museum de Viena; jinetes, caballos, lebreles y pelados árboles, en negro, marrón o verde muy oscuros, se recortan geométricamente sobre el blanco infinito del paisaje nevado. Más interesante nos parece, sin embargo, su Adoración de los Reyes Magos (1564) de la National Gallery de Londres. El ambiente popular es el de Brueghel, que afecta a la propia arquitectura (en realidad, unos pocos maderos torcidos y mal clavados insinúan el cobertizo de Belén); lo grotesco se aplica a todas las figuras, de modo especial a los miembros de una extraña comitiva militar que presencia el evento, pero también afecta a los protagonistas del cuadro (Reyes Magos, Virgen y Niño). No obstante, lo que resulta más extraordinario es el canon enorme de algunas figuras, el toque ácido en colores de ciertas vestimentas y, sobre todo, el agobio espacial de la composición, llena materialmente de figuras; de ella ha huido completamente esa infinitud de paisaje habitual en Brueghel.
obra
El Vallée des Merveilles, situado al pie del Monte Bégo cuenta con más cien mil grabados reconocidos. En algunos de ellos se representa la figura humana como el mago, el jefe de la tribu o este brujo también conocido como el títere. Se trata de un rostro del que emergen los brazos con grandes manos. Por su fuerte expresividad, se cree que representa a una importante divinidad a la que se rendía culto.
obra
La imagen del Brujo o Mago -le Sorcier- preside la decoración mural de la cueva francesa de Trois-Frères, en la región de los Pirineos. Se le identifica como el dios cornudo, con su cuerpo de hombre, su cola de caballo, su cabeza barbuda con ojos de lechuza, con orejas y cuernos de ciervo o de reno, sin renunciar a los caracteres masculinos como el sexo, aunque su disposición sea como la de los felinos. El abate Breuil llegó a decir de él que era "la divinidad contemplando la creación". Se trata de una de las figuras antropomorfas más curiosas del arte paleolítico.
Personaje Pintor
Inicia su formación en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, al tiempo que acude al taller de Ramón Padró. Con éste participó en la decoración de las salas de la Diputación Provincial de Zamora y en la iglesia de San Carlos. La tonsura del Rey Wamba es una de las creaciones más importantes que realiza en su juventud. En estos años le conceden una pensión para que se traslade a París, a fin de completar sus estudios. Bajo los consejos de Rafael Collin se adentra en la producción de Pierre Puvis de Chavannes, Gustave Moreau y Eugéne Carrière. La obra de los simbolistas es otra de las vertientes que más atraen su atención. En esta época se presenta a una Exposición Nacional con Las Ninfas del Ocaso, obra con que resulta premiado. Durante años participó en las principales exposiciones que se celebraron, obteniendo varios galardones. El género histórico y costumbrista, fueron dos temas que abordó con frecuencia. Entre éstos hay que citar La Navidad en Barcelona. Además fue un gran retratista. Su maestría en este género se aprecia especialmente en los retratos que realizó de niños. Trabajó como crítico de arte en la publicación "Joventut". Su dominio del dibujo y de la luz constituyen los aspectos fundamentales de su obra.
obra
Al igual que el Altar de Tetschen, representa una cruz en la montaña. Sin embargo, Friedrich ha introducido significativas modificaciones. El crucifijo es apenas visible. Apenas el cielo abierto entre las nubes, con su azul en la distancia, rodea y enmarca el crucifijo de forma que sea apreciable. La montaña procede, casi con seguridad, de una serie de dibujos realizados en la llamada Suiza Sajona, es decir, la zona montañosa en torno a Schandau, los Elbsandsteingebirge, de los cuales no nos ha llegado ninguno. Las rocas de la derecha de la cruz se relacionan con el dibujo de 1799 que el artista empleó para el primer término del Amanecer en el Riesengebirge. Unas formaciones rocosas similares aparecen en el Caminante sobre el mar de niebla. De hecho, se ha asimilado la pirámide rocosa de este cuadro con un dibujo sin fecha realizado en el Elbsandsteingebirge llamado Campos de piedra cerca de Rathen. Como en otras muchas obras, todo aparece sumergido por la niebla. Los abetos sobresalen del mar brumoso bajo la luz de la mañana. La niebla sugería a Friedrich el amanecer, las primeras luces, cuando las formas comienzan paulatinamente a adquirir su propia individualidad. Como en Niebla, la bruma y las nubes forman un muro impenetrable. Si la Vista del valle del Elba entronca con el redescubrimiento del paisaje montañoso en el siglo XVIII y la acuñación del concepto de lo "sublime" en la naturaleza, esta obra supone la ruptura total con el concepto clásico, poussiniano, de paisaje, y esto fue lo que escandalizó a sus contemporáneos. Si en Poussin todo invita a adentrarnos en la naturaleza, y una sutil gradación lleva nuestra vista hacia la distancia, ya en la Vista del valle del Elba la visión se halla bloqueada por la roca, aunque abierta más allá. Pero tras la montaña que se alza aquí ante nosotros, ya no hay nada. Asimismo, no hay gradación; es aire lo que se representa, por lo que el lienzo constituye un solitario plano medio: faltan el primero y el último planos. Es como si el espectador se situara dentro del aire, sin un punto de vista concreto. No hay referencias para calcular distancias, lejanía o proximidad. Es lo que se ha llamado "el horror placentero". ¿Qué simboliza, pues, esta obra? Se ha referido a Cristo, que abre el cielo a los hombres, representados por los abetos. La cumbre tripartita simbolizaría la Trinidad. Sería, pues, un cuadro de devoción. Como Kosegarten, Friedrich compartía la visión de Dios en la naturaleza que postulaba el pietismo luterano. Fue hallado en 1941 en el depósito del castillo de Heidecksburg en Turingia, en la ciudad de Rudolstadt, a orillas del Saale. Allí figuraba como obra anónima como "Paisaje del valle del Schwarza".
Personaje Otros Literato
Trabajó como jurisconsulto y escribió algunas obras como: "Reflexiones sobre las artes mecánicas", "Apéndice a la educación popular" e "Informes sobre la ley agraria". Fue oidor en Sevilla, donde impulsó la creación de la Academia de Bellas Artes (1759).
Personaje Científico Político
Estudia la carrera de Medicina y Físicas en la Universidad de Oslo y tras licenciarse cursa un master sobre salud pública en la Universidad de Harvard. En esta época inicia su trayectoria política ejerciendo desde 1965 la titularidad del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales. Su actividad en el Partido Laborista se hizo notar desde sus tiempos de estudiante. Tras ocupar varios cargos en 1977 accede al Parlamento noruego. En 1981 ocupa por primera vez el cargo de Primer ministro por el Partido Laborista. No sólo pasó a los anales de la historia de su país como la primera mujer que ocupaba este puesto, sino que además era la persona más joven que accedía a este cargo. En 1986 volvió a ser elegida como jefe de gobierno, puesto en que permaneció hasta 1989. En esta época además de presidir su partido fue presidenta de la Comisión Mundial de la Organización de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, desde donde dejó allanado el terreno para la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en 1992 en Río de Janeiro. Al comienzo de la década de los noventa ocupó de nuevo el cargo de primera ministra. Desde este puesto siempre se mostró a favor de la defensa de la infancia, el medio ambiente y los derechos de la mujer. De hecho durante sus mandatos la presencia femenina en los puestos de poder ha sido elevada. Brundtland dirige la Organización Mundial para la Salud desde 1998, tras haber trabajado en otros organismos internacionales. Por su labor humanitaria ha sido merecedora de prestigiosos galardones como el Premio Carlomagno, que le concedieron en 1994.