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Los mismos talleres de broncistas que producen jarros y patenas litúrgicos mantienen en el siglo VII la fabricación de fíbulas, en las que los modelos puramente germánicos del siglo VI se simplifican, al igual que en las placas de las hebillas, rectangulares o arqueadas, con decoración calada y dibujos de incisiones en los que se mezclan motivos de los repertorios bizantinos orientales que se emplean en la decoración arquitectónica. Este arte de síntesis bárbara y bizantina con gusto local es la representación más significativa del gusto visigodo hispánico.
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En la Sepultura de "El Turuñuelo" ( Medellín, Badajoz) se encontró una fíbula o broche circular de oro de 5 cm de diámetro. En su anverso, aparece la escena de la Adoración de los Reyes Magos: las tres figuras desfilan desde l izquierda, portando obsequios. Sus rostros aparecen de perfil mientras que los cuerpos están representados en tres cuartos; visten un ceñido pantalón oriental, clámide y un ajustado gorro en forma de casquete. En la derecha observamos a la Virgen María, en una escala mayor que los Reyes, esperando la llegada de éstos en un trono de elevado respaldo, sosteniendo en sus rodillas al Niño Jesús. Las figuras divinas presentan nimbos y dirigen su mirada al espectador, levantando Jesús la mano a los Reyes. Alredeor de esta escena encontramos una inscripción en caracteres griegos cuya traducción es: "Santa María, ayuda a quien lo lleva. Amén".El reverso es liso y presenta dos anillas que sirven para la fijación de la base de la aguja horizontal.
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La orfebrería visigoda muestra una gran predilección por las piezas de gran tamaño, adornadas con pedrerías de vivos colores, que se inspiran en el lujo de la indumentaria bizantina; estas joyas eran un símbolo de prestigio que se consideraba imprescindible en el ajuar de los difuntos.
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Para realizar estos broches de la orfebrería visigótica se empleó la técnica del cloisonné. Las formas aparecen divididas por líneas metálicas o pequeñas paredes (en francés "cloisons"), dentro de los cuales se introduce el esmalte o, como en este caso, se engarzan las piedras. Se conoce también como la técnica alveolada.