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Personaje Político
Tras su matrimonio con Osip Zetkin, de origen ruso, comienza su participación en la vida política al apuntarse en el Partido Socialdemócrata. Pero la prohibición de este movimiento bajo el mandato de Bismarck la obligaría a trasladarse a Suiza. Cuando regresa a Alemania se ocupa de la sección femenina de esta agrupación política. Desde esta rama del partido organizó varias conferencias internacionales y fue precisamente en una de ellas, celebrada en 1910, donde se decidió la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó directamente con Rosa Luxemburgo a favor de la paz. Al término del conflicto ingresó en el Partido Comunista, desde donde advirtió de la amenaza nazi, cada vez más presente. En 1933 tuvo que marcharse exilada a Rusia, donde murió.
obra
Esta estatuilla de bronce sujetando el rayo y preparado para lanzarlo procede del santuario de Zeus Náios en Dodona, localidad situada a 22 kilómetros de Ioánnina, en el Épiro. Este santuario era considerado por los griegos como el más antiguo oráculo de la Hélade.
termino
Personaje
En el panteón helénico, la figura de Zeus es la más grande al ser el dios de la luz, del cielo sereno y del rayo. La personalidad de Zeus se crea a partir de los poemas homéricos, mostrándolo como soberano de hombres y dioses, reinando en las luminosas alturas del monte Olimpo. Provoca la lluvia, lanza el rayo y el relámpago y mantiene el orden y al justicia en el mundo; es el garante del poder real y de la jerarquía social, prerrogativas que no sólo atañen a los hombres sino también a los dioses. Es el dispensador de los bienes y de los males. Zeus es el sexto hijo del titán Crono y de Rea. Según el oráculo, uno de sus hijos destronaría a Crono por lo que él se los comía al nacer. Sin embargo, cuando nació Zeus su madre engañó a Crono haciéndole devorar una piedra envuelta en una mantilla. Amamantado por la ninfa Amaltea, alcanzó la edad viril y se dispuso a alcanzar el poder. La Prudencia le entregó una droga que hizo que Crono vomitara todos los hijos e hijas que se había comido y con la ayuda de sus hermanos, Zeus atacó a Crono y a los titanes. La lucha duró diez años y Zeus consiguió la victoria ayudado también por los cíclopes. Los dioses victoriosos se repartieron el poder: Zeus quedaba como dueño del cielo; Poseidón, del mar; y Hades, de los infiernos. Su vida amorosa será tremendamente fecunda, manteniendo relaciones sexuales tanto con diosas como con mujeres. Entre las más famosas destacan sus uniones con Eurínome -de la que nacerán las Gracias-; Mnemósine -de la que nacerán las Musas-, Leto -madre de Apolo y Artemis-, Demeter -madre de Perséfone- y Hera, su propia hermana y esposa por excelencia, naciendo de este enlace Hebe, Ilitía y Ares. Entre las uniones humanas destacamos Alcamena -la madre de Heracles-; Danae -la madre de Perseo-; Electra, Io, Niobe, Pluto y un largo etcétera ya que no existe un lugar en el mundo helénico que no se vanaglorie de tener un héroe epónimo nacido de los amores de Zeus. Pero posiblemente su hija más famosa sea Atenea, nacida de su propio cerebro con armadura y lanza incluida. Su papel en las querellas olímpicas será crucial. En Roma será identificado con Júpiter.
acepcion
En el panteón helénico, la figura de Zeus es la más grande al ser el dios de la luz, del cielo sereno y del rayo. La personalidad de Zeus se crea a partir de los poemas homéricos, mostrándolo como soberano de hombres y dioses, reinando en las luminosas alturas del monte Olimpo. Provoca la lluvia, lanza el rayo y el relámpago y mantiene el orden y al justicia en el mundo; es el garante del poder real y de la jerarquía social, prerrogativas que no sólo atañen a los hombres sino también a los dioses. Es el dispensador de los bienes y de los males. Zeus es el sexto hijo del titán Crono y de Rea. Según el oráculo, uno de sus hijos destronaría a Crono por lo que él se los comía al nacer. Sin embargo, cuando nació Zeus su madre engañó a Crono haciéndole devorar una piedra envuelta en una mantilla. Amamantado por la ninfa Amaltea, alcanzó la edad viril y se dispuso a alcanzar el poder. La Prudencia le entregó una droga que hizo que Crono vomitara todos los hijos e hijas que se había comido y con la ayuda de sus hermanos, Zeus atacó a Crono y a los titanes. La lucha duró diez años y Zeus consiguió la victoria ayudado también por los cíclopes. Los dioses victoriosos se repartieron el poder: Zeus quedaba como dueño del cielo; Poseidón, del mar; y Hades, de los infiernos. Su vida amorosa será tremendamente fecunda, manteniendo relaciones sexuales tanto con diosas como con mujeres. Entre las más famosas destacan sus uniones con Eurínome -de la que nacerán las Gracias-; Mnemósine -de la que nacerán las Musas-, Leto -madre de Apolo y Artemis-, Demeter -madre de Perséfone- y Hera, su propia hermana y esposa por excelencia, naciendo de este enlace Hebe, Ilitía y Ares. Entre las uniones humanas destacamos Alcamena -la madre de Heracles; Danae -la madre de Perseo-; Electra, Io, Niobe, Pluto y un largo etcétera ya que no existe un lugar en el mundo helénico que no se vanaglorie de tener un héroe epónimo nacido de los amores de Zeus. Pero posiblemente su hija más famosa sea Atenea, nacida de su propio cerebro con armadura y lanza incluida. Su papel en las querellas olímpicas será crucial. En Roma será identificado con Júpiter.
Personaje Pintor
Aunque italiano de nacimiento, también trabajó en Grecia, Macedonia y Asia. No conocemos directamente sus obras pero sí a través de la literatura. Destaca la descripción que el escritor Luciano hace de una de sus obras: La familia del centauro. Fue uno de los pintores más célebres y admirados de su época, por la variedad cromática, las soluciones espaciales y la caracterización de los personajes.
contexto
Fueron precisamente Zeuxis de Heraclea y su contemporáneo Parrasio de Efeso, ambos activos en el último cuarto del siglo V y primeros años del siguiente, quienes vieron con claridad las posibilidades del sombreado. En sus manos, la pintura iba a convertirse en una técnica totalmente nueva, en la que verdad e imitación se fundían de forma mágica y maravillosa. Son muchas las anécdotas que se cuentan acerca de la capacidad ilusionista de sus pinturas. Valga una de ellas como simple ejemplo: "Se cuenta que éste último (Parrasio) compitió con Zeuxis; éste presentó unas uvas pintadas con tanto acierto que unos pájaros se habían acercado volando a la escena, y aquél presentó una tela pintada con tanto realismo que Zeuxis, henchido de orgullo por el juicio de los pájaros, se apresuró a quitar al fin la tela para mostrar la pintura, y al darse cuenta de su error, con ingenua vengüenza, concedió la palma a su rival, porque él había engañado a los pájaros, pero Parrasio le había engañado a él, que era artista" (Plinio, NH, XXXV, 65; trad. de María E. Torrego). Obviamente, nadie nos obliga a creer en la verdad de estas aseveraciones. Pero antes de burlarnos desdeñosamente de ellas, no estaría de más recordar cómo, al comentar la primera sesión cinematográfica que se presentó en Nueva York, allá en 1896, y en la que apareció la filmación de un paisaje marino con olas, el The New York Drarnatic Mirror comentó que "algunos espectadores de las primeras filas parecían temerosos de mojarse y buscaban con la vista un refugio". Es posible que, para quien jamás ha visto un cuadro con sombreados y perspectivas, la sensación de realidad sea más profunda y desasosegante. Zeuxis y Parrasio explotaron efectivamente su papel de brujos, de creadores de confusión. Incluso en su aspecto externo, si damos crédito a las fuentes que nos han llegado, hicieron ostentación de su fantasiosa originalidad: Parrasio vestía de púrpura y llevaba corona y sandalias doradas (Eliano, Var. Hist., IX, 11), mientras que Zeuxis se paseaba por Olimpia con su nombre bordado en letras de oro sobre el manto (Plinio, NH, XXXV, 62). Realmente, sus actitudes provocativas e histriónicas tenían puntos de contacto con esos contemporáneos suyos que fueron los sofistas. Y es que, a nivel más profundo, Zeuxis y Parrasio son precisamente el paralelo estético de los sofistas. Si Gorgias, al hablar de los poderes de la palabra, dice que "compenetrándose con la opinión del alma, el poder de su encantamiento la fascina, persuade y modifica con su hechizo; del hechizo y la magia se han inventado... artes que son extravío del alma y engaños de la opinión" (Helena, 8, 15), puede afirmarse que la nueva pintura intenta los mismos objetivos con sus peculiares medios. En último término, ambos pintores suscribirían la famosa frase de la obra "Dialexeis", escrita por algún anónimo sofista, según la cual "en la tragedia y en la pintura, quien más engañe haciendo cosas semejantes a las verdaderas, es el mejor" (3, 10). Plenamente ligados a las tendencias de pensamiento más en boga en su época, Zeuxis y Parrasio desempeñaron también en otros aspectos de la actividad artística un papel de enorme importancia. Supieron aprovechar, por ejemplo, la tendencia de los sofistas a valorar el placer como un bien indiscutible, independiente de la verdad (Los "poetas no componen sus poemas con vistas a la verdad, sino al placer de los hombres, se dice en Dialexeis," 3, 17), y también independiente de la utilidad ("Estos objetos son imitaciones de los cuerpos reales y proporcionan el placer de la contemplación, pero ninguna utilidad procuran a la vida de los hombres", afirma Alcidamente en su "Oratio de Sophistis", 10), y con ello lograron conquistar una libertad y dignidad que antes parecían inalcanzables para el oficio de artista: Zeuxis imaginó temas nuevos, sin antecedentes en la iconografía tradicional (por ejemplo, su Familia de centauros, descrita por Luciano, Zeuxis, 3-8), y, según se decía, su orgullo era tan desmedido que regalaba sus obras, diciendo que nadie podría pagar su precio; en cuanto a Parrasio, se consideraba a sí mismo príncipe de la pintura y descendiente de Apolo. Decididamente, los artistas del siglo IV a. C. tendrán buenos precedentes para asentar su dignidad artística y poner coto a las injerencias de los clientes en su actividad. Otro paso que se da por entonces, al menos desde el punto de vista teórico, es el planteamiento de lo subjetivo en el criterio estético: como decían los sofistas, si "alguien mandase a todos los hombres reunir en un solo montón lo que considerara feo, y, de nuevo, del conjunto cogiera cada cual lo que tiene por hermoso, no dejaríamos nada a un lado, sino que todos se repartirían todo, pues no todos piensan lo mismo" (Dial., 2, 8)". Se trata aún de una boutade, pero es el punto de partida hacia la libertad de estilo personal. Ya parece incluso, por ciertos textos, que podría fijarse alguna diferencia entre las obras de Parrasio, preocupado por la limpieza de líneas y por la elegancia de la cara y peinados, y las de Zeuxis, interesado sobre todo por las tonalidades y las corpulentas musculaturas. Por ello, aunque no nos ha llegado ninguna obra de estos grandes artistas, es posible sugerir que acaso -sólo acaso- dos mármoles pintados en grisalla y procedentes de Herculano nos proporcionen un reflejo de lo que fue el estilo de cada cual: Pirítoo dando muerte al centauro Euritión, ante la asustada Hipodamía, podría reflejar el arte de Zeuxis, y las Jugadoras de tabas se acercarían más bien al estilo de Parrasio. Si contemplamos estas obras -que, de cualquier modo, reflejan el arte del dibujo en torno al 400 a. C.-, inmediatamente veremos los intentos de obtener, mediante líneas de distinto grosor o mediante el sombreado tonal, un cierto efecto de relieve, hasta entonces desconocido. Pero también es digno de resaltarse otro elemento aún incipiente, que podemos observar sobre todo en el Pirítoo, y de cuya importancia ya hemos hablado: es el intento de dar expresividad a las facciones.
Personaje Pintor
Zhao Mengfu era descendiente de la familia imperial Song, y si bien en un primer momento rechazó servir a la nueva dinastía, más tarde aceptó vivir y trabajar para la corte, siendo por ello muy criticado en los círculos artísticos. Además de pintor fue poeta y calígrafo, buscando la inspiración para todas sus composiciones en la época Tang, añadiendo los postulados de simplicidad pregonados por Mi Fu, gran pintor de la dinastía Song. Sus temas principales fueron el género de paisaje, bambúes y animales, destacando entre éstos la representación de caballos según el modelo de Han Gan. Él, como muchos de sus correligionarios, muestra en su obra una síntesis de estilos tradicionales y una originalidad que intentarán satisfacer el gusto arcaizante y las necesidades expresivas de su tiempo. Entre sus obras destacan: Colores otoñales en los Montes Jiao y Hua (1295), Baño de caballos y Aldea a la Orilla del lago. Su esposa fue la también pintora Guan Tao Sheng.
Personaje Pintor
Entre los discípulos de Wen Zhenming, destaca Zhen Shun, poeta, calígrafo y pintor. El maestro le inculcó el gusto por los pintores del pasado, especialmente por aquellos relacionados con la pintura de letrados. A pesar de que ejerció una gran influencia sobre él, Zhen Shun supo crear un estilo propio, con unas pinceladas en las que utilizó los puntos o tien de Mi Fu, así como los juegos de tinta o mo-xi.
Personaje Pintor
Era letrado en tiempos de la dinastía Qing. Ya entonces, desde su puesto de funcionario secundó los levantamientos de los campesinos, por lo que le expulsaron de su cargo. Se distinguió en el arte de la caligrafía por introducir un nuevo estilo a base trazos sueltos y angulosos. Como pintor recibe una clara influencia de Xu Wei y Shitao, destacando su interés por los asuntos sociales. El bambú y las orquídeas son dos de los recursos que más se repiten en sus creaciones.