Friedrich retornó a su tierra, la Pomerania anterior, en el otoño de 1815. Esta región había por fin abandonado el dominio sueco, y Friedrich se apresuró a regresar durante una temporada junto a su familia. Durante esos días realizó numerosos estudios, contenidos en un cuaderno hoy conservado en Oslo. Muchos de ellos le servirán para realizar en los años siguientes toda una amplia serie de cuadros de tema marino, con un especial interés en los veleros, como Barcos en el puerto de Greifswald. De todos estos óleos, el que nos ocupa es el más importante de los realizados a la misma vuelta del viaje. Fue expuesto en Dresde en 1816; más tarde en Berlín, en donde fue adquirido por el rey Federico Guillermo III de Prusia, como regalo de cumpleaños para el príncipe heredero, gran admirador de Friedrich. Con una gran riqueza de detalles, siempre dentro de su elaborada composición simétrica, el pintor vuelve a tratar el tema del puerto como alegoría de la muerte y la resurrección, del que ya había ocupado en 1811 en su Puerto a la luz de la luna, hoy en Winterthur. Aunque empleó un dibujo de 1798, la mayoría de los elementos proceden de su viaje de 1815, como los bergantines, vistos desde proa y desde popa, que tomó del dibujo conocido como Bergantín en el puerto. El éxito de este cuadro hizo que se aceptara en diciembre de ese año su demanda de admisión en la Academia de Dresde, con un salario anual de 150 thaler.
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Formado en la tradición realista con Carlos de Haes, Martín Rico tenderá hacia un Impresionismo muy personal en los años finales de su vida como en esta Vista de Venecia que contemplamos. El canal domina toda la superficie del lienzo para crear una soberbia profundidad con las casas en perspectiva que nos permiten apreciar al fondo la silueta de la iglesia de Santa Maria della Salute, obra de Baltasar Longhena. La iluminación del atardecer ocupa un papel relevante en el conjunto, resaltando las tonalidades de las casas y los reflejos del agua, pincelada minuciosa y pequeña que recuerda a Fortuny. El depurado dibujo y los detalles anecdóticos le alejan del Impresionismo para acercarle al Realismo aprendido con su maestro. El resultado es una imagen llena de belleza con las que Rico obtendrá bastante éxito.