Hijo de Juan IV y Luisa de Guzmán, destronó a su hermano Alfonso VI, anuló el matrimonio del monarca con María de Saboya y se casa con ella. Su figura afirmaría, por un lado, el linaje de los Braganza como dinastía real, y por otro, potenciaría de nuevo el Estado portugués en busca de recuperar el pasado esplendor, ya definitivamente perdido. En la Guerra de Sucesión española tomó partido contra los Borbones y se alió con Inglaterra. Portugal pasó a convertirse en una especie de apéndice económico y político de Inglaterra y en una avanzadilla del poderío inglés en el occidente atlántico, perdiendo así de nuevo una buena parte de la autonomía que había logrado recuperar medio siglo antes a raíz de su separación de la Monarquía hispana.
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Personaje
Político
Tras la abdicación de Pedro I en 1831 debido a una insurrección popular en Río de Janeiro, la corona imperial recayó en su hijo Pedro II que tenía seis años. Durante esta minoría será una Regencia quien ostente el gobierno, controlando los conservadores los resortes del poder. En 1840 será declarado mayor de edad debido a la presión del partido liberal y el joven Pedro II intentó arbitrar las querellas entre ambos partidos, aunque su tendencia natural era apoyarse en los conservadores. En 1865 estalló la guerra del Paraguay que se extendió durante cinco años. La impopularidad de este conflicto será una de las causas de la crisis del Imperio, sumándose el enfrentamiento del emperador con la Iglesia. Un pronunciamiento republicano acabó con el Imperio en 1889 y Pedro II huyó a París donde falleció.
Personaje
Militar
Político
Coronado rey en 1196, heredó de su padre Alfonso II derechos sobre los territorios al sur de Francia, anexionando en 1204 el señorío de Montpellier gracias a su matrimonio con María de Montpellier. La propagación de la herejía albigense en el Languedoc fue aprovechada por la monarquía francesa para intervenir y anular la influencia catalano-aragonesa. En 1210 Pedro II intervino también, declarando bajo su protección a los condes y territorios de Tolosa, Foix y Cominges. La derrota posterior en la batalla de Muret frente a los ejércitos de Simón de Montfort, en la que murió el propio monarca, significó el final de la influencia catalano-aragonesa en el sur de Francia. Fue coronado en Roma por Inocencio III, declarándose así vasallo de la Santa Sede. Durante su mandato, se alió con la corona castellana, colaborando en las luchas de ésta con las monarquías de León y Navarra y participando en la batalla de las Navas de Tolosa. Su política intervencionista en cuestiones externas fue muy gravosa para las arcas del reino, por lo que la hacienda pública hubo de verse incrementada con nuevos impuestos como el del monedaje, muy contestado por la nobleza y los representantes de las ciudades.
contexto
El paso del tiempo llevó a plantear el problema de la mayoría de edad del príncipe. Si bien éste no gobernaría de forma efectiva hasta 1847, en 1840 se lo declaró mayor de edad y al año siguiente se lo coronó como Pedro II. En 1840 se incorporó a la Constitución una cláusula adicional que permitía el funcionamiento de las asambleas legislativas provinciales, que ya funcionaban con anterioridad a 1834. Cuando Pedro II se hizo cargo de forma efectiva del gobierno, el país todavía no estaba totalmente pacificado. La rebelión "farroupilha" de Rio Grande do Sul, en la que había participado de forma activa el revolucionario italiano Giuseppe Garibaldi, se prolongó hasta 1845, debido a su carácter netamente separatista y republicano. En 1848 estalló en Pernambuco una nueva rebelión, de signo liberal. Una vez que fue sofocada Pedro II proclamó una amnistía general con el ánimo de abogar por la reconciliación nacional. A partir de aquí, y coincidiendo con su reinado, el Brasil atravesó un período de casi cuarenta años de paz y prosperidad, algo inconcebible en la mayor parte de los restantes países latinoamericanos. El inicio de la conciliación, es decir, de la cohabitación de ministros liberales y conservadores en el gabinete, a partir de 1853, marcó el comienzo de una nueva etapa política en el Brasil. El marqués de Paraná asumió el gobierno y uno de sus objetivos era la búsqueda del consenso entre los partidos políticos en torno a su plan de gobierno. Pero la ausencia de disputas entre los partidos no duró demasiado. En 1863 y 1868 el rey disolvió la Cámara de Diputados por los constantes enfrentamientos entre conservadores y liberales, que entorpecían la gobernabilidad del país. Esto suponía la existencia de gabinetes inestables, pero también la participación del rey en la vida política nacional de un modo más intenso, lo que provocó fuertes debates en la opinión pública sobre la oportunidad de una conducta semejante. El uso frecuente y reiterado de la prerrogativa regia de disolver el Congreso y convocar elecciones socavaba el prestigio de la monarquía y la del propio monarca y aumentaba la vulnerabilidad de su figura. Este período se caracterizó por la existencia de algunas novedades dentro de la continuidad. Se potenciaron las relaciones con Europa y los Estados Unidos y se intensificaron las exportaciones de los productos agrícolas brasileños. Los viajes de Pedro II a Europa, en 1871, 1876 y 1888, y el de 1876 a los Estados Unidos, fueron de gran utilidad para el cumplimiento de estos objetivos. Los grupos dirigentes regionales seguían siendo los mismos, aunque ahora encontramos una clara conciencia de pertenencia a una clase dominante que no sólo se comportaba como tal sino que era la única capaz de proponer al resto de la sociedad un proyecto nacional estructurado y coherente. Se trataba de una clase dominante con escasas fisuras, que afrontó sin grandes dudas la difícil tarea de construir una Nación y estructurar un Estado en torno suyo. Sin embargo, este hecho no bastaba por sí mismo para otorgar homogeneidad a la oligarquía rural, integrada por los nordestinos plantadores de azúcar y algodón, los paulistas plantadores de café y los ganaderos que se habían asentado en las tierras del interior, como Rio Grande do Sul y Minas Gerais.
Personaje
Político
Nieto de Pedro I el Grande e hijo de Carlos Federico de Holstein-Gottarp, accedió al trono al fallecer la emperatriz Isabel. Su educación prusiana le convirtió en un competente militar pero nunca llegó a comprender al pueblo ruso, sintiendo desprecio por el clero ortodoxo. Renunció a favor de Prusia los territorios conquistados durante la Guerra de los siete Años e introdujo a militares prusiano en el ejército, lo que le valió el rechazo por parte de la guardia imperial. Una conspiración encabezada por el amante de su esposa le obligó a abdicar a los seis meses de ser elegido zar, muriendo asesinado.
Personaje
Militar
Político
Elegido rey en 1240, lo fue también de Sicilia a partir de 1282. Hijo de Jaime I, heredó de su padre el trono de Aragón, Valencia y el principado de Cataluña. Su matrimonio con Constanza de Suabia y la continuación de la política de expansión en el Mediterráneo que emprendió su padre le llevaron a reclamar derechos sobre Sicilia, aprovechando además el descontento de la población local con la política de la casa de Anjou. Así, en 1282 se apoderó de Sicilia pretextando preparar un ataque a Túnez, lo que provocó que el papa Martín IV le excomulgara y concediera derechos sobre la corona catalano-aragonesa a Carlos de Anjou. En 1283, el rey francés Felipe el Atrevido invadió el Ampurdán y tomó Gerona, si bien la victoria de la flota catalano-aragonesa al mando de Roger de Lauria en el golfo de Rosas logró equilibrar la disputa. La difícil situación de Pedro III, enfrentado a Francia y al Papado, fue aprovechada por la nobleza aragonesa para emprender un movimiento de presión que obligó al rey a jurar el Privilegio Real, un conjunto de fueros favorable a sus intereses estamentales. La nobleza catalana, por su parte, obligó al rey a conceder una constitución en 1283, "Una vegada a l´any", que acabó de conformar las cortes catalanas.