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obra
Ingres realizó esta pintura hacia 1846. Ya había desarrollado el tema en otras ocasiones, con muy pocas variantes. En este caso, el pintor ha aislado el motivo de los amantes del resto de la historia, según la cual estarían a punto de ser sorprendidos por el marido de Francesca, que matará a Paolo. Ingres optó por un género llamado "trovador" que estaba muy en boga en la Francia del momento. En el género trovador se recuperaban ambientes de la Edad Media e historias de la literatura, como esta historia de Petrarca.Ingres deforma las figuras, estilizándolas y convirtiendo sus miembros en elementos curvos, sinuosos, que se acarician mutuamente. La figura de Paolo parece una serpiente que se estira en curvas para alcanzar con su beso la mejilla de Francesca. Estas deformaciones no fueron bien acogidas por la crítica del momento, que las consideraba excesos formales que tendían hacia estilos anacrónicos, como el gótico.
obra
Rossetti se inspira en el "Infierno" de Dante, concretamente el Canto V, para realizar esta acuarela. La composición se divide en tres partes que se desarrollan de izquierda a derecha: Francesca besando a su cuñado Paolo en la izquierda, Dante y Virgilio en el centro; los amantes, tras ser asesinados por Segismodo Malatesta -el ultrajado esposo y hermano de Paolo-, son arrastradas al fuego del infierno. En cada una de las viñetas podemos observar textos alusivos a la historia. Cada una de las partes está tratada como un todo pero enlaza de manera adecuada en el conjunto. La calidad dibujística de Rossetti se pone claramente de manifiesto así como su admiración por los maestros del Quattrocento italiano. La obra fue adquirida por el crítico John Ruskin por 35 guineas, enviando Rossetti el dinero recibido a su querida Lizzy y un amigo que estaban desamparados en París.
obra
La literatura medieval tuvo mucho eco en Ingres y otros pintores del llamado género trovador. La recuperación de la Edad Media y de los amores furtivos tienen mucho que ver con elRomanticismo, que está a punto de imponerse en la escena cultural europea. En cambio se alejan de las virtudes cívicas y morales que exaltaba el Neoclasicismo, estilo en el cual se adscribe tradicionalmente a Ingres. El tema de Paolo y Francesca le fue muy querido a Ingres, que lo relacionaba con la biografía legendaria del pintor Rafael, quien estando casado amaba a la Fornarina, su modelo. Igualmente, Francesca era la mujer de Gianciotto, mientras que Paolo era su maestro de literatura, un vulgar sirviente. Petrarca nos cuenta esta historia archiconocida del Renacimiento. Ingres refleja el momento en que Paolo y Francesca se demuestran un amor reprimido y no consumado, pues según escribía el poeta, ambos leían juntos cada tarde y aquella tarde ya no leyeron más, dando a entender que se besaron. En este momento de felicidad se avecina la desgracia, pues el marido burlado los descubre y amenaza con la espada.
contexto
Eduardo Paolozzi y Richard Hamilton tienen un lugar destacado dentro del Independent Group y en la gestación del pop inglés. Paolozzi (1924), un inglés de padres italianos, era un escultor que trabajaba en bronce en los años cincuenta. Propagador del concepto de cultura pop, jugó un papel de precursor con sus collages de los años cuarenta, tales como Yo era el juguete de un hombre rico (1947), donde ya aparecen, aunque de manera rudimentaria, elementos de una sociedad de consumo todavía incipiente: la chica, un avión de guerra, una botella de Coca-Cola (con un anuncio -Sirva Coca-Cola en casa-) y una pistola que dispara la palabra pop. Paolozzi había pasado tres años en París a finales de los cuarenta y allí entró en contacto con artistas relacionados con Dadá y el Surrealismo (Arp, Giacometti, Léger; Dubuffet...). Estos conocimientos, el interés por el fotomontaje y por Schwitters, que muere en Londres en 1948, están en relación con los collages que inicia en 1946. Las imágenes proceden de revistas populares, pero -a diferencia de Dadá o del Surrealismo- carecen de intenciones críticas o de provocar asociaciones irracionales. Paolozzi mira, y pega, con una visión fría y distanciada, como se haría en Estados Unidos. Entusiasmado por la fuerza, la vitalidad y el atractivo de los objetos de la cultura de masas -los coches, las chicas, los electrodomésticos, las latas de conserva, etc.- se propone acabar con la distancia que separa las Bellas Artes con mayúsculas del arte pop(ular).El término pop, que disparaba la pistola, vuelve a aparecer sobre el envoltorio de un chupachups gigante en el primer collage de Richard Hamilton, en 1956. Es un proyecto de cartel para la exposición que preparó el Independent Group sobre la relación del hombre con su nuevo entorno, con el fin de dar ejemplos prácticos de esa síntesis de las artes que buscaban. Doce equipos -formados cada uno por un pintor, un arquitecto y un escultor- crearon doce espacios, montando entre todos el decorado de una especie de happening en el cual entraban, por primera vez, las imágenes de la publicidad, del cine y del consumo, en un templo artístico -la Whitechapel Art Gallery de Londres-. El título de la exposición es profético, This is Tomorrow (algo así como Aquí está mañana), y el collage de Hamilton también. Fue su equipo -con Mac Hale y Voelcke- que se distinguió en esta exposición por utilizar diferentes medios de comunicación, de los que el arte era un elemento más (había una reproducción de los Girasoles de Van Gogh, fotogramas de cine ampliados, una botella de cerveza gigante... y se dirigían a todos los sentidos: se podía oler, oír, andar en suelos blandos, ver películas, etc). Aquello era una puesta en escena del nuevo mundo del consumo y la publicidad, que había cambiado por completo la percepción de las cosas. Como escribía Hamilton "lo que necesitarnos no es tanto definir los significados de la imagen como desarrollar nuestras capacidades para aceptar y utilizar el enriquecimiento constante del material visual". Su cartel, bajo la pregunta ¿Qué es lo que hace nuestros hogares hoy tan diferentes, tan atractivos? es una pintura, pero ofrece todo un repertorio de novedades, todo lo que va a constituir el tema del arte durante unos años: el confort, los electrodomésticos, el magnetofón, la comida enlatada, los medios de comunicación, la televisión, el cine, los comics, los automóviles, los chicos musculosos y las chicas estupendas. El cartel es un manifiesto del pop.Richard Hamilton (1922), publicista y profesor de joyería, tipografía y diseño industrial en el Institute of Contemporary Art, realizó, a petición de Duchamp, una copia del Gran Vidrio, dando una prueba clara de su filiación como artista. Y si lo anterior eran todavía preparativos y manifiesto, su pintura She (Ella) de 1958-1961 (Londres, Tate Gallery), con las barras del dólar en la letra ese, mezcla de pintura y collage, inspirada en los anuncios, es ya una de las obras clave del pop británico. A partir de diez fotografías de anuncios, Hamilton toma de aquí y de allá, mezcla una tostadora de pan y un aspirador, pega un trozo de plástico blanco o un ojo que hace guiños al espectador, pinta con pinceles la Coca-Cola y con aerógrafo el aspirador... y con todo ello construye un collage pintado, en el que todos esos elementos encuentran unidad en un espacio perspectivo.
termino
acepcion
Titulo empleado por los cristianos para designar a la cabeza de la Iglesia Católica, considerado el sucesor de San Pedro. Sus resoluciones son definitivas y tienen carácter infalible.
obra
Formado con Giorgione y Tiziano, el veneciano Sebastiano del Piombo aportó la escuela romana protomanierista el suave colorido véneto, que pronto enriqueció sus planteamientos al contacto con Rafael, a quien precedió en la pintura de las Estancias vaticanas, y sobre todo con Miguel Angel, con quien mantuvo una estrecha alianza en la Resurrección de Lázaro, obra encargada para la catedral de Narbona que hoy se conserva en la National Gallery de Londres, cuyo dibujo original se debió a Buonarroti y ello motivó un sonado pugilato con La Transfiguración de Rafael. A la muerte de éste, Piombo se convirtió en el retratista más solicitado de Roma, como podemos observar en este magnífico retrato del papa Clemente VII, en el que destaca la inquietante y manierista postura, impresionando el vigoroso carmesí del atuendo. El pontificado de Julio de Médicis, elegido papa en 1523, estuvo plagado de episodios negativos. Su alianza con Francia motivó el saqueo de Roma por las tropas imperiales en 1527, aunque años más tarde cambió de postura y coronó a Carlos V#PINTOR#5598] emperador en Bolonia. La contundente postura de Clemente VII al negarse a convocar un concilio ecuménico provocaría la ruptura definitiva de los protestantes alemanes. Por si fuera poco, Clemente se negó a otorgar el divorcio a Enrique VIII de Inglaterra lo que motivó la separación de Roma.
Personaje Religioso
Aragonés nacido en Illueca, de familia ilustre y de nombre Pedro Martínez de Luna, comenzó la carrera militar y estudió derecho canónico en Montpellier, alcanzando el grado académico de doctor. En 1375 es nombrado cardenal diácono, y viaja con el papa Gregorio XI desde Avignon a Roma. En 1378, a la muerte del papa, se reúne el cónclave cardenalicio para designar sucesor. La composición del colegio, con 16 miembros divididos en tres facciones (partido limosín, partido francés y partido italiano), y la reciente vuelta de la Santa Sede a suelo romano, hacían prever una elección difícil y complicada. Además, la presión del exaltado pueblo romano, temeroso de que la elección de un papa francés se llevase de nuevo la Santa Sede, rodeó de problemas el cónclave, temiendo los cardenales por su integridad. La elección de Urbano VI (Bartolomé Prignano, arzobispo de Bari) fue apresurada y en modo alguno unánime (faltaban seis cardenales, que permanecían en Avignon, y otro más que ejercía de representante en el Congreso de Sarzana), planteándose como una solución de urgencia ante los tumultos del exterior. Los acontecimientos que se sucedieron no provocaron sino confusión, invadiendo el pueblo romano la sala antes de haber finalizado el cónclave. En el alboroto, algunos participantes creyeron que el nuevo papa era el cardenal Tibaldeschi, al que ya se le empezaron a preparar honores mientras algunos cardenales huían. El equívoco se deshizo poco después al darse a conocer el nombre del italiano Urbano VI, quien será coronado el 18 de abril con el beneplácito del pueblo. Sus modos dictatoriales, sin embargo, comienzan pronto a levantar recelo entre algunos de sus cardenales, especialmente entre los franceses. Además, en clara oposición a estos, amenaza con ordenar cardenales a mayor número de italianos para que su facción obtenga la mayoría en el colegio cardenalicio. El enfrentamiento se materializa el 9 de agosto de 1378 con la retirada a Anagni de trece cardenales y la redacción de una declaración en la que se hace constar que la elección de Urbano VI es nula de derecho porque ha sido elegido bajo amenazas. Pedro de Luna intenta mediar en el conflicto pero más tarde se convence de sus postulados y se une a los cardenales franceses. Urbano VI envía como mediadores a los cardenales Orsini, Brossano y Corsini, quienes ofrecen el perdón del Papa a los cardenales díscolos a cambio de desistir en su actitud. Sin embargo, los tres mediadores se pasan también al bando contestatario. Así las cosas, el 20 de septiembre de 1378 los cardenales sublevados designan al cardenal Roberto de Ginebra, familiar del rey francés, como nuevo papa en oposición a Urbano VI y con el nombre de Clemente VIII. La intervención diplomática de Pedro de Luna consigue atraer hacia el nuevo papa las simpatías de importantes reinos cristianos, siendo Castilla la primera monarquía en reconocer al nuevo papa, a la que seguirán Juan I de Aragón y Carlos III de Navarra. Como representante de Clemente VIII, viaja también a Francia, Flandes, Lieja, Escocia, Irlanda e Inglaterra, logrando el favor de sólo de Escocia y Francia. El reino de Nápoles y el sur de Alemania se declararán también partidarios suyos, mientras Portugal alternará su favor entre ambos papas en función de su situación política. Por parte de Urbano VI, le apoyarán Inglaterra, norte de Alemania, Hungría, Polonia, Dinamarca, Suecia, Noruega e Italia, excepto el reino de Nápoles. Planteado el cisma en toda su crudeza, Clemente VIII se dispone a acabar con su oponente mediante la fuerza, si bien el intento de invadir Roma se salda con la derrota de sus ejércitos en Carpineto. Decide entonces instalar su residencia en Avignon acompañado de tres cardenales. Para acabar con la división, que alcanzaba no sólo a las naciones, sino también al interior de los conventos, se plantearon diversas soluciones, propuestas por los teólogos Gerson y D´Ailli de la Universidad de París de acuerdo con la tesis de que la autoridad real y efectiva de la Iglesia recae sobre el Concilio General de los cardenales y obispos, y no sobre el papa. La primera solución postulaba la vía cessionis, esto es, la renuncia de ambos papas. La segunda solución al problema, la vía Compromissi, establecía que una reunión entre ambos papas y sus partidarios podría aclarar cuál de los papas tenía razón y legítimamente ocuparía el trono pontificio. La tercera, vía Concilii, postulaba la convocatoria de un Concilio universal que depusiera a ambos papas. Pedro de Luna se muestra partidario en principio de la primera solución, la via cessioni, pero la muerte de Clemente VII y su elección por los cardenales de Avignon como nuevo papa bajo el nombre de Benedicto XIII le hacen cambiar de opinión, pese a las presiones de Francia. Así, en 1398, Francia le retira su apoyo y el Consejo Real obliga a los cardenales de Avignon a salir de la ciudad, quedando tan sólo cinco junto a Benedicto XIII. Se produce entonces el asalto a la ciudad por parte de las tropas de Godofredo de Boucicaut, favorecidos por la rebelión popular promovida por el cardenal Juan de Neuchatel, y el asedio a la fortaleza en la que Benedicto XIII ha de refugiarse, hasta que es liberado por las tropas que envía Aragón al mando de Jaime de Prades, en 1403. La diplomacia y astucia de Benedicto XIII consiguen el perdón de Francia y su apoyo de nuevo a su causa. Se ensaya entonces la vía compromissi para acabar con el cisma, comprometiéndose Benedicto XIII y Gregorio XII (sucesor de Inocencio VII, quien a su vez había sucedido a Urbano VI) a encontrarse en la ciudad de Savona en 1407. El papa de Avignon estaba seguro de poder convencer a su oponente, asentado a su sólida formación jurídica y sus dotes dialécticas; sin embargo, el encuentro nunca llegó a producirse por la ausencia del pontífice romano. A partir de 1408, la presión de las monarquías cristianas sobre Benedicto XIII se hace mayor, forzándole a convocar un concilio en Perpignan para recabar apoyos. La oposición francesa conseguirá aislar al papa Luna, quien contará sólo con el favor de Navarra y Aragón. En 1409 prospera la propuesta de la Universidad de París de solucionar el conflicto mediante la vía concilii. Así, seis cardenales de cada bando se reunieron en Livorno y formaron un colegio cardenalicio autónomo. Escribieron a todos los reyes y obispos y convocaron un Concilio ecuménico a celebrar en Pisa el 25 de marzo de 1409. Benedicto XIII tiene previsto presentar su renuncia durante el Concilio, para lo que envía legados plenipotenciarios. Sin embargo, el rey francés opta por intervenir de manera directa en el conflicto para lograr la deposición de ambos papas, retrasando la emisión de salvoconductos que impiden la llegada a tiempo de ambas legaciones. Así, durante la sesión XV y en ausencia de los representantes de Gregorio XII y Bendecito XIII, se derroca a ambos papas por "herejes y por fautores del cisma", se declara la Sede vacante y se elige a Alejandro V, un franciscano de origen griego, como nuevo papa. La decisión no fue acatada por los papas depuestos, quienes convocaron sus respectivos concilios en Aquileya y Perpignan en busca de apoyos a sus pretensiones. La cuestión se complica aun más al fallecer en 1410 el papa Alejandro V y ser elegido Juan XXIII. El Concilio de Constanza (1414), auspiciado por el emperador Segismundo, pretende acabar con la tricefalia de la Iglesia mediante la renuncia de los tres papas y la elección consensuada de un nuevo pontífice. El modo de elección, por naciones y no individualmente, y a cargo tanto de laicos como de eclesiásticos, perjudica notablemente a Juan XXIII, quien se ve obligado a dimitir. Gregorio XII, por su parte, presentó su renuncia durante la reunión XIV. Benedicto XIII pretende quedar como único papa alegando haber sido elegido antes del Cisma, en vista de lo cual hubo de ser depuesto por el Concilio. En 1417 fue elegido papa el cardenal Otón Colonna, con el nombre de Martín V, dando así por concluido el Cisma de Occidente. Los últimos apoyos que le quedaban dejan solo a Benedicto XIII, al acatar sus cardenales las determinaciones del Concilio y al retirarle su reconocimiento los reinos de Castilla, Navarra, Aragón y Escocia. Retirado en el castillo de Peñíscola, Pedro de Luna muere en 1424.
Personaje Político
Se unió a la resistencia antialemana y luego pasó a formar parte del Ejército monárquico, con el que tomó parte en la guerra civil de 1946-49. Carente de relaciones con la oligarquía, su carrera fue oscura y lenta, hasta alcanzar el grado de coronel en 1960. Miembro de los servicios secretos militares, fue uno de los cabecillas del golpe de Estado de abril de 1967, y luego ingresó en la Junta Militar y en el Gobierno. A finales de ese año, se retiró del servicio activo en el Ejército, y se centró en la carrera política, que le llevó rápidamente a ser el hombre fuerte de la dictadura. Jefe del Gobierno (1969- 1973), desempeñó las carteras de Defensa, Educación y Asuntos Exteriores. Jugó un papel, fundamental en el derrocamiento del rey Constantino, fue luego regente del reino (1972- 1973) y más tarde proclamó la república y se hizo elegir presidente. Sin embargo, su ambición personal y el incremento de la oposición popular favorecieron un movimiento de rebeldía en las Fuerzas Armadas, y un nuevo golpe de Estado le apartó de la vida pública. Tras la caída de la dictadura, en el verano de 1974, fue detenido y sometido a juicio con otros responsables del régimen. Condenado a muerte, la pena le fue conmutada por la de cadena perpetua.