La decoración del monasterio de Dafni, cerca de Atenas, reconstruido hacia 1100, se distingue por la limpieza de la composición, por los grandes espacios vacíos juiciosamente dispuestos alrededor de las figuras y por la transformación de las propias figuras en el eje y módulo de toda la representación. Las imágenes, al estar concebidas como un espejo en el cual se refleja el mundo inteligible, han de evitar todo aquello que recuerde la tierra como tal: la tercera dimensión, la perspectiva, los adornos perturbadores y los países evocadores de lo lejano. Incluso a veces se prescinde por completo del paisaje, para que no haya nada que rompa la unidad del fondo de oro. Las proporciones, los ritmos, los equilibrios que definen una composición pintada, son efectivamente determinados de esta manera. A los ojos de los teólogos bizantinos, la iglesia del monasterio de Daphni contaba con dos lugares de honor: la cúpula y la concha del ábside, destinada a la Madre de Dios. La cúpula era el cielo, desde donde Cristo Pantocrátor, el Todopoderoso, mira hacia abajo, a veces benigno, a veces, como en Dafni, con la severidad de un juez omnividente, rodeado de la milicia angélica y acompañado, en ocasiones, de los Evangelistas -Tetramorfos- asentados en las pechinas.
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obra
En la parte sur de la galería alta de Santa Sofía de Constatinopla encontramos una Deesis en mosaico, considerada una de las obras maestras del arte bizantino. La figura de Cristo bendiciendo destaca por la espiritualidad de su expresión y el refinado modelo, empleando el autor un matizado colorido. Teotokos entre Juan II y la emperatriz Irene y Cristo recibe presentes del emperador Constantino Monómaco y su esposa también forman parte de la decoración de mosaicos de Santa Sofía.
Personaje
Pintor
El arte del retrato español del Renacimiento tiene en Juan Pantoja de la Cruz a uno de sus máximos representantes. Natural de Valladolid (1553) fue discípulo de Sánchez Coello en Madrid, sucediéndole como pintor de cámara del rey Felipe II. En sus retratos se destaca la minuciosidad a la hora de mostrar los encajes, vestidos o joyas, situando a la figura en pie y sobre un fondo oscuro. Se interesó también por la temática religiosa, atraído por los juegos de luz y el realismo inspirados en Navarrete el Mudo, como en el Nacimiento de la Virgen. Falleció en Madrid en 1608.
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Uno de los carros más importantes de las primeras batallas de la II Guerra Mundial, estuvo presente en casi todas las unidades acorazadas de la Wehrmacht. Su gran mérito es haber sido el primer carro alemán fabricado en serie, alcanzando su fabricación un gran número de aparatos. La idea era poder producir una enorme cantidad de ametralladoras automotrices, protegídas de fusiles y proyectiles de fragmentación. En las ofensivas de la guerra futura, la infantería tendría que ir en vehículos motorizados protegidos, y acompañando a éstos, los carros ametralladora y, reforzados por carros medios y pesados, la artillería antitanque y de campaña, también autopropulsada. El Panzer I nace con este propósito, en ningún caso se consideraba como un carro verdadero, a lo más una máquina de entretenimiento y de cobertura de saturación de fuego. Los carros tendrían otro diseño y armamento en lo que podría ser equivalente en los antiguos ejércitos a la caballería ligera y pesada, en definitiva un grupo de ataque rápido y contundente, mecanizado, sin hombres a pie. Un ejército así compuesto y acompañado por la protección de la aviación y la artillería de campaña sería imparable, dando lugar a combates rapidísimos "relámpago", filosofía bélica que quedó confirmada en la primera parte de la II Guerra Mundial. El interés de Hitler de dotar a su Ejército de un carro adecuado a las nuevas estrategias bélicas, que primaban la rapidez, la movilidad y la contundencia en el ataque, hizo que su construcción se encargara a tres fabricantes distintos, en aras de producir la mayor cantidad posible en el menor tiempo. Hacia julio de 1934 ya se había realizado un pedido de 600 aparatos, logrando la construcción de 800 unidades hacia junio de 1938, cuando se decidió cesar su producción a favor de otros modelos. Como en el caso del Panzer II, para burlar las limitaciones al rearme alemán impuestas por el Tratado de Versalles que dio fin a la I Guerra Mundial se camufló su construcción bajo el epígrafe de "tractor agrícola". En la guerra civil española se demostró que los Panzer I, conocidos como "negrillos" -en total 170-, eran muy eficaces contra la infantería y en los combates rápidos, pero cuando se enfrentaban a carros de verdad, eran aniquilados sin remedio, demostración que tuvo lugar en los alrededores de Madrid en 1936, en la carretera de La Coruña, donde los T -26 y los Ba-3, tripulados por republicanos, hicieron estragos con los Panzer I. En la batalla del Oeste los Panzer I, fuera de su papel, cumplieron por encima de las funciones para las que fue diseñado este vehículo, aunque pronto se vio que utilizarle como carro no le iba muy bien, dada su vulnerabilidad. En la invasión de Rusia de 1941, el concepto y diseño para estas pequeñas máquinas había cambiado poco cuando se dejaron de fabricar; no obstante, 181 ejemplares participaron en la Operación Barbarroja. Los cañones antitanque semiautomáticos habían evolucionado y; junto a los fusiles anticarro, se habían convertído en martillo de estos pequeños ingenios. Pero una vez que los verdaderos carros de combate y la aviación habían cumplido con su misión de aniquilación de los puntos fuertes, puedieron operar con eficacia. Esta misión fue desempeñada durante el año 1941 para neutralizar y reducir las grandes bolsas de soldados soviéticos, tan comunes en este primer año. En la entrada del segundo año de guerra en Rusia, este vehículo había quedado relegado a labores secundarias, como portador de cargas de demolición o represión de guerrilleros. Las constantes investigaciones alemanas en cuanto al perfeccionamiento y mejora de los blindados hicieron que pronto quedara obsoleto, especialmente en cuanto a blindaje y armamento. Así, hacia 1941 dejó definitivamente de prestar servicio.
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Como en el caso del Panzer I, el tanque ligero PzKpfw II (Panzerkampwagen, vehículo de combate blindado) Ausf A fue fabricado bajo la denominación de tractor, pues Alemania tenía prohibida la construcción o adquisición de armamento por el Tratado de Versalles que dio fin a la I Guerra Mundial. Principal artífice de la Blitzkrieg y las invasiones de Polonia y Francia, la Wehrmacht utilizó más de 1.000 unidades, hasta que en la invasión de la URSS se demostró que ya estaba obsoleto, sirviendo entonces como base para el carro de reconocimiento Luchs. El Panzer II fue en principio construido por las empresas MAN y Daimler-Benz, siendo desarrolladas versiones entre las Ausf B y la F, en las que el blindaje se iba haciendo cada vez más grueso. Algunas variantes fueron una versión anfibio experimentada de cara a la invasión de Inglaterra (Operación León Marino) o el Flammpanzer II, carro lanzallamas. El modelo se mostró rápido y eficaz contra las concentraciones de tropa y material no blindado, con un cañón ligero de 20 milímetros semiautomático que producía una buena concentración de fuego. No obstante, se mostraba ineficaz en la lucha contracarro o contra posiciones fortificadas, dado su ligero blindaje que le hacía vulnerable ante la artillería. Estas deficiencias se paliaron gracias al buen entrenamiento y coordinación con la aviación que suplía las carencias. Aunque fue diseñado como carro ligero para sustituir al Panzer I en su misión de vehículo acorazado rápido de penetración, dicho cambio no se produjo a tiempo dado que su producción no fue la requerída y cuando fueron entregados ya estaba anticuado. Hay que tener en cuenta que la imagen que se daba en 1940 de la industria bélíca alemana a través de la propaganda era de un poder casi absoluto, cuando la realidad es que ésta no funcionó de forma realmente eficiente hasta el año 1943. A pesar de su desfase, el Panzer II no fue sustituido y cuando se invadió Rusia en 1941, 745 de estos modelos formaban parte de las Panzer Dívisionen. Aunque estaban destinados a las misiones de reconocimiento, con frecuencia se veían envueltos en los combates contra carros. Cuando se enfrentaban con las series de carros ligeros (T 26) y (BT), podían hacerles frente en parecidas condiciones, aun a pesar de su inferioridad en artillería. Con la aparición en el frente de los carros T 34 y KV dicha inferioridad fue tan manifiesta que no aguantaban enfrentamiento alguno. No obstante, como un carro tenía muchas funciones además del combate contra carro, le fueron asignadas otras tareas más adecuadas a sus posibilidades. De todas formas, no hay que olvidar que estuvo combatiendo activamente hasta bien entrada la guerra.
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En septiembre de 1939 la fábrica Daimler-Benz comenzó a atender el encargo de construir un carro blindado de tipo medio, realizado por el ejército alemán. El Panzer III (PzKpfw III) conoció diversos modelos, comenzando por las versiones Ausf A, B y C que formaron parte de la invasión de Polonia en 1939. Un año más tarde se realizaban mejoras que atendían a la necesidad de dotarle de un motor más potente y un blindaje más eficaz. La última versión fabricada, la N, se construyó hasta agosto de 1943, e incorporaba un cañón el doble de grande que en la versión original y un peso dos veces mayor. Algunas otras variaciones fueron la construcción de una versión anfibia, un vehículo de observación y un modelo para el desierto. A finales de la contienda, los chasis eran usados como base para cañones autopropulsados. Al terminar la conquista de Europa occidental en 1940 por parte de los alemanes, este carro se había mostrado por unas u otras circunstancias superior a todos los carros medios a que se había enfrentado. Polacos, franceses, británicos, belgas, checoeslovacos, etc. habían sucumbido a este modelo, y, de haber terminado la contienda en aquel momento, sin duda se habría proclamado como el mejor carro medio de la II Guerra Mundial. Pero el destino tenía reservadas desagradables sorpresas para un poco más adelante. El secreto de su éxito consistía en un diseño original aceptable con un motor adecuado y una suspensión moderna fuerte y fiable, una buena relación velocidad-peso y un espacioso interior para un carro medio. Sólo se le podía achacar el defecto de una mediocre disposición en forma vertical de las planchas blindadas. El cañón Kwk/L42 de 50 milímetros por su correspondiente dirección de tiro era muy eficaz. A pesar de no haberle montado el modelo Kwk/L-60 de 50 milímetros, que con anterioridad y buen sentido, había elegido Hitler, lamentable fallo que habrían de sufrir muchos carristas alemanes, teniendo en cuenta que los "inferiores" técnicos rusos tenían reservada una sorpresa tan desagradable como el T 34, muy superior a todo lo conocido en esa época. Tanto fue así que incluso hubo algún general alemán de la opinión que de haber dispuesto de aquella arma, las defensas de Rusia habrían caído sin remisión. No obstante, gracias a sus cualidades, el Panzer III aguantó hasta la mitad de 1943 en la batalla de Kursk, donde fue aniquilado, quedando completamente anticuado y pasando a ser la estructura para la fabricación de cañones anticarro Stug. De los 3.440 carros empleados cuando se realiza la invasión de Rusia en junio de 1941, combaten una gran cantidad de Panzer III, concretamente 965.
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Construído a petición del departamento de Armas alemán, se convirtió en una de las armas fundamentales de la Werhmacht a lo largo de toda la Segunda Guerra Mundial. La última versión apareció en 1944, siendo denominada Ausf J. Su fabricación corrió a cargo de Krupp, lográndose un total de 9.000 unidades. Del modelo original, el chasis no sufrió modificaciones, pero sí el blindaje y el armamento, adaptados a las necesidades del Ejército alemán. El PzKpfw IV aumentó el peso con respecto a otros modelos, si bien esto no impidió que mantuviera excelentes condiciones de movilidad. Igual que su antecesor, el Panzer III, su chasis fue adaptado para montar cañones autopropulsados, en función de las cambiantes opiniones de Hitler. En efecto, el Führer recibía las presiones de artilleros, por un lado, y de los partidarios de los carros, para modificar en su favor la construcción de armamento. Dicha indefinición fue negativa para la producción alemana de armamentos, como se demostró en el caso de Kursk. También su chasis sirvió de base para vehículos blindados de recuperación, lanzapuentes y el cazatanques Jagdpanzer IV.
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Cuando en los primeros compases de la II Guerra Mundial, especialmente en la campaña de Francia, se demostró que el Panzer II se había quedado obsoleto debido a su precario blindaje y a su inferior armamento, los ingenieros alemanes decidieron avanzar en el desarrollo de este tanque para adaptarlo a misiones concretas. Así, como vehículo ligero de reconocimiento, surgió el PzKfw II Ausf. L SdKfz 123, más conocido como "Luchs" (Lince). Visulamente muy parecido al Tiger y al Panther, sus mejores características eran que incorporaba una excelente suspensión mediante ruedas intercaladas y la gran velocidad que alcanzaba, lo que compensaba las deficiencias en cuanto a su blindaje. Entre abril de 1942 y mayo de 1943 se fabricaron cerca de 100 unidades, que operaron en los frentes occidental y oriental.