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obra
Buena parte de los impresionistas se interesarán por mostrar la vida moderna en sus lienzos, especialmente las diversiones de la burguesía. Así Degas ofrece imágenes de actuaciones en la Ópera o Manet la música en el parque de las Tullerías. Para no distanciarse de los maestros que tanto admiraba, Eva Gonzalès también realizó escenas modernas, en este caso un palco en el "Théâtre des Italiens" ocupado por una atractiva joven vestida con un escotado traje de noche azul con puntillas blancas. Su mano derecha está enguantada y en la izquierda porta unos prismáticos; la acompaña un galán vestido con elegante chaqué, representado de perfil. Las cortinas de terciopelo rojo y un ramo de flores completan la composición, en donde la artista ha sabido interpretar perfectamente la sensación de perspectiva al sacar el brazo de la joven hacia el espectador. Las luces del teatro impactan en la protagonista, como si se tratara de una diva. El dibujo es soberbio, interesándose por las calidades de las telas y la volumetría de las figuras. Sin embargo, la pincelada del ramo de flores es más abocetada, anticipando obras posteriores como Despertar.
obra
Entre los pintores impresionistas existió una gran afición a pintar los palcos de los teatros. Degas, Berthe Morisot, Renoir, Manet o Mary Cassatt tienen en su catálogo alguna obra con esta temática en su afán de mostrar con sus pinceles la vida cotidiana de la burguesía a la que pertenecían. Toulouse-Lautrec, como cronista de su tiempo, no puede dejar de lado los trabajos protagonizados por palcos como esta litografía que contemplamos, donde copia una obra ejecutada sobre cartón el año anterior. Este deseo de repetir asuntos lo englobamos en el afán de Henri por dar la mayor publicidad posible a sus trabajos, realizando numerosas litografías de los cuadros que él consideraba más carismáticos, vendiéndose en papel de calidad a un precio unitario de 20 francos. El inglés en el Moulin o Cha-U-Kao en el Moulin forman también parte de esta sensacional serie donde observamos cierta influencia de la estampa japonesa al emplear colores planos así como un avance hacia el modernismo por el aspecto general de la composición.
obra
Las imágenes de palcos serán muy habituales entre los pintores impresionistas. Renoir, Degas, Berthe Morisot o Mary Cassatt cuentan en su producción con una escena de esta temática. Toulouse-Lautrec también se interesará por ello como observamos en este estudio para una litografía protagonizado en primera instancia por Armande Brazier acompañada de la Baron - hija de una prostituta del burdel de la rue des Moulins llamada la bella Paulette, haciéndose pasar por su hermana - mientras que en el palco del fondo encontramos a Tom, el cochero de los Rothschild, también protagonista del cartel The Chap Book. El estilo abocetado característico de Henri se adueña de la composición, conjugando el empleo de una segura línea con el color aplicado de manera rápida y diluida para crear una mayor sensación ambiental.
lugar
Localidad de Castilla y León, la privincia del mismo nombre limita al norte con Santander, al oeste con León, al sur con Valladolid y al este con Burgos. Fue una de las primeras ciudades universitarias y destaca por sus hermosos monumentos románicos como su catedral. Habitada desde antiguo por los vacceos, era éste el pueblo más culto y adelantado, desde el punto de vista agrícola, de todos los pueblos celtíberos; según la leyenda fue el rey vacceo Palastuo, hijo de Rómulo, el fundador de la ciudad. Para otros, son los griegos quienes la fundaron, eligiendo el nombre de la diosa Pallas. Se cree que el significado de la palabra Palencia sería "campos del río". Los abundantes restos arqueológicos hallados confirman la antigüedad de la ciudad; destacan especialmente los romanos. Los romanos hicieron de Pallantia una de las ciudades más prósperas de la cuenca media del Duero. Cuando los romanos atacaron a los celtíberos en el 154 a.C. también se vieron implicados los vacceos, quienes sufrieron terribles pérdidas humanas y materiales. Tras la caída de Numancia, Palencia pasó a formar parte de la Hispania Citerior. En el año 74 a.C. Pompeyo cercó Pallantia y sus legiones incendiaron la ciudad. La romanización, sin embargo, se acabó llevando a cabo, construyéndose puentes y vías de comunicación que hicieron que la urbe adquiriera una considerable importancia ya a mediados del siglo I. Con la caída del Imperio Romano y la llegada a la Península de los visigodos, Palencia pasó a ser un importante núcleo urbano. La basílica de San Juan de Baños, fundada por Recesvinto, es un hito en la arquitectura visigótica. En el año 711 se produjo la llegada de los árabes, quienes conquistaron en poco tiempo casi toda la Península. Desde muy pronto, los reinos cristianos del norte se organizaron para luchar contra los árabes. El reinado de Alfonso II estuvo jalonado de enfrentamientos con los musulmanes y, tras la conquista de la región palentina, se inició la repoblación de la misma. Mención especial merece el reinado de Sancho El Mayor, rey de Navarra y conde de Castilla, que hizo resucitar a Palencia de las ruinas. Durante toda la Edad Media, Palencia predominó por la presencia de obispos en ella; fue sede episcopal, lo que favoreció el auge del Camino de Santiago, y en ella se celebraron dos Concilios, en 1113 y 1124, a los que asistieron los reyes de Castilla. A partir del siglo XI se desarrolla el núcleo urbano en torno a la iglesia de San Antolín; al lado se construyó el Alcázar y se instaló el mercado. Palencia alcanzó su cenit bajo reinado de Alfonso VIII, quién instituyó el primer Concejo. Durante el siglo XV, la ciudad experimentó un notable crecimiento y prosperidad, expandiéndose hacia el sur y el este. La decadencia palentina comenzó a finales del siglo XVII, si bien durante la Guerra de Independencia jugó un importante papel, con el general Amor como principal héroe de la resistencia anti-francesa. En la actualidad, Palencia es una hermosa ciudad castellano leonesa gracias a sus numerosos monumentos conservados a lo largo de todos estos siglos.
Personaje Pintor
Reside en Madrid desde 1909, ciudad en la que se dedica a copiar obras del Museo del Prado y acude a la Academia Libre de Julio Moisés, donde conoce a Francisco Bores y Salvador Dalí. En 1916 conoce a Juan Ramón Jiménez, quien le introduce en el ambiente intelectual madrileño y edita y prologa su libro de dibujos "Niños". En 1925 participa en la exposición de la SAI (Sociedad de Artistas Ibéricos). Poco después se instala en París, comparte su estudio con Pancho Cossío, visita la Grande Chaumière y conoce a Picasso, Gargallo, Miró, Braque y Max Ernst, que le ponen en contacto con el cubismo y el surrealismo. Durante la década de los 20 colabora con sus ilustraciones en revistas españolas como "España", "Hélix", "Horizonte", "Litoral", "Sí", "Ronsel", "Revista de Occidente" y "Verso y Prosa" entre otras. En 1927 comienzan, junto a Alberto Sánchez, los largos paseos hacia el cerro de Almodóvar en Vallecas, así nace la Escuela de Vallecas, donde se promueve una combinación de surrealismo, constructivismo y una nueva visión del paisaje castellano.En 1928 realiza una exposición en el Palacio de Bibliotecas y Museos, en cuya clausura José Bergamín pronuncia la conferencia "Cruz y raya de la pintura". En 1930 viaja a Italia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. En 1931 expone sus dibujos en el Ateneo junto a Alberto Sánchez. Dos años después participa en la Exposición del Grupo de Arte Constructivo de Torres García, exhibe sus obras en la Galería Pierre de París, donde conoce a los miembros del grupo surrealista y se familiariza con el collage, realizando fotomontajes surrealistas. Cuando se funda el grupo teatral La Barraca, Federico García Lorca le nombra director artístico y realiza para ella decorados y figurines. En 1934 publica en la revista Cruz y Raya su ensayo "Giotto, raíz viva de la pintura". Durante la Guerra Civil permanece en Madrid. En 1942 forma una segunda Escuela de Vallecas. Participa en las muestras de la Academia Breve de la Crítica de Arte y en los Salones de los Once. En 1973 es nombrado académico de San Fernando y cinco años después se inaugura su Museo en Albacete.
lugar
Localizada en el Estado mexicano de Chiapas, sobre las primeras estribaciones de la vertiente septentrional de la sierra chiapaneca, limitando con el extenso llano boscoso de Tabasco y sur de Campeche. Se trata de la región más húmeda de México, lo que explica la exuberante vegetación. La zona arqueológica está a 8 Km. del pueblo de Santo Domingo de Palenque, nombre dado por los españoles a su llegada (1750) y cuyo significado es "casas de piedra". Otra definición dada era "estacada", valla de madera que generalmente rodeaba un sitio para defenderlo. En uno de los primeros informes en los que se habla de ella se menciona que "este pueblo tiene por nombre Palenque, que quiere decir lugar de guerra, campo de batalla o tierra de lucha". La región, atravesada por el río Usumacinta, estaba dividida en varias ciudades-estado, entre las que destacan Palenque, Toniná, Yaxchilán, Comalcalco y Piedras Negras. La primera se acerca al límite occidental del área maya y su florecimiento se sitúa en el periodo Clásico tardío (s. VII - IX), aunque se han encontrado vestigios cerámicos del Preclásico que nos permiten suponer que por lo menos hacia el 400 a.C. ya existían pobladores en el área que, posteriormente, sería el centro ceremonial. Las bases de la cultura maya ya estaban asentadas desde etapa Preclásica gracias, por ejemplo, a la escultura y el calendario (origen olmeca) o a la influencia de los zapotecas de Monte Albán. En el periodo Clásico maya (300 - 900) se dio un desarrollo particular, a pesar de las influencias citadas, y un aumento de población que trajo consigo la estratificación social y la creación de numerosos centros independientes en donde los adelantos técnicos en la construcción favorecieron el desarrollo de los principales asentamientos mayas. A partir del siglo IX se inició su lenta decadencia, probablemente por un crecimiento poblacional que no fue posible sostener, sumado al empobrecimiento de las tierras y numerosas guerras entre los distintos centros, que derivó en el brusco abandono de éstos. La zona arqueológica de Palenque está muy bien adaptada a la configuración accidentada del terreno. Destaca el recinto ceremonial, situado sobre una gran plataforma artificial, donde se encuentra el denominado Palacio, con su torre y galerías abiertas al exterior. Las construcciones más antiguas fueron encargadas por el soberano que dio por primera vez un notable impulso al desarrollo político y cultural de la ciudad: Kin Pakal o "Escudo del Sol". Reinó en Palenque entre el 615 - 683, época de las estructuras más antiguas del Palacio. Éste cumplió la función de centro ceremonial con carácter religioso y de culto. Hacia el norte destaca un pequeño Juego de Pelota, así como un acueducto que recogía las aguas del río Otolum. Al sudoeste se encuentra adosado al cerro el Templo de las Inscripciones, donde se oculta la tumba del rey Pakal, descubierta por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz en 1952 y estructurada mediante una cámara central decorada con paneles. También en el cerro y, en un nivel más elevado, se sitúan los templos del Sol, de la Cruz y de la Cruz Foliada.
contexto
Las oscilaciones climáticas sufridas por el hemisferio norte causaron fuertes modificaciones en los paisajes de Europa durante el Cuaternario. Si pensamos que el Holoceno sólo es un Interglacial, podemos utilizarlo como ejemplo de mosaico de ecosistemas en una fase templada. Pero durante una glaciación el medio ambiente cambiaba radicalmente. Enormes inlandsis se instalaban en el norte de Europa y en las montañas más altas, enfriando la temperatura global del planeta y originando fuertes descensos del nivel del mar debido a la cantidad de agua inmovilizada en los glaciares. En el máximo de la última glaciación, hace unos 20.000 años, se estima que el mar descendió más de 100 metros, modificando por completo las costas europeas y creando extensos puentes de tierra hoy en día sumergidos por la subida del nivel marino que siguió a la última deglaciación. Cuando los glaciares ocupaban las zonas altas, se generaban a su alrededor amplias zonas de tundra y enormes estepas loéssicas. Los bosques templados y los restantes biotopos actuales se redujeron de tamaño o quedaron relegados a zonas meridionales. La posición de la Península Ibérica, aunque modulada por su enérgico relieve, pudo servir de refugio en este sentido tanto a las especies animales como vegetales, que de este modo respondían a las crisis climáticas. Esta presión selectiva fue provocando una evolución de las faunas pleistocenas que, junto a otras escalas como el paleomagnetismo, permiten distinguir entre Pleistoceno Inferior (hasta hace 700.000 años), Medio (hasta el 128.000 B.P.) y Superior (hasta el Holoceno). En este mundo cambiante tuvo que subsistir el hombre una vez que abandonó África. Según los datos obtenidos de los análisis faunísticos, polínicos y sedimentológicos, la Europa de las glaciaciones estaba poblada por grandes conjuntos de animales dependientes de los distintos ecosistemas. En las llanuras herbáceas pastaban rebaños de grandes herbívoros como caballos, uros, rinocerontes o bisontes; en las zonas boscosas templadas abundaban los cérvidos; en los roquedos se encontraban cabras salvajes y rebecos; en las zonas frías, que apenas aparecen en la Península Ibérica, habitaban los mamuts, los rinocerontes lanudos y los renos. A estos conjuntos hay que añadir un considerable grupo de predadores, compuesto por leones, leopardos, hienas, lobos y osos. Las diferentes formas de explotar todos estos biotopos y sus diferentes recursos es uno de los mejores reflejos de la evolución cultural a lo largo de la Prehistoria.
contexto
El concepto sobre las sociedades cazadoras-recolectoras prehistóricas ha sufrido una evolución en la mentalidad, de los investigadores y de la sociedad en general. En realidad, su concepto ha ido expresando los compases del péndulo en la mentalidad de la sociedad contemporánea. En un principio, según Misia Landau, el interés se centró en la transformación del antropomorfo en ser humano, es decir, el ascenso desde las profundidades de la bestialidad a las alturas de la civilización humana. Esta fase se impregnó de la influencia del mito del héroe, en el que un antropomorfo se enfrenta a las más duras pruebas para salir finalmente victorioso, alcanzando la condición de Homo sapiens. Un foco de atención fue también la observación de los métodos de defensa de los homínidos, al tener las manos libres gracias al bipedismo. Así se trazó una época en la que las armas y las señas y huellas de violencia intraespecífica serian los temas más aducidos en un momento en el que la precaución por las hostilidades era creciente. Asimismo, en los años cincuenta, la época en la que se produjeron las primeras expansiones tecnológicas, el foco de interés primordial consistía o subyacía en la fabricación y empleo de utensilios como principal motor del cambio evolutivo, y la expansión intelectual era el hombre fabricante de utensilios. Los años sesenta constituyeron la fase en la cual apareció la imagen, llena de fuerza, a través de la antropologia del hombre cazador, cuya mejor expresión es el libro titulado "Man. The Hunter", que culminó este proceso y abrió la década de los setenta. Como oscilación del péndulo, en esa misma década se comenzó ya el contraargumento de la recolección de elementos vegetales como unidad económica central. De esta forma, la denominación hunter-gatherers es la predominante. Se supone la recolección como actividad básica femenina, la cual asume el vínculo madre-hijo como aglutinador de la unidad social. Este cambio se produce en la época en que se afirmaba el movimiento feminista. En la actualidad la tendencia parece asimilar y combinar los elementos anteriores. Así, la recolección de alimentos vegetales provee una fuente estable con suplementos ocasionales, afortunados suplementos, de carroña. Ésta parece ser una de las tendencias actuales más palpable y cuyos exponentes más recientes han sido las teorías sobre el comportamiento de los neandertales emitidos por Binford y Trinkaus. Quizá nos deberíamos preguntar si aún no subyace en la actualidad el mito del héroe en relación con el Homo sapiens sapiens, especialmente para los procesos finales del Pleistoceno y en su trayectoria histórica hacia la actualidad.