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obra
La nueva tendencia del barroco clásico en la arquitectura de la Corte española, es inseparable de la idea que guía la construcción del Palacio Real de Madrid. La traza de Filippo Juvara, asimilada por Juan Bautista Sachetti, es uno de los ejemplos más afortunados de la recreación, elegante, retórica y purificada del estilo palacial de Bernini o de la línea estilística, variada y creativa de su escuela. El incendio del viejo Alcázar de los Austrias en la Navidad de 1734, dio una oportunidad sin parangón al abate Juvara, el cual desarrolló su plan para la residencia nueva del rey de España a lo largo del año 1735. Su temprana muerte facilitó la llegada del discípulo, el cual logró levantar el monumento en una sólida reafirmación simplificada del original proyecto de su maestro. Con una enorme dosis de equilibrio composicional, partiendo de un reflexivo coloquio con la figuración arquitectónica italiana y francesa, el edificio surgió como una gran experiencia proyectual, depositaria de nuevas ideas espaciales, de nuevos ornamentos, fruto del propio auge del barroco en su desarrollo tardío.
museo
En la nochebuena de 1734 el Alcázar de los Austrias sufrió un devastador incendio que lo destruyó en su totalidad, llevándose con él buena parte de las colecciones que decoraban sus paredes, entre las que cabe destacar obras de Velázquez, Rubens, Tiziano o Rafael. Felipe V decidió construir un nuevo palacio encomendando el trabajo al arquitecto italiano Filippo Juvara, diseñando un enorme cuadrilátero de 500 metros de lado. Al fallecer Juvara continuó la labor Giovanni Battista Sachetti, haciendo más reducido el diseño de Juvara, otorgándole mayor esbeltez. Así resulta un cuadrado con un patio central, con cuatro pequeños resaltes en las esquinas y otros cuatro en las fachadas laterales a modo de balconadas. El primer monarca que lo habitó fue Carlos III y el último Alfonso XIII, empleándose en la actualidad para ceremonias protocolarias. En su interior alberga un excelente museo, iniciándose en la decoración de sus techos por los pintores barrocos Giaquinto y Tiepolo y los neoclásicos Mengs, Francisco Bayeu o Maella. También guarda importantes obras sobre lienzo de manos de Goya, Maella, Caravaggio, Lucas Jordán o Mengs, sin menospreciar la formidable colección de tapices del Renacimiento con piezas de incalculable valor. Instrumentos musicales, partituras, colecciones de medallas, cerámica, vajillas, relojes y orfebrería decoran sus salas conformando un gigantesco museo de gran belleza. La Real Botica - con elementos farmacéuticos de los siglos XVII al XIX - y la Real Armería - con armas y armaduras desde la Edad Media hasta el siglo XIX - completan las colecciones del madrileño Palacio Real.