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Contemporáneo del peculiar rococó romano ofrecido por Valvassori en el palacio Doria-Pamphili, el de la Consulta diseñado por Fuga explica con suficiencia algunas características de la nueva forma de entender el clasicismo en estos años. Diríase que la renovación sólo es comprensible y realizable a partir de los modelos florentinos y romanos del siglo XVI, de Miguel Angel a Ammannati, unidos a un afán de equilibrio compositivo en ocasiones demasiado estricto.
monumento
Al final de la avenida de Carlos III, el visitante se encuentra con el Palacio de la Diputación Foral de Navarra, sede del gobierno navarro. Construido en el siglo XIX, este edificio se identifica plenamente con el estilo neoclásico. Los planos corresponden a la autoría de José de Nagusia. Entre 1931 y 1934 sus instalaciones fueron ampliadas. En su interior es digno de mención el Salón del trono, de decoración barroca, el retablo de la Capilla y algunas pinturas históricas. También se conserva un retrato de Fernando VII, pintado por Goya. Al margen de su valía artística, está considerado un símbolo histórico de la ciudad.
monumento
La familia Álvarez Sobrevilla era la propietaria de este palacete, construido en el siglo XVII, del que hoy sólo queda esta esquina, conocida popularmente como Esquina del marqués del Oro. La portada que daba acceso al palacio y una parte de la fachada son los restos que se conservan de la primitiva edificación. La parte más interesante es el balcón en esquina, con una delicada forja barroca. El balcón se sostiene gracias a una pilastra en forma de cadena que se abre en una ménsula. Dos puertas de doble arco -medio punto al exterior y herradura al interior- servían de acceso al edificio, portada enmarcada por dos pilastras talladas que se encuadran a su vez por orejuelas de piedra rojiza. La decoración de la fachada, de la que apenas quedan vestigios, sería una de las señas de identidad del palacio.
monumento
La sede del Gobierno de Cataluña desde el año 1403 es, al igual que el edificio del Ayuntamiento de la ciudad, un compendio de estilos debido a las sucesivas reformas y ampliaciones que se han realizado a lo largo de la historia. La fachada principal da a la plaza de Sant Jaume, verdadero centro político de la ciudad al abrirse allí también la fachada del Ayuntamiento. Esta fachada es de época renacentista y fue diseñada por Pere Blay (1596-1602) tomando como modelo los palacios romanos del Renacimiento. Fue modificada en el siglo XVIII al convertirse las ventanas de la planta noble en balcones, también remodelados posteriormente. A la derecha de la fachada principal, en al calle del Bisbe, encontramos la portada del edificio medieval, construida por Marc Safont entre 1416 y 1418. En esta portada de estilo gótico flamígero se encuentra el famoso San Jordi de Pere Joan. Marc Safont también es el encargado de la capilla de San Jordi, con una sensacional fachada decorada con un amplio número de sinuosas molduras para convertirse en uno de los más interesantes ejemplos del gótico flamígero peninsular. Otro de los elementos más interesantes del palacio es el patio, obra también de Safont, con una escalera adosada a uno de sus lados en la que se sigue el modelo del palacio del rey Martín V en Poblet al señalar la línea de escalones y las esbeltas columnillas del piso superior, donde se encuentra el acceso a la capilla anteriormente citada. En el interior del palacio destacan el Salón de Sant Jordí, obra de Pere Blai; el Patio de las Naranjas, donde observamos la mezcla de estilos gótico y renacentistas típicos de la época de transición entre los siglos XV y XVI; y el Salón Dorado, situado debajo de la Torre del Reloj. El edificio está unido a la Casa dels Canonges -lugar de residencia del Presidente de la Generalidad- por un puente construido en estilo neogótico en 1928, tomando como referencia el Puente de los Suspiros de Venecia. El palacio se abre al público el día 23 de abril, festividad del santo patrono de Cataluña, san Jordi.
obra
La fachada principal del palacio de la Generalitat da a la plaza de Sant Jaume, verdadero centro político de la ciudad al abrirse allí también la fachada del Ayuntamiento. Esta fachada es de época renacentista y fue diseñada por Pere Blay entre 1596-1602, tomando como modelo los palacios romanos del Renacimiento. Fue modificada en el siglo XVIII al convertirse las ventanas de la planta noble en balcones, también remodelados posteriormente.