Este paisaje fue presentado por Martín Rico a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1860 obteniendo una medalla de tercera categoría lo que supone un importante triunfo ya que la pintura de historia copaba todos los títulos. La obra mantiene un cierto aire romántico siguiendo a su maestro Jenaro Pérez Villaamil, colocando un personaje en primer plano para llamar nuestra atención sobre la pequeñez del ser humano y la grandeza de la naturaleza. El colorido empleado resulta bastante fantaseado, destacando las tonalidades y los efectos de luces y sombras que aparecen en la montaña del fondo. Los verdes, ocres y rojizos forman una gama cromática armónica que dota a la escena de atractivo. Como ocurre en la mayor parte de las primeras obras de Rico, apreciamos un claro conflicto entre su formación romántica y el encuentro con la naturaleza, llegando a decir: "creíamos los jóvenes que cuanto más lejos se iba y más alto se subía eran los paisajes mejores".
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obra
Pintor con una técnica abreviada, empastada y libre, de gran valentía de color, quizá aprendida en Velázquez, Pinazo se recluyó solitario en su tierra, pero supo evolucionar, con magistral intuición, hasta las puertas del impresionismo.
obra
Madrid es la ciudad favorita de Beruete, recogiéndola en numerosas ocasiones en sus lienzos, tomando como protagonista al río Manzanares, captando en sus vistas la limpieza y claridad del aire madrileño - obviamente hoy no tan manifiesta - como pocos han hecho. Las aguas del Manzanares se despliegan por más de la mitad del lienzo, distinguiéndose al fondo la iglesia de Santa Cruz, el Palacio Real y las iglesias de San Andrés y San Francisco el Grande. Junto a la orilla del río se levantan los merenderos y las ventas, los molinos y los lavaderos. El gran interés de Beruete es captar la luz y el color tomados directamente del natural, con una libertad creativa y una materia empastada aplicada con rápidos toques de pincel dentro del más puro impresionismo. Los elementos de la composición apenas se insinúan pero están presentes como las figurillas de las lavanderas en la izquierda o las cuerdas de la ropa. Los reflejos y los cambiantes juegos de luz y color en las aguas en movimiento serán otro punto de referencia para el maestro, resultando una escena llena de vitalidad, mostrando Beruete la impresión que le produce esa vista en ese momento concreto, sin renunciar a la atmósfera que envuelve el entorno.
Personaje
Arquitecto
Junto a Miguel Garriga i Roca, Oriol es el autor del Liceo de Barcelona. El Gran Teatro del Liceo se inauguró el año 1848. Tras el incendio que se produjo en el mes de abril de 1861, que había destruido la sala del público y la zona del escenario, la reconstrucción del edificio quedó a su cargo, visitando múltiples teatros de la ópera europeos para conocer e incorporar al edificio las últimas innovaciones de entonces. Para proceder a la restauración del Liceu el arquitecto Josep Oriol Mestres solicitó la colaboración de los mejores pintores realistas del siglo XIX barcelonés: Martí Alsina y Rigalt i Caba. La nueva inauguración del teatro tuvo lugar el 20 de abril de 1862. Oriol es también es el autor, junto a Augusto Font, del cimborrio y de la portada de la Catedral de Barcelona, construído a finales del XIX y principios del XX
Personaje
Arquitecto
Para la realización de la Torre de Europa de Madrid se convocó el correspondiente concurso, cuyo primer premio recayó en este arquitecto que llevaría a cabo la construcción entre 1974 y 1982.
Personaje
Religioso
Estudió bajo los consejos de Juan Scott. De hecho, se convirtió en su sucesor al sustituirle en la cátedra de la Universidad de París. Dentro de su producción literaria cabe destacar "Breviarium bibliorum" y "Commentarius in Magistrum sentetiarum".
fuente
El Orion P3C fue un enorme avión encargado de detectar submarinos y barcos enemigos. Sus sensores submarinos y su potente radar le hacían perfecto para misiones de vigilancia y detección en mar abierto.