Las montañas y las colinas de su Provenza natal serán para Cézanne su principal fuente de inspiración. No se interesará especialmente por los paisajes urbanos como harán sus compañeros Renoir, Pissarro o Monet sino que la naturaleza -"quiero pintar como Poussin, pero a partir de la naturaleza" dijo el maestro en una ocasión- le servirá como vehículo para experimentar nuevos valores pictóricos, en su deseo de "convertir el Impresionismo en algo sólido y duradero, como el arte que se conserva en los museos". Cézanne busca alcanzar la forma y el volumen a través del color y para ello nos ofrece una visión arquitectónica de la naturaleza que le rodea. Las tonalidades son aplicadas con pinceladas que forman bloques compactos de color, reduciendo el motivo a sus líneas geométricas elementales, anteponiéndose de esta manera al cubismo. Así, cada uno de los elementos de la composición parece tener autonomía, formando entre todos un armónico conjunto en el que la luz ocupa un papel secundario. El cielo carece de nubes recortándose sobre él la silueta de la montaña Sainte-Victoire, uno de sus temas favoritos.
Busqueda de contenidos
lugar
Localidad cacereña, con un papel destacado en la Reconquista de Extremadura. Destaca su castillo emplazado en un elevado cerro.
acepcion
Herejía iniciada en la segunda mitad del siglo II en Frigia (Asia Menor) por Montano. De corte apocalíptico y semi-místico, aseguraba que la Santa Jerusalén descendería sobre la villa de Pepuza con la ayuda de sus discípulas Prisca y Maximilia. Creían en la inminente llegada de Cristo y en que luego no habría perdón. Su expansión fue rápida. Contaron con el apoyo de Tertuliano que se convirtió a esta causa en el año 207, sin embargo este movimiento no tardó en extinguirse y sólo pervivió unos años en Frigia.
lugar
Montblanc es, en la actualidad, la capital de la Conca de Barberà. Centro comercial e industrial de la comarca, cuenta con una población que supera los 6.000 habitantes. La historia de la comarca se remonta al Paleolítico. También se han encontrado restos de asentamientos ibéricos y de la dominación romana en la zona. Tras varios siglos de abandono, vuelven a encontrarse signos de ocupación en la época de la Reconquista, entre los siglos X y XI. Será en la centuria siguiente cuando se establezca el primer núcleo de población definitiva, en las confluencias de los ríos Francolí y Anguera. Ramón Berenguer IV otorga, en el año 1155, la primera carta fundacional. La localidad se llamó Vila-salva ya que estaba exenta de impuestos. Alfonso I ordenará el traslado de la villa a un lugar más fácil de defender, a medio camino entre Tarragona y Lérida. El nuevo núcleo urbano pasará a denominarse Montblanc, dotándose de carta fundacional en el año 1163. En ella se alude a la conservación de los derechos otorgados a sus habitantes en la primera carta. Entre los siglos XIII y XIV la villa va a vivir su momento de máximo esplendor. Se levantarán importantes construcciones como el castillo, la iglesia románica de Santa María o el convento de San Francisco. Montblanc se convierte en el centro administrativo, político y militar de una extensa región y en una de las villas más importantes del sur de Cataluña. En el siglo XIV será en cuatro ocasiones sede de las Cortes y en 1387 se crea el ducado de Montblanc. En la segunda mitad de esta centuria, la villa entrará en un periodo de decadencia, con una serie de epidemias que serán el preludio de tres centurias de recesión, las que van entre los siglos XV y XVIII. En la Guerra dels Segadors (1640), Montblanc perderá definitivamente su peso económico y político. En el siglo XVIII se inicia una nueva etapa de crecimiento económico y demográfico, que tendrá su reflejo en la construcción de importantes infraestructuras. La viña sustituirá al cereal hasta convertirse en monocultivo. Este periodo de esplendor alcanza hasta 1860, momento en el que se inicia una nueva etapa de decadencia que durará más de 70 años. En 1947 la villa es declarada Conjunto Monumental y Artístico, restaurándose buena parte de sus monumentos. En la década de los 70 del siglo XX el desarrollo industrial traerá consigo un importante crecimiento demográfico. La recuperación de las instituciones democráticas será el estímulo que llevará a Montblanc a convertirse en un referente en el campo festivo, lúdico y cultural.
Personaje
Escultor
Las primeras noticias que se tienen de este artista se remontan a 1337, fecha en que es reclamado por la Corona de Aragón. Poco tiempo después fue llamado, junto con Pere de Guines, para la realización del mausoleo que el rey Pedro el Ceremonioso ordenó que construyeran en el monasterio de Poblet. Sin embargo, esta obra no se inició de inmediato, sino que aún habría que esperar algunos años. Entre tanto realizó diecinueve esculturas de monarcas de Cataluña en alabastro para la decoración del Palacio Real de Barcelona. De este trabajo nada se conserva, aunque parece ser que fue una de sus mejores obras. Para poner en marcha este encargo trasladó su taller a Gerona, por la proximidad de las canteras de alabastro. En esta cuidad llegó a convertirse en uno de los escultores más reclamados por el círculo religioso. A esta época pertenece el sepulcro de San Daniel, para el Monasterio de San Daniel y el Santo Sepulcro de la Colegiata de San Félix, entre otras obras. Es probable que en estando en esta ciudad conociese a Jaume Cascalls, del que se hizo socio a finales de la década de los años cuarenta. Con él trabajó en las Sepulturas reales de Poblet. Hacia 1368 esculpió el retablo de la catedral de Tarragona. Este autor se convirtió en baluarte de la corriente áulica catalana.
lugar
La zona arqueológica está ubicada a 8 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Erigida sobre un conjunto de cerros en el centro del valle, llegó a tener hasta 25.000 habitantes. Esta ciudad prehispánica fue la antigua capital de los zapotecas. Inició su florecimiento en una época muy antigua, hacia el 700 a.C., siendo los anteriormente nombrados sus fundadores, en esta fase todavía bajo influencia olmeca. Entre el 500 - 100 a.C. Monte Albán fue el centro principal del poder político y económico de la región. Los restos aparecidos en esta etapa son estructuras de piedra, que se consideran ya de una fase "urbana", a partir de la cual la ciudad se convirtió, con el paso de los siglos, en el centro político y religioso más importante de la región de Oaxaca. Entre el 100 a.C. y el 250 d.C. el núcleo originario de Monte Albán se transformó en un extenso y complejo centro urbano, dividido en distritos residenciales sobre terrazas artificiales y con una gran plaza central como corazón de la ciudad. Alrededor de ella se construyeron los palacios, templos, escalinatas y áreas dedicadas al juego de la pelota. Sin embargo, el periodo de mayor florecimiento se da en el Clásico mesoamericano (250 - 900), en la que recibió influencias de Teotihuacan, reflejadas en la decoración de edificios, piezas cerámicas y tumbas. Es en esta etapa en la que se construyen la mayor parte de los edificios que hoy podemos apreciar, cubriendo a otros de épocas anteriores. La cuarta época (800 - 1325) abarca hasta la caída de los grandes centros urbanos y el surgimiento de señoríos y cacicazgos. A partir del 900 inició una lenta decadencia sin sufrir, sin embargo, los traumas y la destrucción que trastornaron los demás centros mesoamericanos. La construcción de estructuras monumentales cesó y la población disminuyó, dejando de ser el poder central. A esto debemos unir la ocupación de los mixtecas, que aprovecharon las construcciones y reocuparon las mismas tumbas zapotecas. Hacia el 1400 se produjo la llegada del Imperio azteca al valle de Oaxaca y, en consecuencia, a Monte Albán. Ésta mantuvo siempre una ocupación de tipo religioso hasta la llegada española. Políticamente, el gobierno de la ciudad se organizó mediante una teocracia. Su excelente posición la sirvió para controlar todo el valle de Oaxaca y en etapa zapoteca para conquistar y dominar extensos territorios dentro de lo que hoy sería el Estado de Oaxaca, parte de Puebla, Guerrero, Chiapas y Veracruz; se cree, de hecho, que se llegó a constituir una especie de confederación de pueblos similar a la alcanzada por los mayas. El gobierno estaba encabezado por una oligarquía de tipo sacerdotal y guerrera. Los zapotecas son uno de los pueblos con más sabiduría y culturalmente más rico de todo Mesoamérica. Los arqueólogos afirman que, ya desde el Preclásico medio, tenían conocimiento de la escritura y el calendario (el más antiguo ha sido identificado allí), siendo los difusores de ambos entre los demás pueblos. Tenían además conocimientos astrales, ya que se ha identificado un edificio, la "Estructura J" (200 a.C.), con forma de punta de flecha y orientado con criterios precisos para poder observar la estrella Capella desde el punto donde salía hasta su paso por el cenit. El centro ceremonial fue edificado en la cumbre de una alta colina que supera en 500 m. el valle de Oaxaca. Se han encontrado restos desde el 500 - 100 a.C., ya de piedra, lo que denota el paso a una fase urbana. Poco a poco pasó a ser un extenso centro urbano con distritos, una gran plaza central, templos a los que se accedía mediante escalinatas, etc. Desde el punto de vista cultural, la estructura zapoteca más emblemática es la Plataforma de los Danzantes (400 - 200 a.C.), cuya base y escalera se hallan decoradas con 140 figurillas esculpidas a modo de bajorrelieve. En los extremos de la gran plaza se encuentran dos plataformas, la sur y la norte; esta última es la más importante gracias a su patio hundido con pórtico. Monte Albán fue, además de una ciudad, una necrópolis, lo cual hizo que desarrollara una interesante arquitectura funeraria, cuyos sepulcros estaban provistos de una antesala adornada con pinturas murales. Dentro de las fosas mortuorias se han encontrado urnas zapotecas en terracota con representación de diversos personajes del mundo animal, vegetal y también divinas. Están datadas hacia el 350 d.C. y muestran influencia de Teotihuacan. Los mixtecas se distinguieron entre los mejores artistas del Postclásico en cerámica (vasos, jarras, platos, vasijas) y en orfebrería (collares, anillos, pulseras, orejeras, narigueras, pectorales).
contexto
Estilísticamente, la arquitectura zapoteca se diferencia por una combinación peculiar de talud y tablero, una concepción decorativa de gran distribución en Mesoamérica, en un esquema que se mantiene a lo largo de su secuencia mediante un estilo propio y distintivo: espacios cerrados en plazas hundidas, donde se colocan basamentos de altura intermedia decorados por medio de un muro inclinado (talud) y otro recto (tablero) abierto en su parte inferior para formar un diseño invertido en forma de U. Se inicia la construcción de tumbas rectangulares colocadas bajo los edificios, las cuales se cubren con losas planas de piedra. En ellas se coloca a los líderes de la ciudad, y se acompañan con ofrendas de cerámicas grises de pasta fina en forma de cuencos trípodes y vasijas de asa estribo. Otros centros como Zaachila, Yagul y Dainzú construyen grandes estructuras que recuerdan el estilo de Monte Albán y también tallan Danzantes, pero esta vez integran en estas esculturas en bajorrelieves figuras de sacerdotes, jugadores de pelota con sus atavíos, yugos, guantes, etc. Desde el punto de vista arquitectónico, la actividad más importante es la construcción del Montículo J al sur de la Plaza Principal. Es una estructura en forma de flecha interpretada como un observatorio astronómico, aunque no hay que olvidar que contiene 40 losas talladas con Danzantes de similar factura a las ya comentadas. Es decir, que desde Monte Albán irradia una tradición escultórica con funciones de integración política e ideológica. También paralela pudo ser la construcción de juegos de pelota que, al menos en el caso de la capital zapoteca, ponen de relieve la práctica de rituales regionales. Otro acontecimiento de importancia es el desarrollo del sistema escrituario y aritmético relacionado con el poder y con cálculos calendáricos, distribuido desde Monte Albán a otros sitios como Caballito Blanco, para registrar batallas, fechas y nombres de lugares. Se inicia una excelente tradición en el trabajo de arcilla, apareciendo efigies huecas de bulto redondo que representan figuras humanas y de animales, donde son corrientes jaguares asociados a tumbas. Además de una variada gama de cerámicas utilitarias y de lujo se hacen asimismo frecuentes grandes urnas modeladas en forma de efigies de señores y divinidades colocadas en tumbas, que tendrán una gran aceptación en el valle durante el Clásico.