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Personaje Literato
Tras la muerte de su padre en su padre en 1906, se traslada a Moscú donde se inclina por el estudio de la pintura. Muy joven se afilió al partido bolchevique para quien realizó numerosos carteles y poesías propagandísticas. Formó parte del grupo de futuristas rusos, con quienes inició su labor literaria, haciendo una dura crítica a los valores tradicionales y apoyando la aparición de nuevas formas que se adecuen a la sociedad moderna. En 1912 publicó el manifiesto de este movimiento junto con Chebnikov y David Burliuk titulado: Bofetada al gusto del público. En 1923 funda el LEF (Frente Artístico de Izquierdas). Critica fuertemente los valores y costumbres de la burguesía en sus obras teatrales como Misterio bufo (1918) o El baño (1930). Exaltó la figura de Lenin con poemas como Vladimir Ilich Lenin (1924) y ¡Bueno! (1927). Por razones aun desconocidas, se suicidó en su casa pegándose un tiro en la sien.
Personaje Literato
Impartió clases de derecho en la Universidad de Valencia y se hizo cargo de la Biblioteca Real a lo largo de siete años. Bajo el sobrenombre de Plácido Veranio publicó varios artículos en el "Diario de Literatos de España". Mayáns impartió clases de lengua española e inició una fructífera carrera literaria. Una de sus primeras obras fue "Orígenes de la lengua española". También es autor de una "Vida de Cervantes" que se publicó con un Quijote editado por Antonio Sancha. Una de las creaciones más importantes de su legado literario es la colección "Ensayos oratorios" y "Retórica", donde realiza un interesante análisis de la prosa española en el siglo XVIII. Como editor publicó trabajos de Gaspar Ibáñez de Segovia Peralta y Mendoza, Luis de León, Sánchez de las Brozas y Juan Luis Vives.
termino
acepcion
Tambor que el pueblo taíno empleaba en la celebración de ceremonias.
contexto
La oposición izquierdista tradicional, desmembrada por los sucesos de finales de los 40 nunca llegaría a recuperarse. Ni el paso del ex falangista Dionisio Ridruejo a una oposición directa y abierta, ni la nueva oleada de huelgas en Asturias y Barcelona en marzo de 1958 tuvieron demasiado impacto, aunque fueron las huelgas más largas desde 1951. La respuesta del Gobierno fue suspender los derechos civiles nominales y declarar el estado de excepción durante cuatro meses. Mientras tanto, la política clandestina entre los estudiantes de las mayores universidades empezaba a hacerse más radical, pero no sería un problema hasta la década siguiente. Todas las iniciativas que tomó el Partido Comunista fallaron por completo. Su convocatoria de una Jornada de Reconciliación Nacional para el 5 de mayo, que estaría acompañada de huelgas locales y boicots al transporte en muchas partes de España, obtuvo poco apoyo; y la Huelga Nacional Pacífica, que programaron para el 18 de julio, sólo la secundaron pequeños grupos de trabajadores influidos directamente por el Partido. Sin embargo, se reforzó el control de la policía. Una ley del 22 de marzo de 1957, permitía que en actividades colectivas ilegales, como las huelgas, en que no se pudiera identificar a los responsables, se detuviera a aquellos con puestos de responsabilidad o de mayor veteranía entre los involucrados. El 24 de enero de 1958 se estableció un nuevo tribunal militar con jurisdicción especial en todo el país sobre actividades extremistas, bajo la dirección del coronel Enrique Eymar Fernández, que adquirió una fama siniestra en la siguiente década. Franco consideraba que era necesario estar totalmente preparado. El 9 de junio comentó en privado que tenía información directa de las logias masónicas sobre una campaña de grandes proporciones contra el régimen español (citado en Salgado Aráujo, Conversaciones privadas, 239). A continuación, se redactó de nuevo la Ley de Orden Público -30 julio 1960- que estipulaba que a cualquier persona detenida por hacer huelga, por participar en una manifestación o por destrozar los bienes públicos, se le juzgaría ante un tribunal especial de jueces civiles. El 26 de septiembre de 1960 se promulgó otra nueva Ley contra la Rebelión Militar, el Bandidaje y el Terrorismo. De hecho, la cantidad de personas involucradas en la oposición era bastante limitada y, según las estadísticas del Alto Estado Mayor, el número anual de condenados por los tribunales militares especiales se reducía todos los años. Pasó de 1266 en 1954 a 902 en 1955; luego pasaría de 723 en 1957 a 717 en 1958, y bajaría hasta 529 en 1959. El nivel de criminalidad era muy bajo en estos años en España, de modo que en el 59 la población que había en la cárcel era de 14.890, frente a los 34.526 que había bajo la República en 1935, cuando en total había cinco millones menos de habitantes. La única oposición que preocupaba realmente a Franco era la de los monárquicos. Aunque el nuevo Gobierno tenía una facción regencialista importante, supuso un gran distanciamiento de lo anterior, no sólo porque se empezó a aplicar una política económica totalmente diferente sino, porque por primera vez, se estaba formando un discreto bloque promonárquico. Este estaba formado por Carrero Blanco y varios de los ministros de economía que eran miembros del Opus Dei. Eran leales a Franco pero estaban bastante decididos a promocionar una sucesión legítima monárquica cuando llegara el momento oportuno. López Rodó, que pronto se convirtió en miembro clave del grupo después de Carrero Blanco, frecuentaba mucho al Conde de Ruisenada, el principal representante de don Juan en España; e intentaba ejercer toda la influencia posible sobre el modesto, afable y algo tímido príncipe Juan Carlos. Un resultado de esto fue un artículo de Ruisenda publicado en el ABC el 11 de junio de 1957, en el que se afirmaba que la monarquía rechazaba el totalitarismo y el dominio de cualquier minoría, pero siempre se mantenía dentro de la línea del 18 de julio sin ninguna desviación. La década se cerró en 1959 con dos sucesos bastante importantes en la historia del Régimen, la inauguración del Valle de los Caídos el 1 de abril y la visita del presidente americano Eisenhower a Madrid en diciembre. La enorme tumba, a 40 kilómetros al noroeste de Madrid, era el monumento conmemorativo del Generalísimo a su victoria en la Guerra Civil y a las vidas que se habían sacrificado en ella; algo así como el rival de El Escorial en el siglo XX. La breve visita de Eisenhower a la capital española, en la que Franco y el presidente americano recorrieron el centro de la ciudad en un coche descapotable recibiendo los aplausos de cientos de miles de personas, marcó un hito en la trayectoria de Franco.
contexto
El último tercio del siglo I d. C., la fase flavio-trajanea, marca el nexo de unión con las fórmulas del siglo II d. C. El retrato masculino, alentado por los patrones imperiales de Vespasiano y su dinastía, revalorizará la tradición latente tardorrepublicana pero impregnada ahora de un aire más refinado. La nueva lectura que se efectúa de los patrones iniciales motivó la clasificación retrasada de interesantes obras hoy correctamente datadas. Buen modelo de esta reinterpretación es media cabeza masculina emeritense, en la que observamos los rasgos mencionados. El conocido busto-retrato masculino sobre peana de la Condesa de Lebrija, hoy en el Museo de Sevilla, encarna la corriente innovadora flavio-trajanea. Los retratos femeninos continúan ampliando los esquemas decorativos julio-claudios, adaptándose a los modelos nuevos flavios. El peinado incorpora el peculiar nido de avispa o banda de rizos sobre la frente profusamente trabajada a trépano. Estilísticamente los retratos crecen en pictoricismo por los buscados efectos de luces y sombras. La cabeza en bronce de Ampurias constituye una magnífica muestra de lo que supondrá la nueva estética flavio-trajanea. En los géneros menores, concretamente en la serie de terracotas hispanas, debió asentarse con éxito el modelo flavio-trajaneo a juzgar por el elevado número de estatuillas que se peinan al gusto de la época. Parece aventurado creer que estas piezas, realizadas en serie del molde, posean la categoría de retrato. El desarrollo del tipo cerámico denota que los patrones escultóricos en piedra conformaban un nutrido grupo, y que éste trascendió a las esferas populares artesanales. El cambio de centuria va a ser testigo de una transformación del formato del retrato, iniciándose los tipos monumentales en relieve: altares, estelas y placas-relieve. Además también documentamos bustos-retrato sobre peana, sea pieza unitaria todo ello, sean ambos elementos trabajados aparte. Durante el siglo II d. C. los retratos de particulares comprobarán interesantes transformaciones morfológicas y estilísticas. La primera parte del siglo, la fase adrianea, está dominada por la predominancia de los modelos oficiales, en los que se advierte predilección por el clasicismo peculiar del momento mezclado con notas de acompasado efectismo. Los detalles decorativos de los peinados femeninos y masculinos abundan: diademas de cabello, ensortijados bucles y barbas recortadas, forman, ordenadamente, las novedades iconográficas. Otro elemento a destacar es el trabajo de pupila e iris. No faltan retratos con el globo ocular trabajado antes de la etapa adriánea, pero es durante este momento cuando se generaliza. La incorporación de un punto referencial en la mirada confiere a la cabeza proximidad al espectador. Frente a la disminución del número de retratos exentos, la estatuaria ideal de raigambre helenizante se incrementa considerablemente. Los pocos modelos particulares, caso de un retrato infantil femenino emeritense o el retrato también femenino de la Colección Aracena, no desdicen de las obras metropolitanas. En la producción oficial los trabajos son de elevada calidad; sirva de muestra el busto de Adriano de Itálica.
obra
Uno de los más importantes encargos de la carrera de Rubens sería la serie de lienzos que había de glorificar el reinado de María de Médicis, reina madre de Francia. Este encargo va a situar al maestro flamenco como el pintor de mayor prestigio en Europa. A comienzos del año 1622 Rubens y la reina firman un contrato por el que se debían ejecutar dos ciclos de pinturas que habrían de decorar sendas galerías del recién construido palacio del Luxemburgo en París, dedicado uno a exaltar la memoria del difunto rey Enrique IV -fallecido en 1610, introduciéndose con él la casa Borbón en el trono de Francia- que por diversas vicisitudes no se llegó a concluir y otro a ilustrar las gestas del reinado de María de Médicis, asunto bastante complicado ya que durante la regencia que ella presidió casi provoca la guerra civil, debiendo huir en dos ocasiones de París. El contrato estipula que en caso de no agradar algún asunto a la reina debía ser sustituido; además todos los lienzos debían ser de mano del maestro.Doña María deseaba que el ciclo decorativo estuviera instalado antes de la boda de su hija Enriqueta María con el Príncipe de Gales, futuro Carlos I, que tuvo lugar en 1625 por lo que Rubens debió de darse prisa, encomendando bastante trabajo a sus ayudantes. La mayoría de edad de Luis XIII es uno de los lienzos que culmina la serie. Como el resto de las obras está tratado en clave alegórica, empleando figuras de la mitología clásica combinadas con símbolos e imágenes cristianas. En una rica embarcación encontramos a la reina María vestida de riguroso luto y a su hijo, tocado con la corona, portando el cetro y el manto de armiño que caracteriza a los reyes. Tras ellos aparece Atenea, diosa de la sabiduría, exhibiendo su casco y su espada, llevando en su mano izquierda la bola del mundo. Seis figuras femeninas hacen de tripulación, siendo remeras cuatro de ellas. De esta manera se pretende identificar la mayoría de edad de Luis XIII como el inicio del buen gobierno para Francia, gracias al apoyo de los dioses. El grupo de las mujeres que muestran su pecho son quizá lo mejor del lienzo, debido a sus escorzadas posturas y la sensación de movimiento que insuflan a la composición. La luz resbala sobre sus cuerpos, destacando sus brazos hercúleos. Rubens sigue un esquema triangular para esta obra, tomando como punto de partida a la escuela veneciana tanto en el color como la luz empleadas. No en balde, durante su próximo viaje a Madrid considerará a Tiziano como su padre espiritual. La Educación de María de Medicis y la Boda de María de Medicis y el rey Enrique IV también forman parte de la serie.
contexto
"Madrid, castillo famoso, que al rey moro alivia el miedo". Los versos de Moratín evocan los orígenes de Madrid, un asentamiento árabe denominado Mayrit, palabra compuesta de la expresión árabe Mayra -madre, matriz- y del sufijo iberorromano -it, lugar-, como indica Herrero Fabregat, autor al que seguimos. Previamente a la llegada de los musulmanes pudo existir un pequeño núcleo de población visigoda, que, según Oliver Así, debió asentarse junto al arroyo Matrice, madre de aguas. También se han hallado restos más antiguos, correspondientes al periodo prehistórico y la colonización romana. La conquista cristiana hizo evolucionar el nombre del lugar desde Mayrit a Magerit, acabando en el actual Madrid. Volviendo a los versos de Moratín, el Mayrit árabe era fundamentalmente una fortaleza edificada para controlar un amplio territorio de frontera. Albergaría por tanto una guarnición, y a su lado se situaría el núcleo de población. La fortaleza, alcazaba, formaba el primer recinto amurallado, tras el cual se incluían una pequeña población. La medina, el núcleo comercial, es de construcción posterior y se hallaba delimitada por una muralla, de la que aún quedan escasos restos. Las murallas de Madrid fueron primero destruidas durante un ataque de Ramiro II de León, en el año 931. Posteriormente fueron reconstruidas por Abd al-Rahman III. La ciudad se estructuraba en función de un eje amplio, que corresponde al último tramo de la actual calle Mayor, desparramándose a su alrededor el típico urbanismo islámico de callejuelas y adarves. Dentro de las murallas había dos torres, la de Narigues y la Gaona. Se sabe también de la existencia de las puertas de la Vega, de Santa María y de la Sagra. La Medina estaba rodeada de una segunda muralla, actualmente considerada cristiana y del siglo XII. Esta muralla contaba con cuatro puertas, las llamadas de Moros, Cerrada, de Guadalajara y de Balnadú. La importante situación estratégica de Madrid hizo que se convirtiese en objetivo de los reyes cristianos. Fue Alfonso VI quien logró tomar la ciudad, punto desde el que se controlaba, como si de una avanzadilla se tratara, la defensa de Toledo.
lugar
Personaje Político
Durante el reinado de su padre, Lloque Yupanqui, se encargó de la dirección de los ejércitos incaicos, instaurando así una costumbre que se seguirá en reinados posteriores. Su mandato y carácter aparecen rodeados de leyenda, posiblemente debido a una recreación o reescritura posterior de los mismos incas de su propia historia, más acorde a sus intereses. Así, se explica que las guerras de conquista presumiblemente llevadas a cabo por los incas contra la confederación de los Alcabizas, la invasión del Collao y otras obedecerían al carácter y la personalidad de Mayta Capac, quien ya desde la infancia mostraría signos de su liderazgo y agresividad, al nacer tras sólo tres meses de gestación y con la dentadura completa, al crecer a un ritmo desmesurado, etc. La personalidad del soberano y la del mismo pueblo inca son así deliberadamente confundidas e identificadas.