Lucio Flavio Arriano nació en Nicomedia en el año 95 d.C., de padres que, probablemente, habían recibido la ciudadanía romana bajo la dinastía Flavia. Fue educado en la literatura, el sacerdocio y la vida de culto de las diosas protectoras Demetria y Koré. Fue alumno del estoico Epíteto e hizo amistad con el emperador Adriano (117 - 138), lo que le permitió ser procónsul en la Hispania Bética y cónsul hacia el 130. Nombrado gobernador de Capadocia entre 131 - 36, consiguió detener una invasión bárbara, a la que dedicó posteriormente una obra. Tras su mandato en Capadocia se retiró de la política definitivamente en el 138 por incomprensión con el sucesor de Adriano, Antonino Pío, dedicándose plenamente a la actividad literaria. Se desconoce la fecha de su muerte. Su obra más importante es el Anabasis de Alejandro, obra dividida en siete libros al más puro estilo de Jenofonte. Trata con completa objetividad las campañas militares de Alejandro Magno basándose en fuentes directas, como las de Aristóbulo y Tolomeo I, desde los preparativos en Grecia hasta la muerte del conquistador, y evitando caer en el romance y la leyenda. Otras obras son la Historia de los Partos y la Historia de Bitinia, además de obras filosóficas y técnicas.
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contexto
La posesión de personal doméstico es un símbolo de distinción, ciertamente al alcance de pocos pero objetivo de todos. Sólo los que ostentan una encumbrada posición social tienen la posibilidad, también la obligación, de albergar en su casa a mayordomos, doncellas y criadas. Ser servido implica además el manejo de una mayor cantidad de tiempo libre, que puede ser empleado en gustosas actividades de representación, como visitas, fiestas o reuniones. El gusto por el servicio es un rasgo aristocrático, heredado por la nueva clase dominante, la burguesía. La servidumbre no sólo trabaja sino que, cuando es posible, habita la misma casa que los señores. Las estancias están perfectamente separadas, correspondiéndoles espacios marginales como los sótanos de las viviendas, funcional y sobriamente decorados. Entre el servicio también hay jerarquías. Preceptores e institutrices ocupan la cúspide, en virtud de sus conocimientos. El objetivo ideal de que los hijos aprendan en casa sólo puede ser cumplimentado por las familias más pudientes, y en contra de estas figuras corre también la creciente obligatoriedad de la escolarización. Por debajo, los criados se hallan en una situación liminar, viviendo en un entorno familiar, económico y cultural al que no pertenecen. Atienden a los amos y conocen sus intimidades, pero están obligados a guardar los secretos como si fueran propios. Tienen acceso a una intimidad que les es ajena -visten a los amos, conocen sus ropas, escuchan sus conversaciones-, pero se trata de un mundo al que no pertenecen. Para los amos apenas tienen consideración, no son objeto de atención; de ahí que no sea problema mostrar la desnudez corporal ante el ayuda de cámara o la doncella. Las reducidas dimensiones de las viviendas obligan a reducir el número de servidores, siendo frecuente encontrar sólo una persona de servicio, que, no obstante, sirve también como elemento de prestigio. Además, servir en casa ajena se va haciendo cada vez más una cuestión femenina y proletaria, decreciendo en la estima social.
Personaje
Militar
Político
A la muerte de Alejandro subió al trono de Macedonia su hermanastro Arrideo, que tomó el nombre de Filipo III. Su débil carácter le hizo un mero títere en manos de los poderosos por lo que la anciana reina Olimpia ordenó su asesinato.
Personaje
Pintor
<p>Agustín Arrieta (1803-1874) fue un destacado pintor venezolano del siglo XIX, reconocido por su contribución al desarrollo del arte venezolano y por su habilidad para retratar la vida cotidiana y los paisajes de su país. Nació el 9 de abril de 1803 en Caracas, Venezuela.</p><p>Arrieta mostró talento artístico desde una edad temprana y recibió formación en la Academia de Bellas Artes de Caracas. Posteriormente, continuó sus estudios en Europa, donde se familiarizó con las corrientes artísticas europeas de la época. Durante su estancia en Europa, Arrieta se vio influenciado por el Romanticismo y el Neoclasicismo, así como por la técnica del realismo.</p><p>A su regreso a Venezuela, Arrieta se estableció como un pintor destacado, ganándose la reputación de ser uno de los mejores retratistas de su época. Su estilo se caracterizaba por una atención meticulosa a los detalles y por la capacidad de capturar la psicología de sus modelos.</p><p>Además de los retratos, Arrieta también se destacó en la pintura de paisajes y escenas de género, plasmando la vida cotidiana de Venezuela en esa época. Sus obras reflejan la riqueza de la cultura venezolana, así como la belleza de su paisaje natural.</p><p>Arrieta no solo fue un artista prolífico, sino también un influyente maestro, enseñando en la Academia de Bellas Artes y transmitiendo sus conocimientos a las generaciones más jóvenes de artistas venezolanos.</p><p>Agustín Arrieta falleció el 16 de agosto de 1874 en Caracas, dejando un legado duradero en el arte venezolano. Sus obras continúan siendo apreciadas por su calidad artística y su contribución a la representación visual de la historia y la cultura de Venezuela.</p>
Personaje
Músico
Su educación musical discurre en el Conservatorio de Madrid y de Milán. En éste último inauguró su actividad musical con su ópera prima "Ildegonda". Posteriormente, volvió a España y comenzó a trabajar para la Corte. Fue entonces cuando compuso "La conquista de Granada". Aunque Isabel II le prestó su protección, cuando fue derrocada del poder, Arrieta escribió su himno "Abajo los Borbones". Desde 1857 imparte clases de composición en el Conservatorio de Madrid, del que luego sería director hasta la fecha de su muerte. Entre sus alumnos cabe destacar a Bretón y Chapí. Aunque en sus composiciones se mostró partidario de las tendencias que imperaban en Italia, cultivó con profusión el género de la zarzuela, dando lugar a composiciones como "Marina".
Personaje
Arquitecto
La etapa de transición entre el Renacimiento y el Barroco mexicano tiene a Pedro de Arrieta a una de sus más importantes figuras, junto a Miguel Custodio Durán. Dirigió los trabajos de edificación de la basílica de Guadalupe (donde inicia sus característicos pilares alargados), la iglesia jesuita de la Profesa y el edificio de la Inquisición de México.
Personaje
Literato
Religioso
Su formación discurre según las doctrinas impartidas en la escuela antioquena, cuyo fundamento se basa en la herejía monarquiana que había establecido san Luciano de Antioquia. Es probable que en esta época entrara en contacto con Eusebio de Nicomedia, que se convertiría en uno de sus principales defensores. En el año 311 fue ordenado sacerdote por el obispo Achillas. Arrio sostenía que Dios constituía una unidad absoluta y eterna, señalando el resto de criaturas como elementos de su creación. Esta afirmación suponía que la figura de Cristo estaba subordinada a la de Dios. Sus ideas tuvieron una gran aceptación, por lo que su actividad fue cada vez mayor. Esta exacerbada defensa instó a Alejandro de Alejandría a convocar un sínodo con más de 100 obispos de Egipto y Libia que condenó el arrianismo. En consecuencia, Arrio fue excomulgado. A pesar de la adversidad de las circunstancias, continuó su lucha con más fuerza, especialmente en Palestina y Nicomedia. Durante la celebración del Concilio de Nicea en el año 325, Arrio defendió su doctrina, pero fue condenada y éste inició su destierro. No obstante, todavía no se produjo el fin de la herejía. De Arrio también cabe destacar su faceta como literato. Una de sus obras más famosas es "Talhia", donde aparece una detallada defensa de sus dogmas. El arrianismo, que negaba la total de divinidad de Jesucristo, contó con seguidores entre las tribus bárbaras y concretamente en España tuvo gran aceptación entre los visigodos. De hecho, Leovigildo ordenó la muerte de su hijo Hermenegildo por renegar del credo arriano.