Busqueda de contenidos

Tipo de corona en forma de casco de color azul con discos circulares que empleaba el faraón. No era un casco de guerra como se ha interpretado en algunas ocasiones.

Kheti decidió proclamarse rey del Alto y Bajo Egipto hacia 2220 a. C. considerando que su jefatura del gran nomo de Heracleópolis le permitía alcanzar tal distinción. Con Kheti se inicia la IX Dinastía y finaliza la oscura Dinastía menfita. Sin embargo, la proclamación de Kheti no significaba que Egipto estuviera unificado, ya que nos encontramos con tres grandes espacios: el Delta, en poder de los asiáticos; la zona media, en manos de Kheti y el Alto Egipto, controlado por los nomarcas de Tebas. Manetón considera a Kheti como uno de los más crueles tiranos de Egipto, siendo escasos los datos sobre su reinado. Se deduce de algunos documentos que Kheti se propuso liberar la zona del Delta de los ataques asiáticos, al tiempo que intentó recuperar la autoridad real. Las relaciones con los nomarcas de Tebas fueron bastante estrechas, reconociendo en Kheti a un soberano feudal. Posiblemente los sucesores del monarca continuaron con esta política.

Sucesor de Neferkare en el trono de Heracleópolis, Kheti III será uno de los monarcas más importantes de su dinastía, la X. Las noticias de su reinado las conocemos a través de las "Enseñanzas para Merikhare", una obra didáctica que tiene como objetivo formar al sucesor al trono. En ellas le indica que mantenga la paz en el sur - lo que suponemos que Kheti III habría alcanzado - para poner mayor atención en los asuntos del Delta y de Oriente. Kheti inició esta política enfocada al Delta una vez expulsados los extranjeros que habitaban allí, realizando una división administrativa en distritos dependientes de Menfis, capital administrativa del Delta. Para completar esta tarea se construyeron una serie de canales que enlazaban las principales ciudades del territorio y se repoblaron las zonas fronterizas con el Sinaí para evitar las invasiones asiáticas. Con este paquete de medidas, el Delta inició una rápida recuperación, alcanzando un desarrollo digno de resaltar.

Entre los babilonios, "primera esposa".

Inició estudios de Derecho en Bruselas pero los abandonó para ingresar en la Academia de Bellas Artes donde tuvo como profesor a X. Mellery. En 1877 se trasladó a París, frecuentando el taller de Lefèvre y la Academia Julian, interesándose por la pintura de Moreau y Delacroix. Su relación con el esteticismo inglés y con el simbolismo belga le llevará a convertirse en uno de los más importantes representantes del simbolismo figurativo en Europa. Sus obras se caracterizan por un gran refinamiento técnico y por el empleo de ambiguas mujeres para quien siempre posaría su hermana.