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fuente
Al igual que el aquilifer, el armillae era un premio a legionarios, centuriones, cadetes y tribunos militares de las legiones por su valor. El armillae era una pulsera de oro o de plata.
acepcion
Doctrina promulgada por el teólogo Jacobo Arminio que difiere por completo del Calvinismo. Estos son sus principales argumentos: 1) Se salvarán los que creen en Cristo. 2) Cristo murió por todos los hombres, aunque sólo los creyentes son los que se benefician de la expiación. 3) El hombre es depravado por naturaleza, por lo que precisa de la gracia divina para actuar conforme la gracia de Dios. 4) El hombre se puede resistir a la gracia de Dios. 5) Los cristianos pueden perder la gracia de Dios y la salvación. Esta doctrina fue adoptada por los Laudianos, los Bautistas Generales, los metodistas y los pentecostales.
contexto
El 20 de junio de 1940 era firmado en el bosque de Compiégne el armisticio franco-alemán. Gran Bretaña quedaba de este modo sola para soportar el peso de su propio destino... Churchill no era Chamberlain, y eso lo notó el Führer desde el mismo instante en que le fue traducido el mensaje radiofónico del premier, pues éste "había observado que nadie hacía buenos negocios con Hitler". Ciertamente, el enérgico piloto británico no podía confiar en un hombre que jamás mantenía su palabra de paz ni respetaba tratados. Estaban tan recientes los casos de Renania, Austria, Checoslovaquia y Polonia..., sin olvidar el terrible ataque a Francia por Holanda, Bélgica y Luxemburgo, que era suicida imaginar siquiera que en la retorcida mente del dirigente del nazismo existiesen verdaderos deseos de negociación. Cualquier acuerdo con el III Reich quedaba reducido a la nada en poco tiempo por el uso exclusivo de las armas. Hitler mantenía, de hecho, dos actitudes extremas ante Gran Bretaña; paz y guerra. Unas veces parecía ofrecer un generoso armisticio y otras se inclinaba por la salida más violenta, pensando arrasar todo vestigio del poderío inglés. El dictador no llegaba a entender cómo Churchill se obstinaba en seguir con una resistencia a la desesperada. La gran victoria obtenida ante Francia planteaba, de hecho, una duda enorme; ¿qué hacer con Gran Bretaña?, ¿era mejor tenerla como aliada compartiendo con ella el futuro de Europa o se podía liquidarla de un golpe? La Marina alemana era insuficiente para proteger el paso de un gigantesco convoy que debía transportar las 40 divisiones necesarias para establecer una firme cabeza de puente en las playas. ¿Hubiera variado la firmeza del premier británico si llega a descubrir el destino programado para su país en caso de una invasión nazi en masa? Hasta después de la guerra no se descubrió el grueso expediente titulado Ordenes concernientes a la Organización y Función del Gobierno militar de Inglaterra. En él, el III Reich reflejaba el porvenir de los ciudadanos británicos comprendidos entre los 17 y 45 años: trabajos forzados en Alemania, el equivalente a la esclavitud bajo el rígido control de la temible orden de la calavera de Heinrich Himmler; sus más potentes SS harían de sementales de las mujeres para crear una nueva raza; asesinato de todos los intelectuales y judíos. Conociendo la volutad de hierro de Winston Churchill, fácil es imaginar que su resistencia habría sido entonces auténticamente numantina. Si ya sin conocer ese despiadado plan ideado en Berlín las milicias británicas estaban incluso dispuestas a usar gases mortíferos para expulsar a los nazis de su suelo, es seguro que el premier no hubiera dudado un instante en practicar la táctica de tierra quemada, dejando pequeña la misma usada por Stalin a partir de junio de 1941. Mientras Churchill recibía al general De Gaulle -recién llegado de Burdeos en un avión especial- en la tarde del 18 de junio de 1940, pensando ofrecer los micrófonos de la BBC a la nueva Francia Libre como réplica adecuada al mensaje colaboracionista de Philippe Pétain, varios políticos británicos actuaban por su cuenta a espaldas del premier, buscando con urgencia una paz de compromiso con el III Reich. Esto de descubrió muchos años después gracias a la confesión de Bjoern Prytz, en aquel entonces embajador sueco en Londres, que en el verano de 1965, a través de la emisora de la Sveriges Radio A. B., en Estocolomo, pudo hablar por fin sobre uno de los secretos más celosamente guardados de toda la Segunda Guerra Mundial.
Personaje
Músico
Su educación discurre en Storyville, la cuna del jazz. Mientras desempeñaba todo tipo de trabajos, tocaba con grupos de música como la banda de Kid Ory. A los diecinueve años comienza a trabajar a todo rendimiento en una de las bandas que actuaban en los barcos del Mississippi. Tres años después marcha a Chicago, donde empieza a tocar con la Oliver´s Creole Jazz Band. Con esta formación comienza a realizar sus primeras grabaciones y en 1924 alcanza su primer éxito con "What a Wonderful World". En poco tiempo emprende un nuevo viaje y se traslada a Nueva York. En la ciudad de los rascacielos produce con Flecher Henderson sus primeros temas vocales. Su fama y prestigio como trompetista le llevaría a actuar con los grupos y músicos más importantes del momento. Con ellos acababa improvisando con interpretaciones magistrales, estableciendo así los cánones del jazz moderno. Aunque fija su residencia en California no dejaría de recorrer el país con sus actuaciones. Inmerso en una actividad incesante ofreció impresionantes espectáculos en que combinaba su virtuosismo con la trompeta con interpretaciones vocales. En estos años trabajaría con los más grandes como Ella Fitzgerald o Tommy Dorsey. En la década de los cincuenta difundió este ritmo por todos los rincones con su banda "All Stars".
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El primer diseño del Albemarle, como bombardero medio, correspondió al fabricante Bristol, quien realizó en 1939 el diseño inicial. Sin embargo, algunas dificultades técnicas y de fabricación hicieron que el prototipo fuera encargado a la Armstrong Withwort, quien procedió a realizar un nuevo diseño, esta vez como bombardero de reconocimiento. Uno de los objetivos a cumplir era subsanar las carencias británicas en cuanto a la disponibilidad de metales estratégicos, por lo que el Albemarle fue fabricado utilizando madera y acero en su fuselaje. Otra de las ventajas del proyecto en que sus distintas piezas podían ser fabricadas por subcontratas, siendo finalmente montadas en una única fábrica. Sin embargo, el peso de sus materiales se mostró ya demasiado elevado desde el vuelo de su primer prototipo en marzo de 1940, lo que no impidió que se siguiera fabricando. En enero de 1943 se pusieron en servicio 600 aparatos, con tren de aterrizaje de triciclo, para misiones de apoyo a las tropas aerotransportadas. De todos las variantes fabricadas, las llamadas Mk I, II y VI fueron usadas para el transporte de paracaidistas y remolque de planeadores. Sólo el Mk V fue usado excluivamente para remolcar planeadores.
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Tras ser integrado al servicio activo en marzo de 1937 con motores Armstrong Siddeley Tiger en estrella, al comienzo de la guerra fue utilizado como bombardero nocturno en el Mando de Bombardero británico. Posteriormente pasó a formar parte del Coastal Command, siendo uno de los principales aparatos utilizados para misiones de reconocimiento marítimo y lucha antisubmarina. Del Withley Mk I llegaron a fabricarse 34 unidades. Le siguieron los modelos Mk II y Mk III, también con motores Armstrong Siddeley Tiger, de los que se construyeron un total de 126 aparatos. La últimas gamas de la serie fueron la Mk IV, que incoporaba motores Rolls-Royce Merlin y una torreta de cola móvil, con una fabricación total de 1.466 unidades, y la Mk VII, cuyos 146 aparatos fueron equipados con radares de vigilancia de superficie. Los últimos aparatos, ya obsoletos, fueron empleados como remolque de planeadores y para entrenamiento de tropas paracaidistas.
Personaje
Arquitecto
Estudia en Francia, en la ciudad de Toulouse, y luego completa su formación en Madrid. Fue baluarte de la arquitectura racionalista en España, implantada en tiempos de la Ilustración. Se hizo cargo del diseño y la dirección de la obra de la Imprenta Nacional. También trabajó en el retablo mayor de la iglesia de Santa Bárbara. Arnal no sólo dejó constancia de su obra en Madrid, sino también en Oviedo, Salamanca y Jaén.