En sintonía con el Jardín parroquial de Nuenen con nieve, Van Gogh vuelve a mostrarnos uno de sus lugares favoritos aportando en esta ocasión la labor de varios hombres, relacionándose con los trabajos de Millet sobre la vida de los campesinos. La nieve ocupa una vez más el papel protagonista, provocando un sensacional contraste con la pared del fondo y la masa arbórea que observamos tras ella. Vincent recurre a una pincelada tremendamente empastada, esbozando los elementos del paisaje al preocuparse más por el color y la luz, nociones que desarrollará en profundidad tras su estancia en París donde contactará con el Impresionismo. El colorido oscuro abundante se relaciona con la Escuela de La Haya entre cuyos miembros Van Gogh recibió su primera formación.
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La religiosidad de Vincent se transmite incluso en los lugares elegidos como protagonistas de sus trabajos. La torre del cementerio o esta vista del jardín parroquial serán los enclaves favoritos del joven artista durante su estancia en Nuenen. Son paisajes tomados directamente del natural, siguiendo a la Escuela de La Haya e indirectamente al Barroco Holandés. Las luces del atardecer se encuentran habitualmente presentes, creando un ambiente de mayor romanticismo en el que se pretende transmitir ciertos sentimientos. Aun dominando las tonalidades oscuras, en la composición también encontramos referencias al amarillo, rojo, azul o verde, haciéndose la paleta de Vincent más animada como apreciaremos en el periodo de París donde contacta con el Impresionismo.
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Durante la estancia de Van Gogh en Nuenen existen dos lugares por los que sentirá especial admiración: la torre del cementerio y el jardín parroquial, representándolos en numerosas ocasiones. Durante el invierno de 1885 los muestra con nieve, creando una de sus imágenes más atractivas de esta época. El paisaje está tomado directamente del natural, de la misma manera que hacían los pintores de la Escuela de La Haya con los que Vincent había tenido contacto, interesándose por conceptos de luz y de color que más tarde evolucionarán al Impresionismo, tras su viaje a París en la primavera de 1886. La imagen parece estar tomada desde una ventana al mostrar una perspectiva ligeramente alzada bajo la influencia de la fotografía, recordando las vistas de Degas o Pissarro. El jardín tiene aun restos de la última nevada al igual que el tejado de la casa de la izquierda o los campos del fondo, alzándose sobre la línea del horizonte la majestuosa silueta de la torre del cementerio. Las tonalidades amarillentas del amanecer están perfectamente conseguidas, creándose un juego de contrastes de gran sutileza entre los tonos claros y los oscuros. La pincelada es rápida, haciendo uso de empastes que dotan de mayor ligereza a la composición.
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Tras el Palazzo Pitti se encuentran los Jardines de Bóboli, extendidos por la colina a la espalda del palacio, considerándose el mejor ejemplo de los jardines a la italiana. Según Vasari fue Niccoló Perícoli, conocido como el Tríbolo, el encargado del diseño del jardín en 1550, organizando el conjunto alrededor de un anfiteatro al tiempo que se aprovecha una cañada natural y se disponía el jardín en terrazas. Tríbolo falleció antes de terminar el proyecto, encargándose Buontalenti y Ammannati de los trabajos, incorporando importantes transformaciones que se continuarán en las siguientes centurias. En este incomparable marco se celebraron las grandes fiestas de la familia Médici, especialmente las suntuosas bodas. Debemos advertir que en el teatro de los jardines se representó la primera ópera de la historia, en el año 1600. El patio de Baco, llamado así por la presencia de una fuente dedicada a este dios romano, nos conduce a la gruta de Bountalenti, una cueva artificial realizada en 1583 decorada con frescos y estatuas entre las que sobresale la Venus de Giambolgna. El anfiteatro se decora con un estanque romano y un obelisco egipcio, procedente de Tebas, decorándose el fondo con estatuas de época romana representando a emperadores y dioses. En un segundo nivel se encuentra el vivero de Neptuno, un estanque decorado con una estatua salida del taller de Stoldo Lorenzi en 1565. Diversas fuentes y pabellones completan este monumental conjunto, destacando el piazzale dell'Isolotto, jardín acuático diseñado por Alfonso Parigi en cuyo centro se erige la fuente del Océano realizada por Giambolgna, tomando como referencia el teatro de Adriano en Tívoli.