A pesar de su recuperación durante el mes de octubre de 1889 Van Gogh se sentirá más seguro en las inmediaciones del hospital, considerándole también como un modelo interesante para sus trabajos, envuelto entre los grandes árboles que había a su alrededor. La escena está tomada a plena luz del sol, mostrando un cielo azul intenso que ocupa como fondo la mayor superficie del lienzo. Entre los árboles, contemplamos la fachada amarilla de la institución médica con sus persianas verdes y el tejado rojo. Impidiendo apreciar el edificio en su esplendor aparecen en primer término unos árboles retorcidos con elevadas copas en un terreno rojizo con arbustos verdes. La aportación más significativa de esta etapa de Saint-Rèmy será el brillante colorido empleado, más intenso aun que el de Arles, utilizando colores complementarios de los que llegó a decir "expresar el amor de dos enamorados a través del enlace de los colores complementarios, en una lucha eterna por el medio justo que nunca se puede conseguir. Por tanto, el contraste mismo es lo paradójico".
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En 1822 Constable vive en Hampstead, una villa ubicada al norte de Londres donde se podían contemplar sensacionales vistas de los páramos. No será éste un buen año para el artista ya que no consiguió ser elegido miembro de la Royal Academy y los encargos que recibía eran escasos y no de su agrado. Solamente se sentirá bien pintando los árboles que limitaban con el sendero de la iglesia que aquí contemplamos, mientras que el edificio de la parroquia de Hampstead se aprecia ligeramente en la zona izquierda del lienzo, tras los últimos árboles. Los especialistas consideran la inclusión de este edificio parroquial como una referencia a su ideología conservadora, contraria a todo tipo de cambios que se estaban produciendo en la Inglaterra de la época. En esta obra podemos apreciar definido el estilo naturalista de Constable, interesándose especialmente por el cielo y las nubes que lo pueblan, trabajando con una pincelada minuciosa pero que se aparta del pintoresquismo para enseñarnos el paisaje en su aspecto más sincero, trabajando con colores auténticos inspirados en el natural, para adelantarse así a la Escuela de Barbizon y el impresionismo.
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Tras pasar el otoño de 1887 en la costa bretona, Monet regresó a Giverny. Allí se interesó por los paisajes de los alrededores, llamando su atención los árboles de las cercanías de Bennecourt. De esta manera recuperaba las formas y los volúmenes que en las marinas de Etrerat y Belle-Ile casi habían desaparecido. De nuevo se interesa por los efectos de luz, jugando con los reflejos de los árboles en la pradera y las casas al fondo. La luz es tan potente que difumina los contornos y crea un efecto atmosférico tal que los volúmenes casi pasan desapercibidos, especialmente en el fondo. Los colores se avivan al impactar la luz otoñal sobre ellos. El estilo rápido y abocetado del maestro refuerza la sensación de impresión del trabajo, recurriendo a las sombras coloreadas y los colores complementarios que se inspiran en las teorías cromáticas de Delacroix.
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Durante el verano de 1887 Vincent sentirá una profunda admiración hacia las vistas de bosques en todo su esplendor, introduciéndose en su núcleo más compacto para representar la luz penetrando tímidamente entre las hojas de los árboles y reflejándose en los matorrales. El verde y el marrón dominan una composición salpicada de amarillos y algunas notas de rojo, recogiendo en ella su impresión ante la naturaleza. Las pinceladas son cortas a excepción de los árboles que están trazados con una línea ligeramente más definida.
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A lo largo de su vida Constable realizó un amplio número de bocetos, estudios y dibujos al natural que le servirán como fuente para la ejecución de todas sus obras. Estos estudios son considerados por algunos especialistas como auténticas obras maestras aunque el pintor las realizara para su propio uso, exponiéndose en la actualidad junto a las obras definitivas. Precisamente, este tipo de rápidos apuntes nos muestran la facilidad creativa del maestro, interesándose especialmente por los contrastes de luz y sombra ,como bien podemos apreciar en este trabajo, donde los colores se limitan al máximo y las formas casi se pierden, para anticipar el expresionismo o incluso la abstracción.