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Personaje
Militar
El más famoso héroe griego de la Guerra de Troya era el bello Aquiles, hijo de Peleo y de la ninfa Tetis. Para hacerlo invulnerable, su madre decidió ungirlo de ambrosía y sumergirlo en la Laguna Estigia agarrándolo por le talón derecho, su única parte vulnerable. Como caudillo de los mirmidones participó en la guerra, enfrentándose en numerosas ocasiones a su jefe Agamenón y dando muerte a Héctor y a Mennón. Tras rechazar a los troyanos ante las murallas de la ciudad, Paris le disparó una flecha que acertó en su punto vulnerable gracias a la ayuda de Apolo. Sus cenizas se guardaron en una urna que contenía las de su amigo Patroclo.
Personaje
Pintor
Desconocemos el nombre de este pintor, famoso por haber trabajado en la corte de Pericles. La obra que le da nombre se conserva en el Museo Vaticano y trata sobre un asunto relacionado con Aquiles y Briseída.
acepcion
El más famoso héroe griego de la Guerra de Troya era el bello Aquiles, hijo de Peleo y de la ninfa Tetis. Para hacerlo invulnerable, su madre decidió ungirlo de ambrosía y sumergirlo en la Laguna Estigia agarrándolo por le talón derecho, su única parte vulnerable. Como caudillo de los mirmidones participó en la guerra, enfrentándose en numerosas ocasiones a su jefe Agamenón y dando muerte a Héctor y a Mennón. Tras rechazar a los troyanos ante las murallas de la ciudad, Paris le disparó una flecha que acertó en su punto vulnerable gracias a la ayuda de Apolo. Sus cenizas se guardaron en una urna que contenía las de su amigo Patroclo.
obra
Este dibujo es un boceto para el cuadro Aquiles entre las hijas de Licomedes de Boston, que suele fecharse hacia 1650. Con todo, el boceto presenta importantes diferencias respecto al cuadro: las figuras principales, Aquiles y Deidamia, están situados más cerca del primer plano, y el héroe desenvaina su espada al tiempo que se arrodilla, mientras que en el dibujo permanece de pie. El trazo ondulado y la fluidez del dibujo se acomodan bien con su adscripción a la última etapa del pintor, que abarca los veinte años anteriores a su fallecimiento.
obra
Fiel a la evocación pictórica de sus lecturas, Poussin vuelve a narrar un pasaje tomado de Pausanias y Plinio. Aquiles era hijo de Peleo, rey de Ptía en Tesalia, descendiente de Júpiter, y de Tetis, hija de Océano. Un oráculo anunció a Tetis que su hijo habría de morir frente a los muros de Troya. Cuando comenzó la guerra, para evitar su marcha, Tetis trató de ocultar a Aquiles vistiéndolo de doncella y reenviándole a la corte de Licomedes, rey de Esciro, en donde vivió con las hijas del monarca durante nueve años. Allí la llamaban Pirra, por sus cabellos dorados, tal y como lo representa Poussin. Ulises, quien necesitaba a Aquiles para tomar Troya, se presentó en la corte de Licomedes vestido de mercader y ofreció sus mercancías a las muchachas. Entre los objetos femeninos, las telas y algunas joyas, había situado varias armas de gran valor. De este modo Ulises descubrió a Aquiles, pues se lanzó de inmediato a tomar una espada, a diferencia de las demás doncellas. A pesar de su dominio y equilibrio en la composición, la penetración psicológica de los "afectos" y lo vivo del colorido, la obra acusa demasiado su subordinación a la historia, por lo que introducirá modificaciones sustanciales en su segunda versión.
obra
Hacia 1655 realizó Poussin este estudio para el lienzo Aquiles entre las hijas de Licomedes, encargado por el embajador de Francia en Roma. La composición es más dinámica y expresiva que en el lienzo, y la composición ligeramente diferente. La sorpresa de Deidamia, a la derecha, ante la actitud de Aquiles, a la izquierda, vestido de mujer, es menos serena, más real. Pueden percibirse, a la izquierda, el minúsculo carro de Apolo en el horizonte y, en el centro, en segundo plano, el palacio del rey, visto a través de un arco, que desaparecerá del cuadro final. En este caso, es una de las hijas de Licomedes, en la que se aprecia un arrepentimiento de Poussin, la que se observa en un espejo, a la derecha. Respecto a otros dibujos de esta época, la línea se hace más nerviosa, temblorosa.
obra
La colaboración entre Rubens y Van Dyck debió ser habitual entre 1618 y 1620, años en los que ambos trabajaron juntos en el taller del primero, teniendo una relación más estrecha que la existente entre maestro y discípulo. Por eso, aunque una parte de los especialistas duden en aceptar en esta obra la colaboración de Van Dyck, no es nada descabellado plantear que sí se produjera.La escena recoge un episodio de la Guerra de Troya. La madre de Aquiles -la nereida Tetis- conocedora del destino de su hijo si iba a la batalla, decidió ocultarle en la corte del rey Licomedes, obligándole a llevar vestidos femeninos y esconderse entre las mujeres. Conocedores los griegos de la ausencia del valiente soldado, se encargó a Ulises que le encontrara. Ulises se dirigió a la corte de Licomedes vestido de mercader y ofreció a las mujeres una cesta repleta de collares, de espadas y otras armas. Aquiles se abalanzó hacia las armas, descubriéndose el engaño y marchando con sus compañeros a la lucha, en la que -como había presagiado su madre- falleció por un flechazo lanzado por Paris, que le alcanzó en su único punto vulnerable, el talón.Rubens ha marcado claramente las pautas de la composición, siendo Van Dyck un mero colaborador, sin apenas dar muestra de su forma de trabajar, pues su factura era más nerviosa que la del maestro. Las figuras se enmarcan dentro de un palacio clásico, muy iluminadas por un potente foco de luz, a excepción de Ulises. Aquiles levanta la espada mientras Deyanira -la hija de Licomedes- junto a sus sirvientas contempla atónita la situación. En estas figuras vuelve a dar muestra el artista de su facilidad para captar las expresiones y otorgar mayor vitalidad a la obra. La riqueza de los ropajes, la calidad de los detalles y el vivo colorido suponen una muestra del estilo que tanto apreciaba Rubens y que Van Dyck admirará. Las figuras femeninas recogen el canon de belleza del Barroco, aunque aquí aparezcan vestidas.Posiblemente la obra fue traída a España por el maestro en 1628 y regalada al rey Felipe IV, gran coleccionista de arte y admirador de su pintura.
obra
En el mismo año que la otra versión, 1656, pintó Poussin ésta otra para el duque de Créqui. El tema es el mismo, y la ejecución es similar, aunque presenta algunas diferencias. Aparte de algunos pequeños detalles, el más destacado es la mayor importancia concedida por el artista a la naturaleza, dominada por la gran montaña del centro de la composición. A la derecha aparece el templo de la Fortuna en Penestre (Palestrina), en cuyos mosaicos se inspira Poussin para dotar de veracidad arqueológica a obras como el Descanso en la huida a Egipto.