Se educó en Texas Southmost. Al terminar la escuela secundaria se casó con Frank Napolitano y se trasladaron a California, dónde nacieron sus cinco hijos. Allí empezó su carrera política como miembro del Consejo Municipal de la Ciudad de Norwalk en 1986. En 1989 fue elegida alcaldesa. Centró de su atención en cuestiones de salud, transporte y creación de empleo. Además, trabajó en la Ford Motor Company durante 21 años. Se jubiló en 1992 y entonces fue elegida miembro de la Asamblea Estatal de California. Orientó su política hacia el comercio internacional, el medio ambiente, el transporte y la inmigración. En 1996 logró la creación de un Comité Estatal Permanente de Comercio Internacional que presidió hasta 1998. También trabajo en la Asamblea Estatal del Partido Demócrata como presidenta del Women's Caucus y vicepresidenta del Caucus Latino. Elegida congresista de los Estados Unidos por el Partido Demócrata, trabajó en los Comités de Recursos Naturales - desde la que impulsó la aplicación de la CALFED Bay-Delta Program, un plan de gestión de agua para el Estado de California-; de Transporte; la Comisión de Salud Mental -con la preocupación del alto índice de suicidios en gente joven, especialmente entre los inmigrantes-. Dentro de su partido presidió el Congressional Hispanic Caucus que sigue las directrices federales de educación, inmigración, salud y cuestiones de derechos civiles, y el impacto de estas políticas tienen sobre la comunidad hispana. Puso en marcha el Grupo de Creación de Empleo en el Distrito 38 que dirige las estrategias de pequeñas y medianas empresas. Tras las elecciones de noviembre de 2008 sigue ocupando su escaño.
Busqueda de contenidos
acepcion
Don o favor que se otorga sin que el que lo recibe realice mérito alguno. Dentro del cristianismo se considera la ayuda sobrenatural que Dios otorga al hombre para la realización del bien.
Personaje
Literato
Nacido en Belmonte, Gracián fue un hombre de vasta cultura y amplios saberes, que frecuentó las tertulias intelectuales de su época. A partir de 1619 ingresó en la Compañía de Jesús, profesando en 1635, época en que su vida dio un giro radical. En 1643 figura como rector del colegio de Tarragona, participando en 1646 en las guerras catalanas como capellán del ejército que intentaba desalojar a los franceses de Lérida. Hombre inquieto y rebelde, su independencia de pensamiento le procuró no pocos quebraderos de cabeza, en especial en lo referente a la censura, lo que le costó la pena de destierro a Graus y la imposibilidad de abandonar la orden. Murió en 1658, en pleno destierro. Su obra literaria, magnífica, nos deja excelentes ejemplos. Es autor de tratados cortesanos, de corte moralista, como ""El héroe", "El político" o "El discreto"; realizó también composiciones prospectivas acerca de la naturaleza humana, como en "Oráculo manual" o "El criticón"; y también nos dejó obras puramente literarias, como "Agudeza y arte de ingenio" o "Las selvas del año". Sin duda su mejor y más famosa obra es "El criticón", llena de profundidad filosófica e inscrita de lleno en el conceptismo barroco.
Personaje
Literato
Su educación discurre en la corte de los Reyes Católicos. Se trasladó a París, primero, y luego a Lovaina para cursar sus estudios. En esta última ciudad tuvo como maestro a Luis Vives. Gracián se especializó en letras clásicas. Esto, unido a su dominio del francés y el italiano, le convirtió en el candidato ideal para trabajar en la chancillería imperial. Al finalizar sus estudios se trasladó a Flandes. Allí entró al servicio de Maximiliano Transilvano, con quien debió permanecer hasta 1527, fecha en que regresa a España. Desde este momento se le localiza en la corte del Emperador. Primero estuvo al servicio del marqués de Elche y luego con don Juan Manuel, uno de los personajes más cercanos a Felipe el Hermoso. Su siguiente destino fue Madrid, donde estuvo trabajando para Don Francisco de Mendoza. En este tiempo tuvo la oportunidad de contactar con humanistas de la Universidad de Alcalá. Su trayectoria política fue en ascenso. Tras ser armado caballero, alcanzó el puesto de secretario de Felipe II. En la década de los años treinta contrae matrimonio con Juana Dantisco, hija del embajador Juan Dantisco. Del matrimonio nacieron 15 hijos. De algunos de sus escritos se deduce las malas condiciones en que vivía la gente de su época. Uno de sus hijos, fray Jerónimo, fue confesor de Santa Teresa de Jesús, a raíz de los cual surgió una estrecha relación entre la mística y su familia. De su faceta como traductor, cabe destacar su inclinación por lo autores griegos, aunque por circunstancias de su trabajo en la corte, la mayor parte de sus traducciones fueron del latín, el italiano y el francés. Tradujo a numerosos autores como Jenofonte y Plutarco. Entre sus traducciones cabe citar "La Coronación Imperial en Bolonia" de 1530; "Apotegmas" de Plutarco; "De officiis" de San Ambrosio; los "Moralia" de Plutarco; "Viola Animae" de Pierre Dorland o "Preceptos y reglas de Isócrates", entre muchas obras.
Personaje
Militar
Político
En el año 367 Valentiniano nombraba a su hijo Graciano correinante. A la muerte de Valentiniano le sucedió su hijo en Oriente mientras que en occidente gobernaba Valente. En el año 378 se produjo una contundente invasión de godos en la zona central de Europa que no pudo ser frenada por lo que se diseminaron por la península balcánica. Cuando los alamanes volvieron a poner en peligro la zona de la Galia, Graciano se dirigió allí para luchar contra los bárbaros, dejando como augusto en Oriente a Teodosio. A su regreso se consiguió la pacificación de los godos que fueron federados en varias regiones de Mesia. Quizá el estrecho contacto con los godos motivó que Graciano favoreciera la colocación de bárbaros en los puestos más destacados del ejército y la administración. Desde ese momento los elementos romanos en el ejército reaccionaron y proclamaron emperador a Magno Clemente Máximo, perdiendo la vida Graciano en la lucha que siguió a continuación.
contexto
Graciano era hijo de Valentiniano I y de su primera mujer, Marina. En Italia se había vuelto a casar con Justina, viuda de Magnencio, y de este segundo matrimonio había tenido cuatro hijos: Valentiniano, Grata, Justa y Galla. A la muerte de Valentiniano I, Graciano, que había sido elevado a augusto durante el gobierno de su padre, quedaba como nuevo monarca de Occidente. Tal vez el carácter inestable del emperador, con el consiguiente riesgo de que pudiera introducir cambios entre los consejeros y hombres fuertes del imperio, indujera a las cohortes galas (que en realidad eran los árbitros del poder en Occidente) a proclamar augusto a Valentiniano II, que tan sólo contaba cuatro años de edad. Los motivos no están claros. Pudo tratarse de un intento por parte de Merobaudes y Equitio para evitar un levantamiento militar que hubiera acabado con la dinastía valentiniana (entronizando, tal vez, al comes Sebastián, cuyo papel en la intriga no parece claro), convirtiendo así el probable golpe de estado en un golpe encubierto y controlado y a Valentiniano II en un emperador ficticio. También es posible que los antiguos consejeros de Valentiniano (Merobaudes, Equitio y Petronio Probo) intentaran simplemente reforzar su poder, limitando el de Graciano y custodiando al niño Valentiniano II como garante de la sucesión. En esta situación, Graciano apenas introdujo algún cambio respecto a la política de su padre y, posiblemente, no tanto por la presión y coacción de los grandes como por su propia mediocridad y falta de iniciativa. Valentiniano II pasó a ser emperador con poderes sólo sobre Iliria, desgajada ésta de la prefectura central. Su capital fue Sirmium, donde permaneció con su madre bajo la tutela de Merobaudes. En el 376, Graciano pareció continuar la política anti-senatorial de su padre. Algunos senadores fueron ajusticiados, entre ellos, el entonces prefecto del pretorio, Maximino, y Teodosio el Mayor. Hay que suponer que tal decisión se debió a la influencia sobre el emperador de personajes enfrentados a los primeros. Dentro del círculo de allegados a Graciano estaba el famoso retórico Ausonio, que había sido su preceptor y posteriormente ocuparía el cargo de cuestor. Estaban también varios miembros de la familia de Ausonio, como su hijo, que fue procónsul de Africa, su padre, prefecto de Iliria, etc. Finalmente volvería a una política más favorable hacia el Senado. Durante el reinado de Graciano se disfrutó de una época de paz en las fronteras, gracias a la sabia política defensiva de su padre, sin embargo, desoyó las advertencias de Merobaudes y no prosiguió la construcción y reparación de fortines en el Rin. Su única campaña militar consistió en la expedición trasnrenana (la última del emperador occidental), que emprendió con el fin de llevar refuerzos a su tío Valente cuando tuvo lugar la invasión de Tracia por los godos. En su avance hacia Oriente tuvo que combatir con una tribu de alamanes, a los que logró derrotar en el 378 cerca de Argentaria. Poco después, al conocer la noticia de la muerte de Valente en Andrinópolis, regresaría a Occidente. La política religiosa de Graciano parece determinada también por influencias externas. Así, en el 379, publicaba un edicto de tolerancia religiosa (muy alabado por Ausonio), cuando sólo un año antes había prometido a Dámaso, obispo de Roma, que actuaría judicialmente, ejecutando las decisiones conciliares que proponían la expulsión de obispos heréticos de sus diócesis. Poco antes había confirmado las decisiones de su padre en materia de jurisdicción eclesiástica, retirando las causas criminales de la jurisdicción de los tribunales eclesiásticos. Posteriormente, la influencia de Teodosio radicalizó su posición religiosa, llegando a abolir su edicto anterior de tolerancia, imponiendo penas a los paganos en Roma y retirando el altar de la Victoria del Senado. Tras la muerte de Valente, Graciano nombra augusto de Oriente al español Teodosio, hijo de Teodosio el Mayor, a quien Graciano había hecho matar poco antes. La decisión es sorprendente, aun cuando Teodosio había logrado marcar las diferencias entre él y su padre para evitar caer en desgracia. En el momento de su designación como augusto era jefe de la caballería. Fue proclamado augusto en Sirmium, en el año 379. En una fecha imprecisa (379 ó 389) la diócesis de Iliria (que constituía el territorio de Valentiniano II) fue desmembrada y Macedonia y Dacia fueron asignadas a la parte oriental del Imperio. Los dos primeros años de su gobierno los pasó en Tesalónica. La política de Teodosio condicionará la evolución ulterior del Imperio. A través principalmente de las obras de Zósimo, Sócrates y Eunapio, entre otros autores, podemos percibir los rasgos principales de su personalidad. Quizás el más destacado sea el de su religiosidad casi obsesiva que, con frecuencia, anteponía a sus deberes como emperador. Ambrosio de Milán destaca como su virtud más elevada la humildad y, ciertamente, ésta no es una gran virtud para un monarca. Su filantropía hacia los bárbaros resultó desastrosa para el Imperio. Había reclutado contingentes bárbaros, especialmente godos, en masa, alistándolos en el ejército romano como federados, esto es, permitiéndoles una organización autónoma. En esencia, puede decirse que estos federados prepararon la ocupación del Imperio por los bárbaros. A propósito de la negativa gestión de Teodosio resulta significativo que, en el año 380, mientras los godos saqueaban Tesalia, Grecia y Mesia Superior, Teodosio permaneciera en Tesalónica legislando sobre cuestiones de fe y privilegios para los administradores. Libanio y el dálmata Jerónimo nos transmiten el horror de la devastación: "Del país en el que nací -escribe- no quedan sino el cielo y la tierra. .. todo ha desaparecido-. Juan Crisóstomo dice que el avance de los bárbaros era tan violento y carente de obstáculos que un jefe bárbaro decía no comprender por qué los romanos no huían en vez de dejarse matar. Tal vez esperasen al ejército, que no llegó. En septiembre, Teodosio evacuó las diócesis orientales de Iliria, quedando sólo las Panonias occidentales bajo la relativa autoridad de Valentiniano II. En el 382 permitió la instalación de los visigodos en estas tierras, entre el Danubio y los Balcanes, constituyéndose el primer Estado germánico dentro del Estado romano. La trascendencia de este acontecimiento es considerada por algunos historiadores como el fin de la historia del Imperio Romano. En el 381, el avance de los hunos remontando el Danubio fue detenido, no por el ejército romano, sino por el nuevo Estado godo. La ineficacia de Teodosio ante el problema germano era tal que no sólo no los combatió militarmente, sino que ni siquiera llevó a cabo una política de enfrentamiento de las diversas tribus entre sí. Resulta inaudito el discurso que Temistio pronunció en el 381 ante Teodosio, con ocasión de la llegada de éste a Constantinopla. Habían pasado muy pocos años desde que Valentiniano promulgara la ley que castigaba con la pena capital el matrimonio con un germano y del furor de los romanos desatado tras la batalla de Andrinópolis. Por eso resulta casi increíble que Temistio alabara al emperador en estos términos: "Es una victoria de la filantropía no suprimir -a los godos-, sino mejorarlos..." y a lo largo del discurso reconoce que el emperador no debe preocuparse por las provincias perdidas sino por lo que le queda. Se emociona al señalar cómo los godos aman al emperador y afirma que Teodosio hace bien en incorporar al Imperio a los bárbaros que no había podido vencer. El discurso fue tan meritorio -sin duda necesitó Temistio una gran presencia de ánimo para pronunciarlo- que Teodosio lo recompensó con la prefectura de Constantinopla en el 384. Entre tanto, el emperador aumentaba paradójicamente la importancia y el número de funcionarios, reglamentaba los trajes que debían llevar los senadores y demás funcionarios e inutilizaba definitivamente la figura del defensor plebis, al convertirlo en recaudador de impuestos de la plebe. La ruina económica que agobiaba al pueblo servía, al menos, para que comenzasen a considerar un mal menor lo inevitable: la entrada de los bárbaros en el Imperio.
acepcion
En la Antigua Grecia, conocidas como Cárites, representaban la Gracia, la Belleza y la Fertilidad. Engendradas por Júpiter y Eurínome, Aglae, Talía y Eufrósine solían acompañar a otros dioses como Baco, Minerva, Venus o Apolo en los cortejos.
contexto
La sospecha de que los judíos causarían problemas en Palestina se materializó pronto. Su creciente número y posibilidades económicas chocaron con la vieja, pobre y atrasada sociedad árabe de la región y comenzaron las fricciones y las guerras más o menos declaradas. Las tensiones subieron de tono con el acceso de Hitler al poder, y sus leyes antisemitas lanzaron hacia Palestina a nuevos inmigrantes, más preparados, cultos y con mayores medios. La guerra entre la vieja sociedad árabe y los recién llegados forzó al Reino Unido a publicar el Libro Blanco, que condenaba a los judíos a vivir en Palestina en permanente minoría. Pero la II Guerra Mundial cambió la situación. Cuando terminó, en 1945, el mundo conoció el espanto del Holocausto: los nazis habían exterminado a la mitad de los judíos europeos, a más de cinco millones de seres indefensos, cuyo único delito era ser judíos. El espantoso descubrimiento proporcionó a los supervivientes más determinación y unidad: era imprescindible la creación del Estado judío. También sirvió para promover un ambiente de culpabilidad y compasión que, primero, hizo posible la entrada de más de cien mil judíos en Palestina, superando las cuotas establecidas y, segundo, puso en marcha un proyecto de partición del territorio entre los árabes allí establecidos y los judíos llegados durante el último medio siglo. La convivencia en Palestina era imposible. Árabes y judíos desplegaban toda su furia en atentados terroristas mutuos o contra las tropas británicas del Mandato. El 26 de noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU votó a favor de la partición. En otra etapa de veinte años, el sionismo había alcanzado la meta: del Hogar judío había pasado al Estado de Israel. No dejan de ser chocantes los fenómenos que propiciaron tal avance: el colonialismo y el nazismo; es decir, primero Balfour, disponiendo de una tierra ajena y, segundo, Hitler, golpeando las conciencias con millones de cadáveres.