A mitad de los años 20 los estudios de Farmacia eran la primera opción entre las mujeres. En el total de las Universidades españolas, en el curso académico 1922-1923, estaban matriculadas 207 chicas estudiantes de Farmacia, 166 de ellas en Madrid. En este centro, el curso académico siguiente, 1924-1925, el 39,21% del total de mujeres universitarias estaban matriculadas en Farmacia. En los años finales de la década, en el curso académico 1927-1928 había 596 chicas estudiando esta carrera en España, el 17,6% del total de universitarios que la cursaban, y el 34,7 de la matrícula femenina. Los estudios de Farmacia se consideraban muy apropiados para la mujer, porque regentar una oficina de composición y dispensa de medicamentos era visto como una extensión de sus tareas domésticas habituales. La Farmacia se consideraba como una forma superior de la cocina, en la que sólo era necesario seguir al pie de la letra la 'receta', tener paciencia y permanecer en quieta y sosegada reflexión. Nos puede servir de ejemplo de esta mentalidad la trayectoria profesional de Isabel Torres, Licenciada en Farmacia, que fue la única mujer que trabajó en la Casa de Salud de Valdecilla (Santander) ya a finales de la década, en 1929. Isabel Torres se incorporó como alumna interna en el servicio de Química del flamante hospital, pero su sexo condicionó tanto su adscripción laboral como el tipo de investigación que tuvo que realizar. En cuanto a lo primero, fue contratada bajo diversas figuras curiosas: médico externo de guardia, farmacéutica sin salario o personal de Química, pero nunca como interno. Era más fácil sostener una adscripción laboral extraña, que, siendo mujer, optar a un puesto así. En cuanto a lo segundo, el sexo condicionó igualmente la investigación: la comida era asunto de señoras. Ella no tuvo interés intelectual en la valoración nutricional de los alimentos hospitalarios, pero aquello constituía un querer esencial de la clínica. La Casa de Salud de Valdecilla quería alimentar a sus pacientes según métodos científicos, siguiendo una línea ya comenzada en Estados Unidos y Canadá. Gráfico Otras licenciadas en Farmacia que estudiaron la carrera durante los años veinte, y que después tuvieron cierta proyección investigadora fueron María Josefa Barba Gose, Petra Barnés, Rosa Herrera, Carmen Pradel y Trinidad Salinas. La primera ganó una pensión de la JAE en 1928, para estudiar en Inglaterra Farmacología y valoraciones farmacológicas. Petra Barnés realizó Farmacia entre 1927 y 1933, terminando con Premio extraordinario. Trabajó más tarde en el Instituto Nacional de Física y Química, en la sección de Química Orgánica. Rosa Herrera fue directora del Laboratorio Foster, de la Residencia de Señoritas, entre 1923 y 1925. En 1929 obtuvo una beca de la Junta para Ampliación de Estudios para ampliar estudios de Química en Inglaterra, Francia y Suiza. Además de Licenciada en Farmacia lo era también en Ciencias Naturales. Carmen Pradel trabajaba ya en 1921 en la Sección de Físico-Química del Laboratorio de Investigaciones Científicas (Instituto Nacional de Ciencias), dedicada a la revisión de pesos atómicos. En los años 30 seguiría su carrera en el Instituto Nacional de Física y Química. Trinidad Salinas realizó su doctorado en Farmacia a partir de 1928, investigando sobre el flúor en plantas y animales, en el Laboratorio de Análisis Químicos de la Facultad de Farmacia.
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El F.221.01 tiene su antecedente en el F.220, que había sido modificado para realizar misiones como correo de largo alcance. El nuevo modelo presentaba mejoras en los motores y torretas. Después surgió el F.221 BN.5 -, del que se fabricaron 10 aparatos; y fue seguido por el F.222BN.5. Todos estos modelos fueron utilizados antes de la caída de Francia como bombardero, luego continuaron empleándose como aviones de transporte.
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Los hermanos Farman, Henri y Maurice, abrieron en 1912 una fábrica de aviones en Boulogne-sur-Seine (Francia). Los Farman MF-7 y MF II fueron los dos aviones utilizados durante la II Guerra Mundial. Franceses, ingleses, belgas e italianos fueron algunos de los países en utilizarlo. El Farman MF II era de tipo biplano y fue usado por primera vez en combate en 1914; se utilizó esencialmente para reconocimiento y bombardeo ligero.
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El NC.223 representa una evolución respecto al F.222. Las principales diferencias se advierten en la cola y las alas. El primer prototipo -F.223.1.01- cumplió misiones de correo; mientras que el F.223.01 se empleó como bombardero. A éstos les siguieron otras versiones como el NC.223.01 o el NC223.3BN.5, que intervinieron en la campaña de Francia como bombarderos. Posteriormente, se utilizaron en operaciones de transporte.
Personaje
Militar
El papel de Alejandro Farnesio en el conflicto de los Países Bajos va a ser crucial, pudiendo haber puesto fin a la guerra si Felipe II no se hubiera involucrado en la política francesa con el fin de hacerse con ese trono para su hija Isabel Clara Eugenia. Farnesio era hijo de Octavio Farnesio y Margarita de Parma; posiblemente sea la única persona de la historia que tiene como abuelo a un emperador - Carlos V - y como bisabuelo a un papa - Paulo III -. Su adolescencia la pasó en España, estudiando en Alcalá de Henares junto al príncipe Carlos y don Juan de Austria. Con 20 años casó con la infanta María de Portugal, manifestando pronto su amor por las armas. Participó en la batalla de Lepanto junto a su buen amigo Juan de Austria. Precisamente a este sustituyó Farnesio como gobernador general de los Países Bajos en 1578, desempeñando un papel decisivo en la consolidación del poder español en las provincias flamencas. No conforme con la recuperación de las provincias valonas gracias al Tratado de Arrás (1579), Farnesio decidió emprender campañas militares contra los holandeses, tomando Amberes. La lucha se decantaba del lado español pero Felipe II decidió utilizar los temidos tercios de Flandes en otras empresas, especialmente Inglaterra y Francia, lo que motivó el consiguiente freno en los Países Bajos y el enfrentamiento de Farnesio con el monarca.
obra
En sus lienzos dedicados al mar, el cielo y la atmósfera acuosa ganan terreno a la tierra e incluso al mar. Constable realiza un cuadro dedicado casi por entero a la amplitud del horizonte marino, contemplado por un diminuto personaje. Esta figurita lleva ropas de ciudad y podría tratarse del propio pintor. El estudio de la luz es sorprendente y transmite una personalidad al paisaje que pocos artistas eran capaces de conseguir. Los brillos en el agua, el reflejo en la madera pintada de blanco del faro, la reverberación del mar en el horizonte, todo ello crea un ritmo visual en la pintura que la llena de dinamismo.
obra
Para conmemorar la Capitalidad Cultural Europea que Madrid ostentó en 1992 se construyó el Faro de la Moncloa.
monumento
Para conmemorar la Capitalidad Cultural Europea que Madrid ostentó en 1992 se construyó el Faro de la Moncloa, torre de 92 metros de altura que cuenta con un observatorio-plataforma a 80 metros del suelo y una superficie de 400 metros cuadrados. Desde allí se puede contemplar las mejores vistas de la capital, accediéndose a través de un ascensor panorámico.