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obra
La "exposición" del cuerpo es un rito bien conocido en los funerales españoles y no se refiere a otra cosa que el velatorio. Zurbarán había pintado una serie sobre el santo franciscano Buenaventura, algunos de cuyos lienzos se exponen en el Museo del Louvre, como San Buenaventura en el concilio de Lyon. Esta Exposición del cuerpo de San Buenaventura trata del episodio inmediatamente siguiente, y pone también fin a la serie con la dignísima muerte del santo. El día posterior al del concilio, San Buenaventura enfermó gravemente y murió a la semana siguiente. Su enfermedad debió de ser terrible, pues le aquejó de pasmosas convulsiones que hacían imposible administrarle el sacramento de la Extremaunción. Fue entonces cuando se produjo su último milagro, pues ante la imposibilidad de ingerir la Sagrada Hostia ésta traspasó directamente su pecho. En el lienzo aparece el cuerpo del monje vestido con las ropas talares propias para celebrar la liturgia, con el sombrero de cardenal a sus pies. Está colocado en una atrevida diagonal, que no llega a convencer sin embargo en su disposición. Le rodean los diversos asistentes al concilio, agrupados por parejas dando a entender los tristes comentarios que debía suscitar el velatorio. Como dato curioso destacamos la presencia junto al Papa del rey Jaime I de Aragón, quien en realidad no estuvo en la exposición, pues había partido siete días antes de la muerte del santo.
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En 1867 se realizó la Exposición Universal en París para demostrar el poderío del Segundo Imperio de Napoleón III. Manet quiso participar en el evento, pero sus obras fueron rechazadas de la sección artística; enojado por esta decisión, decidió construir un pabellón privado - enfrente de los Campos de Marte donde se realizaba la Exposición - en el que mostraría su obra. Para financiar esta interesante iniciativa tuvo que pedir prestados a su madre 18.305 francos. Allí se incluían todas las obras presentadas en el Salón desde 1859. La crítica no fue condescendiente con el artista y consideraron su actitud como una nueva provocación. Para ironizar sobre la Exposición, Manet realizó este cuadro en el que muestra a una serie de figuras que contemplan desde el Trocadero los edificios que se han montado. Centra su atención en los Campos de Marte, sede de la Exposición, apreciándose al fondo las torres de Notre-Dame, las esbeltas cúpulas de los Inválidos y del Panteón y las agujas de Santa Clotilde. Las dos torretas de la electricidad y el globo del fotógrafo Nadar suponen una muestra del avance técnico. En primer plano están las figuras: un jardinero vestido con un delantal azul y regando las plantas, Léon Köella paseando a un perro, una muchacha montada a caballo, un grupito de señoras que charlan, dos niños peleándose, dos hombres mirando el vuelo del globo y tres guardias imperiales encargados de la seguridad de la muestra. Técnicamente, resulta sorprendente el contraste entre el primer plano y el fondo, que acentúa lo artificioso de la escena, dando la impresión de ser una velada crítica a Napoleón III. La relación entre las masas de color está perfectamente interpretada en un particular dinamismo que envuelve la composición. La libertad de ejecución indica que Manet está tomando en serio algunos conceptos del Impresionismo, interesándose también por la planitud de las escenas, tomada de la estampa japonesa. Algunos especialistas consideran que Manet se inspiró en una Vista de París desde el Trocadero, realizada por su futura cuñada, Berthe Morisot.
obra
El éxito de la Exposición Universal de Londres de 1851 suscitó la rápida admiración de las grandes urbes mundiales como Nueva York, Munich o París. La capital francesa tomaría la batuta en 1855 y promueve sucesivos certámenes en 1867, 1878, 1889 y 1900. Las celebraciones tendrán lugar en el Campo de Marte, entre la Escuela Militar y el Sena, al pie de la colina de Trocadero. Para diseñar el edificio que albergara la muestra de 1867 se eligió a los jóvenes arquitectos J. B. Krantz y A. Eiffel. Intentaron simbolizar el globo terráqueo en el palacio, pero fue imposible realizar un trazado circular debido a las limitaciones del emplazamiento por lo que fue construido en forma elíptica, con unos espectaculares ejes de 490 y 336 metros. Alrededor de un espacio central también elíptico se dispusieron siete galerías concéntricas, que iban aumentando en altura y volumen a medida que se distanciaban del jardín central.
estilo
<p>El expresionismo es una manera de inclinar la balanza de un cuadro desde la forma hacia la expresión del contenido. Potenciar el impacto emocional del espectador a través del colorido, las formas retorcidas, la composición agresiva, etc., son algunos de los objetivos de los artistas que practican esta forma de pintar, objetivos perfectamente conseguidos por Emil Nolde en su Figura y Máscara. Pinturas expresionistas las podemos hallar desde los inicios del arte, siempre que respondan a esta intención de moldear la realidad para volcarse sobre la emoción interior. Así, los rostros de la pintura románica son plenamente expresionistas o las esculturas medievales de monstruos del infierno. Algunos de los grandes maestros de la pintura se consideran expresionistas en este sentido. Tal sería el caso del Greco, cuyas figuras son cualquier cosa menos realistas. También Edvar Munch fue un gran cultivador del expresionismo en sus cuadros, así como Van Gogh, algunos cuadros de Gauguin, etc. Según entraba el siglo XX el expresionismo se definió más como corriente característica dentro de los "ismos" de la vanguardia, o mejor, en oposición a ellos, en especial a la mesura racionalista del cubismo. Estos movimientos estuvieron muy ligados a otras formas artísticas, como el teatro, la música y la literatura: Schoenberg puso música a muchas exposiciones del primer grupo expresionista, Die Brücke; Kafka, Bertold Brecht y Strindberg ocuparon las filas de los dramaturgos. Tras el experimento del primer grupo, otra formación denominada Der Blaue Reiter toma el relevo. Sus realizaciones serán trascendentales en la historia del cine, con el cual interactuaron continuamente: F. W. Murnau, Robert Wiene, Fritz Lang y Max Mack. El expresionismo estuvo muy ligado a Alemania en la primera mitad del siglo XX, ligazón que se vio rematada con la alianza estilística con los arquitectos del denominado Novembergruppe. Sin embargo, a partir de 1950, los norteamericanos se apropiaron del nombre en lo que se ha conocido como el Expresionismo Abstracto de los 50 y los 60.</p>
escuela
Kandinsky fue uno de los integrantes de mayor prestigio del grupo expresionista alemán Der Blaue Reiter, a quien dio nombre con una de sus pinturas. Este grupo continuaba con el anterior ensayo expresionista que se denominó Die Brücke. Kandinsky trató de compensar el sentimiento desbocado que los expresionistas exhibían por bandera, y para ello geometrizó sus formas. Intentó razonar la expresión de los elementos básicos de la pintura (la forma y el color, el punto, la línea y el plano) adjudicándoles valores psicológicos o emocionales. Este alejamiento de lo figurativo y de la narratividad pictórica es lo que convirtió a Kandinsky en el primer expresionista abstracto, ya desde 1919. Sin embargo, tal tendencia abstraizante no se concretó en unos objetivos comunes para una serie de pintores diferentes hasta los inicios de la década de 1940 en USA. Allí se entendió que el arte abstracto no geométrico era una tendencia que había de encuadrarse como expresionista, para diferenciarlo de otros estilos de abstracción. Esta pues, es la primera y fundamental diferencia con el origen del expresionismo abstracto. La experiencia se centró especialmente en New York, desde 1942 hasta la década de los 60. Los integrantes de este grupo fueron artistas internacionalmente reconocidos ya en su momento, y trascendentales para movimientos posteriores. Sus nombres eran Willem De Kooning, Jackson Pollock, Mark Rothko, Bill Newman y Still. El principal hito de estos artistas lo constituyó su exposición en el Museum of Modern Art en 1951. Este hecho significaba la consagración y la bendición de la sociedad americana hacia el nuevo estilo y hacia sus practicantes. Este espaldarazo fue el golpe que hirió de muerte al movimiento, puesto que su principal intención era el enfrentamiento brutal y descarnado contra esa sociedad que les daba su beneplácito. Las consecuencias fueron fatales para algunos de sus integrantes, como el caso de Pollock, muerto en un accidente de tráfico cuyas extrañas circunstancias le dotaron de un aura legendaria. Los pintores del expresionismo abstracto contribuyeron además a renovar el panorama técnico de la pintura norteamericana hasta ese momento, pues para llevar a la práctica sus ideales de espontaneidad y rebeldía hubieron de reinventar los métodos pictóricos: así, desde su desarrollo se consideran como medios estéticos de gran impacto visual y emocional el Action Painting, el Dripping, el Color Field Painting o el American Type Painting.