El cardenal Jacopo Stefaneschi encomendó al maestro Giotto la decoración de la fachada de una de las entradas a la basílica de San Pedro, hacia 1310, para donde Giotto figuró en mosaico de enormes proporciones la conocida Navicella, esto es, Pedro caminando sobre las aguas. El artista consiguió una representación naturalista del momento en el que la barca de los apóstoles vaga a la deriva por el mar de Genezareth, cuando Dios se les aparece y extiende su mano a Pedro, que camina sobre las turbulentas aguas ante la sorpresa de sus acompañantes. El mosaico reproduce las diversas reacciones de los apóstoles en medio de la amplitud del paisaje marino, con precisa caracterización de sus rostros y un efecto de gran profundidad y composición dinámica. La obra era una parábola sobre la situación de la Iglesia en ese momento, en el que Roma había perdido importancia como cuna de la Cristiandad y los papas residían en Aviñón. Sólo la fe en Cristo podía salvar a la Iglesia de zozobrar en mares tempestuosos. Stefaneschi pretendía con este encargo devolver a Roma su preeminencia como núcleo sólido de la Iglesia. Giotto consiguió dar forma a unas pretensiones tan altas, que cuentan las crónicas que impresionaba sobremanera a los fieles que acudían a San Pedro. El artista daba un gran paso para convertir su arte en la base de una nueva forma de representación que modificará las normas de todo el arte anterior, abriendo las puertas de la revolucionaria visión que ofrecerá el Renacimiento.
Busqueda de contenidos
obra
Este Ángel forma parte de los escasos restos que se conservan del primer encargo documentado de Rafael: el retablo de San Nicolás de Tolentino en la iglesia de San Agostino de Città di Castelo. El contrato está fechado el 10 de diciembre de 1500, colaborando Sanzio con el ayudante de su padre, Evangelista de Pian di Metelo. El cliente era Andrea Baronci, propietario de la capilla a donde iba destinado el retablo. El terremoto sufrido en la ciudad en 1789 dañó considerablemente el conjunto siendo vendido por los monjes inmediatamente al papa Pío VI para ser dispersado en 1849. Su reconstrucción se debe a una copia del siglo XVII por la que se ha podido constatar que esta imagen que contemplamos - al igual que su compañero - serían los ángeles que acompañaban a San Nicolás de Tolentino mientras pisoteaba a Satanás. Este ángel había sido anteriormente atribuido a Perugino siendo identificado recientemente como obra de Rafael, apreciándose ecos de su maestro y una ligera referencia a Mantegna en la anatomía escultórica de la figura, alejado de la blandura de obras posteriores. El colorido brillante y la posición en escorzo del personaje - reforzada por la filacteria que porta en las manos - realza su figura, destacando el exquisito dibujo que será propio de la pintura de Sanzio.
obra
Compañero del Ángel que se conserva en el Louvre, ambas tablas forman parte del retablo de San Nicolás de Tolentino, la primera obra documentada de Rafael, ejecutada en colaboración de Evangelista de Pian di Metelo, ayudante de su padre. En los documentos existentes referidos al encargo se menciona a Sanzio como "magister" lo que indica su posición en la pintura del momento. Tradicionalmente se había considerado obra de Timoteo Vitti hasta que una reciente limpieza motivaría su reconocimiento como pintura de Rafael. La serenidad de la figura contrasta con su compañero, apreciándose una destacable sintonía en la brillantez de las tonalidades y en el soberbio dibujo, mostrando cierta dulzura en el rostro que anticipa las obras del periodo florentino.
acepcion
"Mensajero" de Dios. Tal y como les describe la Biblia son seres creados, espirituales y no humanos. Invisibles y probablemente asexuados. Su destino era cumplir la voluntad de Dios, sin embargo un grupo de ellos, encabezado por Lucifer se reveló y se convirtió en el grupo de ángeles caídos. En las Sagradas Escrituras sólo aparecen mencionados Gabriel, Miguel y Lucifer. El conjunto de los ángeles constituyen el noveno coro.
obra
El ángel caído (Madrid, Parque del Retiro) fue presentada en la Exposición Nacional de 1878, obtuveniendo una primera medalla. Se trata de una realización considerada como una de las obras escultóricas más logradas del siglo XIX español, dada la fuerza, la tensión y la belleza del desnudo representado.
obra
El ángel que contemplamos porta una linterna en su mano derecha mientras que en la izquierda esgrime una espada que representa la acción de San Pedro en el Huerto de los Olivos, cuando cortó la oreja del centurión romano Malco. Forma parte de una serie de ángeles con los símbolos de la Pasión de Cristo que podrían ser preparatorios para una serie de grabados de la que no hay constancia. Se piensa que este ángel podría estar realizado en la época cuando pintó Murillo el claustro chico del Convento de San Francisco en Sevilla, basándose en su semejanza con los que aparecen en la Cocina de los ángeles. Otros expertos piensan que sería de la década de 1660.
obra
En la faja decorativa del arco de triunfo que da acceso al coro de la capilla Scrovegni, en Padua, Giotto representa la Anunciación. La parte izquierda de la escena está ocupada por el arcángel San Gabriel que, arrodillado, se dirige a la otra parte del arco, donde está María. La obra es otro alarde más en la concepción espacial del maestro italiano. Representa al ángel en el marco de una arquitectura, con dos balconadas salientes a los lados, que enmarcan su figura resplandeciente. Una efectista cortina cuelga de una de las columnas del edificio. Pero Giotto ha utilizado una gama de color y unas correcciones ópticas que ponen en relación la arquitectura figurada, esto es, el espacio del ángel, con la propia construcción del arco de triunfo. Así, el juego de realidad e ilusión une en un todo el lugar donde se desarrolla la decoración de los elementos constructivos y la decoración figurada.
obra
El Ángel de la Anunciación se sitúa en la zona superior izquierda del Políptico de la Misericordia, junto a San Benito de Nursia y sobre San Sebastián y San Juan Bautista. La Virgen María que completa la escena se encuentra al otro lado de la Crucifixión. En esta figura de perfil, vestida con una túnica azul y portando una vara de azucenas en la mano izquierda para bendecir con la derecha, existe una acentuada influencia de Masaccio, cuya obra admiró Piero della Francesca durante su estancia en Florencia en 1439. El fondo dorado típico del arte gótico le sirve a Piero para dotar de volumetría al conjunto, generando el espacio con sus figuras.