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Personaje
Científico
Religioso
En el año 1550 José de Anchieta ingresaba en la Compañía de Jesús en Coimbra, siendo enviado al Brasil tres años después. Fundaría la misión de Piratininga, que daría origen a Sao Paulo, y alcanzó el cargo de general de la Orden en Brasil, donde permaneció hasta su muerte. Se interesó especialmente por la fauna, la flora y la geología de las diversas regiones que recorrió para extender la religión cristiana entre los indígenas por lo que se le denomina el "Apóstol del Brasil". Este interés por los elementos locales le llevará a realizar la primera gramática en lengua tupí, una muestra más de su interés por evangelizar empleando el lenguaje de los indígenas.
Personaje
Escultor
El Retablo de San Miguel de Vitoria es el primer trabajo que se le atribuye. Un año después, en 1576, inicia una de sus obras más significativas: la Anunciación y la Coronación de la Virgen del retablo de la catedral de Burgos. También corresponde a esta época el retablo del capítulo del monasterio de las Huelgas de Burgos. En este trabajo se inspira en la imposición de la casulla de San Ildefonso, tema que afronta según los cánones del manierismo. Este mismo esquema se repite en el Retablo de San Pedro de Zumaya, en Guipúzcoa. Para la catedral de Jaca ejecutó el Retablo de la Trinidad, donde la influencia de Miguel Angel es cada vez más acusada. En la provincia de Navarra dejó el Retablo de Cáseda y del Retablo de Aoiz de Tafalla.
lugar
<p>Es un Concejo del Valle de Esteribar que cuenta con una población de 28 habitantes (2020) situado en la zona sur del valle a la derecha del río Arga. a 531 m. de altitud y a 11,5 Km. de Pamplona. Esta población carece de comunal, todo el territorio de su término pertenece a particulares.</p><p>Consta en la documentación más antigua con las grafías «Ancorice» y «Ancoritz». Hacia mediados del siglo XI era una de las «decanías» del monasterio de San Agustín de Larrasoaña, incorporado antes de acabar dicha centuria a la abadía de Leire. Los vecinos del lugar -que era probablemente de señorío nobiliario- cedieron el patronato de su iglesia (1318) a Santa María de Roncesvalles.</p>
obra
Entre los personajes de la serie de retratos pintada por Van Gogh en el invierno de 1884-1885 conviene destacar a esta anciana ataviada con una pulcra y almidonada cofia blanca. Su amplio rostro queda enmarcado por dicha cofia, obteniendo una espléndida volumetría al recortar su cabeza sobre el fondo neutro y proyectarse hacia el exterior. Los ojos de la mujer son el punto de referencia para el artista, enfrentando su mirada con el espectador lo que indicaría la fuerte personalidad de la anónima anciana. Las pinceladas empleadas por Vincent son vibrantes, aplicando el color a base de rápidos toques de pincel sin apenas utilizar dibujo previo. La iluminación refuerza el carácter de la mujer, resaltando el contraste de claroscuros que se crea, en sintonía con el estilo de Rembrandt que Van Gogh admiró al igual que sus compañeros de la Escuela de La Haya.
obra
Los retratos protagonizados por personajes de edad avanzada serán muy habituales en la producción de Rembrandt, destacando el maestro la personalidad de cada uno de ellos como observamos en este panel protagonizado por una anciana desconocida de 83 años según reza la inscripción. La dama viste con el tradicional abrigo negro de la burguesía holandesa adornado con un cuello blanco de plisado lino, el mismo material del gorrito, sujeto al cabello con tres alfileres de oro. A pesar de resaltar las calidades de las telas soberbiamente, será el rostro el principal centro de atención de la obra. El gesto cabizbajo de la anciana, con los ojos entrecerrados, es significativo de su personalidad. La pincelada empleada por el maestro en el rostro es muy rápida, aplicando toques cortos de óleo en la dirección de la facciones del rostro, resultando una imagen de delicada belleza. La iluminación impacta en la cabeza, circundada por el gorro y el cuello, contrastando esa zona de tonalidades claras con el abrigo y el corpiño de color negro. La influencia de los retratos de Tiziano está presente en estas imágenes, aportando Rembrandt su genialidad a la hora de trabajar.
obra
La mayor parte de retratos de ancianas que fueron pintadas por Rembrandt se intentan identificar con la madre del artista, Neeltje van Siujttbroeck, aunque no todos son protagonizados por ella. La anciana se presenta sentada en unas silla con apoyabrazos, uniendo sus manos para reforzar el gesto de abatimiento que manifiesta con su mirada baja. La luz destaca el rostro, el pañuelo blanco del cuello y las manos, interesado el maestro por llamar nuestra atención hacia los elementos más importantes del retrato. La sombra se proyecta en la pared oscura que sirve de fondo, donde se recorta la figura para otorgar mayor volumetría. Las tonalidades oscuras y la pincelada rápida empleada indican lo avanzado del estilo del maestro, posiblemente la década de 1650, en sintonía con el Viejo en un sillón.
obra
El primer propietario de este lienzo fue Joachim Gasquet, amigo de Cézanne, quien lo encontró abandonado junto a una estufa en la casa del Jas de Bouffan. Ya el propio Gasquet consideró que la imagen de la anciana estaba cercana a la pintura de Rembrandt, uno de los maestros que el pintor de Aix admiró en su juventud, durante sus frecuentes visitas al Louvre. La mujer se presenta recluida en una angosta estancia, ensimismada en el rezo del rosario, en sintonía con las primeras obras de Van Gogh. La luz impacta en el rostro y las manos de la anciana, con los puños cerrados sujetando las cuentas del rosario. El aire ensimismado de la mujer hace de esta imagen una de las escasas escenas expresivas pintadas por Cézanne. Las tonalidades oscuras dominan el conjunto, distribuyendo el color de manera uniforme en lugar de las pinceladas dinámicas que caracterizan el impresionismo. Emplea gamas de pardos, marrones y azules que aportan mayor austeridad a la composición. La tradición cuenta que la mujer había sido monja en un convento pero perdió la fe a los setenta años y se escapó, siendo encontrada por Cézanne en el campo. Se compadeció de la situación de la anciana y la llevó a vivir a su casa del Jas de Bouffan donde trabajaba en las tareas del hogar.