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obra
Esta imagen pertenece a un sarcófago hallado en la antigua colonia griega de Tarquinia, en el sur de Italia. Por su ubicación se enmarca dentro del área cultural del Arte Estrusco, pero su estilo maduro hace pensar que no se deba a un artista etrusco, sino griego. Pudo haber sido realizado fuera de Etruria y vendido allí, o bien pudo ser obra de un pintor griego afincado en Tarquinia o sus alrededores. Está pintado a imitación de un relieve de adorno de un templo o un altar: las figuras se disponen a modo de friso y se prescinde de ciertos recursos típicamente pictóricos (alusión a la profundidad, el volumen, etc.) Sorprende el hecho de que aparezcan pigmentos azules, poco frecuentes en la pintura griega. Por contra, las figuras femeninas no están sombreadas, lo cual es un rasgo indudablemente griego y no etrusco o romano. Además, la línea de contorno tiene primacía sobre el color, y aparece un ligero sombreado en el hombre y el resto de los objetos, meramente decorativo. Es del período Clásico Tardío.
termino
acepcion
Combate en el que intervenían las amazonas. Según la mitología griega estas guerreras iban equipadas con arco y espada, cabalgando sobre caballo.
lugar
Pueblo leonés situado en el extremo oriental del Bierzo, en el valle de Valcarce y en la desembocadura del río Balboa; pertenece administrativamente al Ayuntamiento de Vega de Valcarce. La palabra Ambasmestas significa "aguas juntas". Forma parte de los pueblos leoneses del Camino de Santiago y destaca especialmente por el puente y el tramo de calzada romana que se conservan en él.
obra
Uno de los personajes más emblemáticos de Montmartre era Aristide Bruant, un cantautor famoso por sus letras desgarradas sobre la lucha de los obreros y los marginados. A pesar de su temática proletaria tuvo un enorme éxito lo que le permitió arrendar uno de los templos nocturnos de París: Le Chat Noir, al que cambió el nombre por Le Mirliton, convirtiéndose en el nuevo centro de reunión de los artistas bohemios. En Le Mirliton expuso Toulouse-Lautrec al público por primera vez y en la revista del mismo nombre publicó algunas litografías. Este cartel lo realizó Henri con motivo de la actuación de Bruant en el Ambassadeurs, el mejor café-concert al aire libre de París - situado en los Campos Elíseos - del que Degas tiene magníficas imágenes. Toda la ciudad fue empapelada con los carteles, lo que contribuyó al éxito de Lautrec. Bruant era un hombre duro, de actitud violenta, siempre envuelto en un traje de terciopelo negro, con sombrero de fieltro y bufanda roja. La dureza del cantautor ha sido perfectamente interpretada por Henri en esta imagen donde se pone de manifiesto su relación con los grabados japoneses a los que tanto debían los pintores impresionistas y post-impresionistas.
obra
Nos encontramos ante el proyecto para un cartel que Toulouse-Lautrec no llegó a ejecutar protagonizado por Aristide Bruant de espaldas mientras que en primer plano contemplamos a Jane Avril y Sarrazin, apareciendo al fondo el director de orquesta. Posiblemente el sustituto fuera Ambassadeurs. La fuerza y la personalidad de Bruant ha sido recogida a la perfección por Henri, mostrando su facilidad para los retratos. El empleo de una perspectiva alzada para el primer plano y frontal para el segundo término es una herencia de Degas, el pintor impresionista más admirado por Lautrec, mientras que la planitud de algunas zonas recuerda a la estampa japonesa.
contexto
En 1488 Maximiliano I transfiere a Amberes una serie de privilegios comerciales disfrutados hasta entonces por Brujas. Unos diecisiete años después se inicia un proceso arquitectónico-urbanístico de gran alcance y que durará unos cincuenta años, que supondrá que una ciudad con unos 85.000 habitantes, de forma rectangular con uno de sus lados apoyado en el estuario del Escalda y ceñida por la muralla de 1410, se convierta en el centro comercial más moderno de Europa, contando en 1568 con unos 105.000 habitantes. Es la iniciativa del poder económico y de la clase mercantil la que desde sus inicios informa el proceso, cuyos primeros hitos obedecen de modo pleno a esta idea: construcción de la Lonja (1515) y de un nuevo edificio para la Bolsa (1531), obras ambas de Dominicus van Wagemaker; este último, con su gran patio porticado, es de clara filiación gótica. Asimismo, y ya con otro carácter, en 1521, se inician las obras para sobrealzar la torre de la catedral gótica, elemento clave en las vistas de Amberes. La ciudad sigue su expansión fuera de las viejas murallas y, en 1540, Carlos V hace venir de Bergamo a Donato Pellizuoli para construir en Amberes una nueva muralla; por encargo del Emperador, asimismo, proyecta varias puertas monumentales, entre ellas la de San Joris, inaugurada por el monarca en 1545 y, evidentemente, incorporando a su carácter utilitario connotaciones áulicas. A partir de 1546 se lleva a cabo el verdadero ensanche de la ciudad, según un vasto plan de Gilbert van Schoonebeke (1495-1560), proyectista, empresario y especulador inmobiliario independiente o por cuenta de la autoridad municipal. Dicho ensanche es visible en el plano de Amberes que, en 1567, realizara Ludovico Guicciardini para ilustrar su obra "Descrittione di tutti i Paesi Bassi, altrimentti detti Germania inferiore", que dedicó a Felipe II. En este ensanche de Schoonebeke continúan primando criterios funcionales y especulativos. Esta ampliación del siglo XVI, la quinta en la historia de la ciudad, supone una racionalización y normalización de los antiguos procesos de intervención, sin buscar una contraposición con los modelos tradicionales, es decir, existe el empeño, ya mencionado, de no romper la continuidad del organismo urbano y que los trazados no condicionen, en ningún modo, a las arquitecturas que en él se insertan. Con los mismos presupuestos, se interviene también en el viejo núcleo medieval, que es racionalizado. El Grote Markt, una de las zonas privilegiadas de la ciudad que, aún en 1541, incorpora a sus edificios la casa de la corporación de tejedores, es un buen ejemplo de lo dicho; tradicionalismo tipológico y estructural, eclécticamente ensamblados con elementos clasicistas, en una continuidad urbana. En la década de los sesenta Amberes alcanza las máximas cotas de prosperidad y desarrollo y, como cabría esperar en el siglo XVI, en este momento, las razones de representatividad y prestigio están por encima de las funcionales y económicas, dominantes hasta ahora, sobre todo en la significación dada a determinados edificios en sí y cara al resto de la urbe. Este es el caso de las obras de Cornelis Floris de Vriendt (1514-1575), que en Amberes construye dos edificios totalmente emblemáticos y claves por sí mismos y, sobre todo, en el contexto urbano: el Ayuntamiento (1561-1566) y el palacio de la Hansa (1564). El Ayuntamiento de Amberes es una construcción donde, de forma contundente, destaca su cuerpo central con una correcta distribución de órdenes superpuestos. Es expresión, por otro lado, de la renuncia al decorativismo flamenco, en favor de un nuevo estructuralismo pleno de experiencias, perspectivas e intersecciones volumétricas, aplicadas a la arquitectura y puestas de manifiesto en el contraste del citado cuerpo central, donde es potenciada la verticalidad, respecto al largo cuerpo horizontal en que prima el sentido apaisado. El palacio de la liga hanseática, establecida en la ciudad en 1562, es similar al anterior, pero aquí Floris concede un menor desarrollo al cuerpo central, que queda convertido en una torre; el edificio es así más compacto en conjunto, pero también más simple y sin el juego de volúmenes arquitectónicos señalado. Ubicado en el centro del ensanche de Schoonebeke, fue en su momento el edificio más ponderado de Amberes. Así, en 1572, Braun y Hogenberg en su "Civitates orbis terrarum", aducen "que ennoblece todo el conjunto de la ciudad nueva", poseyendo en su interior "un patio abierto y magníficas salas, adornadas con notables pinturas y tapices de gran valor"; el edificio "posee una magnífica torre de piedra, rematada por un ángel alado, que gira movido por el viento, señalando la dirección". Finalmente, en el año 1567, se construye en el extremo meridional de Amberes la ciudadela, que es consecuencia del conflicto Flandes-España que, desde ahora y hasta mediados del siglo XVII, informará buena parte de la historia de ambos países. Amberes es saqueada por los tercios hispanos en 1566 y 1576, año en que definitivamente es sometida al poder español; en el año 1599 entra triunfalmente en la ciudad Isabel Clara Eugenia que, de este modo y con todas sus consecuencias, toma posesión de la herencia de su padre, Felipe II; pero los holandeses, que han mantenido su independencia en el Norte, no la reconocen y se preparan para bloquear la desembocadura del Escalda, al tiempo que guarnecen el puerto de Amsterdam que, en el siglo XVII, será el emporio comercial de los Países Bajos que sustituirá a Amberes; éste verá así interrumpido su desarrollo urbano, aunque durante el seiscientos continuará siendo un centro cultural de primer orden, donde la pintura barroca alcanzará uno de sus puntos álgidos con Rubens y donde Moretus desarrollará el arte tipográfico como sucesor de Plantin. La Amberes del siglo XVI continúa siendo en el XVII el adecuado escenario para los eventos celebrativos; uno de ellos, organizado en 1635 para la entrada en la ciudad del cardenal-infante don Femando de Austria, hermano de Felipe IV, arzobispo de Toledo y regente de los Países Bajos, fue dispuesto por Rubens, que proyectó una serie de arcos de triunfo y de escenas vivas. La temática de una de éstas alude a las preocupaciones de Amberes, en irreversible decadencia comercial en el seiscientos, aportando una nota realista e insólita al triunfal aparato barroco: "el teatro del comercio que abandona la ciudad de Amberes". En 1648, el tratado de Westfalia prohíbe la navegación comercial por el Escalda, eliminando así definitivamente la causa primigenia de la prosperidad de Amberes en el quinientos. En Amberes se centra, por otro lado, toda una elaboración teórica acompañada de excelentes grabados, referida fundamentalmente a la decoración arquitectónica. A partir de los modelos belifontianos se da rienda suelta a una amplia libertad figurativa, creando repertorios que adquieren en los Países Bajos connotaciones nacionalistas, y vía su aplicación en edificios clave, un valor urbano. Una de las razones de la afirmación de las decoraciones con grutescos en Flandes, está precisamente en el hecho de que sus teóricos, desde Coeck von Aelst, a Cornelis Bos y Cornelis Floris, intentan -y aquí el concurso de los grabados es fundamental- una mediación entre los temas del arte popular, propensos a lo mágico, a lo fantástico, a lo irracional, y el intelectualismo de las decoraciones manieristas, informadas por un simbolismo naturalista y animista. Como afirma Tafuri, grutescos, decorativismo, organicismo vitalista o abstracto, no pocas veces tendente a lo monstruoso, se funden en los grabados de Coeck y de Floris, inspirados en un horror vacui abiertamente anticlásico. Es Jan Vredeman de Vries quien en sus obras de fantásticos modelos arquitectónicos (Scenographiae siue perspectiuae... Amberes, 1560; Theatrum vitae humanae... ibidem, 1581; Variae architecturae formae... ibidem, 1601) eleva a niveles máximos esta tendencia. Tratados de enorme difusión en el mundo nórdico tendrán su reflejo en una serie de edificios de palacios comunales como los de Aja (1563), Emden (1574), Haarlem (1593) o Leiden (1597-1603), obras las dos últimas de Lieven de Key (1560-1627). El ayuntamiento de Leiden singularmente, con una continua alteración de las relaciones de escala, refleja el espíritu de los grabados de V. de Vries, mediante combinaciones decorativas, de sentido antiperspectivista, inspiradas en el heterodoxo Rollwerk, alcanzan valores totalmente nuevos respecto a los modelos italianos, a los que oponen un especial irracionalismo.
obra
En 1488 Maximiliano I transfiere a Amberes una serie de privilegios comerciales disfrutados hasta entonces por Brujas. Unos diecisiete años después se inicia un proceso arquitectónico-urbanístico de gran alcance y que durará unos cincuenta años, lo que supondrá que una ciudad con unos 85.000 habitantes, de forma rectangular con uno de sus lados apoyado en el estuario del Escalda y ceñida por la muralla de 1410, se convierta en el centro comercial más moderno de Europa, contando en 1568 con unos 105.000 habitantes. A partir de 1546 se lleva a cabo el verdadero ensanche de la ciudad, según un vasto plan de Gilbert van Schoonebeke (1495-1560), proyectista, empresario y especulador inmobiliario independiente o por cuenta de la autoridad municipal. Dicho ensanche es visible en el plano de Amberes que, en 1567, realizara Ludovico Guicciardini para ilustrar su obra "Descrittione di tutti i Paesi Bassi, altrimentti detti Germania inferiore", que dedicó a Felipe II. En este ensanche de Schoonebeke continúan primando criterios funcionales y especulativos. Esta ampliación del siglo XVI, la quinta en la historia de la ciudad, supone una racionalización y normalización de los antiguos procesos de intervención, sin buscar una contraposición con los modelos tradicionales, es decir, existe el empeño de no romper la continuidad del organismo urbano y que los trazados no condicionen, en ningún modo, a las arquitecturas que en él se insertan. Con los mismos presupuestos, se interviene también en el viejo núcleo medieval, que es racionalizado. El Grote Markt, una de las zonas privilegiadas de la ciudad que, aún en 1541, incorpora a sus edificios la casa de la corporación de tejedores, es un buen ejemplo de lo dicho; tradicionalismo tipológico y estructural, eclécticamente ensamblados con elementos clasicistas, en una continuidad urbana.
lugar
<p>A 40 km de Bruselas, Amberes es la segunda ciudad con más habitantes de&nbsp;<br>Bélgica. Cuenta con uno de los puertos más grandfes de Europa<br>&nbsp;</p>
Personaje Pintor
Cristoph Amberger, pintor renacentista alemán, nació hacia 1500 en Augsburgo. Se inició en el arte de la pintura con su suegro Leonhard Beck. Aparece documentado como maestro en su ciudad natal en 1530, desarrollando una interesante labor como retratista. Puede hablarse de influencia en sus obras de Tiziano con motivo de la visita de éste a Augsburgo en 1548. Buena muestra de estos retratos es el del Orfebre Jörg Zörer del Museo del Prado. En su obra sacra se aprecia la influencia del Renacimiento florentino. Falleció en Augsburgo en 1561.