La importancia de este artista en el XVII español ya ha sido señalada en páginas precedentes, en las que se ha analizado su destacada aportación a la evolución de la arquitectura en los años centrales del siglo, así como al desarrollo de la escultura granadina, en la que su estilo hizo escuela. En el campo de la pintura sus cualidades también le sitúan en una posición relevante dentro del panorama de la época, porque con su elegante y personal lenguaje enriqueció el arte español, además de definir las características estéticas de la producción granadina de la segunda mitad de la centuria.Nacido en dicha ciudad en 1601, se formó como pintor en Sevilla a partir de 1614 en el taller de Pacheco, donde coincidió con Velázquez. Durante sus años de estancia en la ciudad hispalense, que se prolongó hasta 1638, se dedicó principalmente a la escultura. Los escasos ejemplos pictóricos pertenecientes a esta etapa presentan un estilo dependiente del naturalismo tenebrista imperante por entonces en Sevilla, cercano al que también practicaba el joven Velázquez en las mismas fechas. Los contrastes de luz, la solidez formal, los contornos precisos y los modelos individualizados son las características de sus primeras obras (San Francisco de Borja, 1624, Sevilla, Museo de Bellas Artes), aunque en la década de los treinta abandonó el tenebrismo, centrando su interés en la monumentalidad de las figuras y en la búsqueda de la belleza (Santa Inés, Berlín, Kaiser Friedrich Museum, destruida en 1945), inquietudes que cristalizaron definitivamente tras su traslado a la corte en 1638, a donde fue llamado por el Conde Duque de Olivares, probablemente por sugerencia de Velázquez.Durante su estancia en Madrid su actividad estuvo fundamentalmente vinculada a la pintura, realizando poco después de su llegada varios retratos de los reyes godos (Madrid, Museo del Prado) y los de los Reyes Católicos para el Salón Dorado del Alcázar. En los años siguientes su estilo se fue definiendo en el conocimiento de las colecciones reales y en la admiración por la obra de Velázquez, influencias que resultaron decisivas en la consolidación de su lenguaje pictórico en la década de los cuarenta. Sin embargo, en este período de tiempo sufrió diversos reveses de la fortuna, primero a causa de la caída del Conde Duque en 1643, con lo que perdió a su principal mentor en la corte y después al ser considerado sospechoso en 1644 del asesinato de su esposa. Aunque se le declaró inocente, el artista marchó a Valencia durante unos meses, probablemente para acallar las habladurías y serenar su espíritu, retomando a la capital en 1645, fecha en la que contrató los retablos de la iglesia de Getafe.Desde este momento hasta 1652, año en el que fue nombrado canónigo de la catedral de Granada, Cano completó su producción madrileña, dedicada sobre todo al tema religioso. El refinamiento cromático y la fluida técnica de Velázquez inspiraron sus trabajos de esta etapa, en los que también recogió la influencia de la delicadeza formal de Correggio y de la luminosidad de los maestros venecianos. Sin embargo, la exquisita elegancia y el sereno equilibrio que presiden sus composiciones forman parte de un gusto personal, al que pertenece asimismo su interés por conseguir un tipo de belleza ideal con el que se aparta del realismo imperante en la concepción pictórica española de la época. Con este estilo, y en la década de los cuarenta, pintó algunas de sus obras más significativas, como el Cristo sostenido por un ángel y el Milagro de San Isidro en el pozo (Madrid, Museo del Prado), y el Descenso de Cristo al limbo (Los Angeles, County Museum of Art), en los que concede especial atención a la figura humana y a los tonos plateados de origen velazqueño. También en estos momentos creó su particular tipología de la Inmaculada, de delicada y mística belleza y silueta fusiforme, semejante a la que utilizó posteriormente en las obras pictóricas y escultóricas que realizó en Granada (Capilla del Oratorio de la Catedral de Granada).En 1652 marchó a esta ciudad tras conseguir el nombramiento de canónigo por parte del cabildo de la catedral, quien vio la posibilidad de aprovechar sus dotes artísticas para concluir la decoración del templo. Sus disputas con las autoridades catedralicias fueron constantes, entre otros motivos por su demora en ordenarse sacerdote, condición que cumplió durante una nueva estancia en la corte, donde permaneció desde 1657 a 1660. A su regreso a Granada concluyó uno de sus trabajos más importantes: la serie de siete grandes lienzos que decoran la parte alta de la capilla mayor de la catedral, que había iniciado antes de su viaje a Madrid. En ellos Cano da muestras de un perfecto dominio de la composición, adecuando la disposición de las figuras y la perspectiva de las escenas a su alta colocación en el templo. Destaca también en estos cuadros, dedicados a la vida de la Virgen, la luminosidad de sus fondos sobre los que contrasta la riqueza del colorido de los primeros planos, así como la utilización de recursos efectistas y decorativos que desarrolló en las siguientes décadas el pleno barroco (Nacimiento de la Virgen, Presentación, Anunciación, Visitación, etc.).Uno de sus últimos trabajos pictóricos fue La Virgen del Rosario (1665-1667, Catedral de Málaga), cuyo esquema triangular recuerda composiciones clasistas Sin embargo, en contraste con su estilo anterior, reduce en esta ocasión el canon de las figuras, que aparecen animadas por una gracia formal que anuncia ya la evolución posterior de la pintura española.
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Como Miguel Angel, Alonso Cano practicó la pintura, la escultura y la arquitectura; se encontró cómodo ejerciéndolas y alcanzó en ellas una maestría indudable. Cano nació en Granada en 1601, dando sus primeros pasos artísticos con su padre, maestro constructor de retablos. Continuó su formación en el taller de Pacheco, donde coincidió con Velázquez. Fue la pintura el arte donde mejor se denota el magisterio de Cano, convirtiéndose en el más idealista de los maestros españoles del primer Barroco. En sus lienzos muestra su gusto por la composición y la técnica clásicas, interesándose por las obras de Tiziano y Veronés. Su estilo adquiere luminosos y suaves matices, completamente distintos de las obras de la escuela sevillana. En el lenguaje escultórico de Cano existen dos componentes decisivos, el influjo de la plástica sevillana, en la que se formó, y su propia concepción estética, en la que prima la búsqueda de un ideal de belleza y de serena expresión. Para Cano la gracia prevalece sobre la intensidad, la delicadeza sobre la fuerza, la dulzura sobre el drama... Elegante y mesurado, rechaza la minuciosidad realista para preferir la apariencia arquetípica, con la que trata de alcanzar la perfección. La obra cumbre de Cano como arquitecto es la fachada de la catedral de Granada. En esta obra se pone de manifiesto la elegancia del artista, empleando un esquema simple en apariencia al recurrir a las esbeltas y profundas pilastras salientes culminadas por gráciles arcos. Nada comparable había sido hecho hasta entonces. En septiembre de 1667 Cano fallecía en Granada, atestiguando su testamento la precariedad de sus bienes y sus numerosas deudas, sin poder dejar nada para misas por su alma.
Personaje
Científico
Literato
Estudió bajo los consejos de Menéndez Pidal. Desarrolló una extensa labor docente en Inglaterra, Perú y Estados Unidos, hasta que regresó a Madrid para ocupar la cátedra de Filología Románica. Además dedicarse a la enseñanza, colaboró con diversas revistas y el Centro de Estudios Históricos. Su trayectoria poética atraviesa por diferentes etapas. En un primer momento trata de superar las corrientes modernistas y adentrarse en el denominado "realismo léxico". De esta época es "Poemas Puros y poemillas de la ciudad". El existencialismo configura su siguiente estado. Con esta tendencia se idéntica "Hijos de la ira". Finalmente, Damaso Alonso evoluciona hacia una postura conciliadora. Prueba de ello es "Hombre y Dios" o "Gozos de la vista". De su faceta como crítico hay que destacar su interés por Góngora, del que publicó varios estudios. También realizó tratados sobre la literatura popular (jarchas, el romancero...). Recibió varios reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura Miguel de Cervantes de 1978.
Personaje
Literato
Religioso
Cursó estudios de Teología y Derecho en la Universidad de Salamanca. Al finalizar su formación desempeñó importantes puestos como auditor de la Audiencia Real y deán de Santiago de Compostela. En la década de los años veinte del siglo XV se trasladó a Portugal y allí inició su trabajo como traductor. En un primer momento y a instancias de la corte portuguesa tradujo a los clásicos. Unos años después regresa a Castilla, concretamente a Burgos, donde se convertiría en obispo. No obstante, continuó realizando misiones diplomáticas en otros países y representa a España en el Concilio de Basilea. Tras recorrer varios lugares de Europa, regresa a España en 1439. En esta fecha la situación política es poco estable y se pone a favor de Juan II. Es importante destacar su legado literario, ya que su obra tuvo una enorme difusión durante los siglo siguientes. Su producción se encuentra a caballo entre la cultura medieval y el humanismo. Además de sus traducciones escribió obras religiosas e históricas como "Anacephalosis" o "Genealogía de los Reyes de España" . También escribió el "Doctrinal de los caballeros", un tratado de caballería , y tratados de educación y estudios literarios. En sus sermones defendió la convivencia entre cristianos, judíos y conversos.
Personaje
Científico
Estudió sacerdocio en Granada en 1492, aunque su verdadera pasión fue la horticultura, a la que se dedicó durante diez años. A comienzos de siglo XVI comenzó a trabajar al servicio del marqués de Mondéjar para llevar la administración de algunos huertos granadinos. En estos años realizó numerosos viajes por España, Francia e Italia para estudiar las prácticas agrícolas de otros lugares. Es posible que durante este tiempo su principal mecenas fuera Francisco Jiménez de Cisneros. De estos estudios surgió "Obra de agricultura", compuesta por seis libros. En los cuatro primeros ejemplares aborda los cuidados del suelo, el cultivo de cereales, viñedos, los árboles y las hortalizas. El quinto está dedicado a los animales de granja y el último es un calendario agrícola. Sin embargo, el libro de Herrera es en realidad una recopilación de fuentes antiguas, islámicas y medievales. Recurre a autores como Plinio, Teofrasto y Aristóteles, entre otros. Esta obra fue enormemente difundida en el siglo XVI. La primera edición fue sufragada por Cisneros y se repartió entre los agricultores. A ésta le siguieron más de veinte ediciones.
Personaje
Literato
Religioso
Político
Estudió filosofía y teología en Salamanca, en donde llegó a ser rector del colegio de San Bartolomé y profesor de la Universidad. Posteriormente fue consejero del monarca Juan II de Castilla. En 1455 fue nombrado obispo de Avila. Poseía unos conocimientos tan amplísimos que en su época fue considerado como una biblioteca ambulante. Él era tomista, pero en su obra asoma la influencia del Renacimiento, como se comprueba en la traducción del griego al latín de la Historia eclesiástica de Eusebio de Cesarea, en sus escritos sobre tema mitológico o en su breve tratado De cómo alome es necesario amar. Fue, asimismo, un rotundo defensor del conciliarismo. Acorde con esa posición, tildada de predemocrática, Alonso de Madrigal propugnaba un sistema político pactista, doctrina según la cual la monarquía debía ejercer su poder mediante un pacto, expreso o tácito, con la comunidad.
Personaje
Arquitecto
Fray Tomás de Alonso es fundamentalmente un decorador que aborda pequeñas construcciones o remodelaciones, primando el sentido ornamental a base de formas fantásticas en las que entremezcla elementos vegetales y humanos, como aparecen en las ménsulas de la balconada de la fachada del Hospital Real. En 1675 posiblemente trabaja en San Martín Pinario donde construye la torre del claustro de la portería y la magnífica escalera del refectorio, en el ángulo noroeste del claustro principal. En el interior de la iglesia, fray Tomás de Alonso construyó el gran coro elevado de los pies del templo, así como la balconada lateral que se asoma a la nave y al crucero.
Personaje
Político
Cursa la carrera de derecho y filosofía en Madrid. Se inicia en la actividad política de la mano del Partido Progresista y en el Bienio Progresista, bajo el gobierno de Baldomero Espartero, es diputado a Cortes por Burgos. Alonso Martínez alterna esta responsabilidad con la secretaria de la primera Comisión General de Codificación. A esta época corresponde su proyecto de Ley del Trabajo que fue admitido, aunque con algunas modificaciones. Alonso Martínez compaginó su gobierno con la cartera de Fomento. A pesar de aparecer como un representante del progresismo, sus medidas distaban mucho de serlo con la clase trabajadora, por lo que tuvo que dimitir en 1856. Esta circunstancia fue el desencadenante de una crisis que acabó con el bienio progresista y propició la llegada de los conservadores con Narváez a la cabeza. Desde este momento, Martínez se retira y no reaparece en la escena política hasta 1865, momento en que detenta la cartera de hacienda con O'Donnell en el poder. Al año siguiente deja su puesto y vuelve a desaparecer hasta 1874. Estuvo al frente del ministerio de Gracia y Justicia durante el gobierno provisional de Juan Zabala. Después, bajo el mandato de Cánovas del Castillo, forma parte de la comitiva que se dirige a Sagunto para recibir a Alfonso XII. Su siguiente cometido fue la redacción, como miembro de una comisión, de una Constitución que se promulgaría en 1876. Paralelamente había fundado el Partido Centralista con Álvaro de Lorenzana, cuya existencia fue decisiva en la redacción de la Constitución. Cuando se aprobó, este partido y el progresista, liderado por Práxedes Mateo Sagasta, se unieron para dar vida al Partido Fusionista. Este gobernaría por turnos con el partido conservador de Cánovas del Castillo. Atendiendo a este sistema, en 1881, con Sagasta en la presidencia, Alonso Martínez fue ministro de Gracia y Justicia, cartera que volvió a ocupar en 1885. Desde este cargo promulgó el Código Civil, la Ley de Imprenta, separó la jurisdicción civil y criminal e implantó el matrimonio civil y laico, entre otras muchas medidas. Dejó importantes ensayos como "Estudios de Filosofía del Derecho" y "El Código Civil en su relaciones con los Derechos Forales".
obra
Este retrato se engloba dentro del taller de Velázquez, debido al estilo similar al que apunta el maestro en la década de 1630 - véase el retrato de Juan Mateos o Martínez Montañés - sin poder precisar de que mano salió. Incluso se especula sobre la posibilidad de que se trate de una copia de un original velazqueño desaparecido. El personaje ha sido identificado como Alonso Martínez de Espinar, ayuda de cámara de Felipe IV y de Baltasar Carlos, especialista en el arte cinegético, llegando a escribir un tratado sobre el tema. Protagoniza junto al conde-duque de Olivares la Lección de equitación, pintada por Velázquez en estos años finales de la década de 1630. El busto del personaje se recorta sobre un fondo neutro, iluminando su rostro, donde se concentra toda la atención del pintor. La técnica empleada es algo tosca por lo que no se puede adscribir a un artista concreto.