Las obras artísticas de China en el período neolítico fueron conocidas a través de hallazgos escalonados a lo largo de varios años. Las cerámicas de Yangshao y de Longshan guardan gran importancia: la primera era la cerámica roja producida hasta mediados del primer milenio antes de Cristo, con motivos decorativos lineales o figurativos; la segunda era la cerámica negra de pasta fina y muy delgada con vasijas de formas características, sobresaliendo la forma del trípode entre todas ellas. En las ruinas de Banpo, en Xi'an, fueron halladas varias vasijas de barro, como la jofaina encontrada cerca de los restos de casas y lugares de entierro, pertenecientes al área de la cultura de Yangshao, en las provincias de Shaanxi, Xinzheng y Xichuan de Henan, en Jingshan de Hubei, etc. El material utilizado para la elaboración de estas cerámicas fue el loess fino que, mezclado con agua, adquiría la plasticidad apropiada para hacer modelos cerámicos. Después se completaban con asas, mangas o pitones, cuando la arcilla aún no estaba dura y posteriormente, se les adornaba con rayas y se pulían tanto en el exterior como en el interior. Algunos objetos de arcilla fina fueron pintados con un instrumento parecido al pincel, con un tinte hecho de hematites o de óxido de manganeso, cuyos motivos decorativos en formas lineales que representaban objetos, supusieron los balbuceantes inicios de la escritura china. Y en el área de la cultura de Longshan, como en Linyi y Wwifang de la provincia de Shandong, fueron hallados vasijas y vasos, productos de la alfarería más avanzada. Sobre todo fue en este período cuando se comenzó a emplear el caolín para conseguir la cerámica blanca, junto a las famosas cerámicas negras. Los objetos de bronce fueron hechos con destino al culto, tanto para veneración de los antepasados como para las ceremonias religiosas celebradas según ancestrales costumbres. La perfección técnica conseguida en la elaboración de estos objetos demuestra el grado de desarrollo alcanzado por la cultura china en el segundo milenio antes de nuestra era. Son las clásicas formas de trípode, recipientes que tienen las inscripciones de las formas primitivas de la escritura china.
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lugar
Ubicada en los Campos Flegreos, Cumas fue una colonia griega fundada por colonos de Calcidia hacia el año 740 a.C. Muy próspera durante la época arcaica, los samnitas la conquistaron en el año 421 a.C. En el año 338 a.C. se convirtió en "civitas sine suffragio" y en el 90 a.C. en municipio romano. Los restos arqueológicos más importantes son el foro, el templo de Apolo, la gruta de la Sibila y las vías subterráneas, conocidas como criptas Cumana y Coceyana. En Miseno, próximo a Cumas, Agripa mandó levantar en el año 37 a.C. un gran puerto, base de la flota romana en el Mediterráneo, junto con el de Rávena.
acepcion
Vestido realizado en lana fina de alpaca o vicuña, típico en los Andes de América del Sur.
obra
Al igual que Barca del Elba en la bruma matinal, fue descubierto en el castillo de Basedow, Mecklenburgo, en 1941, en la colección del conde Friedrich Hahn, junto a obras de Clausen Dahl. De nuevo, por medio de la eliminación de todo plano intermedio, Friedrich logra presentarnos la naturaleza como una realidad inabarcable, trascendente y terrible. A pesar de las evidentes diferencias de motivo, esta obra puede vincularse a Las edades, por cuanto muestra las distintas fases de la vida de los abetos con intención simbólica. Como en Amanecer en el Riesengebirge, la cumbre se alza por encima de la niebla: es el símbolo de Dios; los abetos lo son de los creyentes. Este sentido de la unidad cósmica de la Creación, Weltgefühl, se plasma en un paisaje espiritualizado, al igual que en Runge. En este sentido se puede relacionar con Bruma matinal en la montaña, de 1808.
contexto
De poco después de los trabajos en el Hospital Tavera son los encargos del cardenal Silíceo para tres iglesias: una en la provincia de Madrid y dos en la de Toledo. La Magdalena de Getafe (Madrid) fue trazada entre 1548 y 1549, pero las intervenciones posteriores hicieron que se perdiera casi todo lo llevado acabo por Covarrubias, de lo que subsiste la planta general con cabecera ochavada, capilla mayor cuadrada, brazos del transepto rectangulares y cuerpo de tres naves separadas por pilares cilíndricos toscanos, en la tradición de las Hallenkirche españolas del siglo XVI. En cuanto a las dos toledanas, retoman el modelo de iglesia introducido en Valencia hasta conseguir variantes del mismo. En la iglesia jerónima de Santa Catalina de Talavera de la Reina (Toledo; 1549) trazó la cabecera y una portada dórica, pero la lentitud de su construcción hizo que el primitivo proyecto se alterase profundamente. En el interior merecen destacarse la organización mediante la superposición de órdenes ya mencionada -dórico y jónico-, así como la venera que cierra el presbiterio y la cúpula sobre pechinas que debía levantarse sobre el crucero; desgraciadamente no supo resolver el exterior en correspondencia con este interior, desajuste que priva de armonía a los volúmenes exteriores. En la del convento de la Concepción Francisca de La Puebla de Montalbán (h. 1553) los exteriores apenas recibieron atención por parte del maestro, que se centró, como en Talavera, en la resolución del espacio interior. En él mantiene el esquema iniciado en Valencia pero abandona la superposición de órdenes columnarios para utilizar hermas masculinas y femeninas que sostienen el entablamento, lo que supone la verdadera innovación de Covarrubias al utilizar este elemento, que hasta entonces había tenido una función exclusivamente decorativa en manos de Francisco de Villalpando en Toledo o en la capilla de los Muñoz de la catedral de Cuenca, prácticamente contemporánea de la iglesia de La Puebla. El uso de las hermas resolvió el problema que se había presentado en Talavera, causado por la desproporción de los órdenes a que obligaba su superposición, que hacía que el superior resultara enano y afectaba a la composición vertical de todo el edificio. Por lo demás, el edificio se proyectó en planta como la concatenación de dos espacios cruciformes cubiertos con bóvedas de arista, cañón artesonado y cúpula sobre pechinas con linterna. A mediados de siglo, Covarrubias intervino en numerosas obras de importancia menor o desaparecidas. Entre ellas destacan la remodelación del Colegio de Infantes de Toledo y el acondicionamiento de sus alrededores (1550-1553) por encargo del cardenal Silíceo. En la capilla mayor de la parroquia de San Román de Toledo (1552), capilla privada de los Niños de Ribera, utiliza una versión mucho más decorativa de su estilo arquitectónico. Aquí hubo de acomodarse a la antigua cabecera ochavada, lo que le obligó a cubrir este espacio con bóveda de crucería; entre ellas y la cúpula sobre pechinas de la capilla -decorada con casetones con rosetas y bustos femeninos y masculinos- volteó una bóveda de cañón decorada con motivos tomados del Libro IV de Serlio; los arcos torales están sostenidos por pilastras con grutescos y telamones y hermas femeninas que sostienen capiteles corintios, similares a las de La Puebla de Montalbán. Hacia 1553 proyectó la cúpula rebajada que cubre la caja de la escalera del monasterio de San Juan de los Reyes, formalmente muy cercana a la ejecutada en la capilla mayor de San Román, con casetones decorados con flores y centro avenerado, pechinas en concha que cargan sobre los muros, lo que obliga a disponer ocho pechinas secundarias al no descansar la calota sobre arcos, y escudos de los Reyes Católicos y de Carlos V. Esta solución fue aplicada también con algunas modificaciones, en la remodelación efectuada por orden del cardenal Silíceo en la sinagoga de Santa María la Blanca (1554) para convertirla en iglesia. Covarrubias se encargó de acondicionar el presbiterio decorando profusamente las bóvedas de las tres cabeceras planas de las naves centrales, para lo cual debería enfrentarse de nuevo al problema de adaptar formas esféricas renacientes a espacios ortogonales. Las cabeceras laterales se cubrieron con bóvedas de cañón artesonado y venera semicircular sobre dos pechinas, y la central con bóveda ochavada sobre cuatro pechinas aveneradas, solución más retardataria que la empleada en San Juan de los Reyes y que relaciona esta obra con los cimborrios góticos del siglo XV, aunque la cubierta no es nervada sino que la componen ocho elementos en torno a una pequeña cúpula avenerada, lográndose la transición de los unos a la otra mediante ocho pechinas minúsculas, La decoración está tomada también aquí de los grabados de Serlio, en tanto que la estructura de la cúpula se relaciona con las techumbres artesonadas renacentistas de madera.
acepcion
Escritura típica de Mesopotamia y otras zonas de influencia. Se realizaba sobre tablillas de arcilla con un instrumento de punta para dejar una impresión en forma de cuña. Este tipo de caracteres son previos a la aparición del alfabeto.
acepcion
En el teatro clásico griego, cada parte en que se divide el auditorio por los pasillos de acceso en forma de cuña. Están delimitados por escaleras radiadas.