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monumento
Tumba neolítica que presenta una típica estructura de tholos o cámara mortuoria circular, la Cueva del Romeral, a 6 Km. de la carretera Málaga-Granada, es uno de los monumentos más peculiares de la Prehistoria española. La tumba de cámara y corredor añade a la estructura dolménica un pasillo de acceso, normalmente más bajo, también adintelado. En el caso de que se trate de un tholos, se construye con aparejo de mampostería en seco y la cubrición se cierra por aproximación de hiladas. En ocasiones se recurre a una solución mixta combinando ortostatos y mampostería. La primera galería del Romeral tiene 23,50 metros de largo, 1,70 metros de ancho y 1,85 de alto, desembocando en una primera sala circular de 5,20 metros de diámetro y 4 de alto. De ella parte un pequeño pasillo que termina en una segunda estancia circular de 2,30 metros de diámetro, y 2,40 metros de alto, en la que se conserva parte de una losa horizontal que pudo hacer las veces de altar de ofrendas. La cueva está construida en el interior de un montículo artificial, con pequeñas lajas de piedra caliza que forman una menuda mampostería, junto a grandes bloques; las salas circulares presentan cúpulas de aproximación de hiladas con una gran losa en su centro, mientras que los corredores lo hacen directamente con grandes lajas de piedra.
Personaje Escultor
Formado en Sevilla en el círculo de Martínez Montañés, se trasladó a América y trabajó en Potosí donde se encuentras sus obras más sobresalientes: el Cristo de Burgos de la Iglesia de San Agustín, el San Bartolomé de la iglesia de Sica-Sica y el Ecce Homo de la iglesia de San Francisco de Potosí. Sus imágenes gozan del sereno clasicismo habitual en su maestro pero aportan ciertas dosis de realismo, especialmente a través de la sangre.
monumento
Después de ser excavada a principios de siglo por el Conde de la Vega del Sella y J. Carballo, esta cueva fue excavada por L. Freeman y J. González Echegaray en 1966-69. Este proyecto de excavación supuso, tanto por sus planteamientos como por sus componentes técnicos, un verdadero punto de arranque de los nuevos enfoques en el estudio del Paleolítico peninsular. El yacimiento proporcionó, tras integrar los resultados de análisis arqueológicos, geológicos, paleontológicos y polínicos, la mejor secuencia de la región francocantábrica para la segunda mitad del Würm. A nivel industrial se documentaron ocupaciones musterienses, con o sin hendedores, chatelperronienses, auriñacienses, gravetienses, magdalenienses y azilienses. Los niveles auriñacienses libraron una serie de sepulturas en las que sólo se encontró un molde de los cuerpos depositados.
monumento
La Cova Remigia acoge una de las muestras más importantes de arte rupestre levantino. Aquí se conservan -aunque no en el estado idóneo- más de 300 figuras, entre seres humanos y animales, en un conjunto de más de 10 abrigos. La caza del toro salvaje o la caza de los jabalíes son dos de las principales escenas del conjunto, que le han valido la declaración por parte de la UNESCO de Patrimonio de la Humanidad.
obra
En 1813 Friedrich se verá inmerso en los avatares de la guerra. Es un año importante: ha comenzado la guerra de liberación y el movimiento nacional contra Francia. Napoleón entra en Dresde y el pintor, un profundo patriota que aborrece la dominación francesa, se retira durante junio y julio al Elbsandsteingebirge. Entre el 27 y el 28 de agosto tiene lugar la batalla de Dresde, pero las tropas de ocupación no abandonan la ciudad hasta noviembre, pocos días antes de ser Napoleón derrotado en Leipzig. En toda Alemania un sentimiento nacionalista sacude a los escritores y artistas románticos, quienes forman el cuerpo de voluntarios de Lützow. Durante esta época, Friedrich pinta Cueva y monumento funerario. Al año siguiente, se expondrán las tres obras patrióticas más importantes del pintor: Tumbas de héroes antiguos y el Cazador en el bosque, en la exposición conmemorativa de la liberación de marzo-abril; la que nos ocupa será expuesta en Dresde al tiempo que las anteriores. Su tema está relacionado con Tumbas de héroes antiguos, y el tratamiento es similar. De nuevo el cielo está intencionadamente ausente, y una larga diagonal lleva la mirada hacia un claro central. En él, ahora, ya no hay tumbas sino pinos y helechos, símbolos del patriotismo y la vida eterna. El tono es más optimista; la luz, primaveral, se asocia con un nuevo renacer espiritual. En la gruta, un oficial francés contempla una solitaria tumba. Sobre ella, ahora ilegible, aparecía la inscripción "Deine Treue und Unüberwindlichkeit als Krieger sey uns immer ein Verbild" (Tu fidelidad e invencibilidad de soldado nos servirá siempre de ejemplo). Fue gravemente dañado en 1945. Hoy, una quinta parte de su superficie, la parte superior izquierda, ha sido reintegrada con una fotografía en color.
Personaje Literato
Fue una poetisa y dramaturga vallisoletana que nació a principios del siglo XVII en Medina del Campo, sobrina del dramaturgo Francisco de la Cueva. Debido a los apellidos de sus padres, los hidalgos Agustín de la Rua y Leonor de Silva, en ocasiones ha sido conocida como Leonor de la Rua y Silva. A lo largo de su vida escribió poesías líricas (sonetos, liras, liras e incluso un romance) que se conservan recogidas en un cancionero manuscrito de los siglos XVI y XVII y es también autora de una interesante comedia palatina: La firmeza en la ausencia, que se desarrolla en la corte del rey Filiberto de Nápoles y cuyo tema principal es la firmeza amorosa de la mujer y cuyos subtemas son los límites del poder real y los conflictos entre el honor personal y la obediencia debida al monarca. Sin embargo, las protagonistas asumen que la mujer es un ser inferior frente a otros modelos femeninos más independientes y que se fraguan sus propios valores, como los de María de Zayas o Ana Caro de Mallén. De esta comedia se conserva un sólo manuscrito autógrafo en la Biblioteca Nacional de Madrid y no se editó hasta fechas muy recientes. Es posible que llegara a ser representada en casas particulares, pues tiene todos los elementos de una comedia de corral. También escribió un soneto a la muerte de la reina Isabel de Borbón en 1645 y otro a la de la reina María Luisa de Orleáns, fallecida en 1689. Sus obras son un reflejo de las ideas de su tiempo y muestran un gran conocimiento de la cultura histórica y literaria de su época. Su muerte debió ser posterior a 1689, pues en ese año publicó un poema en el que se lamentaba del fallecimiento de la reina María Luisa de Orleáns, esposa de Carlos II. (Vid. GONZÁLEZ SANTAMERA, Felicidad: Leonor de la Cueva y Silva, una escritora ausente, en Luciano García Lorenzo (ed.) Autoras y actrices en la historia del teatro español, 2000, pp. 47-80.)