Pieza muy fina de seda y lino, de producción musulmana, usada como tocado o turbante.
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obra
Esta pieza procede de un relicario encontrado en 1853 en la iglesia de Santa María de Rivero, en la localidad soriana de San Esteban de Gormaz. Posiblemente se trata de uno de los extremos del almaizar de Hisham II, una larga banda de finísimo tejido que servía de tocado al envolver la cabeza como un turbante y que descendía hasta los brazos. La decoración se divide en tres espacios horizontales: la central es de color negro y en ella aparecen medallones octogonales, dos con esquemáticas figuras humanas mientras que en el resto encontramos cuadrúpedos y aves; las laterales muestran una decoración epigráfica.
obra
El almaizar de San Pedro de Montes era un turbante realizado mediante la técnica del tapiz, utilizado para llevar en la cabeza hasta descender a los brazos y terminado en flecos. Era muy utilizado por los Beatos mozárabes durante la segunda mitad del siglo X y su tejido era a base de lino y seda. Éste consta de tres franjas o bandas horizontales, dos de ellas en color rojo (una en seda y la otra mediante la técnica del tapiz decorada con motivos esquemáticos). El tapiz está decorado con seda trabajada manualmente por medio de una bobina. Este almaizar procede del monasterio mozárabe de San Pedro de Montes, en la comarca del Bierzo (León).
fuente
Maquina de guerra, utilizada para lanzar grandes piedras con el fin de destruir las murallas o almenas de los castillos. Su funcionamiento se basaba en la palanca, brazo largo con el eje descentrado en cuyo extremo, había un contrapeso, los más sofisticados con sistemas de reenvío mediante poleas. Habitualmente eran sencillos y se construían al pie de las murallas a derribar.
obra
Zurbarán utiliza para este retrato de Almanzor los mismos recursos que para otros personajes de la serie de Los siete Infantes de Lara. El formato vertical es siempre el elegido, por ser el más apropiado a un figura en pie, y no ubica al personaje en un fondo arquitectónico o de paisaje. Almanzor aparece con elegantes ropajes que tienen un acentuado matiz de exotismo: el turbante rayado, la piel que orla su capa, la casaca bajo la cual sobresalen calzones adornados, las medias con bordados rojos y la hermosa espada curva que empuña con gesto fiero.
Personaje
Militar
Político
Cuando Al-Hakam II falleció dejó el trono cordobés a un muchacho de once años sin ninguna experiencia política llamado Hisam. El joven califa tenía el apoyo del todopoderoso ministro Yafar al-Mushafi, quien contaba con el beneplácito de la madre del califa, la concubina Subh de Navarra. Al-Musafi contó con la estrecha colaboración de un hombre llamado Abi Amir Muhammad, miembro de una familia árabe con posesiones en Algeciras que se trasladó a Córdoba para estudiar jurisprudencia y literatura. Este Abi Amir será el temible Almanzor cuando en el año 981 se titule "al-Mansur bi-Allah" (el victorioso de Dios), denominación que cristianizada ha dado el nombre por todos conocido. Abi Amir inició su carrera política como escribano y secretario del qadí Ibn al-Salim. Sus aptitudes administrativas motivaron que fuera recomendado al chambelán al-Mushafi, quien le nombró primero administrador de la sultana Subh y después del joven Hisam. De esta manera Abi Amir estrechaba sus lazos con la familia gobernante. A la muerte de Al-Hakam II recibe el nombramiento de visir y tutor del joven califa por lo que Almanzor y su protector al-Mushafi empiezan a enfrentarse abiertamente. En el año 978 aparta totalmente a al-Mushafi del entorno del califa, gracias al apoyo de su suegro, el general Galib, y tres años más tarde consigue que el joven Hisam le otorgue públicamente los poderes absolutos del gobierno, dedicándose el califa a la vida piadosa. Con el poder político en sus manos, la fuerza militar se le resistía ya que Galib aún era fuerte gracias a cierto apoyo de los reinos cristianos. Dando muestras de su sagacidad, Almanzor hizo venir de Africa a otro general con tropas beréberes para convertirlas en su guardia personal, provocando el enfrentamiento con Galib. Este salió derrotado y Abi Amir recibía, a su regreso a Córdoba, el título de "al-Mansur bi-Allah". Desde ese momento y durante más de 20 años ejerció el poder absoluto en al-Andalus. Puso en marcha un programa de reformas tanto en la administración civil y militar y supo atraerse a las clase populares con una política de intensa actividad militar contra los cristianos del norte. Las crónicas hablan de 57 expediciones victoriosas con las que extendió el dominio musulmán a buena parte de la península, imponiendo fuertes tributos a los monarcas de Navarra y León. Incluso forzó a éstos a la entrega de sus hijas para imponer la paz en sus dominios. Los ataques de Almanzor llegaron hasta Barcelona (985), Coimbra (987), los monasterios leoneses de Sahagún y Eslonza (988), Santiago de Compostela (997) y Pamplona (999). Estas campañas motivaron la creación de una alianza cristiana contra al-Andalus que salió contundentemente derrotada en el año 1000. En estas últimas correrías Almanzor atacó el monasterio de San Millán de la Cogolla (1002) y de regreso a Córdoba falleció, en las cercanías de Medinaceli (Soria). La fortaleza con la que Almanzor dirigió los designios de al-Andalus se manifiesta en el intenso programa de construcciones que llevó a cabo, ampliando la mezquita de Córdoba y edificando un nuevo palacio llamado Madinat al-Zahira, donde trasladó la administración para evitar que Hisam tuviera tentaciones de dirigir el gobierno. Designó a su hijo Abd al-Malik como sucesor, estableciendo una dinastía de gobernantes que acabó con su otro hijo Sanchuelo. El gobierno dictatorial de Almanzor se considera como una de las causas que motivaron el estallido de la Gran Fitna y la guerra civil entre los años 1009 y 1031.
Personaje
Hija de Alonso de Almaraz y de doña Leonor de Portocarrero. Casada con Francisco Hernández Girón. Ejecutado este en 1554 doña Mencía vió exhibir la cabeza de su marido en una picota, mientras sus casas fueron derribadas y sembradas de sal. Su madre Doña Leonor y ella fundaron el convento de la Encarnación de Lima en el que profesaron la vida religiosa. Bernardo de las Cuevas construyó en 1561 el que fue primer monasterio de monjas de América del Sur.
acepcion
Nobles o hidalgos de alto linaje, que cumplían funciones religiosas, políticas o militares entre los mayas yucatecos del Postclásico.