<p>Francisco Gutiérrez Cossio era hijo de emigrantes cántabros instalados en Cuba, al estallar la guerra por la independencia de la isla, en 1896, toda la familia regresa a España, volviendo a su tierra de origen. Un accidente cuando tiene cinco años le provocará una cojera de por vida, signo característico del artista. Durante la convalecencia se entretiene dibujando. En 1907 la familia se traslada a Santander, donde Pancho iniciará estudios de Comercio, pronto abandonados por sus deseos de ser pintor. Las buenas muestras de su quehacer artístico motivan que su familia apoye su decisión, recibiendo clases de pintura de un artista local, Francisco Rivera. Pronto decide ampliar su formación y se traslada a Madrid, entrando en el taller de Cecilio Pla, donde entablará amistad con Francisco Bores. En estos años realiza aún obras de tendencia académica, aunque empieza a mostrar signos de su personal aplicación del color. En 1919 monta su primer estudio en Madrid y expone por primera vez en público. Las muestras se hacen cada vez más habituales, en primer lugar en Santander, donde escandaliza al público, no acostumbrado a un arte tan "vanguardista". En estos momentos se pone de manifiesto la influencia de Vázquez Díaz, Solana o Zubiaurre, sin renunciar a sus signos de identidad, entre los que destaca la sobriedad en el dibujo. En 1923 se traslada a París, donde se pone en contacto con el grupo de Picasso. El cubismo será de su interés, tomando algunos elementos para configurar su obra futura, caracterizada por la presencia de bodegones con piezas cubistas, transformando las influencias hasta hacerlas suyas. El expresionismo alemán también le interesa en estos momentos. Una serie de exposiciones en galerías francesas permiten iniciar al artista un periodo de seguridad, siendo reconocido por aficionados y artistas. Cossio se siente integrado en París, participando en las más diversas actividades de los grupos de vanguardia. Sin embargo, la quiebra de La Gallerie de la France, con la que Cossio tenía contrato en exclusiva, en el año 1933, supondrá un grave descalabro para el artista. El duro golpe le hace abandonar la pintura e interesarse por la política, regresando a España para fundar las J.O.N.S. junto a Ramiro Ledesma Ramos. El estallido de la Guerra Civil provoca su reclusión en su casa hasta que la ciudad de Santander cae en manos de las tropas del general Franco, momento en el que es nombrado jefe de prensa y propaganda. Los enfrentamientos con el nuevo régimen le hacen abandonar la política en 1940, retomando sus actividades artísticas y vinculándose al grupo PROEL, donde es considerado un maestro por los jóvenes artistas. Desde 1942 su estilo se hace totalmente personal. En sus cuadros presenta a un tiempo visiones fuertes y nacaradas, llenas de "sabor pictórico de cocina", como el propio Cossio decía, cargadas nostalgia y de poesía, logrando la intemporalidad. De esta época son los retratos sus obras más destacadas. Empieza a exponer en Madrid y Barcelona, aunque con escaso éxito. A partir de la década de los 40 serán los bodegones y las marinas -se declaraba admirador de Turner- sus temas favoritos. Los elementos gozan de vida propia y abunda el color gris, inspirado en Velázquez.</p>
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obra
Esta obra de madurez del artista se basa en un apunte tomado en junio de 1826, durante su viaje a Pomerania para restablecerse de una grave enfermedad. Se trata de una parte de la costa rocosa del Báltico junto a Sassnitz, recogida en su cuaderno conservado en Oslo. Llevada hacia los escollos por una tempestad, de la que aún se aprecian los últimos coleteos, una nave ha naufragado. Se halla sobre su costado izquierdo. Junto a ella, dos marinos, calentándose con un fuego, montan guardia. Según el catálogo de la exposición de Königsberg de 1833, se halla presta para ser reparada, y, de este modo, emprender de nuevo viaje. En primer término, como en casi todas sus marinas, se extiende predominante la costa rocosa. Una hilera de rocas traza el camino hacia el motivo principal, el velero. Estas rocas presentan un movimiento visual contrario al del cielo, en cuyo centro se adivina la luna llena. Símbolo de Cristo. Por el contrario, la nave se encuentra en un mar liso, carente de ritmo visual. Se ha trazado la alegoría como el naufragio de la vida humana amenazada por gran número de peligros. La vida, aún indemne, espera para emprender el viaje hacia la vida eterna, guiada por la luz de Cristo. Otros se decantan por una alegoría de la esperanza, simbolizada por la nave, naufragada, cuya posibilidad de navegar ha de situarse en el futuro. Todo ello podría, además, vincularse a la esperanza que Friedrich sentía ante las algaradas revolucionarias que tuvieron lugar en Dresde en septiembre de ese año, en las que el artista no participó, aunque sus simpatías por los revolucionarios fueran manifiestas.
obra
Inmerso en el Simbolismo como estaba Gauguin en 1890, también realizó algún paisaje naturalista como éste que contemplamos, posiblemente recurriendo a su memoria para representarlo. La influencia impresionista está presente en las montañas malvas del fondo, que recuerda a Monet. El ambiente del atardecer y el movimiento de las olas ha sido creado con maestría, retomando un estilo que parecía perdido tras su primera estancia en Pont-Aven. Los colores elegidos - azules, malvas y grises - pueden aludir al estado de ánimo del artista, más feliz tras instalarse en Le Pouldu con sus amigos Meyer de Haan y Sérusier. El toque corto de pincel nos traslada a sus primeras obras como Jardín con efecto de nieve o el Bol blanco.
obra
En la imagen que contemplamos, Monet se presenta aún como un joven que desea aprender los mecanismos del oficio de la pintura. Décadas después, tras intensas experimentaciones, sus descubrimientos técnicos nos han abierto nuevos caminos para enfrentarnos a una nueva concepción del paisaje. Se pueden nombrar algunos de los artistas que también han dado otra visión de la naturaleza como Poussin, Ruysdael, Hobbema, Corot, Courbet, Cézanne... pero Monet nos ha mostrado la naturaleza más que los otros, se podría decir, que la ha escuchado. Por supuesto, no podemos ni debemos desde un punto de vista histórico relegar los avances de esos artistas tan vitales para la historia del arte como el modo de construir de Cézanne. En el caso concreto de Monet podríamos hablar de otro factor: el ojo ha sobrepasado a la naturaleza. Pero, como decimos, afirmaciones de ese calibre deben ser adscritas a las últimas obras.
Personaje
Pintor
<p>Giovanni Costa fue discípulo de uno de los principales pintores neoclásicos de Roma, Vincenzo Camuccini. Se unió a la Legione Romane de Garibaldi en 1848, pero después de la caída de la República Romana en 1849, se vio obligado a refugiarse de la policía papal en la Campaña Romana. Durante los siguientes diez años, mientras vivía y trabajaba en esta región, Costa conoció a varios artistas extranjeros, incluyendo a Frederic, Baron Leighton of Stretton y George Heming Mason.</p><p> </p><p>En 1870 fue elegido Profesor de Pintura en la Accademia di Belle Arti de Florencia. Costa fue una de las figuras principales de la Escuela Etrusca, un grupo de pintores italianos e ingleses que buscaban representar la naturaleza de forma pura y distintiva.</p><p>Sus primeras creaciones se aproximan al estilo neoclasicista, aunque luego experimenta un giro y se une a otros pintores, entre los que figura Corot. Hacia la década de los años sesenta se instala en Florencia y comienza a pintar paisajes con una peculiar aplicación del color, a través de manchas, que en seguida llama la atención de los macchiaioli y, en concreto, de Fattori. En 1870 regresa a Roma y adopta otros estilos. En los años ochenta se apunta a la Escuela Etrusca y en los últimos años de su vida se decanta por las tendencias neorrenacentistas.</p>
Personaje
Científico
Político
Educado en el seno de una familia sin recursos económicos, estudia en Graus al tiempo que trabaja como albañil. Con veinte años consigue una beca y se traslada en París, donde permanece tres años. A su regreso a España, se instala en Madrid y estudia las carreras de Derecho y de Filosofía y Letras. Desde este momento se declara seguidor de la República Federal y de las propuestas de Krause. En 1874, coincidiendo con el reinado de Alfonso XII, desarrolla su trayectoria docente en la Institución Libre de Enseñanza. Tras obtener el título de notario comenzó a ejercer como tal en Jaén y luego en Madrid. En la década de los noventa crece su interés por los asuntos públicos y empieza a participar en la vida política. En 1899 fue nombrado presidente de la Liga Nacional de Productores, que luego formaría parte de la Unión Nacional, fuerza que dirigió al lado de Santiago Alba y Basilio Paraíso. Coincidiendo con el gobierno de María Cristina de Habsburgo-Lorena, escribe "Colectivismo agrario en España", "El problema de la ignorancia del derecho" y "Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España". Cuando Alfonso XIII es mayor de edad, Costa fue nombrado candidato por la Unión Republicana, pero por problemas de salud decidió abandonar la política definitivamente y volver a Graus. En estos años se dedicó a escribir obras como "Política hidráulica" o "La tierra y la cuestión social" que fue publicada tras su muerte. Joaquín Costa fue una de las figuras más importantes del regeneracionismo español, enfrentándose al caciquismo que imperaba en su época.
Personaje
Arquitecto
Apenas tenemos datos biográficos de este arquitecto clasicista, activo en la primera mitad del siglo XIX, cuya obra cumbre es la fachada de la catedral de Gerona, resaltada gracias a la espectacular escalinata que la antecede.