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Hecho de aluminio con escudo de aleación, llevaba una presilla sobre el escudo que permitía que se abotonase por debajo de la hombrera derecha en los uniformes de desfile, presentación, guardia y paseo.
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El Achselband, cordón dorado, era un complemento del uniforme de gala de los generales de Ejécito, mariscales de campo y oficiales de Administración con grados equivalentes. Se situaban sobre el hombro derecho cruzando la derecha del pecho. Se abotonaba bajo la hombrera derecha y en el segundo y tercer botón de la guerrera.
contexto
La fundación de la primera Corduba romana parece deberse a la elección del lugar como emplazamiento de las tropas. Poco después, hacia el 152 antes de Cristo, modifica su ubicación y se convierte en colonia latina, estatus que mantuvo durante todo el periodo republicano. Parece ser que esta Corduba original estaba habitada por población de origen romano y también nativos, según el geógrafo Estrabón. Esto concuerda con una realidad muy común para este periodo en muchos otros lugares, la de la existencia de una dípolis o doble ciudad indígena-romana, en la que existen dos distritos muy diferenciados. Así, el distrito romano se emplazaría junto al foro, mientras que el indígena estaría sobre la primitiva y original ubicación de la primera Corduba. Pronto se vio que el emplazamiento de Corduba facilitaba la logística de las legiones romanas y servía de centro de control estratégico de una amplia región, por lo que el crecimiento económico y demográfico se vio acompañado de un proceso administrativo que elevó el rango de la ciudad hasta convertirla en la capital oficiosa de la Hispania Ulterior. Tras las guerras civiles entre César y Pompeyo, Corduba, en la que se hallaba una mayoría de partidarios del segundo, además de servir como cuartel general de sus tropas y principal tribunal de justicia de la provincia, sufrió las consecuencias de apoyar a Pompeyo, resultando gravemente destruida y sufriendo una fuerte despoblación. Sin embargo, su importancia como enclave estratégico hizo que no le fueran retirados sus privilegios administrativos, hasta el punto que fue convertida en colonia y capital de la provincia Betica, creada en el contexto de las reformas emprendidas por Augusto. Esta capitalidad proporcionó a Corduba un gran empuje durante la época altoimperial, experimentando un intenso proceso de latinización que fue eliminando paulatinamente los antiguos rastros indígenas. Al mismo tiempo, Corduba se beneficiaba de un gran auge urbanístico, con la creación de escuelas y edificios públicos. Excepcional importancia para la ciudad tuvo la construcción de la Vía Augusta, que enlazaba Linares con Cádiz y la provincia bética con el resto de la Península. El paso de esta vía por la ciudad se hacía mediante el puente que cruzaba el Guadalquivir, aun hoy apreciable. La importancia creciente de Corduba hizo que a su alrededor se construyeran unas murallas para contribuir a su defensa, no en vano en el interior de la ciudad se desarrollaba una gran actividad comercial -fundamentada en el aceite, el vino o los minerales, productos muy apreciados a lo largo del Imperio- y administrativa -en Corduba, como capital provincial, se hallaban los archivos de la administración. La riqueza de Corduba y sus habitantes se podía ver también en el gran número de villas de recreo que se diseminaban por su sierra. Pero esta riqueza no era sólo económica, sino también cultural. No en vano, nacieron en Corduba ilustres figuras del mundo romano como Séneca o el poeta Lucano.
contexto
Corea fue colonia japonesa desde 1910. La explotación económica, la represión política contra nacionalistas y comunistas, las brutalidades, los malos tratos y la miseria de los trabajadores coreanos emigrados a Japón o a otros territorios japoneses, fueron caldo de cultivo para levantamientos como el de 1919 o las agitaciones de 1936, y, en general, para la resistencia pasiva de la población, ya antes de entrar Japón en guerra con China -1937- o con Estados Unidos -1941. La guerra sólo acentúa la represión -en 1942 son detenidos los miembros de la Sociedad para el Estudio de la Lengua Coreana; en 1943 se prohibe la Sociedad Dchindan, para el estudio de la civilización coreana. Surgen movimientos clandestinos y se multiplican las sociedades secretas antijaponesas. Junto a la protesta política surge la armada: en 1932 un coreano lanza una bomba contra el emperador del Japón, en Tokio, y en Shanghai -China-, contra generales japoneses. Surge un grupo guerrillero en la frontera coreano-manchú -Manchuria era colonia japonesa-, y desde 1940 un Gobierno provisional coreano forma una unidad que combate a los japoneses en China. En 1943 y 1944 aumenta la actividad guerrillera, ante la promesa de los aliados de ayudar a la resistencia coreana y de restablecer la independencia del país tras la guerra. Los aliados -soviéticos y estadounidenses- liberan Corea en agosto de 1945. Los archipiélagos de las Marianas, Carolinas y Marshall, excepto Guam, que era norteamericana, fueron cedidos a Japón en fideicomiso después de la Primera Guerra Mundial. La política japonesa osciló entre la indiferencia hacia la población -pero no respecto de la explotación económica- y las brutalidades, el trabajo forzado y el acaparamiento de tierras por oleadas de colonos japoneses, lo que trajo consigo una reducción alarmante del número de habitantes. A medida que los norteamericanos iban conquistando los archipiélagos, el trato japonés se endurecía. En las Marianas, y sobre todo en Guam -conquistada en 1941-, una parte de la población se vio confinada en reservas. En 1944 los japoneses habían sido expulsados -y con ellos todos los más de 50.000 colonos-, los norteamericanos habían recuperado Guam y se establecían sin más en toda la Micronesia nipona, que luego la ONU le cederá en fideicomiso. Mientras duró la guerra, los isleños se verán sometidos a racionamiento, a trabajo forzado y a pésimas condiciones laborales.
Personaje Religioso
Durante su mandato como obispo de Honduras se trasladará la sede episcopal desde Trujillo a Comayagua, recibiendo la definitiva confirmación del propio Felipe II.
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acepcion
Eran los sacerdotes que acompañaban a la diosa romana Cibeles en las fiestas, mientras ésta danzaba. Durante el baile portaban sus armas y hacían sonar los timbales.
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