Chicago es el modelo de lo que en demografía se ha venido en llamar "ciudad hongo", un poblamiento surgido de la nada que crece rápidamente. Nacida en 1803 a partir de un fuerte del ejército que fue reconstruido en 1830, de sus 300 habitantes iniciales alcanza 30.000 en 1850 y unos 300.000 en 1870. El trazado de la ciudad era ortogonal, configurado por una retícula de calles tiradas a cordel que puede ampliarse indefinidamente. El importante sector comercial de Chicago encargaría en 1905 a Daniel H. Burham un Plan Ordenador de la ciudad, realizado en colaboración con Edward H. Bennet. La redacción del Plan concluyó cuatro años más tarde , siendo recibido con grandes alabanzas. El Plan resolvía la comunicación urbana al establecer numerosas diagonales sobre la retícula original -que se extendía a lo largo de la orilla del lago Michigan en más de 40 km.- y un gran semicírculo de 16 km., jalonado por tres gigantescos parques, manifestando claramente la influencia de la reforma urbanística de París proyectada por el barón Haussmann.
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contexto
Se suele utilizar el término chicano para referirse a los mexicano-americanos. En origen, designaba a los habitantes hispanos oriundos de los territorios estadounidenses que pertenecieron anteriormente a México -Texas, Nuevo México, Arizona, Nevada, California, etc.- pero actualmente engloba a cualquier ciudadano estadounidense de origen mexicano. El término latino sirve para designar a los estadounidenses de diversas etnias, con algún antepasado u origen español o latinoamericano; remite a una realidad idiomática: son latinos o hispanos los nacidos en América que hablan español o portugués. En Estados Unidos es sinónimo de hispano (Hispanic) por diferencia al concepto anglo. En América Latina se emplea el término "latino" antes que "hispano" como una manera de asumir la cultura española pero no la dominación colonial. En todo caso, en el contexto social de Estados Unidos "latino" e "hispano" son una realidad por contraposición a los WASP: blanco anglosajón protestante. La minoría afroamericana se define por la piel; la minoría hispana por la lengua. Estados Unidos tiene la cuarta población de hispanos de toda América, sólo por debajo de México, Colombia y Argentina. Es como un país dentro de otro. Una población que sobrevive con sus hábitos, costumbres; con sus creencias religiosas, con su historia, su folklore, su música, pero sobretodo con su lengua. Las estadísticas demuestran que en los hogares de hispanos prefieren hablar en español, que es realmente donde se inicia el aprendizaje de un idioma, y con él toda una cultura. José Enrique Rodó, escritor uruguayo, publicó su ensayo Ariel en 1900. Dedicado a la juventud de América, tuvo una gran repercusión en toda la América hispánica, con su visión de los Estados Unidos como imperio de la materia o reino de Calibán, donde el utilitarismo se habría impuesto a los valores espirituales y morales, y su preferencia por la tradición grecolatina de la cultura iberoamericana. La idiosincrasia hispana se caracteriza así por los valores humanistas e idealistas frente a la fuerza, la energía, la eficacia, la técnica y la prosperidad. Según José Miguel Odero, tres son los factores que explican la fuerte identidad de los hispanos: el sentido de la familia, la fiesta y la religión. La piedra angular es la familia extensa, hasta cuatro generaciones; la raigambre católica -no siempre supone la práctica- un cierto culto al pasado, a unas culturas milenarias, frente al anglo visto como nuevo rico, individualista y "sólo" material. En el mundo hispanic las relaciones con el exterior se filtran a través de redes familiares y de amigos; el Compadrazgo -son compadres el padre y el padrino de Bautismo- sigue siendo una institución social importante y la solidaridad entre hispanos también. Pensando en la jubilación, aspiran a no tener que vender la casa de la familia por cuestiones financieras; así como a mantener un nivel que les capacite para ayudar y cuidar a los hijos y los nietos. Otro valor cultural heredado por los hispanos es que la mujer debe ser protegida por el hombre, si bien el Movimiento Chicano en los años 60 y 70, la lucha de los hispanos por los derechos civiles y la influencia del feminismo han erosionado esta idea. Algunas activas defensoras de estas ideas fueron Amalia Mesa-Bains, Patssi Valdez, Judith Francesca Baca o Sandra Contreras Barraza quienes reivindican desde el Arte un perfil para la mujer chicana, inspirando sus obras en las culturas aborígenes y el muralismo revolucionario, además de la técnica performance. En la defensa y la lucha por los derechos civiles en todos los ámbitos destacan algunas "luchadoras tempranas" como Josefina Bright en los años 30-40 reclamando el acceso a la atención sanitaria y María López de Hernández, entre los 30 y los 70; en este contexto histórico surge el asociacionismo como estrategia; así Ester Machuca, y La pintora y activista Alicia Montemayor de Dickerson desde LULAC o Vilma Martínez desde MALDEF cohesionan esfuerzos antes aislados. Elena Herrada cuyos abuelos llegaron a trabajar a Detroit en condiciones durísimas ha heredado el activismo como profesión. Emma Lozano saltó a la palestra activista en los 80, durante el conservadurismo de Reagan, mientras la polifacética Elizabeth Martínez Sutherland muestra a través de su carrera como escritora el paralelismo entre la cultura hispana y el compromiso activo por los derechos de una "gran minoría". Por último Martha Cotera representa el mundo chicano y Carmen Ahorro el boricua en New York. Respecto a las mujeres hispanas en el mundo anglo, según el Censo de Estados Unidos, representan el segmento de más rápido crecimiento de propietarios de pequeñas empresas, lo que demuestra el creciente poder e influencia de las latinas más allá de su inicial -e importante- ámbito doméstico: se preocupan por la educación, por el bienestar social, trabajan en una amplísima gama de ocupaciones y cuidan a sus familias; cumplen todos los papeles. Toman decisiones financieras o participan en ellas de igual manera con sus pares masculinos, en el 72 % de los casos. Según el Censo del 2002, en Estados Unidos existen 540.909 empresas de mujeres latinas, y otros 111,287 negocios compartidos. Entre 1997 y el 2006, el número de empresas con propiedad mayoritaria (51% o más) de una mujer hispana o latina ha incrementado un 121.3 por ciento, según el Center for Women's Business Research. Gráfico Si al principio los hispanos vivían generalmente en el ámbito rural, en antiguos campamentos de trabajadores en Nuevo México, sur de Texas, o en los aledaños de las ciudades fronterizas, y además en casas pobres, con patio, escasas condiciones de higiene, y en una estrecha convivencia que generaba conflicto, en un segundo momento, atraídos por los cinturones fabriles, hubo verdaderos éxodos rurales hacia la gran ciudad. Después de la guerra, con el boom de las zonas residenciales, los hispanos comenzaron a ocupar los cascos históricos degradados. Enfermedades, alcohol, droga y delincuencia dañaban la identidad hispana en los 60-70, cuando un recién nacido chicano tenía el triple de posibilidades de morir que un anglo y el índice de escolarización era mínimo. Las cosas han cambiado mucho. Después, en la medida en que la inserción laboral se ha ido logrando y diversificando, la normalización de los parámetros de vivienda también se ha producido, y los hispanos viven de acuerdo a su nivel adquisitivo y no tanto de origen, aunque persisten los barrios hispanos y a veces duras condiciones de habitación en los sectores más desfavorecidos. Y si no, que le pregunten a Esperanza "Hope" Mendoza de Schachter.
obra
La técnica del pastel no fue inventada por los impresionistas pero sí fueron ellos quienes la pusieron de moda. Se trata de una técnica artística consistente en "un color en polvo seco, mezclado con la suficiente cantidad de goma (generalmente arábiga) para que éste aglutine" (P. Murray). Manet será de los primeros en utilizar pastel pero quizá el impresionista más famoso en esta técnica sea Degas. Renoir también se interesó por el pastel, método rápido de trabajo que no permite rectificaciones, al igual que la acuarela, demostrando su capacidad como dibujante y su acertado dominio del color. Las figuras femeninas serán, como no, las protagonistas de esta escena que parece preludiar su famosa obra titulada Los paraguas.
Personaje
Pintor
Entre los pintores madrileños de la primera etapa del siglo XX destaca la personalidad de Eduardo Chicharro, discípulo de Sorolla y de la Escuela de San Fernando. En sus temáticas exóticas se pone de manifiesto su interés hacia la luz y el color, moviéndose siempre dentro de la estela del simbolismo. Desde 1912 será director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma.
lugar
Se localiza en las tierras bajas del norte de Yucatán, sobre más de 300 hectáreas de planicie calcárea y rodeada de vegetación. Representa el ejemplo más completo y espectacular de combinación entre cultura maya y tolteca. Floreció y alcanzó una notable extensión bajo el empuje de "colonizadores" procedentes de Tula. La ciudad tuvo su primer periodo importante en el Clásico tardío (600 - 900). Al final del Clásico se vio dominada por un importante grupo de filiación tolteca, proveniente del Altiplano mexicano, comenzando una nueva fase maya-tolteca a partir del año 969, con lo que se inicia una nueva etapa que la convirtió en capital regional, ya en el Postclásico. El territorio de la península del Yucatán carecía de agua corriente en la superficie, por lo que los cenotes fueron los únicos sitios donde el hombre podía obtenerla; de ahí el origen del nombre de la ciudad, chi (boca) y chen (pozo) que viene a significar "la boca del pozo de los itzaes o brujos del agua". A principios del siglo X cesaron en el área maya central las actividades culturales que habían caracterizado al período Clásico. En la península del Yucatán se produce la llegada de grupos extraños, encabezada por Kukulcán, personaje histórico cuyo nombre es la traducción a la lengua maya de Quetzalcoatl, "serpiente maya o emplumada"; por lo tanto, podría tratarse del mítico Ce Acatl Topiltzin. Las fuentes mayas (Chilam Balam) dicen que este personaje era de noble estirpe, culto y refinado, y habría sido expulsado de Tula por su malvado hermano Tezcatlipoca, huyendo al Yucatán. Uno de los grupos que participó en la influencia de la Península es el de los Itzaes; grupo maya cuyas actividades se ampliaron a otros poblados como Itzamal y Motul, teniendo asiento también en Champotón y Mayapán. Las tres principales ciudades del Yucatán (Mayapán, Uxmal y Chichén Itzá) pactaron una alianza conocida como la Liga de Mayapán, que duró dos siglos. La última de ellas era la más importante del norte, donde se desarrolló una cultura de influencia tolteca, debido a que los itzaes trajeron ideas novedosas que se observaron en la arquitectura y el arte. A finales del siglo XII estalla un conflicto dentro de la alianza y Mayapán destruye Chichén Itzá, pasando su control a manos de la primera, hasta que, en 1441, la población sujeta a este gobierno se rebeló y, una vez derrotado, los centros quedaron abandonados. A partir de ese momento, Yucatán se dividió en señoríos de escasa trascendencia política y cultural, situación que encontraron los españoles a su llegada y que les facilitó su conquista y control. En la arquitectura de los Itzaes se nota la influencia de Tula, principalmente en la construcción de espacios interiores muy amplios y el uso de columnas en las entradas de los edificios que representan serpientes emplumadas. También se han conservado algunos de etapa Clásica. Varios son los grupos de edificios repartidos por toda la ciudad; el más extenso e importante se halla en el sector norte, entre el Cenote de los Sacrificios y el de Xtoloc, donde encontramos el Castillo (dedicado al dios Kukulcán), el Juego de Pelota más grande de toda América, el Templo de los Guerreros, el Tzompantli, el Templo de las Águilas y el Grupo de las Mil Columnas. La característica fundamental de esta zona arqueológica es la estrecha unión existente entre arquitectura y sacrificios humanos, que siempre fueron practicados en Yucatán y cuyo ejemplo más claro era el Tzompantli, plataforma donde se colocaban los cráneos humanos decapitados. Llamar la atención también del llamado Caracol, edificio de etapa Clásica que cumplió funciones de observatorio durante el Postclásico. Se han conservado también algunos edificios de estilo Puuc, que recuerdan a los de Uxmal, como son la "Casa de las Monjas" y la "Casa Colorada". En Chichén Itzá se observa un cambio en algunas de las deidades, con la aparición de nuevos dioses (Kulkucán) y cultos (Cenote Sagrado); este último era un pozo de agua turbia al que se arrojaban víctimas preelegidas para complacer al dios pluvial Chac. Era también considerado la puerta de acceso al mundo de Ultratumba. Otras deidades mayas representadas en Chichén Itzá son el dios guerrero Tezcatlipoca y Tlalchitonaiuth, deidad asociada al Sol. El sistema sociopolítico fuertemente militarizado se manifiesta en los múltiples bajorrelieves.
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El centro ceremonial de Chichén Itzá, en la península mexicana del Yucatán, floreció en el periodo postclásico, entre el 900 y el 1300 d.C. Invasores procedentes de Tula, en el centro de México, reclutaron artistas mayas para hacer de ella su grandiosa y opulenta capital. La ciudad se extiende en sentido norte-sur. Entre los pozos o cenotes de los Sacrificios y de Xtoloc se halla el sector más importante. Aquí están la Pirámide de Kukulcán-Quetzalcoatl, el Juego de Pelota, el Templo de los Guerreros, el Tzompantli o altar de cráneos, el templo de las Aguilas y el Grupo de las Mil Columnas. Más al sur se hallan la Casa de las Monjas o el famoso Caracol. Campos de cultivo y grupos habitacionales dispersos rodeaban el gran centro ceremonial. Algunos de ellos contaban con plataformas rituales o pequeños templos. El Templo de Kukulcán, en el centro, dominaba el entorno desde sus 30 m de altura y nueve terrazas. Cuatro escalinatas, una por lado, permitían el acceso al santuario. El templo de los Guerreros y el grupo de las Mil Columnas formaban un conjunto dedicado al culto de la Serpiente Emplumada. Muy cerca estaba el Juego de Pelota, el mayor de Mesoamérica, cuya cancha representaba el cosmos. El Caracol, un peculiar edificio de planta circular y dos pisos, pudo funcionar como observatorio astronómico. Chichén Itzá decayó rápidamente hacia el año 1300. De todas formas, su Cenote Sagrado, en el que fueron realizados sacrificios humanos, siguió siendo una meta de peregrinaje hasta después de la Conquista española.
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Hacia el año 900 de nuestra era comienzan a aparecer en la península del Yucatán los primeros grupos itzás. La llegada, hacia el año 987, de un grupo de gente procedente de Tula encabezado por un líder legendario designado con el título de Quetzalcóatl-Kukulcán (Serpiente Emplumada), supone el inicio de la dominación del emplazamiento de Chichén-Itzá sobre el área yucateca, esplendor que se prolongará hasta finales del siglo XII. La fundación de la ciudad debió obedecer a la cercana de dos cenotes o fuentes de agua. Entre ambos, cubriendo una extensión aproximada de 5 kilómetros cuadrados, se edificó una amplia plataforma en las que se sitúan el Juego de Pelota, el zompantli, las plataformas de los jaguares y de las Aguilas, el Castillo o Templo de Kukulcán, el Templo de los guerreros, el Patio de las Mil Columnas, el Mercado y el baño de vapor. El Castillo domina la plataforma. Se trata de un edificio alto, con nueve cuerpos en talud y cuatro escalinatas que acaban en un templo de cuatro puertas, las más ancha de ellas sostenida por dos columnas en forma de serpiente. Al este del Castillo se halla el templo de los Guerreros, al que se accede por un amplio vestíbulo con columnas cuadradas grabadas con guerreros toltecas. En la parte alta de la escalinata se sitúa un Chac Mool frente a la entrada, que está sostenida por columnas en forma de serpiente. El zompantli, plataforma baja decorada con cráneos humanos tallados, se sitúa al lado de las plataformas de los jaguares y de los guerreros, ambas decoradas con animales devorando corazones humanos, como exigía la religión maya del Período Post-clásico.
contexto
Chichimecas Hay en esta tierra, que llaman Nueva España, muchas y muy diversas generaciones; dicen que la más antigua es la de los chichimecas, y que vinieron de Aculuacan, que está más allá de Jalisco, cerca de los años 720 que Cristo nació, reduciendo su cuenta a la nuestra; y que muchos de ellos poblaron alrededor de la laguna de Tenuchtitlan; pero que se acabaron o se perdió su nombre, mezclándose con otros. No tenían rey cuando entraron aquí; no hacían pueblo, ni aun casa; moraban en cuevas y por los montes, andaban desnudos, no sembraban, no comían maíz ni otras semillas, ni pan de ninguna clase; se mantenían de raíces, hierbas y frutas del campo; y como eran muy diestros en tirar al arco, mataban muchos venados, liebres, conejos y otros animales y aves, y comían toda esta caza, no guisada, sino cruda y seca al sol; también comían culebras, lagartos y otras sabandijas así, sucias, asquerosas y fieras, y aun hoy día hay muchos de ellos allá en su naturaleza que viven así. Siendo, sin embargo, tan bárbaros y viviendo vida tan bestial, eran hombres religiosos y devotos; adoraban al Sol, le ofrecían culebras, lagartijas y animalejos semejantes; le ofrendaban asimismo todo género de aves, desde águilas hasta mariposas; no hacían sacrificio con sangre; no tenían ídolos, ni aun del Sol, a quien tenían por único y solo dios; casaban con una sola mujer, y ésta no parienta en grado ninguno; eran feroces y belicosos, por cuya causa señorearon la tierra.
obra
Tras tres años de relación entre Cézanne y Hortense Fiquet nació Paul, el 4 de enero de 1872. El pequeño Paul será el modelo en varias ocasiones para su padre, tanto en espacios interiores como en la naturaleza como en esta ocasión. Posiblemente la obra fue realizada en el Jas de Bouffan, la casa de verano propiedad del padre del pintor en la que el maestro pasaba largas temporadas. El muchacho viste elegantemente, indicando la clase social burguesa a la que pertenecía -un chaleco, una camisa blanca y un pantalón gris- recostándose en la hierba junto al río, en una pose a la que su padre era muy aficionado. Tras el riachuelo contemplamos un amplio prado salpicado de árboles, apreciándose en la lejanía algunas edificaciones. A pesar de componer la obra en una sucesión de planos horizontales que se alejan en profundidad para conseguir el efecto de perspectiva, el maestro de Aix -al igual que hacía Degas- emplea dos puntos de vista para mostrar la escena: si bien el joven y su entorno está contemplado desde una perspectiva alzada, el árbol y la zona tras el río se aprecian desde una vista frontal. Tomando como punto de partida el impresionismo, Cézanne utiliza el color para recuperar la forma y el volumen que algunos de sus compañeros estaban perdiendo. Así, una línea oscura delimita las siluetas y las diferentes tonalidades salpican todas las superficies del lienzo, creando una sinfonía cromática difícilmente superable a pesar de lo limitado de la paleta. El maestro emplea dos tipos de pinceladas: cortas y dinámicas y fluidas, para obtener un resultado tremendamente satisfactorio en su búsqueda de una nueva dimensión pictórica.