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obra
obra
La parte que le correspondió decorar a Miguel Ángel en la Capilla Sixtina es un enorme conjunto que abarca el techo abovedado y la pared del altar, con el Juicio Final. Ambas partes forman una unidad temática: el techo incluye temas del Antiguo Testamento y el Génesis, rodeados por profetas y sibilas. La pared es el Juicio Final, que anuncian las escenas del techo y hacia el cual conducen las mismas. En este caso, podemos ver un detalle, uno de los profetas del Antiguo Testamento que anunciaron la venida del Mesías como rey de los judíos e instaurador de la ley de Dios en el mundo. Cuanto más alejados están los profetas del Juicio Final, más dependen de sus textos y libros para hacer sus profecías. Como veremos en el caso de Ezequiel o la Sibila Délfica, cuanto más se aproximan al Juicio, abandonan sus pergaminos para inspirarse directamente en la visión de Dios y Cristo.
termino
acepcion
Entre los aztecas, hierba, pasto.
obra
Retrato del poeta y crítico Zacharie Astruc, defensor desde el primer momento de las obras de Manet. El concepto del retrato ha evolucionado para el pintor - si lo comparamos con el de los padres de Manet - y se hace más intimista, aunque mantiene cierto aire de clasicismo en la composición. Continúa el ya tradicional recorte de la figura sobre un fondo neutro, como hacía Tiziano durante el Renacimiento, para otorgarle un mayor aspecto volumétrico. Junto a él contemplamos un pequeño bodegón típico de un personaje bohemio, con varios libros apilados, una bella copa de cristal y un limón. Uno de los libros - concretamente el de pastas negras que sale hacia el espectador - muestra grafías en japonés, indicándonos la enorme atracción existente en aquellos años del Segundo Imperio por la cultura y el arte japonés. Precisamente las estampas japonesas serán primordiales para la evolución pictórica, siendo el propio Manet quien impulse su utilización durante el Impresionismo. A la derecha del poeta - que más tarde alcanzó cierto éxito como escultor - se contempla una escena muy esbozada, también intimista, que recuerda el fondo de la Venus de Urbino de Tiziano, que Manet copió durante su viaje a Italia. Existe cierta controversia sobre qué sería esta zona del cuadro; algunos especialistas la identifican como una habitación, para otros sería un espejo, pero da la impresión de ser un lienzo que muestra a la Sra. Astruc. El empleo del abocetamiento para esta parte izquierda recuerda primeras obras de Manet como el Bebedor de absenta. Los contrastes entre zonas oscuras y claras son una constante en la obra del pintor, que empleaba betún, lo que ha provocado un mayor oscurecimiento. La buena base de dibujo, aprendida en el taller de Couture, no se ha perdido aunque podemos observar cierta soltura en la mano izquierda de la figura. También es destacable la personalidad del escritor, perfectamente interpretada por el artista, como buen seguidor de Velázquez y Goya que era.
Personaje Científico
Debido a su origen portugués también era conocido por el nombre de Zacuto Lusitano. Escribió algunos tratados relacionados con la medicina como: "De medicorum principum historia" y "Praxis medica admiranda".
termino
acepcion
Vasija en forma de taza, de gran diámetro y poca profundidad, que sirve principalmente para lavarse la cara y las manos.
obra
La decoración de esta zafa consiste en un caballo ensillado y enjaezado, con la cola recogida y anudada, la pata derecha levantada, dando la sensación de avance. Encima de la silla observamos un ave con las alas desplegadas que coge las riendas con el pico.
lugar
Si bien las primeras noticias de la historia de Zafra son de época medieval, existen restos arqueológicos de hábitat en las cercanías de la población. En la sierra del Castellar se han encontrado algunas oquedades con pictogramas prehistóricos; se ha documentado la existencia de un castro de la Edad de Bronce y de varias villas romanas, posiblemente relacionadas con la legendaria Segeda. En la Edad Media, en esta zona se asentó una comunidad musulmana que fue conquistada por Fernando III en su avance hacia Sevilla. Corría el año 1241 cuando era ocupado el castillo, posiblemente llamado Sajra-abi Hassam, nombre de donde deriva Zafra. En el siglo XIV la villa empieza a tomar importancia. En 1394 Enrique III dona la población a Gomes Suárez de Figueroa. Desde estas fechas, Zafra cuenta con dos ferias semanales. Juan II concede el privilegio de la Feria de San Miguel, un importante mercado de ganado que será ratificado por los Reyes Católicos. Alfonso XII concede a Zafra en 1882 el título de "Muy Noble y Muy Ilustre Ciudad". Desde 1965 la urbe goza de la declaración de Conjunto Histórico Artístico de Interés Nacional. En la actualidad, la población cuenta con 15.000 habitantes, distinguiéndose por su actividad mercantil e industrial, especialmente la artesanía.