El encuentro entre santa Isabel y la Virgen María se produce al aire libre, a las puertas de un grupo de casas. Como todas las escenas del conjunto de la Cartuja del Aula Dei- véase la Presentación de Jesús o el Nacimiento de la Virgen - la composición se desarrolla sobre unas gradas, reforzándose la monumentalidad de las figuras, vestidas con amplios y plegados ropajes de vivos colores en los que la luz crea un atractivo juego de reflejos. Goya se ha preocupado por la sensación de perspectiva, diseñando diferentes planos que se alejan en profundidad para crear el efecto de lejanía. Las principales figuras se sitúan en el centro de la composición, característica común en toda la serie a excepción de la Adoración de los Reyes Magos.
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Villegas es el autor, en 1566, del retablo de la Visitación para la catedral sevillana. En la tabla central se representa a la Virgen y santa Isabel centrando la composición, destacando el refinado colorido y el elaborado dibujo manifestados por el artista, apreciándose ecos del manierismo. En el banco encontramos un sensacional repertorio retratístico donde aparecen los donantes del retablo, Don Diego de Bolaños y su familia.
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El prestigio alcanzado en los años iniciales de la década de 1520 lleva a Pontormo a recibir un buen número de encargos con lo que decorar las iglesias de Florencia y su entorno. Para la parroquia de San Michele en Carmignano pintará esta Visitación en la que presenta un amplia variedad de elementos manieristas. La simetría de las obras quattrocentistas se rompe para dejar paso a una composición ambigua, en la que casi desaparecen las referencias arquitectónicas y la perspectiva tradicional para ubicar a los personajes en un impactante primer plano, invitando al espectador a participar en la escena. Las figuras de Santa Isabel y la Virgen María aparecen por duplicado, mostrándolas de perfil y de frente, de la misma manera que los colores están simétricamente invertidos. Las figuras gozan de monumentalidad, inspirada en Miguel Angel, pero se presentan alargadas, al igual que más tarde hará Parmigianino o El Greco.
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Alonso Cano pintó esta obra en su última etapa y muestra en ella cómo había avanzado su estilo, simplificando las figuras, con nuevas gamas de color más vivo y contrastado, y añadiendo una gran monumentalidad a los personajes y las arquitecturas que les sirven de fondo. La Visitación forma parte de una serie de lienzos que el artista realizó por encargo de la catedral de Granada. La serie está dedicada a la vida de la Virgen María, concretamente a los Gozos. Los cuadros habían de colgarse en la catedral para ser contemplados desde lejos por gran número de fieles. Esta circunstancia hizo que Cano eligiera un tamaño generoso para las escenas y que redujera al máximo el número de personajes, para que de esta manera destacaran por su tamaño y singularidad facilitando a los espectadores la comprensión de la imagen.
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La fundadora de la Capilla Oballe de la iglesia de San Vicente de Toledo fue doña Isabel de Oballe, por lo que se pensó incluir en la decoración "una ystoria de la uisitación de santa isabel por ser el nombre de la fundadora, para lo que se a de fixar un zírculo adornado con su cornisa a la manera que está en Illescas" (sic). Así surge esta imagen, que no fue colocada en el conjunto cuando se entregó en 1613 quizá por modificaciones que desconocemos al carecer de documentación. La obra se colocó definitivamente en la iglesia de Santa Clara de Daimiel. El diseño de la escena está planteado para observarla desde abajo, como atestigua la cornisa de la zona baja y la postura de ambas figuras. María y Santa Isabel se encuentran a la puerta de la casa de ésta última, haciendo referencia a una portada manierista, simple y monumental. A la derecha contemplamos los nubarrones que pueden presagiar el destino de los hijos de ambas: Cristo crucificado y San Juan Bautista degollado. Las figuras son enormes, envueltas en gruesos ropajes con acentuados pliegues. La luz resbala por esos mantos, sustituyendo el color azul por blanco allí donde incide con mayor fuerza, según era tradicional en la Escuela veneciana. La pincelada es muy suelta, posiblemente porque sea una imagen inconclusa, a pesar de su cargado dramatismo y de la fuerza de los gestos de ambas figuras. La Asunción acompañaría a esta escena en la Capilla Oballe, resultando un conjunto de sublime delicadeza.
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La llegada a Valencia de Paolo de San Leocadio supondrá importantes novedades para los pintores de la zona entre los que encontramos al Maestro de Perea. Se mantienen algunos elementos del gótico más tradicional como la aplicación del pan de oro o los gestos de algunas figuras pero hallamos interesantes novedades como el empleo de fondos de paisaje y la concepción espacial, construida siguiendo las normas de la perspectiva geométrica. La escena está realizada de manera correcta, con las figuras de María y santa Isabel en primer plano, destacando sus elegantes ropajes que arrastran por el suelo, con unos pliegues muy forzados. San José se levanta el sombrero en segundo plano mientras que en la zona derecha observamos un palacete de clara influencia toscana, donde podemos ver a dos jóvenes. En el paisaje del fondo se desarrolla la huída a Egipto. El resultado es una obra con una buena muestra de elementos italianos a pesar de continuar con rasgos flamencos como el brillante colorido.
acepcion
Festividad cristiana que se celebra el 2 de junio y recuerda la visita de la Virgen María a su prima Isabel. Este término también se emplea en las inspecciones escolásticas que realizan los obispos cuando visitan su diócesis.
Personaje
Arquitecto
Antes de establecer su residencia en Valladolid, vivió en Salamanca. En 1814 se presenta a un concurso convocado para la ejecución de la portada de la Universidad de Valladolid. Su proyecto resultó elegido y un año después comenzaría a trabajar en este proyecto. Fray Pedro de la Visitación dividió la fachada en dos cuerpos. De la decoración escultórica se hizo cargo la familia Tomé, formada por Antonio y sus hijos Narciso y Diego. Arquitectura y escultura se dan la mano en esta obra, que representa uno de los mejores ejemplos del Barroco español.