En esta decoración pictórica procedente de un sarcófago del primer periodo intermedio se muestra la libertad de trazo tanto en los personajes como en los anímales. Las figuras representan a sirvientes y pastores de tez oscura y cabello moreno con un dinamismo lejos del hieratismo típicamente egipcio.
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obra
Esta versión del Tañedor de Laúd es prácticamente idéntica a la conservada en el Ermitage de San Petersburgo. Si en aquélla encontrábamos una alusión a los sentidos (oído, vista, tacto) en los diversos objetos que adornaban la mesa, en esta ocasión el artista se limita a recrear el oído y la música con todos los elementos de la pintura. El muchacho, de belleza misteriosa y andrógina, es el mismo que posó para la otra versión y para uno de los jóvenes del Concierto. Estos lienzos solían estar dedicados a su protector, el cardenal Francesco del Monte, que era musicólogo y amante de las artes. Están concebidos como "juvenilias", pinturas de jóvenes que muestran reuniones cultas de poetas, músicos y pintores. En la partitura del tañedor se leen versos de un famoso compositor francés de la época, dedicados al amor, que parece simbolizar la hermosa figura del modelo. La música se acompaña por el canto, por diversos instrumentos musicales esparcidos sobre la mesa y por la jaula con un ruiseñor en la esquina superior izquierda. Es, sin duda, una obra exquisita.
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Los rasgos pictóricos del joven Caravaggio están presentes en esta hermosa figura, de serena melancolía, que remeda casi literalmente al músico central del Concierto de jóvenes. El estudio de la partitura ha llevado a la conclusión de que se trata de un tenor interpretando un conocido madrigal del siglo XVI, escrito por el compositor francés Jacques Arcadelt. El primer verso del madrigal, que parece ser es el que entona el cantante dice "Voi sapete ch'io v'amo", es decir, "Vos sabéis que os amo". Teniendo en cuenta el exquisito gusto musical del cardenal del Monte, para quien Caravaggio pintó esta obra, resulta patente el homenaje que el pintor le hacía a través de su pintura a su protector. Toda la composición parece una de las "poesías" que Caravaggio y su círculo eran tan aficionados a realizar, superando con el sentido trascendental que se oculta tras los objetos la aparente banalidad de un cantante que se acompaña de su instrumento favorito. Uno de los factores que inducen a suponer un sentido más profundo que el más inmediato es la evidente androginia del modelo empleado. Aunque finalmente se ha identificado con un muchacho, sobre todo por el tono de la partitura -tenor-, los rasgos y la blandura del gesto son deliberadamente femeninos. El andrógino, aquel ser que posee las características de ambos sexos, se ha considerado desde la Antigüedad el sujeto de perfección absoluta y símbolo del amor ideal. Esta alegoría del amor perfecto va más allá del modelo y encuentra eco en el ya mencionado verso. Además, el espléndido ramo de flores que equilibra la composición a la izquierda del bello mancebo no es sino una alusión a la belleza efímera y a lo vano del amor físico, deshecho con el paso del tiempo y la decadencia de los cuerpos. Se trata, pues, de un lienzo dedicado al amor ideal y a su superioridad sobre el amor físico, lo cual no lo exime de una acusada melancolía y soledad que se supone caracteriza al amante.
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En un nuevo empeño por realizar escenas naturalistas, Manet recurrió como tema de esta obra a una figura que quizá se encontrara por la calle, aunque la modelo que posteriormente posó fue Victorine Meurent. Sería, por lo tanto, la compañera de Bebedor de absenta, en la temática moderna y en la figura callejera, tratada como una auténtica heroína. La guitarrista, a tamaño natural, se sitúa a la puerta de un cabaret y ha sido captada en el momento de comerse unas cerezas de las que lleva en el cucurucho. Viste un traje gris a la moda, aunque aparentemente parezca que estamos ante una figura de la bohemia parisina. La preocupación del pintor está en mostrar a la tañedora de la manera más realista posible, por lo que emplea un perfecto dibujo; buena prueba de ello es la delicadeza de las manos o la belleza del rostro, sin olvidar la perfección del vestido, con unos maravillosos pliegues. La tendencia a eliminar los claroscuros hace pensar que Manet se interesa por la pintura japonesa, muy extendida por aquellos años en Europa, más como elemento decorativo que como influencia artística. Al igual que en la mayor parte de las obras de esos años - Guitarrista español o Muchacho con cerezas - Manet emplea el recurso del fondo neutro para otorgar mayor volumen a la figura, aunque aquí abre las puertas del cabaret para mostrar cierta profundidad.
obra
Orazio Gentileschi, padre de Artemisia Gentileschi y amigo de Caravaggio, fue uno de los seguidores más fieles del estilo tenebrista de su amigo. Orazio emigró durante algunos años a Inglaterra y se supone que fue entonces cuando pintó esta tañedora de laúd, una de las obras más conocidas de su producción. Destacan dos cosas ante todo: el brillante colorido del vestido de la joven, de un amarillo limón que sin embargo encaja perfectamente con las gamas tonales del resto del lienzo; y el hecho de que esté vista desde atrás, un punto de vista poco frecuente para la época y que podremos encontrar en otro caravaggista, Terbbrughen y su Flautista. La muchacha, pelirroja, está tocando con extrema atención un laúd doble de diecinueve cuerdas, extremadamente complicado de manejar. Sobre la mesa, diversos objetos relacionados con la música: un violín, partituras, una batuta, etc. El aspecto es el de una escena de género, en el que una aficionada a la música ha sido captada en la intimidad de su estudio. Pero frente a las apariencias puede que en realidad lo que Orazio esté retratando sea la alegoría de la Armonía.
Personaje
Pintor
Contemporáneo de Wen Zhengming, Tang Yi también intentó sin éxito pasar los exámenes imperiales. A pesar de su gran preparación, parece ser que un compañero de examen le facilitó las preguntas, siendo descubiertos y expulsados en medio de un gran escándalo. Tras ello, se vio obligado a volver a Suzhou y dedicarse a la pintura no sólo como un fin sino como un medio para subsistir, convirtiéndose en un pintor profesional rechazado por el círculo de letrados. Su obra muestra una influencia mayor de Zhou Zhen (Escuela de Zhe) que de Shen Zhou, y no vería reconocida su valía artística hasta el final de su vida. Su obra se compuso tanto de paisajes (Altas montañas y maravillosos árboles), según el estilo Song del Norte, como de retratos de personajes motivados por su carácter de pintor profesional (Dama con peonías). La constante dicotomía en la que se movió profesionalmente, quedó reflejada en su obra, donde se pueden apreciar algunos rasgos de la pintura de letrados, así como referencias a la pintura decorativa y artificiosa Song.
Personaje
Arquitecto
Cursa la carrera de arquitectura en Tokio y en 1938 se gradúa. En este mismo año entra a trabajar en el estudio de Mayekawa. Entre sus primeros proyectos figura el Instituto Superior Kishi. En esta época tiene la oportunidad de conocer los diseños de Le Corbusier, que dejarían una fuerte impronta en su obra. Al comienzo de la década de los cuarenta ingresa de nuevo en la Universidad de Tokio para completar su carrera y en 1946 empieza a dar clases en este centro, donde llegaría a ser catedrático. Al mismo tiempo, ganó varios concursos de arquitectura para la realización de proyectos como el Monte Fuji o el Centro Cultural Nipón-Tailandés de Bangkok, aunque finalmente no se llevaran a la práctica. En sus creaciones recurre a símbolos relacionados con la tradición de su país. Otra de las convocatorias a las que se presenta, siendo elegido ganador, es al concurso para la realización del Centro de la Paz de Hirohima. Su proyecto fue expuesto en el Congreso Internacional de Arquitectura, celebrado en 1951. Desde entonces su prestigio ha crecido a pasos agigantados. En 1950 realiza el pabellón de Exposiciones para la Feria de Industria y Comercio de Kobe, pero cuando finaliza el evento se destruye. A partir de entonces levanta varios edificios en que las exigencias de la vida moderna se fusionan con la tradición japonesa. Entre sus construcciones cabe destacar la Sala Metropolitana de Tokio, el centro deportivo de Takamatsu y el centro de Prensa y Radio de Yamanashi, entre otras obras. En sus creaciones utiliza hormigón visto, con lo que genera una sensación de monumentalidad. Entre sus planes urbanos resalta el proyecto que ejecuta para Tokio en 1960. En éste pretende dirigir el crecimiento de la ciudad hacia el mar para darle una salida natural y descongestionarla. Todo este plan responde a las propuestas defendidas por el metabolismo, movimiento al que Tange pertenece.
Personaje
Pintor
A pesar de unos inicios tardíos en el campo de la pintura, Yves Tanguy constituye una de las revelaciones del arte surrealista. Como dato curioso, hay que mencionar cómo fue la profunda sensación de la imagen de un cuadro del italiano Giorgio de Chirico en 1923 la que provocó su inmediata adhesión a la pintura. En 1920 entabla amistad en París con Prévert y Marcel Duhamel y en 1925 se introduce en el movimiento surrealista, donde realiza obras inspiradas en bestiarios fantásticos y en elementos propios de la iconografía pictórica de Max Ernst y Joan Miró. Tanguy será, de hecho, uno de los mejores exponentes de esa tendencia que se conoce como "surrealismo de formas orgánicas", donde predominan los elementos que cambian de estado.Su maduración en el surrealismo se inscribe en paisajes oníricos habitados por formas embrionarias, seres unicelulares, placentas, en una atmósfera fantástica y extraña que recuerdan en muchas ocasiones a los ambientes desolados y fríos de Salvador Dalí. Se trata de un universo resuelto con una detallada descripción y salido "de la experiencia lejana" en palabras de André Breton. Es la visión de playas fantásticas con objetos percibidos como durante el sueño. Entre sus obras más destacadas con esos aspectos sobresalen El sol en su arca (1937), Palacio con rocas de ventana (1942) o Todavía y siempre (1942).En 1934 marcha como emigrante a Estados Unidos hasta el año 1948, cuando se convierte en ciudadano americano. Allí fue uno de los protagonistas más conocidos del surrealismo americano en su corriente más formalista. De este periodo podríamos mencionar obras tan destacadas como La multiplicación de los arcos (1954) y Los números imaginarios (1954).