Francisco Pradilla consiguió situar a las grandes composiciones históricas, que tanto éxito tenían en el siglo XIX español, en lo más alto de la pintura europea. Su Juana la Loca bien puede considerarse como una de las mejores obras del siglo, obteniendo con ella un clamoroso éxito, no sólo en España, sino en las capitales artísticas del viejo continente. Pradilla nace en la localidad aragonesa de Villanueva de Gállego en 1848, formándose en Zaragoza con el escenógrafo Manuel Salvador. Pero Francisco quiere picar más alto y se traslada a Madrid, ingresando en la Academia de San Fernando. Obtiene en 1874 una pensión para trasladarse a Roma y continuar su aprendizaje, quedándose en tierras italianas unos diez años. En 1878 envió su Juana la Loca a la Exposición Nacional, obteniendo una Medalla de Honor gracias a la brillantez y la fuerza de su estilo realista, en el que las pinceladas de óleo vibran y se aprecian claramente en el lienzo. El éxito obtenido motivó que el Senado le encargara un cuadro sobre la rendición de Granada. En 1881 fue nombrado director de la Academia Española en Roma, cargo que abandonó después de dos años para regresar a Madrid. La quiebra del banco donde tenía depositados sus ahorros provocó en el pintor un increíble deseo de trabajar, encerrándose en su estudio durante quince horas diarias, sin relacionarse con el mundillo artístico del momento. En su amplia producción destacan los cuadros de género y los retratos, así como la decoración del madrileño Palacio de Linares. Pradilla falleció en Madrid en 1921, siendo durante una temporada director del Museo del Prado.
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Personaje
Pintor
Blas de Prado fue uno de los pintores más destacados en Toledo durante el Renacimiento. Nació en Camarena hacia 1545. Existen algunos documentos que hablan de un viaje a Marruecos por orden de Felipe II para realizar una serie de retratos de la familia del sultán. Su Virgen con el Niño y el Venerable Alonso de Villegas del Museo del Prado es una excelente muestra de su estilo, en el que se aprecian ecos del Cinquecento, concretamente de Rafael. Consta su buen hacer como pintor de bodegones, aunque no existen en la actualidad identificaciones certeras de ninguno de ellos. Falleció Blas de Prado en Toledo en 1599.
obra
La mayoría de los paisajes pintados por Klimt los realizó durante sus vacaciones en compañía de las hermanas Flöge, en la casa que éstas poseían junto al lago Atter. Si bien durante el verano continuaba con su rutinaria vida, se sentía libre para trabajar en otros temas como las flores o los paisajes. En las cartas escritas a Mizzi Zimmermann nos cuenta cómo era su jornada: "Por la mañana me levanto temprano, hacia las seis, a veces un poco antes o un poco después; si el tiempo es bueno, me voy al bosque, pinto un poco en el bosque de hayas (si brilla el sol), con unas pocas coníferas, hasta las ocho aproximadamente; entonces desayuno y después, un baño, muy reparador; después, un poco más de pintura, del lago si hace sol; si no, de vistas desde mi ventana (...) para entonces ya es mediodía; después de comer, un sueñecito (...) antes o después del té, otro baño en el lago (...) después del té, más pintura (...) se hace de noche, la cena, a la cama pronto y otra vez arriba al día siguiente".En este Prado con amapolas Klimt vuelve a recurrir al efecto mosaico que tanto llamaba su atención tras su viaje a Ravena. Las amapolas, los acianos y las margaritas inundan el espacio y nos llevan hasta la zona del fondo, donde observamos una zona segada del prado y una hilera de árboles que se recortan contra el cielo, cuyo papel en la composición es secundario. Los árboles son tan compactos que parecen un muro e impiden mostrar el horizonte. La sensación decorativista de los retratos -Fritza Riedler o Adele Bloch-Bauer- se repite en esta escena al integrar los árboles y las plantas en un conjunto totalmente decorativo. La técnica empleada por el pintor recuerda al puntillismo al aplicar el color de manera rápida y a base de pequeños toques. El recuerdo de Renoir y Monet en estos trabajos resulta significativo aunque Klimt no esté interesado por captar efectos atmosféricos ni lumínicos.
obra
La relación entre Sien y Vincent es cada vez más difícil. Por las cartas a su hermano Theo sabemos su intención de abandonarla. Estos sentimientos de tristeza los podemos encontrar en la mayor parte de los trabajos realizados por Van Gogh en este verano de 1883 donde los colores oscuros se adueñan de las composiciones. Tampoco debemos olvidar las influencias cromáticas de la Escuela de La Haya acostumbrados sus maestros al empleo de tonalidades pardas en sintonía con el Barroco Holandés. Las masas de color rápidamente aplicado dominan un conjunto que casi raya la abstracción a no ser por la referencia a la carretilla que encontramos en la zona derecha. Las tonalidades se distribuyen en diferentes planos que se alejan en profundidad creando un efecto de perspectiva de gran calidad, cerrándose con el amplio cielo malva lo que indica su conocimiento del impresionismo y su observación directamente del natural.
obra
Muy relacionada con Dos mariposas blancas, esta composición que Vincent realiza en abril de 1889 está en la órbita de las obras de Monet y Pissarro, perdiendo paulatinamente la forma para interesarse por la luz y el color. Van Gogh recupera el color que había suprimido durante el tiempo que pasó con Gauguin debido a la fuerte personalidad de Paul, obligándole a pintar de memoria y sin basarse en la naturaleza..
obra
En mayo de 1888 Vincent está en pleno proceso creativo, tanto en el aspecto artístico como personal. Ese mes alquila por 15 francos cuatro habitaciones de la Casa amarilla donde pretende formar su comunidad de artistas. Intenta alquilar o comprar a plazos una cama, pero no lo consigue. Su relación con su casero se tensa por lo que el pintor abandona el Hotel Carrel mudándose al café de la estación, con el matrimonio Ginoux, iniciándose una estrecha amistad. Durante un par de semanas Vincent no pinta nada, retomando su actividad con una serie de paisajes de los alrededores de Arles, deseando captar la belleza de las huertas y los prados mediterráneos. En esta imagen que contemplamos, Van Gogh nos ofrece un sensacional prado donde mezcla tonalidades amarillas y verdes mientras que en el cielo tormentoso ha empleado grises, blancos y sienas, otorgando un aspecto amenazante. Al fondo, sobre la línea del horizonte encontramos las construcciones rurales y diferentes árboles, recortados dichos elementos sobre el cielo azulado. La utilización del color por Vincent será su gran aportación, transmitiendo sensaciones a través de las diferentes tonalidades. Incluso en la manera de aplicar el óleo podemos encontrar una gran expresividad, bien a base de pequeños puntos como en las flores del prado o con una pincelada arremolinada como en las nubes, siguiendo las xilografías japonesas que tanto admiraba. La influencia del Impresionismo, con el que se relacionó en París, la encontramos en la captación de la luz natural y las sombras coloreadas.
obra
Repuesto ligeramente de la crisis sufrida en febrero de 1890, Van Gogh retoma sus trabajos al aire libre, sin abandonar el jardín del hospital por miedo a una nueva recaída. Estos últimos meses de su vida el temor a sufrir una nueva crisis es constante y la angustia que genera esa situación será precisamente la que provoque los distintos ataques. Vincent no admite su enfermedad y la teme porque no le permite pintar, actividad que para él es su vida. En estos momentos recibe importantes noticias como la admiración manifestada por Monet hacia sus cuadros expuestos en el "Salon des Indépendants" de París, considerándolos los mejores de la muestra. El halago del gran maestro y la llegada de la primavera motivarán al holandés para la elaboración de este bello lienzo, protagonizado por la naturaleza en su máximo esplendor. Los colores verdes y amarillos vuelven a lucir, mostrando un interés casi perdido hacia la luz como observamos en el horizonte. Los troncos están marcados con una línea segura y firme, recordando el simbolismo de Gauguin, quien también admiró los trabajos de Vincent e incluso solicita un intercambio de obras.