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Lo primero que es preciso tener en cuenta es que los ideólogos revolucionarios de estas fechas lograron un éxito tan fulgurante como efímero. Si, por ejemplo, la liberación sexual quedó instalada como una realidad irreversible en las sociedades occidentales, la idea de Marcuse que la propugnaba al mismo tiempo que la desaparición del capitalismo quedó totalmente desmentida en este segundo aspecto. El desmentido se amplió también a la consideración generalizada de los estudiantes como un instrumento de la acción revolucionaria. En realidad, la revuelta estudiantil partió de preocupaciones que se referían a las costumbres más que a los principios. Una parte de la protesta -en Francia, pero también en otras partes- estuvo relacionada con los intentos por parte de los estudiantes masculinos por tener acceso a los dormitorios femeninos. Daniel Cohn Bendit, uno de sus líderes, interpeló a un ministro francés indicándole que en sus libros, que versaban sobre la juventud francesa, no hablaba de los problemas sexuales de los jóvenes. El ministro, no sin agudeza, le replicó que con su aspecto no le extrañaba que tuviera problemas y le sugirió que se lanzara al agua para enfriarse (estaba inaugurando una piscina). Quienes vivieron la experiencia o meditaron sobre ella con el paso del tiempo -Morin, Lefort, Lipovetski...- destacaron en la "revolución" su carácter de "gran fiesta", de haber sido "una revolución sin cara", un tipo de "desorden nuevo", sin finalidad precisa y también sin programa. La protesta de los ghettos negros -en los que normalmente el conflicto se iniciaba por motivos casuales, seguía con un comienzo de saqueo y luego degeneraba por la propia intervención de la policía- tuvo idéntico carácter espontáneo. El indignado filósofo liberal Raymond Aron levantó acta de que los revolucionarios parecían ignorar los rudimentos de la economía moderna y proponían un psicodrama o un carnaval. No le faltaba razón, pero erraba al tratar de interpretar aquellos acontecimientos asimilándolos las características de un proceso revolucionario. Lo que caracterizó en realidad a 1968 fue la misma extraordinaria difusión del movimiento en vez de la inminencia de cualquier tipo de revolución. Si tuvo un especial impacto en Francia se debió a que tenía probablemente el sistema de organización social y política más rígido y esclerotizado del mundo con una ausencia real de cualquier tipo de alternativa viable. En fecha tan tardía como marzo de 1968 los franceses se limitaban a ver lo que sucedía en las Universidades de otras partes del mundo, dando por supuesto que nada sucedería en su país. Cuando se iniciaron los acontecimientos pudo haber un momento de coincidencia entre los estudiantes protestatarios y la izquierda tradicional pero finalmente la distancia entre unos y otros se demostró absoluta: los estudiantes quemaron los coches que los obreros industriales querían comprar. De tener una significación ideológica precisa la mal llamada "Revolución del 68" tuvo un carácter libertario. Las pintadas callejeras, no exentas de humorismo -Exagerar es empezar a crear, Soy marxista, tendencia Groucho, Sed realistas, pedid lo imposible- así lo prueban. El propio Cohn Bendit escribió un libro que proponía "el izquierdismo como remedio a la enfermedad senil del comunismo". Pero los estudiantes, aunque desencadenantes de los sucesos en Francia, tuvieron un protagonismo menos decisivo de lo que se cree (de los ocho muertos ninguno fue estudiante) y, además, su definición ideológica resultó efímera. En una porción pequeña de ellos predominó una especie de "vulgata" marxista radical que desembocaría en la eclosión terrorista. Los años de esperanza se habían convertido, así, en años de rabia y hasta cierto punto de horror. El conservadurismo que surgió como reacción condenó estos años de forma global en la presunción de que sólo habría producido estos cambios. Pero no fue así.
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El peso del desembarco recayó en la Fuerza G de Gold, los británicos de Bucknall. Su misión era ocupar Arromanches y Port-en-Bessin, nudo ferroviario que llevaba a Bayeux. En la zona, las fortificaciones alemanas estaban bien defendidas, pero los británicos pudieron avanzar fácilmente por su izquierda, gracias al apoyo de los Funnies, vehículos blindados de asalto. En menos de una hora, los atacantes habían penetrado 2 kilómetros tierra adentro, desarticulando las defensas alemanas y ocupando, en el oeste, Arromanches. Pronto, la cabeza de puente de Le-Hamel tendrá 5 kilómetros de profundidad. A primeras horas de la tarde se habían alcanzado ya los 16 km. En Juno, la Fuerza J canadiense de Crocker desembarcó a ambas orillas del río Seulles. En un primer momento, apenas fue capaz de avanzar. La llegada de refuerzos permitió a los canadienses cruzar de un tirón la playa al este del río. En el oeste hubo más dificultades: muchas lanchas de desembarco habían sido destruidas, los Funnies avanzaban penosamente abriendo vías de penetración que evitaron que los alemanes formasen una segunda línea defensiva. Por la tarde, los canadienses se dirigían ya, por su derecha, hacia las carreteras de Bayeux a Caen y, por la izquierda, de Courselles a Caen. En Sword, la Fuerza S, también de Crocker, había sufrido se encontraba atascada debido al alto número de vehículos desembarcados. La infantería avanzaba poco y mal, pese a la labor de limpieza de los vehículos especiales. Además, estaba sufriendo numerosas bajas por la acción de los morteros, anticarros y ametralladoras, pero los carros alemanes pudieron ser rechazados. Finalmente, los asaltantes tomaron la colina de Périers y lanzaron sus carros hacia los vacíos en las líneas enemigas, sin hallar oposición. El Día-D, el día más largo, había concluido. La Operación Overlord, el desembarco en Normandía, era un éxito. Rommel tenía razón.
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Emplazada al final de la avenida María Cristina, toma su nombre del ingeniero que diseñó la Fuente Mágica, uno de los elementos paradigmáticos de la Exposición y que se encuentra en ella.
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El centro ceremonial zapoteco de Monte Albán presenta una serie de edificios levantados alrededor de un espacio, la plaza central. Se trata de una gran plaza de 300 x 200 m, estando dividida en dos zonas por una línea de edificios, tres de ellos unidos mientras que el cuarto es independiente. En los laterales norte y sur se levantan dos grandes plataformas con más edificios. Este montículo, denominado D por los arqueólogos, presenta una parte delantera rectangular, compuesta por tres cuerpos escalonados con los paramentos verticales, y una parte posterior extraña, acabada en ángulo agudo y atravesada por un largo y angosto pasillo. Probablemente se tratara de un observatorio astronómico. En el lado oeste de la plaza fueron levantados tres edificios de gran tamaño e importancia, siendo el del centro totalmente diferente a los dos de los lados. El edifio central es el llamado Montículo de los Danzantes, pues en su decoración interior están los famosos "danzantes" de Monte Albán, de clara influencia olmeca. En su lado norte se levanta la estructura llamada Sistema F, una construcción compuesta por una estructura piramidal de base cuadrada con 36 m de lado. A su plataforma superior se accede por una escalinata de dos tramos, limitada por alfardas. Enfrente se halla una plaza con adoratorio central. Por último, al sur del Montículo de los Danzantes se levanta el Montículo M. Al este de la plaza se sitúan diversas construcciones de menor tamaño, entre las cuales la más importante es el juego de pelota, cercano a la Plataforma Norte.
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El nombre Bibarrambla significa "Puerta del Río" ya que la plaza se situaba originalmente en la orilla arenosa del río. En épocas árabes, se celebraban fiestas y justas aquí, y después en los tiempos de los cristianos había corridas de toros. A diferencia de las corridas de hoy en día, eran sumamente violentas y durante una corrida en agosto de 1609, 20 toros mataron a 36 personas y lesionaron a unas 60 más. Después de la Conquista Cristiana, se celebraron los autos de fe en la plaza para decidir la suerte de muchos ciudadanos. También se quemaron muchos importantes manuscritos, documentos y libros, (sobre todo los Coranes), igual que en muchas otras plazas públicas en Granada, y se estiman que cerca de un millón fueron destruidos de esta manera. Fue conocida como el Arco de las Orejas, porque, en la Edad Media, se clavaban a su fachada las extremidades de los ladrones, después de amputárselas públicamente. Con el tiempo, se han realizado muchos cambios. Se construyeron unos edificios con arcos en un lado donde trabajaban los escribas, y se establecieron unas aduanas para controlar las especias y los textiles que entraron en la ciudad. Cuando entras en la plaza desde Zacatín, las calles que hoy hay a la izquierda no existían en el siglo XVI, y fue aquí donde estaban los mercados de pescado y carne. Más tarde había un mercado de verduras y hortalizas aquí pero fue quitado en 1837 y se levantó una fuente y una plataforma en el centro, construidos de los materiales de los conventos que se habían derribado en la vecindad. En 1880, se trasladaron los mercados de carne y de pescado. La fuente fue reemplazado por la estatua de Fray Luis de Granada que ahora se sitúa en la plaza de Santo Domingo. La Fuente de los Gigantes que actualmente está en el centro de la plaza Bibarrambla fue construida en el siglo XVII con piedra de Elvira y traslada aquí en 1940. Tiene unos gigantes que apoyan una pila inferior con una estatua de Neptuno arriba. Hoy la plaza es famosa por sus puestos de flores. La vieja puerta se demolió hace más de un siglo, pero algunos amantes de Granada salvaron sus piedras, reconstruyéndolas en el bosque de la Alhambra.