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En el verano de 1874 Manet pasa largas jornadas en compañía de Monet y Renoir, que le acercan al Impresionismo. La estancia en Gennevilliers, junto al Sena - en casa de su primo Jules de Jouy - va a suponer un importante avance en la pintura de Manet, aunque aún mantenga alguna de sus notas características. El artista muestra al también pintor Rudolph Leenhoof - su cuñado - en compañía de una joven desconocida, navegando en un pequeño balandro. El fondo azulado del mar realza las tonalidades de primer plano, abandonando su tradicional fondo negro. La utilización de las pinceladas cortas y rápidas, la concepción de la composición como masas de color y la sensación de mostrar la escena al aire libre le sitúan a un paso del Impresionismo. Sin embargo, el color negro - considerado como una especie de herejía para los integrantes del movimiento - continúa presente. También hay que advertir que la espontaneidad se abandona, dando la impresión de que las figuras están colocadas como en las estampas japonesas, especialmente la mujer. Incluso el punto de vista elevado le relaciona con lo oriental, aunque el corte compositivo es muy característico de Degas. Las medidas del lienzo hacen suponer que sería una obra de estudio, pero las novedades superan a las notas personales, por lo que esta obra se considera como un importante paso para Manet, quien en ese verano realiza algunas escenas similares - Argenteuil o Claude Monet con su esposa -.Al ser expuesto en el Salón de 1879, los críticos aludieron a las notas impresionistas, recibiendo algunas alabanzas la figura de la mujer, sobre todo porque estaba muy bien situada a la luz del día.
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Tomando como referencia los retratos de Isaac Massa que se conservan en los museos de Toronto y San Diego, los expertos consideran que los protagonistas de este retrato doble serían Isaac Massa y su esposa Beatriz van der Laen, casados en 1622 por lo que podría tratarse de un retrato nupcial. También se ha pensado (Binder, 1914) que los modelos serían Dirck Hals, hermano del pintor, y su primera esposa, Anietje Jansdr. La obra recuerda al Autorretrato con Isabella Brandt pintado por Rubens, uno de los maestros más admirados por Hals. Las dos figuras se ubican en un paisaje, apreciándose a lo lejos unas villas campestres y una clasicista fuente, así como algunos templetes y estatuas, aludiendo a la naturaleza transitoria de la felicidad. Los pavos reales que observamos en el jardín serían una alusión a Juno, la diosa protectora del matrimonio. De alguna manera, el pintor desea reflejar una escena llena de amor, opulencia y lujo, elementos indicativos de la felicidad deseable a la pareja de recién casados. El estilo empleado por Hals corresponde a su primera etapa, interesándose por los detalles de los vestidos y las calidades de las telas, sin renunciar a mostrar la personalidad de sus modelos, en este caso la felicidad de los rostros de los desposados. El contraste entre tonalidades blancas y negras será un motivo de admiración para los impresionistas, especialmente Manet.
Personaje Pintor
La personalidad de Pareja estará siempre relacionada a Velázquez, al ser durante un tiempo su esclavo, acompañando a su señor a Italia en su segundo viaje. Pareja nació en Sevilla hacia 1610 ingresando en el taller de Velázquez como esclavo-aprendiz, siendo liberado en 1650 tras ese viaje a Italia. A pesar de ser un hombre libre, continuó vinculado al taller de su maestro y después de la muerte de éste, al de Martínez del Mazo, siguiendo la estela de ambos en los retratos. Sin embargo, en sus asuntos religiosos se muestra más vinculado al barroquismo de Carreño y Rizi, incluso teniendo gran relación con Tintoretto en cuanto al color. Pareja falleció en Madrid en 1670.
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La estrecha relación entre Monet y Renoir les llevó a evolucionar hacia un tipo de pintura protagonizada por la luz y el color que será denominada impresionista por los críticos. Ambos artistas ya habían trabajado en La Grenouillère, utilizando una pincelada rápida y empastada, como si de un puzzle se tratara, tal y como podemos observar también en esta composición. La similitud con el Matrimonio Sisley es manifiesta pero en esta escena el artista se ha centrado especialmente en la vibración del color y la luz, tanto en las figuras como en la vegetación, surgiendo las sombras coloreadas habituales en el impresionismo. A pesar de las novedades, existe cierta contacto con el estilo de Courbet y Manet. Debemos destacar la importancia que adquieren las figuras en la producción de Renoir, llegando a utilizarlas para reaccionar contra la pérdida de forma que se producirá años más tarde, en el momento de crisis del impresionismo.
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El pintor José Camarón y Boronat, máximo exponente de la pintura rococó valenciana, aparte de pintor religioso fue un exquisito pintor de escenas de género galante, como muestra esta Romería. En un ambiente totalmente idealizado, una pareja de majos están bailando cual si danzarines de ballet fuesen, mientras otros majos les acompañan con instrumentos de cuerda, les contemplan o charlan animadamente. La esbeltez y estilización de las figuras son características de Camarón, que supo reflejar en sus cuadritos galantes el ambiente del majismo dieciochesco español con una elegancia formal y un refinamiento cromático incomparables.
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Luis Paret estuvo al servicio del infante Luis de Borbón, hermano de Carlos III. Al poco tiempo de pintar este lienzo sería desterrado de la corte por haber facilitado al infante ciertos servicios no muy ortodoxos. Pero a la hora de pintar este cuadro, se encontraba en el apogeo de su fama. Su estilo es el de un Barroco exagerado, muy cercano a los planteamientos del rococó francés, con una pintura galante, de aristócratas que pueblan sus escenas de fiestas campestres y flirteos efímeros. El tema de este lienzo es el de una celebración hípica que tuvo lugar en el palacio de Aranjuez, que era el lugar de recreo de la corte madrileña. Paret realiza una caprichosa composición en la que tiene que sujetarse a los datos objetivos de la fiesta, con el amplio ruedo ocupando casi todo el lienzo, con el desfile de caballistas, el muro del palacio con las tribunas a la derecha, y el centro de atención, en la franja inferior del cuadro: una línea que hierve de personajes de la corte, que ríen, pasean, se exhiben, galantean y demás. El bullicio y el colorido nos ambientan adecuadamente en una atmósfera festiva, que tiene como fondo un paisaje algodonoso, a modo de telón, para centrar nuestra mirada en los alegres acontecimientos del día. La imagen es típicamente costumbrista y recuerda a las queGoya realizará unos pocos años después, protagonizadas por personajes populares y no por aristócratas.
termino
acepcion
Exhortación o amonestación, en el culto hebreo.