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obra
Para la iglesia de Saint-Jacques-sur-Coudenberg de Bruselas encargó la gobernadora Isabel Clara Eugenia un tríptico con la Visión de San Ildefonso en el panel central, relegando los laterales a los comitentes. Si en el panel izquierdo se halla el archiduque Alberto de Austria, en el derecho se encuentra la propia archiduquesa, con un rosario en la mano, acompañada de su santa patrona, Isabel de Hungría, vistiendo hábito franciscano, quien porta una corona de flores y un libro. Doña Isabel viste su traje real, como la moda imperante treinta años atrás. Al fondo también se aprecian unas gruesas columnas cubiertas con pesados cortinajes que dejan ver un celaje nocturno. La atmósfera diluye los contornos gracias a la luz empleada, influencia manifiesta de la escuela veneciana.
obra
El tríptico de San Ildefonso fue encargado por la archiduquesa Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos, para honrar la memoria del difunto archiduque Alberto de Austria, su esposo. El destino del tríptico era la iglesia de Saint-Jacques-sur-Coudenberg de Bruselas. Si en el panel central podemos observar la Visión de San Ildefonso, en los paneles laterales encontramos a los comitentes acompañados por sus santos patrones. En el izquierdo que aquí contemplamos el archiduque se arrodilla, vestido elegantemente como corresponde a su posición -con manto de armiño y armadura de ceremonia- y meditando ante el milagro que contempla en la tabla central. Tras él se halla su patrón, San Alberto de Lovaina, cubierto con capa y sombrero. En el fondo apreciamos unas columnas entre las que se aprecia un efecto lumínico nocturno. La influencia de la pintura veneciana del Renacimiento se manifiesta en la utilización de colores, luces y los efectos atmosféricos.
acepcion
Forma peculiar que presentan los muros de los edificios de la arquitectura religiosa.
Personaje Pintor
La dirección de la escuela de Sicione recayó en Pánfilo a la muerte de Eupompo. Entre los discípulos que trabajaron en el taller destaca Apeles, el más importante pintor griego.
contexto
Pánfilo de Narváez La figura de Pánfilo de Narváez va íntimamente unida a la del Conquistador y Gobernador de Cuba, Diego de Velázquez. Ambos son oriundos, paisanos de la misma tierra --Cuéllar-- y posiblemente pasan juntos a las Indias. En 1509 ambos se encuentran en la Española, y Diego Colón, nuevo gobernador y capitán general en las Indias, encarga a Diego Velázquez la ocupación y colonización de Cuba. A la empresa del segoviano le acompañará su inseparable Pánfilo de Narváez2, Hernán Cortés, el futuro conquistador de México, y fray Bartolomé de las Casas que, en su famosísima Destrucción de las Indias, narrará apocalípticamente la conquista cubana, tratando a Velázquez y a Narváez despiadadamente, y acusándoles directamente de las matanzas. En 1511 desembarcan los expedicionarios en el fondeadero que se llamó Las Palmas, y se establecen en la isla sin encontrar resistencia en los indígenas. Tanto es así que Velázquez parte de Cuba para contraer matrimonio, dejando el mando a Pánfilo de Narváez. Entonces los indígenas siboneyes, movidos y alertados por un cacique haitiano, se disponen a hacer frente a los españoles. Pánfilo de Narváez los desbarató fácilmente, penetrando y ocupando el Camagüey, haciendo efectiva la dominación de toda la isla. Velázquez, a su vuelta, fundó en 1512 la ciudad de Baracoa; en 1513, la de Bayano, y en 1514, las de Trinidad, Sancti Espiritu, Santa María de Puerto Príncipe, Santiago y La Habana, donde establece los correspondientes ayuntamientos. --El Rey Católico le confirma en el gobierno y le premia con el título de Adelantado. Gracias a dicho título, Velázquez podrá planear el descubrimiento y conquista de México, la primera de las grandes frustraciones de Pánfilo de Narváez. Porque Velázquez le envía a España y lo encontramos en la Corte, apoyando las pretensiones de su amigo, no otras que realizar la conquista del Imperio Azteca bajo su jurisdicción y control, saltándose los derechos de Diego Colón. Mientras Pánfilo se mueve por la Corte, defendiendo los pretendidos derechos del Adelantado, éste está sugestionado por las cualidades de Hernán Cortés, que mostró su gran talento militar en la conquista de Cuba; y comenzó a exponer sus aptitudes colonizadoras y administrativas, hasta el punto que Velázquez le nombró secretario suyo y tesorero del Rey en la isla. La ausencia de Pánfilo en España, indudablemente favoreció el ascenso fulgurante de Cortés, que logrará tras muchas peripecias ser nombrado jefe de la expedición que terminará por conquistar el fabuloso Imperio de Tenochtitlán. Cuando Pánfilo regresa a Cuba, Cortés ha hundido sus barcos y roto las amarras que le unían al gobernador Velázquez. El de Cuéllar no es hombre con el que se juegue impunemente, y con rapidez organiza la réplica a Cortés. Como ya no se fía de nadie y ha llegado su fiel Pánfilo, a éste lo hace jefe de la expedición que irá a México a apresar a Cortés, y si es posible, continuar las increíbles conquistas. Pánfilo, al frente de 18 navíos, que llevan 1.500 hombres, se presenta en Veracruz. Es una gran ocasión; es el momento de pasar a la historia, pero lo desaprovechará lastimosamente: a pesar de su superioridad, en una noche lluviosa y desapacible, Cortés, con escasas fuerzas, le atacará en Cempoala. Sus soldados le abandonarán en la refriega, donde perderá un ojo, y quedará preso. En 1522 regresará a España con el encargo de Velázquez de pleitear contra la usurpación de Cortés. Al mismo tiempo que litigia contra el hidalgo de Medellín, Pánfilo obtiene para sí el título de Adelantado, para la conquista de Florida. Pero una vez más se revelará como jefe incapaz, y gran parte del fracaso de la expedición se deberá a su carácter irresoluto para las grandes decisiones, unido a su mezquindad. Para concluir, recogemos el comentario del padre fray Bartolomé de las Casas, que al dar noticia de cómo Narváez fue absorbido por las turbulentas aguas del golfo mexicano, tan sólo añade: el diablo llevóle el alma.
contexto
El viajero que recorre la carretera Tobruk-Alejandría, trazada sobre un desierto de piedra y grava, apenas si distingue relieves dignos de mención. De vez en cuando, una pequeña duna, una loma rebajada por la erosión, una playa de arena blanca y agua azul celeste, rompen la monotonía del paisaje. En Sidi Abdel Rahman, playa de moda, existe un complejo hotelero rodeado de alguna vegetación. Siguiendo hacia Alejandría, en una ondulación del terreno, una gruesa piedra sirve de hito. La piedra tiene una inscripción, encabezada por los símbolos de una unidad de infantería italiana: "Mancó la fortuna, non il valore. 1-7-1942. Alessandría, 111". (Faltó la fortuna, no el valor, 1 de julio de 1942. A Alejandría, 111 kilómetros.) Este hito marca el punto del máximo avance del Eje. Otras señales a partir de esa indican los campos minados establecidos por los italo-germanos cuando pasaron a la defensiva y por los británicos cuando frenaron su retirada y decidieron impedir que los alemanes alcanzasen el Delta del Nilo. La caída de Tobruk y el fulgurante avance de Rommel pusieron a los ingleses al borde del colapso militar. El general Richie, jefe directo de las tropas que combatían al Eje en África, concentró sus fuerzas en la línea de El Alemein, que se extendía 65 kilómetros entre el Mediterráneo y la Depresión de El Qattara, zona formada por dunas de arena y terrenos poco firmes, impracticables para fuerzas pesadas. Auchinleck decidió mandar personalmente el ejército de Egipto. Se trasladó a El Alemein y trazó los planes que pudieran contener a Rommel. "Los ingleses se enorgullecen de ser buenos perdedores. Yo, en cambio, no sé perder. Yo venceré", comentó cuando se dirigía a El Alemein con el subjefe de su Estado Mayor, Eric Dorman-Smith. Su optimismo contrastaba con el pánico de su retaguardia. Según Alan Moorehead, "la flota británica se había ido de Alejandría. Las patrullas de demolición estaban listas. Casi todos los soldados hablan evacuado la ciudad y los que quedaban estaban sometidos a un estricto estado de sitio. De hora en hora se daba orden a todos los oficiales de abandonar lo que estuvieran haciendo e incorporarse urgentemente a sus unidades. En El Cairo también reinaba la alarma. Las calles estaban congestionadas de coches que habían evacuado Alejandría, de los provenientes del campo y de los vehículos militares que habían llegado del frente. El Consulado británico estaba invadido por gente que quería visados para Palestina. Los trenes que iban al este, a Palestina, estaban abarrotados. Una fina neblina de humo se cernía sobre la embajada británica, a orillas del Nilo, y sobre los grandes edificios del Cuartel General Central donde estaban siendo quemadas enormes cantidades de documentos secretos. Todo el día, un grupo de soldados rasos estuvieron barriendo montones de mapas, listas de cifras, presupuestos, claves y mensajes, con todo lo cual hicieron cuatro grandes hogueras en un patio cuadrado formado por los edificios del Cuartel General Central..." Kemal Haggar, arquitecto cairota, a punto de concluir sus estudios en aquella época, recordaba: "Los egipcios no participamos. En general, deseábamos el triunfo de los alemanes, no porque nos parecieran mejores que los ingleses, sino porque a los ingleses les llevábamos padeciendo muchos años. Quienes lanzaron las campanas al vuelo fueron los italianos que residían en Egipto. Yo vi muchas banderas y pancartas en los balcones, "Egipto es nuestro", escribían los infelices..."
Personaje
Personaje Pintor
Fue un paisajista barroco romano, gustoso de las vistas pintorescas, las escenas históricas y las arquitecturas en ruinas. Se formó con los Bibiena, una familia de pintores escenográficos de Bolonia. Tras su etapa de formación, se trasladó a Roma en el año 1711, donde cultivó casi en exclusiva el paisaje romano que captaba del natural o que recreaba en su taller libremente. No sólo catalogó las vistas más importantes, sino que puso de relieve el carácter singular de algunas de las ruinas, fiestas públicas o acontecimientos relevantes de Roma. Consiguió ser profesor de perspectiva en la Academia Francesa de Roma, con lo cual terminó influyendo la pintura de sus coetáneos franceses e italianos.