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obra
Edificado en el siglo XV, el Palacio de Villena en Cadalso de los Vidrios, Madrid, fue la residencia de verano del todopoderoso Alvaro de Luna, personaje de la corte de Juan II de Castilla. Inicialmente fue construdio en estilo románico, mediante grandes sillares de piedra, con planta rectangular y dos fachadas. Una de ellas mira al norte y presenta almenas, mientras que la otra, meridional, presenta arquería de medio punto. Posteriores reformas le acercan al estilo renacentista, con columnas jónicas y una preciosa galería con mirador. En el siglo XVI se construyó un jardín y un gran estanque de piedra.
obra
Miembro de una importante familia de arquitectos que trabajaron en Bohemia y en Franconia, estaba también familiarizado con el barroco romano, conocido durante un viaje a Italia. El palacio, construido para el elector Lothar Franz von Schörtborn, es de imponentes dimensiones que aún nos sorprenden más si pensamos que no se trataba de la residencia principal. Estos aires de grandeza caracterizaron las construcciones palaciegas de los príncipes alemanes. En su distribución interior destaca la caja de la escalera que ocupa toda la altura del pabellón central, el gran salón de mármol, recorrido por columnas sobre altos pedestales, típico de Franconia, y una sala baja en donde se intenta dar una cierta sensación de ligereza con una decoración que imita la naturaleza.
museo
Para la construcción de su nuevo palacio o Residenz, el principe-obispo Francisco de Schöborn eligió el proyecto del arquitecto Baltasar Neumann. Mientras que la planta en forma de U, con el patio de honor, la seriedad externa y las habitaciones dispuestas en hilera reflejan las sugerencias de los arquitectos franceses, la luminosidad de la sala imperial con los grandes óculos abiertos en la parte alta, definen el aire vienés tomado por Neumann de Hildebrandt. Las estatuas pintadas de blanco y los frescos del techo ayudan más a esta impresión. Las pinturas de esta sala, así como la de la escalera, fueron encargadas por el obispo Greiffenklau al pintor italiano Tiépolo en 1753. Los frescos se perdieron, en gran parte, en los bombardeos de marzo de 1945. Goza de la declaración de Monumento de la Humanidad por la UNESCO.
monumento
El Palacio Belvedere fue construido por Johann Lukas von Hildebrandt como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya, famoso por su victoria contra los turcos en 1683. El conjunto está situado sobre una colina y consta de dos palacios, el Alto y el Bajo Belvedere, unidos por un jardín francés, diseñado por Dominique Girard. El jardín tiene tres niveles, representando cada uno de ellos las diferentes alegorías clásicas; la parte inferior muestra el dominio de los cuatro elementos, la central el Parnaso y el superior el Olimpo. El Alto Belvedere recibe dicho nombre por estar situado en la parte más alta del jardín. Destaca por su hermosa fachada, más elaborada que la del Bajo. Se pretendía que reflejase la gloria del príncipe Eugenio y, además, resultaba adecuado para el propósito festivo con que se utilizó inicialmente. El interior destaca por su magnitud, como la sala Terrena, con amplia escalinata, la capilla y el salón de Mármol. El palacio alberga una impresionante colección de pinturas de los siglos XIX-XX, de la galería austriaca. La Sala Terrena está decorada por cuatro figuras hercúleas de Lorenzo Mattielli que soportan la bóveda de la sala; las paredes y el techo están adornados con estucos de Santino Bussi. En el interior de la capilla, la pieza central es el retablo de la Resurrección (1723), de Francesco Solimena, ubicado entre estatuas de ángeles. El príncipe Eugenio tenía acceso directo a la capilla desde sus estancias. Por último, destaca la colección dedicada a Gustav Klimt, una de las mejores del Belvedere. El Bajo Belvedere es, actualmente, la sede del museo de Arte Barroco, y fue en su momento, utilizado por el príncipe Eugenio como dependencias para la vida cotidiana. Bajo su techo se exponen obras de los artistas y escultores que dieron forma a la ciudad durante la edad de oro de Viena (1683-1780). Una de las salas más importantes es la de los Espejos, con paredes cubiertas por espejos de marcos dorados y una estatua del príncipe Eugenio, realizada en 1721 por B. Permoser. La Sala de Grutescos está decorada con pinturas de grutescos inspirados en antiguos frescos romanos de criaturas fantasmagóricas, obras del pintor alemán Jonas Drentwett. Por último, la Orangery, junto al Bajo Belvedere, es un elegante edificio utilizado originalmente como invernadero. Actualmente, es sede del museo de Arte Medieval Austriaco, exponiendo obras del gótico, así como pintura y escultura del Renacimiento temprano.