Entre los maestros más admirados por el joven Renoir estaba Delacroix, el máximo representante del Romanticismo francés y uno de los artistas que puso de moda la pintura orientalista. Siguiendo esta temática, Renoir pintó esta Odalisca para la que posó Lise Tréhot, la misma modelo de la Diana cazadora y Lise con sombrilla. La obra fue presentada al Salón de París de 1870 y creada especialmente para obtener el triunfo. El crítico Houssaye consideró que se trataba de una "Argelina que firmaría el mismo Delacroix". El joven artista vuelca su interés en estos momentos en la temática oriental atraído por los colores, los ambientes y los trajes de esta región, utilizando a esta "mujer de Argel" como una excusa en su nueva concepción cromática, más cercana a su buen amigo Monet que al maestro Courbet. Las pinceladas son rápidas, sin atender al detalle, interesándose más por el efecto del conjunto que por la calidad táctil de las telas. Sin embargo, el dibujo es tremendamente preciso, una máxima que hace de la obra de Renoir una de las más espectaculares entre los maestros del impresionismo. Bañista con un perrito de aguas formaba pareja con esta obra en el Salón de París.
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obra
En 1860 Fortuny abandonó Roma para trasladarse a Marruecos pensionado por la Diputación de Barcelona; su objetivo era realizar una serie de cuadros de batallas donde se exaltaran los éxitos del general Juan Prim y los soldados de Cataluña en la Guerra de África. Fortuny se entusiasmó con el mundo árabe nada más llegar a tierras africanas, como observamos en este cartón realizado en Roma, evocando quizá el ambiente que había abandonado. La protagonista es una odalisca, esclavas dedicadas al servicio del harén del Gran Turco que ya habían puesto de moda Delacroix e Ingres en Francia. La mujer aparece desnuda, sensualmente tumbada sobre un paño de seda labrada, creando con su postura un acertado escorzo. Junto a ella observamos a un músico tocando un laúd, quedando en una zona ensombrecida mientras la odalisca está iluminada por un potente foco de luz que resalta la sensualidad de su desnudez. Al fondo apreciamos diversos objetos de clara inspiración árabe como un arcón de madera labrada con decoración geométrica, una bandeja de plata o una pipa de agua junto a una pequeña taza de té. El maestro hace una primera exhibición de su estilo preciosista y minucioso, casi caligráfico, a pesar de emplear rápidos toques de color, reforzando la intensidad de las tonalidades con la luz utilizada y los contrastes cromáticos. La atmósfera creada por Fortuny también es digna de elogio, obteniendo la sensación de haber detenido el tiempo para deleitarnos con la música del tañedor. Se trata de una primera obra maestra que fue enviada a Barcelona por el artista junto al Condesito para que en la Diputación barcelonesa apreciaran su evolución, resultando la institución altamente satisfecha.
obra
El siglo XIX experimentó una renovación del gusto por la antigüedad, por la Edad Media y, sobre todo, por lo exótico. Este gusto por lo exótico será una constante en los pintores románticos, pero también podemos encontrar sus temas en artistas como Ingres, que solía considerarse academicista. Las imágenes de moros, harenes, batallas en tierras lejanas empezarán a pulular a partir de 1830, sobre todo a raíz de los viajes a Grecia, Tierra Santa y el norte de África. Por otro lado, Ingres sentía debilidad por el desnudo femenino en sí. El cuerpo no podía ser representado por sí mismo, sino que se debía adecuar a un contexto que lo justificase. Por ello, serán muy frecuentes - y no sólo en Ingres, también en Delacroix- la representación de harenes o baños turcos. La sensualidad, el colorido y la languidez femenina son estereotipos que se repiten. Ingres realizó auténticos experimentos acerca de la línea y la estructura decorativa de la anatomía. Los estudios se repiten a lo largo de sus obras, y la misma mujer que aparece en este cuadro la encontramos en otros, como el estudio de Mujer Acostada, Mujer con tres brazos o en el propio estudio preparatorio para esta obra.
obra
No se contentaba Boucher con destacar en los temas decorativos -destinados generalmente a los hôtels parisinos o a los pequeños apartamentos reales-, le atraía también la realidad cotidiana de su ciudad, que queda plasmada en unos deliciosos cuadros de género menos conocidos de lo que se merecen, que revelan el gusto por los holandeses del siglo XVII y por la pintura de Benedetto Castiglione. Entre estos cuadros de género encontramos la Odalisca morena, obra en la que los encantos femeninos se exhiben sin ningún tipo de pudor y sin necesidad de acompañarse de artificios narrativos. Las suaves y sensuales formas de la joven representan lo que son, sin necesidad de recurrir el artista a temas mitológicos o asuntos bíblicos. Los Goncourt apuntan que más que tratarse de mujeres desnudas son mujeres desnudadas. La luz y los colores claros y tiernos se ponen al servicio de la exuberancia decorativa a la moda. Hay dos modelos que suelen repetirse en su pintura, uno estilizado, fino, elegante y otro más grueso y más vulgar, pero siempre dentro de lo que los Goncourt llamaban vulgaridad elegante. Parece ser que esta segunda mujer era la famosa Luise O'Murphy, incluida en las "Memorias" de Casanova.
acepcion
En la Grecia antigua, lugar destinado a la celebración de conciertos. Este espacio solía ser similar a un teatro cubierto.
monumento
Excelente construcción del siglo II d.C., reservada para las representaciones teatrales, conciertos y el denominado "espectáculo de luz y sonido", por lo que no es posible ser visitada por los turistas. Sin embargo, desde la valla sur que cierra el camino de subida a la Acrópolis, se puede contemplar su interior. Herodes Ático, filósofo ateniense, mandó su construcción como homenaje a su fallecida esposa Apia Annia Regila. Tiene una estructura plenamente romana, con una cavea de 76 m de diámetro, que cuenta con 32 niveles de grada construidos sobre la roca. Tiene una capacidad para 5000 espectadores, que contemplaban la orchestra semicircular tras la que se levanta el muro escénico, de mucha más altura que el de Dionisos.