Construida entre los años 1087 y 1091, para levantar la muralla fatimí de El Cairo se recurrió a la piedra tallada como material constructivo, tomando como precedente la tradición antigua.
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obra
La muralla romana es quizá uno de los monumentos más sugestivos de Emporiae, sobre todo en lo que atañe a su bien conservado tramo meridional, el cual nos permite comprender de una forma perfecta su modo de construcción. Fue levantada en torno al año 100 a. C. con una finalidad más bien delimitadora del pomerium, o territorio propiamente urbano de la ciudad, contrapuesto al ager, o territorio agrícola circundante, que defensiva. Su nula capacidad poliorcética se evidencia por su escasa altura, de unos 3 m por término medio, la ausencia de torres y la simplicidad de sus entradas, en absoluto fortificadas. En relación a estas últimas, hay que señalar que la principal, nada monumental dicho sea de pasada, se ubica en el centro del lienzo meridional y que en ella se origina el kardo maximus que conduce directamente al foro; mientras que la segunda, atípica, se encuentra situada en el ángulo sudoeste y de ella se supone que parte una vía diagonal conducente también al complejo foral. Su construcción se llevó a cabo sirviéndose de una técnica mixta que combina la utilización del opus siliceum en la base y el opus caementicium en la parte superior, sistema que permitía reducir los costes al precisar un menor uso de la piedra tallada. En su ejecución, primero se edificó un zócalo de doble paramento relleno de piedra y tierra, levantado mediante la utilización de sillares poligonales calizos cuyos frentes no desbastados traducen una voluntad de ahorro de trabajo; luego, por encima de aquel, se situó un segundo cuerpo de hormigón encofrado hecho a base de cal y de duna consolidada desmenuzada, posteriormente relleno con tierra y piedras. Desde el punto de vista de la conservación cabe decir que si el tramo meridional se mantuvo en aceptable estado fue porque, protegido por la duna por él mismo generada, permaneció en gran parte oculto, lo que impidió el saqueo de su parte pétrea. De los otros tres tramos, el de levante ya fue desmontado en época romana, inmediatamente después de la creación del municipio romano, al dejar de tener la función de limitar el pomerium por este lado. En cambio, los tramos septentrional y de poniente fueron lisa y llanamente saqueados ya desde el momento en que la ciudad fue abandonada. Desde un punto de vista estilístico y técnico, la muralla de Emporiae constituye un magnífico ejemplo extraitálico del uso del opus siliceum asociado al opus caementicium, propio de la poliorcética centroitálica de los dos últimos siglos republicanos.
obra
La muralla de Lucus Augusti es una construcción bajoimperial, posiblemente del siglo III, que ocupa una superficie de 28 hectáreas, con un perímetro total de 2.140 metros. Su primer trazado corresponde a un rectángulo con los ángulos curvos que se convirtió en una elipse rectangular. La altura de los muros varía entre los 10 y los 15 metros, presentando un gran espesor que alcanza hasta 6 metros, lo que permite la existencia de un amplio adarve. Disponía de 85 cubos pero en la actualidad se conservan 72 en un estado aceptable y ocho seccionados. En los lienzos y los cubos, la fábrica es de lajas de pizarra mientras que en las puertas se empleó pizarra. Resulta factible admitir que, en origen, cada cubo dispusiese de una torre superior con, al menos, dos pisos, abiertos mediante grandes ventanales con arco de medio punto en todo el contorno semicircular de la torre y que esas torres quizá estuviesen dotadas de armamento. El único ejemplo subsistente de estas torres, y reformado, es la denominada Torre da Mosqueira, en la banda sur del recinto amurallado. Los ventanales actuales tienen 1,53 m. de flecha por 1,15 m. de luz. A los pies de este cubo era tradicionalmente donde se cocía el pulpo. En 1921 la muralla fue declarada Monumento Nacional con el objetivo de evitar los destrozos que se estaban produciendo en ella al construirse casas adosadas desde el siglo XVIII.
monumento
La muralla es quizá uno de los monumentos más sugestivos de Emporiae, sobre todo en lo que atañe a su bien conservado tramo meridional, el cual nos permite comprender de una forma perfecta su modo de construcción. Fue levantada en torno al año 100 a. C. con una finalidad más bien delimitadora del pomerium, o territorio propiamente urbano de la ciudad, contrapuesto al ager, o territorio agrícola circundante, que defensiva. Su nula capacidad poliorcética se evidencia por su escasa altura, de unos 3 m por término medio, la ausencia de torres y la simplicidad de sus entradas, en absoluto fortificadas. En relación a estas últimas, hay que señalar que la principal, nada monumental dicho sea de pasada, se ubica en el centro del lienzo meridional y que en ella se origina el kardo maximus que conduce directamente al foro; mientras que la segunda, atípica, se encuentra situada en el ángulo sudoeste y de ella se supone que parte una vía diagonal conducente también al complejo foral. Su construcción se llevó a cabo sirviéndose de una técnica mixta que combina la utilización del opus siliceum en la base y el opus caementicium en la parte superior, sistema que permitía reducir los costos al precisar un menor uso de la piedra tallada. En su ejecución, primero se edificó un zócalo de doble paramento relleno de piedra y tierra, levantado mediante la utilización de sillares poligonales calizos cuyos frentes no desbastados traducen una voluntad de ahorro de trabajo; luego, por encima de aquel, se situó un segundo cuerpo de hormigón encofrado hecho a base de cal y de duna consolidada desmenuzada, posteriormente relleno con tierra y piedras. Desde el punto de vista de la conservación cabe decir que si el tramo meridional se mantuvo en aceptable estado fue porque, protegido por la duna por él mismo generada, permaneció en gran parte oculto, lo que impidió el saqueo de su parte pétrea. De los otros tres tramos, el de levante ya fue desmontado en época romana, inmediatamente después de la creación del municipio romano, al dejar de tener la función de limitar el pomerium por este lado. En cambio, los tramos septentrional y de poniente fueron lisa y llanamente saqueados ya desde el momento en que la ciudad fue abandonada. Desde un punto de vista estilístico y técnico, la muralla de Emporiae constituye un magnífico ejemplo extraitálico del uso del opus siliceum asociado al opus caementicium, propio de la poliorcética centroitálica de los dos últimos siglos republicanos.
monumento
Construcción bajoimperial, posiblemente del siglo III, la muralla de Lucus Augusti ocupa una superficie de 28 hectáreas, con un perímetro total de 2.140 metros. En 1921 la muralla fue declarada Monumento Nacional con el objetivo de evitar los destrozos que se estaban produciendo en ella al construirse casas adosadas desde el siglo XVIII. Su primer trazado corresponde a un rectángulo con los ángulos curvos que se convirtió en una elipse rectangular. La altura de los muros varía entre los 10 y los 15 metros, presentando un gran espesor que alcanza hasta 6 metros, lo que permite la existencia de un amplio adarve. Disponía de 85 cubos pero en la actualidad se conservan 72 en un estado aceptable y ocho seccionados. En los lienzos y los cubos, la fábrica es de lajas de pizarra mientras que en las puertas se empleó pizarra. Resulta factible admitir que, en origen, cada cubo dispusiese de una torre superior con, al menos, dos pisos, abiertos mediante grandes ventanales con arco de medio punto en todo el contorno semicircular de la torre y que esas torres quizá estuviesen dotadas de armamento. El único ejemplo subsistente de estas torres, y reformado, es la denominada Torre da Mosqueira, en la banda sur del recinto amurallado. Los ventanales actuales tienen 1,53 m. de flecha por 1,15 m. de luz. A los pies de este cubo era tradicionalmente donde se cocía el pulpo.
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Las murallas de la ciudad de Caesaraugusta fueron levantadas a finales del siglo I a.C., llevándose a cabo una intensa reforma en el siglo III para evitar presuntos ataques de poblaciones bárbaras. Estaban construidas con aparejo de tipo isódomo, alzándose hasta los diez metros, mientras que la anchura sobrepasaba los cinco. Cada quince metros se situaba un torreón, lo que resulta un total de 200. La parte mejor conservada de la muralla zaragozana es la que se encuentra junto a la torre de la Zuda, hallándose tres cubos en perfecto estado y su muralla intermedia, hasta alcanzar los 80 metros.