De la Casa de las Fuentes de Conimbriga procede este mosaico con escena campesina. La decoración de la casa presenta asuntos mitológicos y de la vida cotidiana como observamos en esta escena campesina, con el asunto principal en el centro y a su alrededor elementos geométricos. Las partes figuradas de los mosaicos generalmente precisaban de un pintor, un pictor imaginarius, que realizaba el trazado previo y el colorido de los cuadros, antes de que un mosaísta especializado pasase a colocar las teselas. Normalmente, en un taller musivario que se preciase había que distinguir el dueño, que conseguía los contratos y organizaba el trabajo; un pintor de imágenes, que podía trabajar bajo diferentes condiciones para el taller; un musivario especializado en la realización de las partes figuradas, y unos cuantos artesanos y aprendices, encargados de las partes más mecánicas del trabajo: trazado de las líneas geométricas generales, corte y disposición de teselas, etcétera.
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Aunque la temática mitológica es la más habitual en la decoración de las villas romanas, también encontramos interesantes asuntos relacionados con la renovación cíclica del tiempo y la naturaleza como este mosaico romano con escena campestre datado en el siglo IV, época bajoimperial, que fue hallado en la Vega Baja y se conserva en el Museo de Santa Cruz, de Toledo.
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Mosaico con escena de caza, procedente de Conimbriga (Portugal). Pertenece a la época bajoimperial, entre los siglos III y V.
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Un importante mosaico hallado en una villa de las proximidades de Azuara (Zaragoza) muestra el alto grado de conocimiento mitológico y valor religioso que sus autores reflejaban en estas obras. Pertenece a una villa bastante corriente desde el punto de vista arquitectónico, pero excepcional tanto por la calidad técnica como por la iconografía de sus mosaicos. El principal de ellos decoraba una habitación de forma aproximadamente cuadrada, y constaba de cuatro escenas alegóricas de la fundación de Tebas, con la historia de Antíope y los Cabiros, y un impresionante cuadro central con una representación única; las bodas de Cadmo y Harmonía. Ciertas consideraciones estilísticas hacen suponer que el taller o grupo de artesanos itinerantes que realizó esta obra trabajó asimismo en el gran mosaico de la villa de Pedrosa de la Vega.
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La caza fue una de las actividades más atractivas para la nobleza romana por lo que esta temática será una de las más tratadas en la decoración de las villas urbanas y rurales. En este mosaico que conserva el Museo Arqueológico de Barcelona observamos un paisaje esquemático y convencional, con un cazador a caballo, levantando su brazo derecho y clavando una lanza en el león que está a sus pies. Una escena similar se encuentra en un lienzo hallado en las ruinas de una casa romana emeritense que actualmente se conserva en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.
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Hispania, y especialmente sus provincias Lusitania y Tarraconense, se presenta como una región muy interesada en las carreras hípicas, y gran criadora de caballos. En relación con los demás tipos de edificios para espectáculos, nuestra península es, con diferencia, la región del Imperio con mayor proporción de circos, duplicando crecidamente el porcentaje del conjunto. Aunque son más frecuentes en otras partes del Imperio, donde se han excavado muchos mosaicos pertenecientes a habitaciones urbanas, no faltan en las villas hispanas representaciones de espectáculos circenses. Se han hallado mosaicos con este tipo de representación en algunos centros urbanos, como Barcelona, Itálica y Mérida, pero también en villas próximas a las ciudades, como la de Torre Bell Lloc, cerca de Gerona, o la de El Val, próxima a Alcalá de Henares. En el mosaico de Gerona representa una carrera de carros en toda su amplitud, girando en torno a la spina del circo. En la representación se hacen constar los nombres de los aurigas y de los caballos-guía de la cuádriga.
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Aunque son más frecuentes en otras partes del Imperio, donde se han excavado muchos mosaicos pertenecientes a habitaciones urbanas, no faltan en las villas hispanas representaciones de espectáculos circenses. Se han hallado mosaicos con este tipo de representación en algunos centros urbanos, como Barcelona, Itálica y Mérida, pero también en villas próximas a las ciudades, como la de Torre Bell Lloc, cerca de Gerona, o la de El Val, próxima a Alcalá de Henares. No olvidemos que Hispania, y especialmente sus provincias Lusitania y Tarraconense, se presenta como una región muy interesada en las carreras hípicas, y gran criadora de caballos. En relación con los demás tipos de edificios para espectáculos, nuestra península es, con diferencia, la región del Imperio con mayor proporción de circos, duplicando crecidamente el porcentaje del conjunto.
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Procede de una villa situada en el municipio de Arellano (Navarra), contiguo al de Arróniz. Fue encontrado, en 1882, al preparar un campo para plantar cepas. Para protegerlo fue arrancado y, tras su compra al propietario del terreno por la entonces notable cantidad de 2.000 pesetas, ingresó en el Museo Arqueológico Nacional en 1883. Excavaciones recientes, dirigidas por la arqueóloga M? Ángeles Mezquíriz, han descubierto las diversas habitaciones y dependencias, entre ellas los establos y lagares que formaron parte de esta explotación agropecuaria. Este mosaico del siglo IV es el pavimento de una habitación octogonal, cuyo eje medía casi 5 metros. En torno a un medallón central, en el que figurarían Apolo y Pegaso, se representan en compartimentos las nueve Musas acompañando a un artista famoso en el arte, inspirado por cada una de ellas y delante de la fachada convencional de una villa. Así, por ejemplo, se muestra a Erato, musa de la poesía amorosa, tocando la cítara junto a un varón joven, probablemente un poeta. Los recuadros se separan por medio de cintas entrelazadas y una trenza remata el borde del mosaico.