La fachada del Monasterio se añadió en 1650, apreciándose elementos decorativos típicos del Barroco, lo que la hacen única en la villa ducal.
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monumento
El de la Ascensión de Nuestro Señor es el primero de los seis monasterios que contaba la villa ducal de Lerma. La fundación corrió a cargo del hijo del famoso duque de Lerma y de su esposa. Las obras se iniciaron en 1605 y fueron encargadas al maestro Pedro de Pedrosa, diseñando una iglesia de gran sencillez, con planta de cruz latina y crucero con bóveda rebajada, con decoración heráldica de sus fundadores. Originalmente contaba con una cripta que servía de lugar de enterramiento, cerrándose en 1891. La fachada se añadió en 1650, apreciándose elementos decorativos típicos del Barroco, lo que la hacen única en la villa ducal. En el interior del templo sobresalen varios lienzos de Bartolomé Carducho, una interesante colección de bustos-relicario y un Cristo yacente salido del taller de Gregorio Fernández. La especialidad de las monjas clarisas que hoy habitan el monasterio son sus reputados trabajos de repostería.
museo
Uno de los primeros y más relevantes edificios levantados en la villa de Madrid en el siglo XVII fue el monasterio de la Encarnación, ejemplo característico no sólo de la tipología de las iglesias conventuales españolas, sino también de la profunda vinculación que en la España del XVII existió entre el mundo civil y el eclesiástico, ya que fue fundado por la reina Margarita de Austria siguiendo la costumbre, tradicional entre la monarquía y la nobleza hispanas, de patrocinar construcciones religiosas. Este convento de agustinas recoletas era atribuido a Gómez de Mora hasta que recientes descubrimientos documentales le han relacionado con el fraile carmelita fray Alberto de la Madre de Dios (activo entre 1606 y 1633). Este arquitecto, dedicado especialmente a llevar a cabo obras de su orden, colaboró a partir de 1609 con Francisco de Mora en la villa de Lerma. Probablemente por esta circunstancia y porque su estilo poseía una clara relación con el de Mora, fue elegido para realizar las fundaciones de patronazgo real que éste proyectaba cuando murió. Así debió de suceder con la iglesia de agustinas de Santa Isabel de Madrid, comenzada en 1611 aunque después reconstruida por Gómez de Mora, y con el propio convento de la Encarnación. El interior de la iglesia sufrió importantes alteraciones tras el incendio acaecido en el siglo XVIII, pero la fachada, perfectamente conservada, presenta una evidente dependencia del modelo creado por Mora en San José de Avila (1608). El diseño vertical, con tres cuerpos y rematado por frontón, y el pórtico tripartito así lo demuestran, aunque en esta ocasión la estructura se desarrolla en un único plano, al igual que en los conventos de Lerma. El ritmo alterno de elementos decorativos y de espacios llenos y vacíos completa la peculiaridad de este modelo que se convirtió en el más frecuente y característico de las iglesias conventuales del XVII español.
obra
Fotografía cedida por el Servicio de Promoción e Imagen turística del Gobierno de Navarra.
monumento
Situado al final de la calle Mayor de Jaca, el Monasterio de las Benedictinas fue fundado en 1555, por decisión de Felipe II de trasladar el monasterio de Santa Cruz de Serós a Jaca. El edificio se construyó sobre una antigua iglesia románica subterránea, consagrada primero a la Virgen María, y luego a San Salvador. En la cripta románica de la iglesia del monasterio se conserva una colección de frescos de estilo lineal del siglo XIII, una escultura policromada del siglo XII y el sepulcro de Doña Sancha, uno de los mejores ejemplos de arte románico. Inicialmente este monumento funerario estaba en la cripta románica, conocida como "Santa María Baxo Terra". Sin embargo, en la actualidad se encuentra en la Iglesia alta del convento consagrada a San Ginés, de la que se conserva su portada románica -el resto del edificio corresponde a la reforma de 1730-. En este sepulcro de piedra aparecen labradas escenas que recuerdan la actividad de los caballeros durante la reconquista. En la parte frontal aparece la figura de Doña Sancha sentada e imitando la postura de una abadesa con un libro en la mano, y de un obispo sosteniendo el báculo. Al lado se encuentra una alegoría del alma de la difunta, representada como una niña desnuda que es subida al cielo por dos ángeles. Este sepulcro está vinculado a la escultura italiana. Este monasterio también es conocido popularmente como el Convento de las Benitas.
museo
El Monasterio de las Descalzas Reales, en Madrid, ocupa el antiguo palacio donde residieron Carlos I e Isabel de Portugal y donde nació, en 1535, su hija doña Juana. Esta, ya viuda del príncipe de Portugal, fundó en 1557 este convento de monjas franciscanas descalzas. Está sepultada en una capilla, con escultura funeraria orante realizada por Pompeyo Leoni. En la clausura se conserva la estructura y muchos elementos decorativos del palacio plateresco. En este monasterio vivieron doña Juana y luego su hermana María, emperatriz viuda, que falleció aquí en 1603. Del siglo XVII se conservan pinturas al fresco en la escalera y en la Capilla del Milagro. Destacan los tapices tejidos en Bruselas, sobre cartones de Rubens, representando la Apoteosis de la Eucaristía, encargados para este Monasterio por la hija de Felipe II, la Infanta Isabel Clara Eugenia, Gobernadora de los Países Bajos.
museo
En el primer edificio, construido por Alfonso VIII entre 1180 y 1190, destacan el claustro románico y la Capilla de la Asunción, obra del más puro arte almohade. Ya bien entrada la primera mitad del siglo XIII se emprendió la segunda construcción, la gran obra del templo actual, claustro y dependencias anejas - sala capitular, refectorio y cilla edificadas durante el reinado de Fernando III. La voluntad de Alfonso VIII y doña Leonor, manifestada explícitamente en 1199, era hacer de Huelgas el panteón real. En las naves del templo, ocupadas por el coro de las religiosas, están los sepulcros reales de los monarcas fundadores y de sus inmediatos sucesores. De las tumbas de este Panteón Real provienen las vestiduras expuestas ahora en el Museo de Telas Medievales.
monumento
El monasterio e iglesia de las Salesas Reales, en Madrid, fundado por la reina Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, estuvo pensado para la educación de las jóvenes de la aristocracia, pero también como un palacio de retiro para su previsible viudez, precaviéndose de su poco amada suegrastra Isabel de Farnesio, quien con igual susceptibilidad y por los mismos años hacía edificar Riofrío. De este modo en las Salesas se recreaba el antiguo esquema medieval de Monasterio Real con iglesia funeraria y cuarto real adjunto para los patronos. El interior de este palacio, así como el gran jardín inmediato, eran las partes del conjunto donde más visible resultaba la formación francesa de Carlier, así como los alzados originales del exterior, ahora sólo conservados en la fachada a la calle de Castaños, pues tras el incendio de 1915 fueron modificadas todas las demás. La planta del conjunto se asemeja mucho al prototipo de convento herreriano, tal y como lo esquematizó Chueca Goitia, pero quizá ello se deba a que Carlier sintetizó aquí toda una tradición de distribución del espacio heredada de la Edad Media y sistematizada en la Moderna. La iglesia, subsistente en todo su esplendor original, asume influencias francesas e italianas en un conjunto de elegante diseño y riquísimos materiales, bien expresivo de las aspiraciones del arte cortesano europeo del momento. La curiosa y efectiva síntesis estilística ítalo-gala desarrollada por Carlier en esta obra, su mejor y última, influyó sin duda en la arquitectura doméstica madrileña de la década de 1750.