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lugar
Ciudad de la Alta Nubia, en el actual Sudán, que fue capital del reino del mismo nombre entre 300 a.C. y 400 d.C. Las ruinas de Meroe fueron localizadas en el margen oriental del Nilo, unos 5 km al norte de la actual Kabushiyoh. Meroe recoge, hacia el 300 a.C., el rango de capital del imperio kushita, que pierde Napata. Las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz una civilización avanzada, en contacto, no siempre amistoso, con la egipcia. Los meroíticos supieron aprovechar los recursos del Nilo, de su agricultura y ganadería. Se han hallado herramientas y útiles en hierro y bronce. La construcción de monumentos, pirámides y templos remiten a la cultura egipcia, no en vano los kushitas o nubios se internaron en Egipto en el 713 a.C. y fundaron su propia dinastía, la XXV, que perduraría hasta 664 a.C. La conquista de Egipto por Augusto dará inicio a una época de contactos entre Roma y Meroe, en la que ésta deberá tributar a la primera a cambio de que los romanos no avancen hacia el S por el Nilo. El siglo IV d.C. es una etapa de decadencia de la ciudad y su reino, cayendo finalmente conquistada por Axum, que a partir de entonces se convertirá en la potencia hegemónica de África Oriental. Los monumentos más notables de Meroe son sus necrópolis reales, erigidas en el desierto, lejos de las ciudades, construidas con bloques de arenisca dispuestos en hileras. Las pirámides no eran propiamente estructuras funerarias, sino monumentos conmemorativos, pues el cadáver se depositaba bajo tierra, por debajo de la misma pirámide, en un hipogeo.
lugar
Pequeña localidad israelí a pocos kilómetros de Safed, junto al monte Merón, la montaña más alta de Galilea (1177 metros). Es el lugar de nacimiento y muerte del rabino Simeón bar-Yoqai, autor del libro místico Zohar. Su lugar de sepultura se ha convertido en un centro importante de peregrinación judía. Los primeros vestigios datan del 200 a.C., siendo una de las primeras ciudades en fortificarse (66 d.C.). En Merón se encuentran también las ruinas de una sinagoga de finales del siglo III construida con planta de basílica. Aún se conserva la fachada, aunque un dintel de la puerta central está agrietado y parece a punto de caer en cualquier momento. Se dice que, de suceder, sería la señal de la llegada inminente del Mesías.
escuela
En el año 486 el rey merovingio Clodoveo se asentó definitivamente junto a sus huestes en la Galia. Siendo como eran un pueblo nómada y guerrero, su producción artística estuvo muy limitada por sus condicionantes culturales: la falta de tradición sedentaria hizo que se vieran favorecidas formas artísticas de pequeño tamaño y gran resistencia, para poderlas transportar con comodidad. También la orfebrería se vio impulsada por estos pueblos que basaban su economía frecuentemente en la obtención de botines de guerra. Sin embargo, los merovingios permanecieron durante tres siglos en el mismo lugar, y esto les permitió innovar y desarrollar una serie de pinturas muy en paralelo con lo que otros pueblos similares estaban realizando por aquel período: Ostrogodos, Celtas, y Anglosajones. Su estilo no llegó a florecer por completo, pero su importancia radicó en sentar las bases del posterior arte del Imperio Carolingio, el primer poder centralizado y fuerte tras la caída del Imperio Romano. Por los documentos conservados sabemos que existió un importante conjunto de pinturas murales al fresco, ubicados en el interior de la basílica paleocristiana de Saint Martin de Tours. Pero ejemplos directos a gran tamaño no se han conservado. Las únicas muestras de la pintura merovingia que hoy se conocen son las miniaturas que adornaban los escasísimos libros del momento. Estas miniaturas se realizaban en tres centros artísticos principalmente: la escuela de Luxenil, la de Fleury y la de Corvey. En todas ellas, el estilo se basaba en una técnica de manchas sueltas administradas a la aguada, lo que les dotaba de un color suave y gradado. Al final del período, la viveza del color aumentó, y los motivos geométricos y estilizados fueron gradualmente sustituidos por figuraciones de animales y seres humanos. Sin embargo, durante casi todo el arte merovingio, lo que predominaron fueron los adornos geométricos, el entrelazo y escasas figuras animales o zoomórficas.
contexto
Casi nadie echó en falta a la marina alemana en las brillantes victorias del verano de 1940. Más aún, tras la rendición de Francia, Gran Bretaña se encargó de mejorar la relación de fuerzas a favor de Berlín con el hundimiento de parte de la flota francesa... Ya el 17 de junio, cuando aún continuaba la lucha en Francia, Churchill comunicaba al almirante Andrew Cunningham que la flota francesa debería ser destruida si París se rendía. Y así fue. De poco sirvió que en los armisticios firmados por Francia en Rethondes con Alemania y en Villa Incisa con Italia no se contemplara la entrega de la flota a los vencedores y de que Londres tuviera constancia de que sus buques serían barrenados antes de caer en manos del Eje. El Almirantazgo británico, aún exponiendose al odio de los franceses, resolvió destruir los buques galos en las bases que tuviera al alcance de sus cañones y apoderarse de los barcos que pudieran asaltar sus comandos. Todo menos que aquellas poderosas unidades pasaran a la marina de Raeder. El 3 de junio comenzó la gran cacería. A las 16,56 la fuerza H británica, -almirante Somerville- abrió fuego sobre la base de Mers el Kebir -la antigua Mazalquibir- donde se hallaban cuatro acorazados franceses. Uno de ellos logró escapar de aquella ratonera, los otros tres se hundieron o encallaron. 1297 marinos franceses fueron inmolados ese día, sin defensa alguna posible, por sus propios aliados. Mejor suerte tuvo la Fuerza X (un acorazado, 4 cruceros y 5 destructores) cedida por Francia a Gran Bretaña para la defensa del Mediterráneo oriental. Un pacto entre caballeros -sus almirantes Cunningham y Gogfroy- permitió que las naves francesas quedaran desarmadas y sin combustible en el puerto de Alejandría. En Dakar fue bombardeado el acorazado Richelieu, la más moderna y poderosa unidad francesa, que permaneció allí a causa de sus averías, aunque volverá a combatir contra los británicos. En Martinica no fueron atacados los buques franceses gracias a la intervención de Washington, pero en los puertos de Plymouth y Portsmouth fueron asaltados por comandos británicos los buques franceses que allí se habían refugiado. Winston Churchill, excusó todas aquellas acciones, poniendo como ejemplo la facilidad con que sus soldados tomaron los buques franceses: los alemanes hubieran podido hacer otro tanto. Lo cierto es que no fueron los alemanes, sino los ingleses quienes cometieron la iniquidad de Mers El Kebir. Los franceses les pasarían más tarde aquella cuenta y, a finales de 1942 -con la autodestrucción de su flota en Tolón- demostrarían que nunca hubieran entregado los barcos a Hitler.
acepcion
Diosa egipcia con forma de cobra. Su culto tenía lugar en Deir el-Medineh, en la necrópolis de Tebas.
obra
Mery Laurent fue una de las modelos más utilizadas por Manet en los últimos años de su carrera. Es la protagonista del Otoño y aquí la vemos retratada con un gran sombrero oscuro, en sintonía con el vestido. Una vez más, Manet juega con los contrastes entre las tonalidades claras y las oscuras, creando una atractiva sinfonía cromática. La técnica del pastel es empleada con maestría en una serie de retratos en estos años iniciales de la década de 1880 de exquisita belleza como Madame Jacob, Madame Zola o Madame Levy.