Los antiguos colaboradores de Lluis Doménech i Montaner, Alejandro Soler March y Francisco Guardia Vial, son los responsables de los diseños del Mercado Central de Valencia.
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monumento
<p>Los antiguos colaboradores de Lluis Doménech i Montaner, Alejandro Soler March y Francisco Guardia Vial, son los responsables de los diseños del Mercado Central de Valencia. Sin embargo, los retrasos en su construcción motivaron que fuera Enrique Biedma el responsable de la finalización, en 1928, siendo inaugurado por el rey Alfonso XIII. El edificio ocupa una parcela de más de 8.000 m2 y se resuelve gracias a innovadoras cúpulas y diversas techumbres inclinadas. La armadura que recubre tan amplio espacio recuerda a las arquitecturas industriales decimonónicas mientras que los muros perimetrales -cuya función es más bien de cerramiento ya que apenas sirven de sustentación- presentan zócalos cerámicos policromados y elementos metálicos en el extremo superior, cubriéndose el espacio que resta con vidrieras de colores.</p>
lugar
Se trata de una pequeña aldea lucense, por la que àsa el Camino de Santiago. En tiempos solían acudir a ella los judíos de Portomarín para negociar y proveer a los peregrinos.
obra
La familia de la madre de Degas, Célestine Musson, residía en Nueva Orleans donde se dedicaba al comercio del algodón. El pintor quiso viajar a Estados Unidos para conocer a esta rama familiar y marchó hacia allí, acompañado de sus hermanos René y Achille, en 1872. Entre octubre de ese año y marzo del siguiente permanecieron en América; allí realizaría esta maravillosa escena en la que muestra una oficina de compraventa de algodón. Concretamente tomó como punto de referencia la de su tío materno, Michel Musson, el hombre que aparece en primer plano comprobando la calidad de la partida de algodón que acaba de llegar y que se coloca sobre la mesa. Tras él, sentado en una silla y leyendo un periódico local encontramos a René Degas mientras que Achille se apoya en el marco de una de las ventanas del fondo, cruzando las piernas en actitud de espera. El resto de los trabajadores se reparten por el espacio pictórico de una manera muy organizada, pensando mucho la composición y sin dejar nada al azar. Degas ha querido mostrar la frenética actividad de una oficina de algodón, como si abriésemos una de las puertas pero nadie pudiese vernos. Desde una de las esquinas de la sala, en una perfecta perspectiva al elevar el suelo a medida que avanzamos, nos introduce en la escena al situar a su tío, con las piernas truncadas en el plano del espectador, al igual que la papelera. Interesado por los contrastes cromáticos recurre al blanco, al negro y al siena, como también hacía Manet. En cuanto a la luz, penetra un fuerte haz por la izquierda, que ilumina el algodón y ensombrece la oficina a medida que nos adentramos en ella. Otra ventana al fondo deja ver un ligero reflejo lumínico muy atractivo. La obra está relacionada con las pinturas de género que se realizaban en la Inglaterra victoriana más que con la temática impresionista; quizá se deba al deseo de satisfacer a su familia americana o para venderlo a un fabricante de hilados. Expuesto en la muestra impresionista de 1875 llamó mucho la atención de los asistentes, en especial de Émile Zola. Posteriormente, fue vendido al Museo de Bellas Artes de Pau siendo así el primer cuadro de Degas que se exhibía en una colección pública, lo que causó mucha alegría al artista.
obra
Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo en lo que se refiere a las destrucciones masivas de población y edificios -igual que había ocurrido en la Primera Guerra provocando incluso la aparición de temas en movimientos como el cubismo y el futurismo- son el argumento más recurrente para los pintores de este momento. En dicho periodo, Dalí aumenta la obsesión por las ruinas arquitectónicas. Una de sus primeras investigaciones al respecto aparece en la revista "Match" de 1939, en donde el rostro del teniente Deschanel surge de unos edificios en ruinas. Por regla general, los inmensos agujeros que aparecen en los edificios como imágenes dobles muestran la destrucción originada por los obuses. El propio Dalí ya lo había manifestado cuando se produjo la guerra civil española en el que se había expuesto la imagen esquelética de España. Para muchos historiadores, la aparición de la ruina significa también el final de su etapa surrealista y de su periodo clásico para dar paso al clasicismo místico. El tema del Mercado de esclavos con aparición del busto invisible de Voltaire muestra otra obsesión del artista, el miedo mezclado con el amor. El miedo y el peligro que surgen en el mundo exterior, en la vida diaria son destruidos por su amante. Se ha escrito que, al pintar este cuadro, Dalí recitaba uno de los versos del poema de Joan Salvat-Papasseit: "El amor y la guerra. La sal de la tierra". Él mismo escribe al respecto: "Por su amor paciente, Gala me protege del mundo irónico y bullicioso de los esclavos. En mi vida, Gala aniquila la imagen de Voltaire y de cualquier posible vestigio de escepticismo".
obra
Cuando Fortuny trabaja para sí nos ofrece un estilo totalmente diferente al que muestra en los cuadros destinados al circuito comercial. Fortuny se presenta como un pintor interesado por el color, la luz, las atmósferas, acercándose al Impresionismo como podemos observar en este lienzo del mercado de flores de Nîmes. Las largas pinceladas, la empastada ejecución, el abandono del dibujo, nos indica que estamos ante un artista cansado del preciosismo pero que no tiene el suficiente valor para abandonarlo debido al elevado tren de vida que lleva. Esta dualidad marcará los últimos años de la vida de Fortuny, pudiendo haber introducido el Impresionismo en su pintura y haber revolucionado el arte en España.
obra
Quizá la obra más famosa de Lieven de Key es el Mercado de la Carne de Haarlem, construida entre 1602-03. Se trata de un edificio de carácter cívico con dos plantas, en el que se ha resuelto de manera acertada su funcionalidad sin renunciar al decorativismo. Los dos pisos se adecuan a las necesidades de la corporación que empleaba el edificio, presentando dos lados horizontales y dos verticales, subdividiendo los hastiales de los lados estrechos en varios niveles de cornisas en piedra que limitan el sentido ascensional del triángulo al tiempo que los lados anchos se hacen más verticales al sobreponer tres buhardillas con profusa decoración en cada uno de ellas. La ornamentación de las zonas inferiores se reduce a elementos emblemáticos y a la alternancia de piedra y ladrillo. El ayuntamiento de Leyden también es obra del mismo autor.