Tras su traslado a Amsterdam, Rembrandt se convertirá en el retratista de la burguesía asentada en esta importante ciudad comercial. Por desgracia no todos los retratos están identificados como ocurre en esta ocasión, pero en la mayoría de ellos destacará la expresión del modelo y los detalles de los vestidos, bañadas las figuras por una luz dorada que resalta sus manos y su rostro. La figura del joven se recorta sobre un fondo neutro, interesado el maestro en otorgar un mayor volumen al conjunto, dirigiendo su mirada al espectador y continuando su quehacer, cortar la pluma para continuar escribiendo la carta que se encuentra sobre la mesa. Los objetos que aparecen en la mesa no llaman nuestra atención al estar muy esbozados mientras que la figura se traza con un firme y seguro dibujo, destacando el cuello blanco de gorguera que contrasta con la oscuridad del traje.
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Este relieve de joven atleta desnudo que se vuelve a la izquierda y se autocorona era una ofrenda exvoto a Atenea en su santuario de Sunion. El relieve se fecha alrededor de 460 a.C. y de la corona metálica que adornaba su cabeza sólo han quedado los agujeros. El cuerpo del joven atleta parece nacer de la losa, quedando el lado derecho descrito de manera casi lineal. La posición y expresión del efebo muestran claramente que este relieve era una ofrenda en devoción a la diosa protectora de Atenas.
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En la Civilización del Valle del Indo destaca el asentamiento de Mohen-jo Daro de donde procede esta figura femenina que contemplamos. Participa de todas las cualidades artísticas del Torso de Hombre pero presenta además un movimiento danzante, un paso de giro adelantando la pierna izquierda, que produce un efecto de gran dinamismo. Se puede interpretar como un antecedente indirecto del Siva Nataraja, el rey de la danza cósmica. El gran orificio vaginal (yoni) concuerda con el lingam del torso masculinos y define estas esculturas como imágenes de culto a la sexualidad.
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Aunque se desconoce la fecha exacta de ejecución, los especialistas consideran que este Joven caballero sería el primer retrato de cuerpo entero de la historia, inspirado en los santos que acompañan a las Madonnas en las Sagradas Conversaciones, tan habituales en los últimos años del Quattrocento. También desconocemos su identidad pero su pulida armadura, el jinete con lanza y el castillo del fondo indican que estamos ante un militar, especulándose el nombre de Francesco María della Rovere, futuro marqués de Urbino. La figura se inserta perfectamente en el paisaje, interesado Carpaccio en la perspectiva y en los minuciosos detalles de la vegetación, inspirada en el mundo flamenco. La iluminación empleada es característica de la Escuela veneciana, especialmente de Giovanni Bellini y Antonello da Messina.
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Durante 1881 Pissarro va a realizar una serie de imágenes protagonizadas por gentes del campo tomadas directamente del natural, buscando ofrecer una vez más las diferencias lumínicas que tanto interesaban a los impresionistas. Formando parte de esta serie encontramos a la Pastora y a esta joven campesina, bello retrato de una muchacha presentada en primer plano, cortando sus piernas por influencia de la fotografía. La luz impacta en su sombrero mientras que el rostro y buena parte de su cuerpo quedan en sombra, de color malva también utilizado por Monet o Renoir. El rostro de la chica recoge sus sentimientos y pone de manifiesto la capacidad de Pissarro como retratista aunque le interesara más el paisaje. Otra muestra soberbia de retrato, con enorme expresividad, es la Lavandera.
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La mayoría de los retratos elaborados por Van Gogh a lo largo de su carrera serán protagonizados por personas de su entorno, con las que mantenía una relación casi diaria y que destacaban por su carácter como en esta joven que aquí observamos. La figura aparece casi de cuerpo entero, sentada ante un campo de trigo apreciándose también algunas amapolas que parecen reflejarse en las mejillas de la campesina. El color amarillo domina en la composición, contrastando con el morado intenso de la blusa - jugando con los colores complementarios que ya avanzó Delacroix y que hicieron suyos los impresionistas - cubierta por una serie de puntos anaranjados, relacionándose con la sombra del sombrero. La joven es un personajes volumétrico, con peso, ante el abocetamiento del trigal o de las flores, remarcando su silueta con una línea negra típica de las obras de Bernard y Gauguin. Una vez más utiliza una pincelada rápida y empastada con la que busca su propio lenguaje, su elemento identificativo.
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Las personas que rodean a Van Gogh serán los protagonistas de una admirable serie de retratos realizada durante el mes de septiembre de 1889, debido a su temor a salir del sanatorio donde está recluido ante la posibilidad de caer en una nueva crisis. El protagonista es un joven interno del hospital vestido como un campesino; la figura se presenta al aire libre, ante un fondo de hierba y árboles, cubriendo su cabeza con un amplio sombrero que proyecta una sombra coloreada que afecta a todo su rostro, sombra heredada del Impresionismo. Viste una chaqueta y un jersey a rayas, obtenidas de diferente manera por el pincel del artista. La principal atracción del modelo será la expresión de su rostro, soberbiamente interpretado por Vincent al captar su "alma". El espectador aprecia la personalidad de esta figura sólo con mirar sus ojos.
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Además de las campesinas con cofia, Vincent también retrató en este invierno de 1884-1885 a algunos hombres, preferentemente jóvenes con los que el pintor se relacionaba. El campesino se presenta en primer plano, fumando una pipa en la que apreciamos el tono rojizo del fuego en su interior. Los inteligentes ojos centran la atención del pintor, resbalando la luz por su rostro para resaltar el gesto, la expresión, el elemento más interesante de un retrato para el propio Vincent. Los fondos neutros recuerdan al Barroco pero la pincelada suelta, casi a base de manchas, sin apenas utilizar dibujos preparatorios, serán notas características de su manera de pintar, sin dejar de lado a la Escuela de La Haya que tanto influiría en estos años iniciales.
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Joven cantando y Cantante son dos dibujos previos realizados por Degas durante su estancia en Nueva Orleans para Ensayo de la canción, una obra protagonizada por miembros de su familia, en la que se parodia una riña. Estelle Muson sería esta figura - protagonista también posiblemente de Joven sentada y En el oculista - en la que destaca el elegante dibujo inspirado en Ingres.